Alexander Grassman se despertó un poco desorientado, pero al poco rato ya se había hecho cargo de la situación. Recordó que se había sentido particularmente mal en una reunión en la oficina y eso lo contrarió.«No podía haberme alterado cuando estaba en la oficina —se reclamó— Ahora Perlman está enterado de que no estoy bien»Alexander sabía que no podía darle mucho cuartel a sus enemigos, y Grant Perlman era el mayor enemigo que había tenido nunca, e Ivonne no era sino la guinda del pastel de la conspiración. Estaba seguro de que era ella quien había inducido a Perlman a traicionarlo y más seguro estaba de que ahora planeaban quitarlo de en medio.El asunto era averiguar de qué manera lo iban a hacer… y cuándo, por supuesto.Aunque eso no le importaba mucho, una amarga sonrisa se dibujó en los otrora labios crueles, porque ahora se veían flojos y sin la fuerza de antaño.Alexander había pedido al doctor que le hablara muy claro y este le había dicho con absoluta franqueza lo que le e
Grant Perlman descendió de su auto luego de aparcarlo en una calle lateral, de allí se dirigió a la oficina del químico loco. Entró en el edificio y se dirigió al cubículo de Daine.Este parecía que lo hubiera estado esperando en ese preciso momento, porque estaba sentado en su precario escritorio con una amplia sonrisa, y delante de él estaba un frasquito como los de muestras de perfume, el líquido era transparente.—Señor Perlman —dijo abriendo los brazos para darle la bienvenida— Parece que llega justo a tiempo.—Eso es lo que pienso —dijo señalando el pequeño frasco.—Por supuesto que lo es —su torcida sonrisa se amplió, haciendo que se viera más terrorífico de lo normal— Ya está listo.—Excelente —dijo Perlman mientras sacaba del bolsillo de su bolso un voluminoso paquete de papel amarillo— Aquí está lo acordado.El sujeto lo miró con complacencia y le extendió el pequeño frasco.—Aquí está la solución que estaba buscando —le dijo el hombre— Con una sola gota le puede provocar un
Unos días después Alexander Grassman estaba tomando un poco de jugo de frutas para desayunar, esa noche no había dormido bien, tal cual le había pasado las últimas semanas.Su salud se había deteriorado ostensiblemente desde que habían regresado a los Estados Unidos. Los tratamientos que le habían mandado poco o nada hacían para aliviar su enfermedad, pero a pesar de las poco agradables perspectivas, Alexander Grassman estaba en paz consigo mismo.Una suave sonrisa suavizaba sus usualmente duras facciones, se sentía satisfecho consigo mismo.Miró su reloj y se dispuso a ir a sus oficinas como acostumbraba. Cuando llegó se sintió un poco extrañado de que Grant Perlman no estuviera ya allí, como acostumbraba.Tampoco se preocupó demasiado, así que se dispuso a revisar los asuntos que tenía para ese día.…………………….Rachel se levantó temprano como acostumbraba y a los pocos minutos estaba de nuevo en el gimnasio entrenando como si su vida dependiera de ello.Cuando ya había entrado en calo
La VAN de color negro seguía golpeando al auto donde iba Rachel, y los estaba llevando hacia la orilla de la autopista. Si lograba pegarlos de la barrera podría sacarlos del viaducto, la caída sería de unos treinta metros lo que podría resultar fatal.De inmediato el tío Buck llamó para que uno de los autos de apoyo los ayudara a contrarrestar el ataque del vehículo enemigo. Los del equipo que estaban atacando al helicóptero estaban pasando trabajo para contrarrestar el fuego graneado que caía sobre ellos.Pero de pronto se dejó escuchar el rugir del motor de un F-35 que se acercaba a buena velocidad. Todo pasó con una rapidez impresionante, el avión disparó una terrorífica cantidad de proyectiles los cuales impactaron en la aeronave enemiga haciéndola abandonar el ataque y elevándose un poco para tomar una ruta de escape, pero esta vez Brian no quería darles el chance de escapar así que giró una orden y el raptor disparó un misil que destrozó el helicóptero por completo.Al ver que e
