Me dejo envolver por sus palabras, por sus movimientos precisos, profundos y rápidos que con sus dedos realiza en mis adentros. Tengo un serio problema con sus dedos, a parte de que llenan ese vacío que siempre sentí.-Estás tan mojada y estrecha - saca sus dedos cuando mejor presión estaba haciendo y los lleva a su boca, lamiendo muy despacio mientras me dedica una mirada perversa-. Sabes deliciosa.Su acto me roba las palabras. Se acaba de ver el doble de sexi y ardiente lamiendo sus dedos.«Yo quiero probarlos...». Me da risa mis propios pensamientos.«¿Acaso es un fetiche o de plano estoy enloqueciendo por culpa suya?».Se deshace de mi pijama entre besos y caricias que me roban suspiros cada vez más sonoros. Sus manos me debilitan cada segundo y sus dedos me llevan al séptimo cielo. En cuanto me tiene desnuda debajo de su cuerpo, se quita la toalla y puedo contemplar su cuerpo como Dios lo trajo al mundo.Lo miro de pies a cabeza lentamente, disfrutando la vista de su grande y fu
Sus grandes y fuertes brazos cruzados en mi espalda mientras mis caderas se mueven sobre él y sus labios descienden de mi boca a mi cuello me insta a querer morir aquí mismo. No sé qué pasa conmigo, pero entre más esas manos que tanto me gustan me exploran, más mi piel las necesitan. Sus toques me hacen vibrar cada segundo del día. Tengo fetiche insano con sus manos.Hace cinco días las lluvias se intensificaron, por lo que estamos en alerta por una posible tormenta que está por azotar este lado del Pacífico, aún así, nuestros cuerpos no pueden dejar de sentirse y de estar en unión y sincronía a pesar de lo que está sucediendo a nuestro alrededor. ¿Está mal al no estar preocupados por lo que pueda llegar pasar? Las ganas de consumirnos nos tiene con los ojos vendados y los sentidos drogados.No hemos perdido oportunidad alguna de explorarnos, sentirnos, besarnos, tocarnos, apretarnos contra el otro. Sus brazos se han vuelto en un perfecto y maravilloso soporte mientras me somete a ese
Me dirijo a casa de mis padres con el corazón en la mano y el miedo latiendo en todo mi ser. Tengo mucho miedo de ser rechazada luego de tantos años en los que no me atreví ni a darles una sola llamada. Pero ¿cómo llamarlos si me dejaron muy en claro que, una vez saliera de casa junto a ese hombre que no me convenía ni un poco, no querían saber nada más de mí?Ahora que lo pienso mejor, debí hacerle caso a la corazonada de mi madre y no llevarle la contraria, pero es de humanos equivocarse. Y la vida de alguna manera te muestra los errores, ya sea tarde o temprano, pero lo hace.Tres horas después de viaje y sin tomar ni un solo descanso a Bend, llego al lugar del cual nunca tuve que haber salido. Estar frente a mi casa, a solo unos cuantos pasos de la puerta, mis manos empiezan a temblar y mi corazón se acelera aún más de lo que se encuentra. Todo sigue tan igual a como la última vez que, decidida y sin mirar siquiera para atrás, me marché junto a un hombre que amaba con locura y me
DORIANDos meses después...«No hay mal que por bien no venga». Esas palabras que mi madre me decía en vida ahora están tomando un verdadero sentido.No han sido tiempos fáciles, pero tampoco ha sido imposible salir adelante desde cero. He luchado día a día y con toda la fuerza de mi corazón para conseguir lo que tanto deseo. Mi hijo es mi principal motor y motivo para no caer y dejarme vencer tan fácilmente.Creía que al separarme de la mujer que había elegido de por vida sería la mismísima muerte, pero desde entonces, aunque todo ha sido más complicado y caótico, ha sido un bien para mí. Con su traición he sabido quererme, valorarme y ponerme a mí por encima de todos. Me di cuenta de que le brindé mis mejores años a una mujer que no lo merecía, apartándome a mí mismo para hacerla feliz a ella a toda costa. Mientras yo sea feliz y me encuentre bien, podré darle lo mejor de mí a mi hijo que lo merece todo.Pelear por obtener su custodia definitiva me ha llevado a tener enfrentamientos
