A Ivonne no le gustó para nada el hecho de que Grassman hubiera escrito un testamento apenas dos días después de llegar de Italia. Se acomodó en su asiento y procuró que no se le notara nada en la cara, sin embargo, una tenue palidez se podía notar debajo de la capa de maquillaje que llevaba.El notario se dispuso a continuar la lectura después de una breve pausa.La lectura continuó con las disposiciones sobre algunos bienes menores que Grassmana dejaba a instituciones de caridad, como varias casas que estaban a su nombre en diferentes estados del país y que eran utilizadas por instituciones benéficas. Se disponía que las propiedades pasaran a manos de las instituciones que laboraban allí y que antes pagaban alquileres.También dejaba una buena cantidad de dinero a todo el personal que trabajaba en la casa de los Hamptons, incluyendo al jardinero, La mayoría de los empleados se mostraron emocionados e incluso algunos derramaron lágrimas al escuchar lo que les dejaban.Ivonne ya se es
Cuando recobró el conocimiento, Ivonne se dio cuenta de que estaba acostada en un cómodo sofá y que los abogados que había llevado con ella estaban a su alrededor así como una mujer, que tenía toda la apariencia de una secretaria de las oficinas del notario. Sintió la ácida fragancia de las sales aromáticas que habían usado para ayudarla a recuperar el sentido. Pero de inmediato todas las cosas vinieron a su mente y en verdad deseaba que todo esto hubiera sido un sueño producto de una mala digestión o algo parecido, pero al ver a las personas que la rodeaban y en especial, el sitio donde se encontraba, tuvo que aceptar la realidad. ¡Alexander Grassman la había dejado sin un solo centavo de su dinero! «¡El muy maldito! Me ha dejado en la ruina—era todo lo que se repetía en su mente, una y otra vez» —Ya estoy bien —dijo mientras rechazaba un vaso con agua que le estaban acercando a la boca, aunque tenía los labios y la garganta resecas como arena del desierto. Con algo de dificultad
Rachel estaba cambiando de ropa a los niños ayudada por la niñera y la agente Nolan, quien no había querido dejarla aún. —Todavía no hemos capturado a los cabecillas, agente Harper —le dijo a Brian cuando le informó que ya podía retirarse porque la inminencia de un ataque era muy poco probable— Mientras ese sujeto y la loca madrastra anden por allí ella y los niños no estarán cien por ciento seguros. Al final, Brian tuvo que ceder porque en gran parte ella tenía razón, igual habían retirado a la mayoría de los escoltas y también el equipo que custodiaba el edificio completo y la mayoría de los equipos que custodiaban la mansión Hamilton. Sin embargo Brian había dejado a dos hábiles agentes para su custodia personal, así como un buen equipo para resguardar la seguridad de la propiedad de los Hamilton. En particular porque no habían logrado capturar a Víctor Case, el escurridizo mercenario que causó la muerte del viejo Hamilton. No creía que este estuviera muy dispuesto a atacar a la
Rachel bajó la carta que temblaba en sus manos. Brian se acercó para abrazarla y ella se aferró a él. Era tan doloroso que alguien hubiera hecho tanto mal a su familia, y también era doloroso saber que alguien estaba arrepentido y que eso no cambiaba casi nada. Al rato ella se soltó de los brazos de Brian y se limpió las lágrimas. —¿Y ahora qué podemos hacer? —le preguntó a Brian. —Eso depende de la información que nos haya dejado Grassman —dijo Brian quien tenía una actitud contemplativa— Me ha dejado sorprendido la actitud y posición de Grassman a última hora, pero lo entiendo y lo compadezco. —¿Sabes algo? —le replicó Rachel— Yo también siento compasión por él, es tan extraño. —Te entiendo —le dijo— Es raro sentir el dolor de otra persona como si fuera el de uno mismo. Rachel se limitó a asentir. Entonces tomó el sobre que estaba junto con la carta y se lo dio a Brian, quien lo abrió y se puso a leer para evaluar si la información era valiosa. Mientras Brian leía el material
