ARIA«¿Qué tan difícil es seducir a un hombre que, a pesar de ser muy atractivo, no me gusta ni un poco? Mucho, a decir verdad».Dejando de lado el asco y la vergüenza, sigo acariciando la prominente montaña que se percibe en sus pantalones con mis pies y sonrío lo más malicioso que puedo. Aunque ya lo había hecho varias veces con Adam sin llegar a pasar esa línea que tanto he temido, esto se siente muy desagradable. «Mierda, definitivamente esto está siendo muy difícil de llevar a acabo».Es que ni siquiera cuando me atreví a tocar a cara de mico me sentí así de avergonzada. Quizá es el hecho de que Rodríguez parece más mi padre que un hombre de mi edad como para llegar a despertar esos malos pensamientos en mi interior, aún así, trato de imaginar a mi novio, pero no puedo concentrarme en el hombre indeciso, pero deseoso frente a mí.«¿Por qué jodida razón tuve que dañar mi teléfono?».«Si la ira no me hubiera nublado tanto, no tendría por qué estar haciendo algo tan bajo como esto»
Trato de liberarme de su agarre, pero me sostiene tan firme y fuerte que me es imposible soltarme y alejarme. De repente me siento muy mareada con el olor de su perfume.—Me estás lastimando — aparto la mirada de sus labios y lo miro a los ojos, descubriendo que la suya está fija en mí.Me suelta lentamente la mano, pero ninguno de los dos hace el intento de dar un paso atrás o dejar de mirarnos.«¿Por qué no puedo dejar de mirar sus ojos?».—Tratemos de llevar la fiesta en paz hasta que su padre regrese a casa y ya no me permita estar encima suyo todo el tiempo — saca su teléfono del bolsillo de su pantalón y me lo entrega—. No tiene que ofrecerse para hacerle una llamada a su novio, señorita..«¡Es tan difícil que nos llevemos bien cuando es tan desgraciado e irritante!».—No quería llamar a Adam — aclaro y regreso a la cama, sintiéndome muy avergonzada y asqueada por lo que hice—. Cierra las cortinas, por favor, quiero dormir un poco — le doy la espalda y respiro profundo antes de
DYLANNo sé qué es lo que más me molesta, que me guste la manera en la que esa boquita tan insolente, atrevida y grosera se mueve sobre la mía o el hecho de que no me haya podido contener más tiempo. En mi defensa, necesitaba a toda costa acallar al diablo y su maldad. Su voz es tan irritante, pero su boca tiene un sabor delicioso y suave capaz de asesinar al que tenga la satisfacción de probarla.Presiono su cuerpo contra la pared y deslizo mis manos a su espalda, acariciando lentamente la piel expuesta que deja ver su corto pijama y profundizando mi lengua en su boca.Tengo que detenerme, pero debo y necesito seguir explorando su boca con mayor profundidad.Con la piel ardiendo y el corazón bombeando más fuerte con cada milésima de segundo, la aprieto contra mi cuerpo, haciéndole sentir todo lo que provoca con su grosería y su arrogancia.Esta chiquilla logra sus objetivos a la perfección. No puedo apartarme de su boca, de la sensación suave y ardiente que sus labios desprenden. Jod
ARIADejo que le agua fría choque en mi cuerpo y suspiro profundo, cerrando los ojos para dejar de pensar en la sensación de hormigueo que percibo por toda mi piel. Mis piernas siguen temblorosas y mis labios aún sienten la presión y demanda de los suyos.«¿Por qué me dejé besar, pero sobre todo, por qué lo seguí besando como si no hubiera un mañana?».No sé lo que estaba pensando en ese momento en el que nuestros labios se encontraban enredados, pero claramente no estaba en mis cinco sentidos.«¡Besé como lunática a ese cara de mico y lo peor de todo es que me gustó en demasía!».Lo peor del caso es ese, que sus besos me hayan gustado tanto. Sus labios son muy suaves, demandantes y ardientes. Sabe besar muy bien, parece que tiene bastante experiencia moviendo los labios, usando su lengua y despellejando cueros con esas manos tan grandes y cálidas.Ahora bien, su cuerpo, sus manos, su voz, su mirada. Ese hombre envuelve a cualquiera con esa sensualidad que posee tan naturalmente. Sus
