Cerré y abrí los ojos varias veces seguidas para borrar esa imagen delante de mí, pero esos dos cuerpos que abrazados dormían juntos seguían ahí, descansando plácidamente uno en los brazos del otro como si el resto del mundo les valiera tres reverendas hectáreas de m****a.
Quise contenerme, realmente quería salir corriendo, devolver el tiempo y no haber tomado la estúpida decisión de venir sabiendo que ella ya no me quería aquí ni en pintura, claro, porque otro ya ocupaba el que por derecho era mi lugar.
Siendo dominado por la decepción, la rabia, los celos y esa enfermiza necesidad de conocer las razones de su infidelidad, arranco las sábanas de sus cuerpos para darme cuenta de que la m*****a víbora siempre me respiró en la nuca, lista para atacarme en la yugular y yo simplemente le permití entrar a nuestras vidas.
—¡Sara! — grito, conteniendo las ganas de moler a golpes al que decía ser mi compañero y mejor amigo, ese maldito traidor que me tiró toda la culpa a mí cuando yo no fui el asesino.
—¿T-tú qué mierdas haces en mi casa? — se apresura a cubrir su desnudez con la sabana, pero se la vuelvo a arrebatar y Julián se interpone en el medio de nosotros.
—¿Qué haces aquí? ¿No deberías estar en casa de tu hermano?
—Cállate, maldito traidor — mi mano se aferra a su cuello sin siquiera darme cuenta—. No te bastó con solo joder mi carrera sino también quitarme a mi esposa.
Una sonrisa burlona aparece en sus labios y más aprieto su cuello. Escucho los gritos de Sara pidiéndome que lo suelte, pero esta m*****a cucaracha merece ser extirpada cuanto antes.
—¡Dorian, ¿acaso no ves que lo estás lastimando?!
—¿Te duele más? — ladeo la cabeza y miro en sus ojos cristalizados lo mucho que le afecta—. ¿Por él sí llorarías? Dime una cosa, mi amor, ¿por cuánto tiempo me estuvieron viendo la cara de estúpido?
Hace silencio y baja la cabeza, pero vuelve a mirarme con esa misma furia con la que hace un mes me sacó de mi casa para meter a esta rata de dos pesos que tiene un cuello demasiado accesible y frágil.
—¿Quieres saber la verdad? Pues ahí te va...
—Sara... — susurra Julián, tratando de llevar aire a sus pulmones.
—¿Acaso no querías esto? Pues aquí tienes lo que tanto deseabas, de igual manera ya no tenemos que seguir escondiéndonos por más tiempo. Julián y yo hemos tenido una relación a tus espaldas por más de dos años.
—¿Por qué? — aprieto mi mano con mayor fuerza, desconociendo a la mujer que he amado toda mi vida—. ¿Por qué fallarme? Yo te te lo entregué todo en mi vida, Sara.
—¿Qué me diste? ¿Crees que decirme que me amas es suficiente, Dorian? ¡Pues no! Yo necesitaba un esposo a mi lado, alguien que me comprendiera, que me llevara la idea, que estuviera siempre para mí cuando así lo necesitaba. Tú solo te la pasabas trabajando, dejándome sola en casa por largas noches y días.
—¿De verdad nunca estuve para ti, Sara? — la miro fijamente a los ojos y desvía la mirada—. Cuéntame, ¿quién estuvo siendo tu bastón cuando todos te cerraron las puertas en la cara y no tenías a dónde más tocar? ¿Quién se sacrificó noches enteras para que lo tuvieras todo y nada te hiciera falta? ¿Quién fue el que tuvo que dejar de ser un cocinero de barrio y sin futuro para darte lo mejor al convertirse en un puto policía? No quiero tirarte todo en cara, porque lo que hice por ti fue de corazón y para verte feliz, para que dejaras de disgustarte por cada cosa que no te salía como querías. Aún con todo lo que te entregué, te ofrecí en bandeja de plata y sacrifiqué, ¿no fue suficiente y por eso tuviste que buscar en otro lo que te sobraba conmigo?
