Desde que salimos de la mansión no he mencionado palabra alguna, pero ¿qué más puedo decir, si por más que pregunte, nunca me dirán absolutamente nada? Realmente no siento deseos de discutir con alguien de los que están a mi alrededor, si al igual que yo, todos estos guardaespaldas están siguiendo las órdenes de mi padre. Es injusto pelear con ellos, si a fin de cuentas están haciendo su trabajo.Llegamos a una casa mucho más pequeña y menos llamativa, pero igual de protegida a la anterior. Esta cantidad de guardaespaldas me angustia cada segundo más. No dejo de pensar en que estoy en peligro, pero a la vez quisiera entender de qué o quién. Todo sería mucho más sencillo si me hablaran con la verdad y dejaran de esconderme lo que está sucediendo.No sé en qué pueblo o ciudad estamos, pues el viaje en coche fue eterno y tampoco presté atención a la última intersección que pasamos antes de entrar a este lugar. De lo que sí me percaté es que este pueblo es pequeño y tranquilo, supongo que
Hoy ha sido el día que más he llorado en toda mi vida y he sentido que no significo nada siquiera para aquellos que me dieron la vida. Me siento cansada fisica y mentalmente, aparte de que mis ojos arden y siento una punzada molesta en la cabeza y el pecho. Esta sensación amarga y desilusionada será muy difícil de arrancar de mi mente y de mi alma.Después de que Dylan saliera de la habitación, me adentro al baño con la intención de relajar mis músculos bajo el agua caliente.«Nada mejor que un buen baño capaz de arrancarme un poco el malestar en el cuerpo, porque lo mal que me siento por dentro será difícil de arrancar u olvidar..».Salgo del baño cuando ya he tenido suficiente y, una vez seco mi cuerpo, unto crema por toda mi piel. Me siento un poco más relajada y mi rostro ya no se ve tan fatal, pero no puedo sacar de mi mente las pocas palabras de mi padre. Quisiera hablar con mis padres, aunque sea enviarles un mensaje para saber si se encuentran bien.«Su padre la ha expuesto tr
DYLANQuería hacerme el de la vista gorda con ella y todos esos pensamientos que me estaban calentando la cabeza, pero es imposible no hacer algo cuando está tan afectada por los truenos.«Resulta que la chiquilla tiene miedo de unos simples truenos, ¿eh?». Si se tratara de otra persona y nos encontráramos en otras circunstancias, no dudaría un solo segundo en aprovecharme de su debilidad, pero me siento en la obligación de protegerla incluso de la lluvia.Me levanto de la cama y me acerco a la suya, más no encuentro cómo darle calma cuando llora de esa manera tan descontrolada y desesperada.—Pronto pasará... — sus sollozos me generan molestia en el pecho.«¡Vuelve a la cama!». Gritan todas mis alertas, pero contrario a eso, deslizo sus mantas suavemente hacia abajo.—¿Se encuentra bien, señorita?—¡Dylan! — todo lo esperaba, menos que me abrazara tan fuerte—. Pensé que estabas dormido.—Lo estaba — miento, muy quieto en mi lugar y sin saber qué hacer ante sus brazos rodeando mi cuer
Contrario a lo que tenía en mente, me quedé dormido antes de darme cuenta. El calor de su cuerpo y ese aroma tan rico que desprende su ser me envolvió con suma rapidez y facilidad. No supe ni en qué momento me dormí.Despierto desorientado, por un segundo olvidando dónde me encuentro, pero ese pequeño y cálido cuerpo casi encima del mío me trae por completo a la realidad.«¡Maldición, ¿en qué momento me quedé dormido en su cama?! ¿Cómo es que sigo aquí junto a ella? ¡Y lo peor de todo, ¿cómo es que terminé abrazado a su cintura?!».No soy capaz de mover siquiera un solo músculo, no sé si porque sigo impresionado por el hecho de haberme dormido en su cama o por temor a despertarla.La miro fijamente y me pierdo largos segundos en su expresión tranquila. Se ve tan linda estando con los ojos cerrados y en completo silencio. Sus pestañas largas, sus mejillas rosadas y sus labios entreabiertos la hacen ver como un bello y tierno ángel que no posee maldad alguna.«Así debería ser siempre, p
