En la habitación del hotel donde se hospedaba Alexander Grassman, se escuchaba el eco de una risa atiplada y burlona.—¡Excelente trabajo, Grant! —se escuchó la voz de Grassman entre risas de complacencia— Esta vez te superaste a ti mismo, no hay dudas de eso.—De todas maneras aún falta cosas por hacer, jefe —le dijo con seriedad pero sin poder disimular lo complacido que se sentía por el halago— Todavía no he recibido los informes completos, pero hay que ver si funciona lo del ADN y el cuerpo deforme en la escena, y tenemos que sacarla de la zona de peligro.—Eso lo sé —dijo Grassman sin perder el entusiasmo— Pero sé que lo llevarás a cabo con la misma maestría que lo de la explosión.Y es que el trabajo de Grant Perlman había resultado genial para planificar la fuga de Ivonne. De cualquier otra manera los hubieran acusado de la fuga, pero ahora la fuga quedaba opacada por el siniestro.Perlman estuvo hurgando en las oficinas de catastro y de planificación urbana para averiguar la f
Ivonne Coleman se cobijaba en una fría habitación cuyas paredes tenían la pintura descascarada por todas partes. Estaba sentada en un mugroso colchón al que se le veían algunos resortes, todo en esa habitación indicaba que estaba en un total estado de abandono, sin embargo Ivonne Coleman tenía una suave sonrisa en el rostro, lo que dulcificaba un poco sus duras facciones.—Tenga, señora —Ivonne se sobresaltó un poco, estaba tan imbuida en sus pensamientos que no escuchó al hombre acercarse, este le extendía una taza de café caliente— Esto la ayudará a calentarse un poco, será por poco tiempo, antes del amanecer partiremos para salir del estado —le dijo el hombre fuertemente armado que la acompañaba junto con otros dos preparados y vestidos de la misma manera.—Gracias —dijo más por cortesía que por sentirlo realmente, ella siempre había sido tratada como una gran dama, pero no importaba ahora, iba camino a la libertad y eso era lo más importante.La casa estaba ubicada a unas cinco mi
Rachel había regresado entusiasmada a casa, se había dado un buen baño y luego corrió hacia el cuarto de los niños, donde la agente Susan estaba con ellos. Rachel le mostró la placa y la agente Susan aplaudió como una niña entusiasmada y la abrazó.—Yo tenía una idea de lo que quería Latimer —dijo riendo— Pero no tenía idea de lo que iba a hacer —luego la miró directamente a los ojos— Y me siento orgullosa de ti, Rachel.—Gracias, Susan —le dijo ella sonrojada— No tenía idea de que me esperara esto y mucho menos de que me estuvieran evaluando.—Bueno, eso de la evaluación yo sí lo sabía —le replicó Susan— El jefe me pidió un informe completo de tu desempeño en defensa personal y la lucha con armas blancas. Pero no tenía idea de esto.—Pues fue una gran sorpresa para mí —dijo— por supuesto que no estaré activa un cien por ciento, pero si puedo ayudar en algo lo haré.—Esa es la actitud —dijo Susan— Por eso te adora Latimer.Luego estuvieron conversando de lo que pasó en la oficina y lo
Ivonne escuchó entre sueños como alguien tocaba la puerta de su habitación. ¡Se había quedado tan profundamente dormida que ni siquiera se había despertado para almorzar!, entonces se desperezó lentamente antes de levantarse, y caminó hasta la puerta para abrir.Afuera estaba el llamado Joe, que se quedó con los ojos como platos al ver cómo estaba ella vestida, porque Ivonne no se había colocado la bata al levantarse y sólo lucía un pequeño bikini de encaje negro y un sostén a juego.Durante unos segundos se quedó sin palabras, con la boca entreabierta y mirando sin recato a la aún bien formada Ivonne que, a sus cincuenta y ocho años lucía un cuerpo envidiable todavía.Ella se dio cuenta y una sonrisa se dibujó en sus labios.—¿Qué sucede, guapo? —le dijo con cierto descaro en la voz— ¿Nunca habías visto a una mujer en ropa íntima? —Eh… no, es decir, sí —a Joe se le atropellaban las palabras tratando de recomponerse, a duras penas quitó la vista de los pechos de Ivonne y la miró a la
