A medida que Hope fue creciendo, también aumentaron los gastos de la casa. Así que tuve que tomar un segundo empleo. De lunes a sábados de 9 a 17 trabajaba en la cafetería y los viernes, sábados y domingos en un restaurante de 21 a 2 a.m. El poco tiempo libre que me quedaba lo ocupaba con mi pequeña y Kim. Por suerte a la noche ella se ocupaba de mi bebé. Y siempre podía contar con su abuelo y Tina, que adoraban cuidarla.
Veía a Jenny de vez en cuando, entre sus clases, fiestas y mi trabajo apenas si teníamos tiempo de vernos una vez al mes. Pero el día que lo hacíamos hablábamos durante horas.
Un día mientras estábamos en el parque, Hope miraba cómo un padre jugaba con su hijo y entonces de la nada dijo.
—¿Papá? —su vocecita confundida me estrujó el corazón.
—Papá está muy lej
Unos días después mientras atendía la barra de pedidos del café. Una hermosa sonrisa captó mi atención.—¿Qué haces aquí? —pregunté sorprendida. Corey estaba siguiente en la fila, tenía una sonrisa encantadora y lucía mejor de lo que recordaba. Ahora sin los efectos del alcohol, era más apuesto que en mis recuerdos, y mucho más alto.—Pedir un café… eso hacen aquí, ¿no? —dijo divertido.—¿No hay cafeterías por el campus?—Ninguna que sea atendida por una mujer con tu sonrisa —respondió y mis mejillas se encendieron. Sonreí como una tonta.—¿Qué tomas?—Latte grande.—Siéntate, ya te lo alcanzo yo —lo preparé y le pedí a Silvi, mi compañera, si podía cubrirme uno
El almuerzo con Corey fue maravilloso, me llevó a un restaurante de L.A. y comimos en la terraza. Luego paseamos por la ciudad. Por todo el Boulevard Hollywood. Reímos y hablamos mucho. Me contó un poco de su vida, su padre era inglés, conoció a su madre en la universidad y al poco tiempo de que él naciera se mudaron a New York. También me habló de sus hermanas y de cuánto las quería, pero que lo volvían loco. También de su amor por el cine. Tarantino era uno de sus directores favoritos. Me habló de sus sueños, y de lo mucho que yo le gustaba. Yo le conté un poco de mi vida, de la muerte de mi madre y cómo cambió nuestras vidas, de la mudanza a Pasadena y luego de Hope.—No quiero ser entrometido Becca, pero… ¿qué hay de su padre? —preguntó finalmente.—Su padre,
El verano llegó y mi padre y su familia estaban listos para ir a Florida, Kim iría con ellos otra vez e insistieron en llevarse a Hope, me venía bien, ya que, sin Kim, no tenía quién la cuidara mientras yo hacía los turnos de la noche en el restaurante.—Ven con nosotros Becca, a Hope le encantará —insistió Cristina.—Sabes que no puedo, tengo que trabajar.—Pero puedes tomarte unos días, ¿no? —prosiguió mi padre.—Cuando me den unos días los alcanzaré allí, ¿de acuerdo?—De acuerdo, como tú quieras cariño —contestó Tina.Tomé a mi pequeña en brazos. Era la primera vez que pasaríamos tanto tiempo separadas y se me estaba dando fatal dejarla ir.—¿Sabes cuánto te amo?—Más que a tu vida.
Los siguientes meses fueron de lo más normal. Llevaba una vida tranquila y rutinaria.Entre mis dos trabajos, mi hija, Kim y mi novio. Apenas si me quedaba tiempo para la familia y amigos.Kimmy estaba en el anteúltimo año de la prepa y cada vez, estaba más difícil. Entre sus continuos cambios de humor, su falta de comunicación conmigo y mi poca paciencia, era una guerra continua.Una noche al volver del trabajo la encontré teniendo sexo en el sofá de casa con Logan. No era estúpida, sabía que lo hacían, pero me pareció espantoso ver esa escena, y con mi hija durmiendo en la otra habitación. Sabiendo que podía levantarse en cualquier momento, ya que había pasado de la cuna, a la cama de "nena grande" como ella la llamaba.—Logan, tienes tres segundos para vestirte y salir de mi casa… —dije segura y en un tono no muy fuerte para no de
—Feliz cumpleaños a ti… —la dulce voz de mi hija me despertó del sueño. Abrí los ojos lentamente y sus hermosos rizos rubios resplandecían bajo los rayos de sol que entraban por la ventana, sus avellanados ojos azules me miraban divertidos y su boca en forma de corazón se curvaba en una inmensa sonrisa. «La imagen más hermosa del mundo», pensé mientras sonreía.—Gracias muñequita.—Pide un deseo, mami —me animó mi pequeña sosteniendo una torre de hot cakes con una vela encima. Cerré los ojos y lo hice.—Ayúdame a apagar la vela cariño —ambas soplamos a la vez y se acomodó a mi lado en la cama.—Es para ti, pero puedes compartir si quieres.—Hmmm, ¿habrá alguien que quiera compartir conmigo estos deliciosos hot cakes?—YO,
Su propuesta de matrimonio me tomó por sorpresa, no estaba lista, y el miedo a perderlo me paralizó y me hizo decir algo que no quería. Amaba a Corey, de eso estaba segura, no como amé y amo a Jake. Pero él era un gran hombre y sabía que me amaba y me apoyaba. Aun así, todo mi interior me decía que no debía casarme con él.—No nos apresuremos cariño. No quiero casarme de inmediato —dije cuando nos sentamos en la arena a hablar sobre lo que había pasado.—De acuerdo. De todas maneras, aún tengo unos meses hasta terminar la carrera.—Quizás el próximo año, ya veremos. No quiero apurarme.—¿No quieres casarte? —ahí estaba esa espantosa sensación de perderlo de nuevo y volví a acobardarme.—Sí, sí quiero casarme contigo, es solo que… somos muy jó
Unos días después invité a Corey a cenar a casa, con mi hija y mi hermana. Él se sorprendió al principio, luego le gustó la idea. Finalmente lo dejaba entrar en mi vida, algo que siempre me reprochaba y la causa más común de nuestras peleas.El martes llegó y yo me pasé la tarde cocinando, mientras Kim preparaba sus exámenes y Hope jugueteaba por la casa.Cuando tuve la carne lista en el horno y los vegetales cocinándose. Bañé a la pequeña y la vestí con su famoso disfraz de hada rosa. Luego me metí yo en la ducha, elegí un sencillo vestido azul marino y el portero sonó.Cuando llegué al salón, Kim ya había atendido.—Ya está subiendo, relájate —me dijo con una sonrisa.—Lo intentaré. Ven aquí muñequita —dije tomando a Hope en brazos. Kim
Luego del tercer cumpleaños de Hope, todo se puso raro.Volvimos a hablar acerca de la mudanza a Londres, pero le dejé en claro que nosotras no iríamos con él. No podía pedirle que dejara pasar semejante oportunidad de hacer lo que amaba, y no le permitiría dejarlo por mí. Ese tipo de cosas generaban resentimiento en una pareja, y no estaba dispuesta a comenzar así un matrimonio, que se suponía sería para toda la vida.—Ve tú —dije con el corazón en la mano.—No quiero ir sin ti.—No puedo hacerle eso a mi familia, o a Hope. Lo siento.—¿Entonces qué? ¿Se terminó?—Supongo que lo mejor es que cada quién siga su camino, Corey. Quizás no es el momento, quién sabe… más adelante, tal vez.—Te amo Becca. No quiero dejarte. No puedo irme sin ti.<