Ivonne y Grant estuvieron hablando un buen rato después de que Perlman se calmó, Ivonne lo dejó gritar y maldecir hasta que se sentó, agotado.—No sé cómo pude ser tan ingenuo —se quejó Perlman, ya más tranquilo— Debí suponer que Alexander era lo suficientemente astuto y desconfiado para poner a alguien detrás de nosotros.—No seas tan duro contigo mismo —le dijo Ivonne— Yo misma lo menosprecie bastante, pero resultó más astuto de lo que pensaba.—Sí, pero yo lo conocía demasiado bien —se lamentó— Debí saber que no era fácil engañarlo. Pero ahora me preocupa el alcance de su venganza, imagínate que si tuvo tiempo de hacer un testamento y de tomar medidas para que no pudiéramos mover ni un centavo de las cuentas, qué no habrá planeado para tendernos una trampa.Ivonne se quedó pensativa por unos momentos. Grant tenía razón, con Alexander no se podía jugar, una muestra de ello eran las humillaciones que le había hecho pasar. La pregunta ahora era: ¿Qué más había proyectado Grassman para
—¿Me podría decir desde donde se hizo este movimiento? —le preguntó al empleado.—Sí, por supuesto —dio para luego ponerse a teclear con rapidez en el terminal— Lo hizo usted misma, desde las oficinas de Grassman Corp. —dijo después de consultar la pantalla. Ivonne se puso pálida, porque la fecha era del mismo día que habían matado a Alexander Grassman. De inmediato supo que, de alguna manera, Alexander Grassman había averiguado acerca de la cuenta que ella y Grant habían estado alimentando con dinero de la empresa creyendo que este no se había dado cuenta.Ivonne se puso tan pálida que el joven cajero lo notó de inmediato.—Señora, ¿se siente usted bien? —le dijo con acento preocupado— ¿Hay algún problema con la cuenta?Las palabras del joven hicieron volver a Ivonne a la dura realidad.—No, joven, gracias —le dijo tratando de reponerse— Ya sé lo que ocurrió, no hay problema. ¿Me permite un nuevo formulario?—Aquí tiene, señora —dijo el joven mirándola con curiosidad— Si lo desea pu
—¿De qué rayos me estás hablando? —le preguntó Grant asombrado de la reacción de Ivonne.—¿De qué crees que hablo? —le dijo con furia pero tratando de mantener la voz baja para no llamar la atención en este sitio público— ¡De la mocosa esa! —le dijo con ira contenida.—Esa mocosa, como tú la llamas es más dura de pelar de lo que piensas —le recordó Perlman— Por ella perdimos muchísimos hombres, y finalmente eliminaron a todo nuestro personal.—Pero ahora ya no estará tan protegida —la cara de Ivonne se veía deformada por la ira que sentía por dentro.—¿Crees que van a bajar la guardia mientras yo ande por allí? —le dijo con aire incrédulo— Y eso si acaso no sospechan que tú estás viva, querida.La sola posibilidad le causaba desasosiego. Una cosa era actuar en la sombra, amparado por alguien poderoso como Alexander Grassman, y otra valerse por sí misma, siendo una prófuga de la justicia.«¡Y sin dinero! —gritó en su mente»Por un momento miró a Grant Perlman y se dio cuenta de algo qu
Los guardias que estaban descansando en la casa después de su acostumbrada ronda matutina, corrieron a buscar sus armas. Rachel estaba con los niños y la agente Nolan, mamá Emma había salido con una de las mucama y un guardia para realizar unas compras para la casa.—Ve al refugio con los niños —le dijo la agente Susan mientras preparaba y revisaba su arma.—No —dijo Rachel de inmediato— No pienso esconderme del ataque, espérame un par de minutos aquí.Rachel corrió hacia el cuarto de la niñera, esta estaba saliendo de su habitación con cara de asustada, en cuanto vio a Rachel corrió hacia ella y la abrazó.—¿Qué sucede, señora? —dijo con el pánico reflejado en la voz.—No estoy segura —le respondió soltándose de ella y tomándola por una mano— Vamos, necesito que entres en el cuarto seguro con los niños.Ambas corrieron a lo largo del pasillo del tercer piso donde se encontraban, cuando llegaron al cuarto de los niños ya Susan tenía a los niños listos. De allí salieron hasta el cuart