Dejo el camión de comidas en mi lugar y, tan pronto suena mi teléfono, respiro hondo para mantener la calma. Sara es demasiado fastidiosa, me irrita que se la viva llamándome para una cosa u otra.—¿Ocurre algo? — le respondo sin siquiera saludar.—Necesito que te hagas cargo de Dylan esta semana — suelta sin más.—No puedo hacerlo, recuerda que esta es tu semana no la mía.—Tengo que hacer una diligencia y no puedo llevarlo conmigo. No te molestaría si no fuese importante de verdad.—¿Está contigo o en el jardín?—En el jardín.—Sara apenas voy a empezar a trabajar. No puedo ir por él hasta el jardín.—¿Sigues con esa ridícula idea? Bueno, eso no importa. Irás por él, ¿sí o no?—Claro que sí — me froto la cien molesto—. Iré por él.—Gracias — cuelga sin más y suspiro.—¿Algún problema, jefe? — inquiere Astrid, la chica que me ayuda desde hace poco menos de una semana.—Sé que llevas poco trabajando conmigo, pero ¿crees que seas capaz de atender tú sola por unas cuantas horas?—Si me
No supe cómo acercarme a ella y saludarla. Me quedé como un completo idiota en el medio del pasillo, viéndola a detalle y experimentando una taquicardia terrible en el interior de mi pecho. Deseaba verla, pero ahora que la tengo a pocos pasos de mí, no tengo palabras para decirle.Ahora trae el cabello completamente negro y suelto hasta la cadera, un vestido de tiras que le llega un poco más arriba de las rodillas y que se ajusta perfectamente a cada una de sus curvas. Incluso su mirada se ve muy diferente, como más llena de vida y esperanza. Sus ojos azules siguen tan intensos y bonitos como los recuerdos en la oscuridad de esa habitación de Hotel.¿Qué habrá hecho durante estos tres meses que no nos vimos? ¿Será que se permitió conocer a alguien más? ¿Quién es ese hombre que la acompaña?—¡Papi, ven!—¿Acaso no piensas saludarme, Dorian solamente? — sonríe ladeado y mi corazón se acelera más de lo que se encuentra.Me acerco a ellos y aparto a Dylan de sus brazos, pues apenas si la
Me giro lentamente, encontrándome de cara con Juan, quien sostiene en sus brazos un pequeño bebé.—Ahora comprendo muchas cosas — desvía la mirada a Evelyn y sonríe—. Supongo que estamos a mano, ¿no?—Sea lo que estés pensando, no es de tu incumbencia — le responde Evelyn, haciéndose a mi lado.—¿Te digo cuñada o exesposa?—En lugar de estar hablando babosadas, deberías ponerle más atención a tu hija y a tu esposa.No puedo negarlo, soy feliz al saber que soy tío, pero no sé cómo reaccionar entre esta tensión que se siente en el aire.—¿Desde cuándo te volviste tan agresiva? Recuerdo muy bien que la última vez que nos vimos parecías una dulce palomita.—No estoy de humor para soportar tus idioteces, Juan.¿Qué es lo que pasa aquí? Siento como que algo hay entre ellos y no me he dado cuenta de lo que es.—Ah, ya entiendo — suelta una risita y lo miro extraño—. Estás molesta porque interrumpí su intercambio de fluidos, ¿no es así?—Voy a buscar a Dylan y a James — ignora por completo su
EVELYNLos últimos tres meses estuve recuperando el tiempo perdido con mi familia, disfrutando de ellos cada segundo del día. Fueron cinco años en los que me perdí de muchas cosas, incluyendo la boda de mi hermanito y el nacimiento de mi sobrino que hoy en día tiene un año de haber nacido. Me arrepiento tanto de haberlos dejado de lado, pero eso ya no importa, pues de ahora en adelante no hay nada ni nadie que pueda separarme de ellos.Me separé oficialmente de Juan un poco más de dos meses. James me ayudó con el proceso de divorcio y no me dejó sola en ningún instante. Ese día en el que nos vimos para finiquitar lo nuestro, me desahogué como nunca lo había hecho, después de todo, viví lo bueno como lo malo con él, pero ese amor que sentía llegó a su final. Le confesé lo que había sucedido con Dorian y, aunque creía que lo tomaría mal, no fue de ese modo. Se enojó y me echó en cara la "venganza" más me dejó en claro que el primero en fallar había sido él por lo que no tenía ningún der