Tan pronto entramos a la casa, me sienta en una silla y se hace a un lado con una postura extremadamente rígida y fría.Quisiera decir muchas cosas, pero las palabras no salen de mi boca. Pelear por mi libertad y una simple explicación es tan innecesario, pues haga lo que haga no seré escuchada.Lágrimas se deslizan por mis mejillas y no puedo dejar de soltarlas, lo peor de todo es que tampoco tengo el modo de limpiar mi rostro y hacer de cuenta de que nada ha pasado.«Debo verme tan miserable a ojos de los demás, pero ¿qué más da?».—Mi niña, ¿qué pasó? ¿Estás bien? — Bianca se acerca a mí y me mira preocupada.—Estoy bien, no te preocupes por nada.—Pero mírate nada más — niega varias veces con la cabeza—. ¿Por qué estás esposada? ¿Es necesario que esté así, Emmett.—Ya sabes que a mi padre le gusta jugar últimamente al carcelario, así que no le eches la culpa a Torres — rio con amargura—. Sin esposas el juego no es tan creíble ni mucho menos divertido, ¿verdad?—Dylan, suelta sus m
Desde que salimos de la mansión no he mencionado palabra alguna, pero ¿qué más puedo decir, si por más que pregunte, nunca me dirán absolutamente nada? Realmente no siento deseos de discutir con alguien de los que están a mi alrededor, si al igual que yo, todos estos guardaespaldas están siguiendo las órdenes de mi padre. Es injusto pelear con ellos, si a fin de cuentas están haciendo su trabajo.Llegamos a una casa mucho más pequeña y menos llamativa, pero igual de protegida a la anterior. Esta cantidad de guardaespaldas me angustia cada segundo más. No dejo de pensar en que estoy en peligro, pero a la vez quisiera entender de qué o quién. Todo sería mucho más sencillo si me hablaran con la verdad y dejaran de esconderme lo que está sucediendo.No sé en qué pueblo o ciudad estamos, pues el viaje en coche fue eterno y tampoco presté atención a la última intersección que pasamos antes de entrar a este lugar. De lo que sí me percaté es que este pueblo es pequeño y tranquilo, supongo que
Hoy ha sido el día que más he llorado en toda mi vida y he sentido que no significo nada siquiera para aquellos que me dieron la vida. Me siento cansada fisica y mentalmente, aparte de que mis ojos arden y siento una punzada molesta en la cabeza y el pecho. Esta sensación amarga y desilusionada será muy difícil de arrancar de mi mente y de mi alma.Después de que Dylan saliera de la habitación, me adentro al baño con la intención de relajar mis músculos bajo el agua caliente.«Nada mejor que un buen baño capaz de arrancarme un poco el malestar en el cuerpo, porque lo mal que me siento por dentro será difícil de arrancar u olvidar..».Salgo del baño cuando ya he tenido suficiente y, una vez seco mi cuerpo, unto crema por toda mi piel. Me siento un poco más relajada y mi rostro ya no se ve tan fatal, pero no puedo sacar de mi mente las pocas palabras de mi padre. Quisiera hablar con mis padres, aunque sea enviarles un mensaje para saber si se encuentran bien.«Su padre la ha expuesto tr
DYLANQuería hacerme el de la vista gorda con ella y todos esos pensamientos que me estaban calentando la cabeza, pero es imposible no hacer algo cuando está tan afectada por los truenos.«Resulta que la chiquilla tiene miedo de unos simples truenos, ¿eh?». Si se tratara de otra persona y nos encontráramos en otras circunstancias, no dudaría un solo segundo en aprovecharme de su debilidad, pero me siento en la obligación de protegerla incluso de la lluvia.Me levanto de la cama y me acerco a la suya, más no encuentro cómo darle calma cuando llora de esa manera tan descontrolada y desesperada.—Pronto pasará... — sus sollozos me generan molestia en el pecho.«¡Vuelve a la cama!». Gritan todas mis alertas, pero contrario a eso, deslizo sus mantas suavemente hacia abajo.—¿Se encuentra bien, señorita?—¡Dylan! — todo lo esperaba, menos que me abrazara tan fuerte—. Pensé que estabas dormido.—Lo estaba — miento, muy quieto en mi lugar y sin saber qué hacer ante sus brazos rodeando mi cuer