—Julián siempre me ha escuchado, tú, en cambio...
—¿Yo no lo hacía? — vuelve a callar y sonrío amargo—. No te importaba mi cansancio físico y mental siempre y cuando estuviera ahí escuchando lo que tenías que decir, ¿o eso también lo olvidaste? ¿Por qué me pagas de esta manera, Sara? Si ya no sentías amor por mí, debiste decírmelo y no jugar conmigo por dos años.
—Yo quise hacerlo muchas veces.
—Pero preferiste callar en lugar de ser sincera contigo misma y aceptar que yo ya no calentaba tu corazón — esas lágrimas que trataba de contener, salieron de mis ojos sin poder detenerlas—. Yo solo quería en el ahora donde más jodido estoy lo mismo que te ofrecí en su momento. Te necesitaba cada día y cada noche, pero eso a ti no te ha importado porque hace mucho salí de tu vida. ¡Dormí con el puñal en la espalda durante dos malditos años! Y ahora que has tenido una oportunidad de al fin deshacerte de mí, me das una patada en el trasero haciéndome sentir que yo era el culpable de todo, aún sabiendo que yo no sería capaz de matar ni a una asquerosa rata por más que lo merezca. Me he preguntado todas estas noches qué he hecho de mal, pero el problema no era yo sino tú. Tú eras la del problema; tu falta de sinceridad y de amor me arruinó...
—Dorian, suéltalo, por favor — siento una mano sobre la mía y miro a Evelyn con sus ojos llorosos a mi lado—. No te hagas más daño. Recuerda que tu hijo está a pocos pasos de ti y no sería bonito ni agradable para él ver a sus padres convertidos en esto.
Recapacito con sus palabras y dejo ir el cuello de Julián que cae al suelo, tratando de llevar aire a sus pulmones con una tos violenta. No sé qué me duele más, haber visto a mi esposa en brazos de otro o que se preocupe más por él que por lo nuestro, si es que alguna vez hubo algo entre los dos.
—Una vez salga del puto lío en el que tu amante me metió, vendré por mi hijo — le dejo en claro y me mira furiosa.
—Es mi hijo y se va a quedar conmigo.
—Eso ya lo veremos...
—No vale la pena discutir eso justo ahora, Dorian — siento que toman mi mano y me sacan de la que una vez fue mi casa.
Una vez fuera de la casa, envuelvo mis brazos alrededor de ese cuerpo pequeño y me permito romperme como nunca lo había hecho en mi vida. No sé cómo pude mantenerme tan firme allá dentro, mientras que por dentro todo se derrumbaba a una velocidad inaudita. El castillo que construí con estas manos acaba de caer sobre mí.
—No tengo palabras que decirte que puedan servir de aliento, pero en mí tienes un hombro en el cual apoyarte y sacar ese dolor — sus pequeñas manos me rodean la espalda y termino por quebrarme, soltando todo lo que por un mes he retenido en mi interior y que por ciego e imbécil no quise darme cuenta.