Grant Perlman se levantó de la cama escapando de los brazos de Ivonne.—Creo que cada día me vuelvo más adicta a ti —ronroneó Ivonne mientras se estiraba perezosamente en la cama, con su cuerpo completamente desnudo entre las sábanas humedecidas por la pasión vivida.Su cuerpo era de buen ver aún, a pesar de haber dejado atrás los cincuenta, pero el duro trabajo y el dinero a manos llenas eran capaces de lograr un gran trabajo en cuanto a mantener a raya los vestigios de la edad.—Eso me encanta como suena —le dijo Grant mirándola con una breve chispa de deseo en la mirada— Pero ya he pasado toda la mañana fuera de la oficina.—¿Y tienes que estar todo el día allí? —preguntó ella con voz modosita.—No, Alexander sabe que yo me encargo de varias cosas —dijo— Pero siempre voy temprano a la oficina para reunirnos.—¡Qué estupidez! —su acento denotaba lo molesta que se sentía— Espero que podamos acabar todo pronto.Perlman se estaba terminando de abotonar la camisa, entonces la miró por e
Ivonne y Perlman cruzaron una mirada con rapidez al ver la acción de Grassman.—Salud, querido —dijo Ivonne.—Salud, Alexander —dijo Perlman sin dejar de mirar al hombre con el que había compartido tanto, y luego bebió un sorbo de su copa.Pasaron varios segundos antes de que Grassman mostrara algún signo de sentirse mal. Primero trató de sonreír hacia ellos y luego se le subió el color en el rostro mientras intentaba aflojarse un poco la corbata como si le molestara.—¿Estás bien, Alexander? —le preguntó Ivonne con gesto inocente.Grassman abrió la boca pero no pudo decir nada, solamente la miró con el rostro congestionado, luego se levantó de la silla, pero no pudo sino dar unos pocos pasos antes de caer en el piso con las manos en el pecho.Ivonne se levantó también y dejó su copa en el escritorio al acercarse a Perlman quien estaba parado mirando a su jefe moribundo.Al llegar junto a él le echó los brazos al cuello y lo besó con pasión en la boca, a lo que Grant respondió con pas
Rachel se le quedó mirando por unos momentos sin decir nada. Le costaba procesar un poco la información. Alexander Grassman muerto, no sabía si sentir pena por él o sentir alivio de que uno de sus enemigos declarados hubiera fallecido.—Esto sí que ha sido una sorpresa —dijo ella reponiéndose un poco de la impresión— La verdad era que no me lo esperaba.—Pero aún tienes que escuchar algo más —le dijo Brian, los demás presentes la miraban con algo de compasión en la mirada, sentían que ella estuviera pasando por todas estas vicisitudes.—¿Algo más? —preguntó con un gesto de extrañeza en la cara— ¿Qué quieres decir?—Que el forense nos llamó, Rachel —respondió Brian— Alexander Grassman tenía una afección grave en el corazón, desde que regresó a la ciudad se había sometido a varios exámenes e incluso estuvo hospitalizado un día por una especie de crisis que le había dado.—No entiendo, Brian —dijo Rachel.—Ya verás —le dijo el detective— Resulta que le hemos estado haciendo seguimiento,
La luz del sol entraba apenas un poco a través de las gruesas cortinas de la ventana. Grant Perlman abrió los ojos y se estiró cuan largo era en la cama, a su lado estaba Ivonne completamente desnuda y apenas medio cubierta por la sábana de seda.Pensó en levantarse sin despertarla, pero apenas hizo un movimiento para salir de la cama ella abrió los ojos, y luego de unos segundos le sonrió con coquetería.—¿Ya me vas a dejar, querido? —le susurró.—Solo iba al baño, amor —le dijo mientras le acariciaba la mejilla con el dorso de la mano.—No tardes —le dijo ella arrebujada en las sábanas.Grant no tardó mucho tiempo después de vaciar su vejiga, cuando se metió en la cama ella se le recostó en el pecho luego de darle un beso en los labios.—¿Y cuándo retomaremos con mi venganza, querido? —le preguntó ella después de un rato.—Pronto —le aseguró— De hecho, mañana me reuniré con Scrubb, sus muchachos están ansiosos de tomar revancha por el ataque que falló, la condenada muchacha viajaba