~Nunca debí decirlo ~

Los minutos corrieron lentamente a medida que avanzábamos por la repleta ciudad, a pesar de que cada segundo para mi parecia ser una hora llegamos rapido al lugar, todos los creditos se los otorgamos a Frank, gracias a que se conoce las calles de New York como la palma de su mano logramos llegar tan rapido como un rayo, no podia decir que la emocion era la misma porque mentia totalmente, era aún más grande, al fueran otros tiempos estuviera muerta de miedo de que mis padres nos descubrieran a mi a Anastasia haciendo algo como esto pero despues de todo lo que ha pasado en estos meses me resulta realmente divertido, ya mentirle a mis padres se ha vuelto una costumbre pero viniendo de Anastasia, la hija perfecta, no es muy propio que digamos.

El auto se estacionó en frente del gran centro comercial, este lugar queda de camino hacia la pista por lo que cuando venía con Max siempre me fijaba en él, nunca me di cuenta de que fuese tan grande, t