ARIANo sé qué sucede conmigo, pero desde que Dylan se acostó a mi lado la noche de la tormenta, no he vuelto a conciliar el sueño. Debo estar muy mal de la cabeza para pensar en escabullirme bajo sus sabanas sin que se dé cuenta, pero es que su aroma, el calor de su cuerpo y esos brazos tan fuertes y grandes llenando mis sentidos me hicieron caer en coma profundo.«Definitivamente, algo ando muy mal en mi cabeza. Este impulso y deseo no es algo propio de mí».Como hace cinco noches atrás, doy vueltas en la cama sin poder dormir. Siento calor, frío, que el colchón es poco cómodo y que además las cobijas me pesan. Cansada de sentirme tan sola en una cama tan grande y fría, me levanto y me acerco sigilosamente a la de Dylan.Lo miro fijamente y sonrío. Decir que no es atractivo es mentir descaradamente, si de más está decir que el hombre está como quiere.¿A quién no le gustan los tipos grandes, de mirada seductora y cuerpos comestibles? A mí me gustan y tal parece que mucho.Dylan es t
Presiona sus labios nuevamente contra los míos, robándome el aliento en un beso mucho más profundo y demandante que el anterior. Su boca no me permitió decir palabra alguna, aunque, ¿qué podría decir si sus labios, la posición en la que nos encontramos y el roce de nuestros cuerpos me tiene ardiendo y con la mente en blanco? No quiero usar la boca para otra cosa que no sea probar esos labios que tan suaves y carnosos se sienten.Desciende sus labios por mi cuello en dirección a mi oído, deslizando a su vez una de sus manos por mis muslos y soy incapaz de retener esos suspiros que escapan de mis labios. Sus manos son tan grandes, suaves y tibias. Su tacto tiene el poder suficiente para hacerme estremecer con fuerza debajo de su cuerpo.Aunque soy consciente de lo que pueda llegar a pasar entre los dos, no estoy segura si es así como lo quiero. Siempre soñé con que mi primera vez fuera mágica e inolvidable, en un ambiente romántico junto a Adam, pero ahora mismo él ni siquiera está en m
Pero él es como si leyera mis pensamientos, pues con sus dientes desliza mi panty hacia abajo y me lo quita por completo con la ayuda de sus manos. Sin poder retenerlo, pone la planta de mis pies en sus hombros y me abre de piernas, dejándome expuesta y sin la posibilidad de cerrarlas porque él está en medio de ellas.No encuentro cómo mirarlo a la cara en la posición tan vergonzosa en la que me tiene, sobre todo porque no esperaba nada de esto y no había pensado siquiera en depilarme, pero a él eso parece no importarle, ya que abre mis labios inferiores con sus dedos mientras mi cara se quiere caer de vergüenza.—Estás muy húmeda, ¿lo sabías?—No me digas... — murmuro.—No sabía que alguien tan orgullosa y grosera como tú fuera capaz de ponerse así de llorona por mí — desliza la yema de sus dedos por mis pliegues y tiemblo—. Que sensitiva, ¿eh?Cuando pienso que no va a hacerme nada, sus labios hacen contacto con los míos y los succiona de manera ruda, pero excitante, antes de presion
DYLANPor la misma frustración, dolor y rabia no tengo cabeza para quitarme las ganas con mi propia mano. Nunca me había dolido tanto una jodida erección como ahora. Esa chiquilla sabe cómo envolver a un hombre y jugar de lo más sucio. Es experta en levantar a los muertos de sus tumbas con una sola mirada. Tener su dulce sabor en mi paladar y su olor en mi mano no me ayuda en lo absoluto, lo único que logra es hacerme poner más duro y me enfurece en demasía sentir tantos deseos por ella.«¿En qué momento se clavó tanto en mi pensamiento hasta el punto de hacerme perder la razón?» Volví a caer en sus juegos, solo que esta vez sus encantos, su dulzura y ese calor tan envolvente me dejó muy vulnerable.Sintiéndome más frustrado cada segundo que recuerdo la vibración de su cuerpo y ese sabor tan fascinante de su ser, tomo una ducha larga y fría, borrando de la mente la textura de su piel y de sus labios, pero es imposible. Desde esa noche en la que durmió entre mis brazos y me compartió u