- ¡Por Dios!, creo que llegaré tarde a mi cita con Mark, tengo el cabello hecho un completo desastre- Aida se miraba en el espejo del automóvil.-Creo que piensas hacerte algo novedoso, lo noto por tu expresión Aida-. Leila su amiga buscaba en su bolso una revista, estaba segura que la tenía allí mismo.-La tengo- Leila hizo una mueca, Aida ahora conducía a velocidad, tenía que ir a la peluquería, después pasaría por el pastel de chocolate, nueces, almendras y cubierta para su esposo.-Creo que me haré un corte al hombro, secado, y listo, quedaré perfecta para esta noche-. Aida sonreía, estaba feliz, su esposo Horacio cumplía sus 48 años, y en días celebrarían su aniversario número (23) se habían casado y después de unos años llegaba al hogar su primera hija, Ciara era ahora una chica hermosa, blanca, ojos azule
El auto de Horacio llegaba a casa, solo la pequeña luz del jardín iluminaba, generalmente cenaban fuera de casa por lo que asumió que estarían alistándose, o mejor aún, recién llegando de la peluquería, el auto de Aida se encontraba estacionado, pero el de sus hijos, no, ni ningún otro coche, no pensó en nada fuera de lugar. Avanzaba por el corredor, luces apagadas, eso significaría que tendría que esperarles para ver qué lugar seria el elegido para la cena, mientras subiría a su habitación, se cambiaría pronto dando tiempo a que llegaran todos.Estaba a punto de subir por las escaleras, cuando las luces se encendieron quedando sorprendido.- ¡Sorpresa! -. Todos al tiempo estallaron en aplausos y silbatos, Horacio no daba crédito a cada detalle, la casa había sido totalmente decorada, la amplia mesa con galletas, budines, cho
El fin de semana transcurrió sin muchas novedades, Horacio y Aida se habían tomado su día para almorzar, compartir y hacer compras, habían re diseñado su jardín por lo que estuvieron mirando plantas, lámparas, y demás motivos, los trabajadores llegarían en contados minutos, un nuevo juego de sillas, mesa, y techo serian la novedad, le colocarían unas luces para la noche y unas lámparas que la misma Aida las había hecho, eran hermosas, sinceramente nadie hubiera creído en las toallas viejas de casa hechas ahora verdaderas obras de arte, bellezas que ahora decoraban el nuevo jardínLa noche llegaba en pleno, Aida y Horacio ya descansaban en la habitación, mientras leían sus respectivos libros, Aida ojeo su libro saltando algunos capítulos.-Horacio querido, mañana debo dejar organizada la cena para nuestro aniversario-.
En ese momento entraba tomando lugar en la barra, algo ligero y rápido, para volver a la oficina, había visto una agencia de viaje, entraría para mirar los planes, una semana o dos, era maravilloso el plan, tomaría fotos, visitarían pequeños poblados, cenas, vino, de paso podrían ir en auto de paseo, la idea sería renovar sus votos matrimoniales.Una ensalada fue suficiente, pagaba la cuenta con rapidez, le daría el tiempo en la agencia de viajes.Cruzando la calle tocaba a la puerta, unos pocos minutos después una amable mujer le atendía.-Hola, bienvenida, pase usted-.-Gracias…estoy interesada en su destino Italia, se ve atrayente-.-Oh si, ocho días, con todo incluido, vuelos, hotel, traslado, y si desea algo más, puedo ayudarle-.-Justo lo que busco, ocho días son perfectos, me gustaría alquilar un auto, sería interesan
Aida apagaba la pequeña lamparita de la mesa de noche para quedar bajo el pequeño rayo de luna que se filtraba por las cortinas de la habitación, dándole un toque bastante enternecedor.-Creo que lo necesitamos, desconectarnos de todo, no tendré problema mayor, dejaré a Jim encargado del proyecto -.-Yo hablé con mi jefe, no habrá mayores inconvenientes, dejaré todo listo en una semana, portadas cubiertas, dos artículos que debo entregar, tendremos esos días sin llamadas de trabajo, imagino una que otra para los chicos, tus padres…--Entonces no se diga más cariño, iremos a renovar nuestros votos matrimoniales, alguna capilla en un lugar pequeño, discreto, solos tu y yo--Nuestra fiesta de mañana será perfecta, compartiremos con todos, señora Kent nos aguardan días de pasión, besos, aventuras, y mucho am
Katia miró de costado hacia donde Leila tomaba lugar en la pista, su mirada no dejaba de ver a Horacio, le daba la impresión que cierto mal se envolvía en el ambiente. Ambiente que parecía opacar esa noche, podía ser tan solo una leve impresión, Leila era amiga de la familia, compañera de Aida hacia un buen par de años, Katia conocía a su madre Olivia, solían verse de tanto en tanto.-Horacio, he notado que Leila te mira con ojos hermosamente llamativos, debes ser cuidadoso, lo noté, pero pensé que eran cosas de madre con algo de intriga, ya sabes uno ve cosas a veces donde no las hay, o hay cosas que no se ven objetivamente-.-Madre creo que son impresiones, no me interesa Leila en lo absoluto, pero estaré en alerta-.-Te haría bien que estes alerta hijo, un traspié siempre trae complicaciones en la vida-.En ese instante George se acerc
Tenía una extraña sensación de temor, se cuestionó por unos segundos mientras estacionaba el auto, podía ser por Leila, estaba seguro que deseaba tener una seria relación con ella, aunque ella le generaba aquella extraña sensación,se sentía feliz, casi que no lo creía, pero sin embargo aquellos pálpitos fuertes estaban allí, sin irse, sin ausentarse, --La felicidad también da pálpitos…Pensaba-.Desde la primera vez que le conoció le gustó de tal manera que se quedó prendado, siempre que se cruzaban en algunos eventos o lugares, ella le miraba con aquella picardía, con aquellos ojos que le sugerían más, ahora era real, mejor dejar los pálpitos y ser feliz, había aguardado tanto tiempo por este momento y ahora se presentaba, como si todo estuviera hecho para que fuera as&iacu
Leila despertaba con rapidez mirando su reloj en la mesa de noche, las copas de la noche anterior fueron demasiadas, más de una botella.Caminando a paso algo lento, llegaba al baño en el instante que cerraba la puerta, miró de reojo hacia la cama, Jim dormía profundamente.En que estaba pensando en invitarle a su cama, estaba loca quizás.Se quedaba sentada allí mientras sentía como descansaba su vejiga.Se lavaba las manos, recogía su cabello para ir directo a la cocona por una buena taza de café.Colocaba la cafetera y esperando tomó lugar en uno de las sillas de la barra, entre las cosas que recordaba, tenía presente la pasión, el placer y los deseos con los cuales habían hecho el amor, no ocultaba que era atractivo, sensual, y muy pasional…ella también lo era, pero no era más que un deseo carnal que pensaba seguir mientras todo siguiera.Le gustaba Horacio, era algo que la estremecía de pies a cabeza, no podía mantener por mas tiempo su fidelidad por amistad, su objetivo era desf