—Vayamos a casa, ¿sí?Evelyn me hace entrar en el auto y, por más que me dé palabras de aliento, no encuentro el sosiego para disminuir este dolor que arrasa con todo por dentro.Tantos años a su lado, amándola y protegiéndola se han ido a la basura por un simple aventura. Desconozco a esa mujer que hasta hace poco lo era todo en mi vida.¿Será que Julián la podrá llenar tal cual lo hacía yo? ¿Será que con el sexo que él le brinda podrá sentirse igual de amada a como lo hacía yo? ¿Será que ese ratico de aventura podrá ser sincero, fiel y amoroso durante lo que reste de su vida?Me casé enamorado e ilusionado de tener una familia grande, bonita y unida tal cual la tuvieron mis padres antes de morir en ese trágico accidente. Pero ahora me encuentro más solo que nunca, con el corazón destrozado, las ilusiones pisoteadas y un maldito dolor en la pecho y la garganta que no me permite siquiera respirar debidamente.Aún no puedo creer que me hayan visto la cara durante dos malditos años. Aho
EVELYNDorian ha estado encerrado en su habitación durante muchos días. Por más que llame a su puerta y le pida que salga, aunque sea a comer, no lo hace. Su silencio me tiene muy preocupada y no es para menos, pues su corazón está destrozado tras la traición de su esposa. Quisiera hacer más por él, pero ni siquiera sé cómo subir sus ánimos cuando los míos han estado por los suelos.Juan tampoco ha parado en casa y ese hecho me tiene el doble de estresada. Ya no sé cómo lidiar con toda esta situación que me está superando.Lo llamo por encima vez y al fin agarra la llamada. No lo dejo que hable, cuando me adelanto a hacerlo yo.—¿Cuándo vas a regresar a casa?—Ya te dije que debo quedarme como mínimo una semana más.—Las cosas no están bien con tu hermano. ¿No has visto mis mensajes?—Ya los vi, pero no puedo hacer más de lo que trato de hacer. Dorian no responde mis llamadas ni mucho menos mis mensajes.—Me preocupa mucho que se haga daño y yo no me dé cuenta — suspiro frustrada—. Si
Una semana caótica, estresante y llena de lágrimas fue lo que viví antes de que Juan arrimara en casa. Antes cuando Dorian no vivía con nosotros, la soledad me consumía día y noche, pero ahora esa soledad se ha combinado con la tristeza y la pena de un desamor. Siento que Dorian me pegó su desdicha y por tal razón es que me he sentido más vulnerable y sensible.—¿Cómo está Dorian? — en lugar de saludarme, darme un beso en la boca o un simple abrazo, pregunta por su hermano.—Sigue estando encerrado en su habitación — trago ese nudo en mi garganta y lo ayudo a quitarse la corbata—. ¿Cómo te fue en el trabajo, mi amor?—Igual que siempre — su frialdad me rompe por dentro—. Iré a verlo.—Está bien...Se sale de mi agarre y se marcha de la habitación sin siquiera reparar en el atuendo que me puse especialmente para recibirlo.«De hecho, hace mucho dejó de halagar mi belleza».Trago ese amargo nudo que se forma en mi garganta y sacudo la cabeza de esos malos pensamientos. Me dije a mí mism
Me encierro en la habitación con las palabras de Dorian dando vueltas en mi cabeza. Cuánta razón tiene, solo espero que no sea tarde para nosotros. Siento que estoy llegando a mi límite, porque este abandono ha sido desde mucho antes, exactamente desde hace diez meses que empezó a trabajar en ese Hotel y siento que poco a poco pierdo la fuerza para seguir luchando.Me quito los tacones y los tiro lejos de mí. Me siento tan desanimada. No sé por qué creí que vistiendo como antes podría despertar sus deseos, ¿o es que ya no soy atractiva ante sus ojos?Mientras quito el maquillaje de mi rostro me contemplo en el espejo. Nunca me he considerado una mujer fea, todo lo contrario, siempre me he sentido muy segura de mi figura y de lo bonita que soy, pero ahora no sé si esto que veo frente al espejo es lo que mi esposo desea.Tengo tantas ganas de llorar, pero me niego a hacerlo. No quiero seguir sufriendo por estas ideas locas que me están comiendo la cabeza cada día. Quizá se deba al encie
