El verano llegó y mi padre y su familia estaban listos para ir a Florida, Kim iría con ellos otra vez e insistieron en llevarse a Hope, me venía bien, ya que, sin Kim, no tenía quién la cuidara mientras yo hacía los turnos de la noche en el restaurante.
—Ven con nosotros Becca, a Hope le encantará —insistió Cristina.
—Sabes que no puedo, tengo que trabajar.
—Pero puedes tomarte unos días, ¿no? —prosiguió mi padre.
—Cuando me den unos días los alcanzaré allí, ¿de acuerdo?
—De acuerdo, como tú quieras cariño —contestó Tina.
Tomé a mi pequeña en brazos. Era la primera vez que pasaríamos tanto tiempo separadas y se me estaba dando fatal dejarla ir.
—¿Sabes cuánto te amo?
—Más que a tu vida.
Los siguientes meses fueron de lo más normal. Llevaba una vida tranquila y rutinaria.Entre mis dos trabajos, mi hija, Kim y mi novio. Apenas si me quedaba tiempo para la familia y amigos.Kimmy estaba en el anteúltimo año de la prepa y cada vez, estaba más difícil. Entre sus continuos cambios de humor, su falta de comunicación conmigo y mi poca paciencia, era una guerra continua.Una noche al volver del trabajo la encontré teniendo sexo en el sofá de casa con Logan. No era estúpida, sabía que lo hacían, pero me pareció espantoso ver esa escena, y con mi hija durmiendo en la otra habitación. Sabiendo que podía levantarse en cualquier momento, ya que había pasado de la cuna, a la cama de "nena grande" como ella la llamaba.—Logan, tienes tres segundos para vestirte y salir de mi casa… —dije segura y en un tono no muy fuerte para no de
—Feliz cumpleaños a ti… —la dulce voz de mi hija me despertó del sueño. Abrí los ojos lentamente y sus hermosos rizos rubios resplandecían bajo los rayos de sol que entraban por la ventana, sus avellanados ojos azules me miraban divertidos y su boca en forma de corazón se curvaba en una inmensa sonrisa. «La imagen más hermosa del mundo», pensé mientras sonreía.—Gracias muñequita.—Pide un deseo, mami —me animó mi pequeña sosteniendo una torre de hot cakes con una vela encima. Cerré los ojos y lo hice.—Ayúdame a apagar la vela cariño —ambas soplamos a la vez y se acomodó a mi lado en la cama.—Es para ti, pero puedes compartir si quieres.—Hmmm, ¿habrá alguien que quiera compartir conmigo estos deliciosos hot cakes?—YO,
Su propuesta de matrimonio me tomó por sorpresa, no estaba lista, y el miedo a perderlo me paralizó y me hizo decir algo que no quería. Amaba a Corey, de eso estaba segura, no como amé y amo a Jake. Pero él era un gran hombre y sabía que me amaba y me apoyaba. Aun así, todo mi interior me decía que no debía casarme con él.—No nos apresuremos cariño. No quiero casarme de inmediato —dije cuando nos sentamos en la arena a hablar sobre lo que había pasado.—De acuerdo. De todas maneras, aún tengo unos meses hasta terminar la carrera.—Quizás el próximo año, ya veremos. No quiero apurarme.—¿No quieres casarte? —ahí estaba esa espantosa sensación de perderlo de nuevo y volví a acobardarme.—Sí, sí quiero casarme contigo, es solo que… somos muy jó
Unos días después invité a Corey a cenar a casa, con mi hija y mi hermana. Él se sorprendió al principio, luego le gustó la idea. Finalmente lo dejaba entrar en mi vida, algo que siempre me reprochaba y la causa más común de nuestras peleas.El martes llegó y yo me pasé la tarde cocinando, mientras Kim preparaba sus exámenes y Hope jugueteaba por la casa.Cuando tuve la carne lista en el horno y los vegetales cocinándose. Bañé a la pequeña y la vestí con su famoso disfraz de hada rosa. Luego me metí yo en la ducha, elegí un sencillo vestido azul marino y el portero sonó.Cuando llegué al salón, Kim ya había atendido.—Ya está subiendo, relájate —me dijo con una sonrisa.—Lo intentaré. Ven aquí muñequita —dije tomando a Hope en brazos. Kim
Luego del tercer cumpleaños de Hope, todo se puso raro.Volvimos a hablar acerca de la mudanza a Londres, pero le dejé en claro que nosotras no iríamos con él. No podía pedirle que dejara pasar semejante oportunidad de hacer lo que amaba, y no le permitiría dejarlo por mí. Ese tipo de cosas generaban resentimiento en una pareja, y no estaba dispuesta a comenzar así un matrimonio, que se suponía sería para toda la vida.—Ve tú —dije con el corazón en la mano.—No quiero ir sin ti.—No puedo hacerle eso a mi familia, o a Hope. Lo siento.—¿Entonces qué? ¿Se terminó?—Supongo que lo mejor es que cada quién siga su camino, Corey. Quizás no es el momento, quién sabe… más adelante, tal vez.—Te amo Becca. No quiero dejarte. No puedo irme sin ti.<
Las cosas fueron de bien a mejor. Mi relación con Kim volvió a la normalidad y ella se concentró en aplicar a varias universidades.—¿Qué harás si me voy lejos? —preguntó mientras llenábamos los formularios de Princeton.—No te preocupes por nosotras. Me las arreglaré. Solo quiero que puedas estudiar en una buena universidad. Y con tus calificaciones conseguirás una buena escuela.—Papá prometió ocuparse de la matrícula y el hospedaje y conseguiré trabajo para el resto.—Suena a un buen plan.—Pero no quiero dejarte sola…—No estoy sola, tengo a Hope.Luego del cuarto cumpleaños de Hope, finalmente las cartas comenzaron a llegar.Kim se había convertido en una excelente candidata y muchas universidades la aceptaron.Se decidió por la Universid
—Teniente Gilbert, ¿listo para irnos? —preguntó mi mejor amigo y hermano por elección Tyler.—Sí sargento Perry. Prepare a los chicos. Y abastezca el convoy, partimos a las 0600 —ordené a mi hombre de confianza y segundo al mando.Revisé mi uniforme, asegurándome de tener todo lo que necesitaba. Mi chaleco, mi arma, municiones, agua. Una vez todo estuvo chequeado me metí en la campaña de los oficiales a hablar con mi superior para recibir las ordenes.—Jake, ¿todo está listo? —preguntó el general Kelley.—Todo en marcha, ¿cuáles son las ordenes?—Tu equipo cubrirá a los Marines que harán un reconocimiento. Quiero un ojo de halcón en todo momento sobre ellos. Y Jake… sin prisioneros.—Así se hará general.Me reuní con mis hombres
Poder mantener ambos trabajos me estaba costando mucho. Por suerte mi padre y Tina se ofrecieron a cuidar de Hope mientras hacía el turno de la noche los fines de semana. Entrené a una chica, pero no estaba hecha para esto y renunció de inmediato, por lo que mis dos semanas de entrenamiento se esfumaron y tuve que volver a la búsqueda y empezar de cero.Violet ya me había enseñado cómo funcionaba todo y ese día sería el primero como encargada de la cafetería.Cuando la alarma marcó las 7.15 a.m. salté de la cama y me metí a la ducha. Luego del baño, cepillé mis dientes y sequé mi cabello. Lo levanté en un moño con mechones descuidados, y me maquillé un poco, solo una línea negra sobre mi párpado, algo de rímel y brillo en mis labios. Me puse el nuevo uniforme, que consistía de un pantalón de vestir negro