La salida del aeropuerto no presentó ningún inconveniente para Ivonne y su guardaespaldas, apenas pasaron los controles del aeropuerto y dejaron el equipaje, ambos se dirigieron a la zona internacional. Allí aprovecharon de comer algo mientras esperaban la salida del vuelo.Cuando este fue anunciado, se dirigieron a la aeronave donde se separaron, Ivonne tenía un asiento en primera clase, mientras que Joe iba a viajar en clase ejecutiva, así no estaría tan lejos de Ivonne en el caso de que lo necesitara. Pero esto no fue necesario, apenas abordaron el avión Ivonne pidió un martini y luego se puso cómoda para dormir, al fin y al cabo no había descansado mucho desde que logró escapar de la prisión, y mucho menos teniendo a Joe como “acompañante”…………………….El tío Buck estaba de visita en el apartamento de Park Avenue donde vivían los Hamilton, todos estaban sentados en el amplio comedor mientras degustaban un copioso almuerzo. Aparte de Patrick y Rachel, estaban mamá Emma y la agente Su
Ivonne se quedó mirando alternativamente a Grassman y a Perlman.—¿Y cuál es el plan que tienen? —preguntó con voz firme.—Por supuesto seguimos con el plan que conversamos, pichoncita —le dijo Grassman— Lo haremos tal como tú quieres, aislar y dejar solo al inútil de Hamilton Jr. ¿No es esa la idea?Ivonne se tomó un breve tiempo antes de contestar, como si estuviera sopesando algunas posibilidades.—Creo que ya no me interesa mucho lo que Patrick viva o sufra —dijo como midiendo las palabras— Él siempre fue un pusilánime y un consentido de Randall, y no me importa más que para tratar de recuperar algo del dinero que me pertenece por derecho.—¿Qué quieres decir, pichoncita? —preguntó Grassman sorprendido por el cambio de idea de Ivonne.—He estado averiguando —dijo mirándolo a los ojos— Que la fulana esposa es el motor de la nueva imagen de la corporación, ella es muy buena en los negocios y es la que está disfrutando malamente de mi dinero —dijo con una mirada de odio que impresion
Patrick sintió que se elevaba en el vehículo y luego sintió como su cabeza pegaba del techo del auto, luego una gran oscuridad lo envolvió por completo.Uno de los guardaespaldas, el que iba conduciendo con Patrick en la Hummer agarró su arma y trató de ver por los cristales lo que estaba sucediendo afuera. Por la ventanilla de atrás pudo ver como el segundo vehículo que los seguía se veía sometido a un intenso tiroteo.Miró a sus compañeros que aún estaban un poco conmocionados por la explosión y trató de reanimarlos.—¡Pete! ¡John! —los llamó sacudiéndolos un poco, ellos lo miraron con cara de confusión pero luego sacudieron sus cabezas y trataron de tomar sus armas y repeler el ataque.El chofer, que se llamaba Arthur, se volvió al asiento de al lado para ver cómo estaba el señor Hamilton. Vio que este tenía una herida en la cabeza de la cual manaba un hilillo de sangre, le tomó el pulso del cuello y se dio cuenta de que solo estaba desmayado, así que lo movió un poco y le dio unas
En el estacionamiento seguía desarrollándose una terrible batalla. Patrick, disparaba por la ranura de la portezuela hacia cualquier objetivo que se pusiera en la mira, pero estaba consciente de que no iba a resistir mucho si seguían atacándolos incesantemente.«¿Dónde demonios están los equipos de SWAT? —se preguntó— Ya deberían estar aquí»Lo que Patrick no sabía era que la encerrona era completa, la mente sagaz y macabra de Victor Case, el mercenario que había colocado la trampa en Grecia, donde había muerto Randall Hamilton, era la autora de la emboscada y la había planificado al milímetro.Mientras adentro los emboscaban de una manera bárbara, afuera había dos equipos de hombres con una ametralladora calibre cincuenta esperando a que llegara la policía o cualquier otro refuerzo. Estos se habían apostado en la entrada principal del estacionamiento mientras que otro equipo similar se había colocado en la entrada posterior, mucho más pequeña y que en muy raras ocasiones se usaba, p