DORIANLuego de un largo mes más en espera del juicio, por fin este día ha llegado. No me siento ansioso o nervioso como en un principio sí me encontraba, pues el abogado me ha asegurado muchas veces de que las evidencias me liberarán de esa carga que no me pertenece.Durante este tiempo he recapacitado acerca de mi situación y no me siento tan miserable como antes. Si Sara lo decidió así, sus razones tuvo que tener, pero nunca le voy a perdonar que me haya mentido durante tanto tiempo y me haya visto la cara de payaso. Por ahora lo que más me interesa es conseguir la custodia compartida de mi hijo, pero eso lo puedo lograr únicamente quedando libre y con una buena imagen frente al tribunal.La lloré lo suficiente por un largo mes estando en depresión y soledad, que el dolor en mi pecho hoy es inexistente. Lo único que le puedo agradecer es haberme dado a mi hijo, pues es él el que me mantiene firme y con el mayor de los entusiasmos. No firmado el divorcio y ese hecho es lo que la tra
En cuanto salimos del juzgado, respiro hondo ese delicioso aroma de la libertad. Esta felicidad no hay quien la pueda arrancar de mi pecho. Al fin tendré la oportunidad de ver a mi hijo y darle un fuerte abrazo luego de más de dos meses de no tenerlo entre mis brazos.—Gracias por todo lo que hizo por mí, Licenciado Calderón — le agradezco de todo corazón.—Los buenos hombres no deben ser juzgados de manera tan injusta, porque son de los pocos que hacen el bien en este mundo tan sucio — sus palabras me hacen sonreír.—Y tú eres un magnífico hombre, Dorian.—Si sigues diciendo esas palabras me las voy a creer, cuñada.Todos reímos y, al ver a Sara acercarse a nosotros, guardamos silencio.—¿Cuánto le pagaste al juez por ese video? — escupe y un fuego recorre todo mi ser.—A diferencia de ustedes, par de ratas, es que nosotros sí somos leales y verdaderos — Evelyn sale a revirar y la miro sorprendido.—Contigo no estoy hablando, maldita mocosa.—Bueno, no la vi especificar a quien se di
Desde muy temprano en la mañana no he dejado de sentirme ansioso y feliz. Si todo sale según lo planeado podré estar todo el día con mi hijo.La cita con Sara y su abogado es en el despecho del mío a las diez de la mañana y, en vista de que no he podido recuperar mi auto y Juan no puede llevarme, Evelyn me acompañará. Siento que me aprovecho de mi cuñada con todos los favores de gratis que me hace, pero ahora podré recompensar todo lo que ha hecho por mí.—Yo siempre molestando.—Que va, no eres ninguna molestia, cuñado.—Te pagaré todo algún día.—Me conformo con una buena picada a las afueras de la ciudad.—¿Por cuál ruta? No he escuchado de que vendan picadas saliendo.—Bueno, es que están los kioscos para qué tú mismo la hagas. Es un lugar muy bonito y que tiene una vista preciosa.—He vivido toda mi vida aquí y nunca he ido a ese lugar — mi sorpresa la hace reír.—Tendremos que hacer un viaje familiar para conocer la ciudad.—¿Sabes? No es una mala idea. Con eso liberamos todas e
EVELYNNo he tenido paz desde que esa bruja soltó tales palabras de Juan. ¿Qué es lo que sabe ella como para que él se haya puesto tan nervioso? Es que ni siquiera fue capaz de darme la cara después.Lo dejé pasar anoche en la celebración de Dorian, pero lo cierto es que no puedo sacar esas palabras y esa mirada que ambos se dieron.Las cosas entre mi esposo y yo han mejorado muchísimo desde esas cortas vacaciones que se tomó y estuvo conmigo durante cinco días. Nuestro amor no pudo haber renacido de la mejor manera, puesto que no ha dejado de quererme ni un solo día desde entonces, pero ¿por qué ahora me siento nuevamente paranoica y con cientos de dudas?Quizás Juan tenga razón y esa bruja solo lo hizo adrede para generar todo un caos entre nosotros dos ya que a Dorian no lo puede joder más.Aún así, presiento aquí en mi pecho que hay algo más y que mi esposo me lo está escondiendo.Espero paciente en el estacionamiento a que alguno de los dos salga, pero si lo hace primero Dorian,