Me encontraba en mi habitación, sentada en el borde de la cama con mi mirada perdida en el vacío.La imagen de Darko seguía revoloteando en mi mente. Desde que lo vi por primera vez, había sentido una atracción magnética hacia él, de ahí mi lucha interna.Era un hombre peligroso, un misterio envuelto en sombras, y su vida estaba llena de secretos oscuros y actividades ilegales. Sin embargo, a pesar de todas esas advertencias, no podía evitar sentirme atraída por él de una manera que no podía explicar.—¿Qué estás haciendo, Isabella? —me pregunté en voz baja.Él había llegado a mi vida como un vendaval, rompiendo todo a su paso y abriéndose camino sin importar que lastimaba o llevaba por delante. Había momentos en los que su ternura y preocupación me habían conmovido profundamente, pero también había visto una parte del lado oscuro y despiadado de su personalidad, sabía que aún me faltaba por conocerla y no estaba segura si quería hacerlo.¿Qué era lo que veía en Darko? ¿Por qué no pod
Negó rápidamente y llevó mi mano a su boca. Contuve el aliento cuando su lengua empezó a limpiar las gotas de sangre.—No deberías de hacerlo, porque yo quiero… —Se detuvo y cerró sus ojos por varios segundos—. Se nos hace tarde, vamos.—¿Qué quieres?—Pronto lo sabrás —Entrelazó nuestras manos y salimos.En el camino, un denso silencio se cernía entre nosotros, y quizás era lo mejor en ese momento. Todo lo que había ocurrido en los últimos minutos se estaba asentando en mi mente y causando una maraña de pensamientos. Las dudas me inundaban, pero la única certeza que tenía era que él encontraba cierta satisfacción en causar dolor a las personas, y me preguntaba si eso se aplicaba a todos o si era yo quien despertaba ese deseo especial en él.Intentaba comprender cómo funcionaba su mente, cómo podía experimentar placer a través del dolor. Aunque, de alguna manera, parecía que quería llevarlo a cabo conmigo, pero se mostraba reacio a hacerlo de forma descontrolada.—Que todos recuerden
POV DARKO ROMANOVAcabábamos de regresar de la gala sin ningún contratiempo aparente. Mi equipo de seguridad y yo estábamos en estado de alerta constante. El asunto con los afganos aún no estaba resuelto y mi paciencia se estaba agotando. Necesitaba que esa banda fuera eliminada de una vez por todas.Subimos las escaleras en completo silencio. Mi guardarropa aún no se encontraba en mi nueva habitación, lo que significaba que tendría que entrar con ella. Esta situación me resultaba incómoda; no quería pasar más tiempo a su lado, temía perder el control.—¿Vas a dormir en nuestra habitación esta noche? —inquirió, mientras cruzábamos la puerta de la habitación y empezaba a quitarse sus tacones.—No, necesito cambiarme, eso es todo —afirmé, sintiendo la urgencia de alejarme de ella antes de que la tensión entre nosotros se volviera insoportable.—Ayúdame con el cierre, ven.Volteé a verla, estaba dándome la espalda y ese perfecto culo estaba a la vista. Mis pensamientos se volvieron turbi
Toque con suavidad la herida en mi cuello, mientras recordaba nuevamente los sucesos de noches atrás. Aún estaba sorprendida, no entendía completamente lo que había sucedido, pero recordando en detalle cada palabra dicha por Darko desde que nos conocíamos, empezaba a formar una teoría en mi mente. Sin embargo, necesitaba que él lo explicara.Las imágenes de esa noche se agolpaban en mi mente, cada detalle estaba grabado de manera nítida en mi memoria y era algo que jamás olvidaría.Había sucedido tan rápido y de forma tan sorpresiva que no me di cuenta de que me estaba estrangulando hasta que mi cuello empezó a arder. Cuando abrí los ojos y me encontré con su mirada, fue aterrador. Sus pupilas estaban dilatadas, lo llamé una y otra vez, pero no obtenía respuesta, a pesar de que parecía estar mirándome... Era como si no estuviera presente.Recordé sus palabras de advertencia y comencé a golpearlo, pero cada movimiento hacía que su agarre en mi cuello se apretara y el filo del cuchillo
Me aburría estar en casa sin nada que hacer. Había leído un libro, intentado ver una serie, pero no podía dejar de pensar en él. Así que decidí entrar en su estudio para verlo trabajar. La habitación estaba iluminada por los grandes ventanales que tenía, y Darko se encontraba absorto en su trabajo frente a su laptop. Su ceño fruncido y sus dedos ágiles que se movían sobre el teclado mostraban que estaba concentrado.— Oh, I love it and I hate it at the same time —susurré, mientras movía mis pies una y otra vez—. Oh, I love it and I hate it at the same time… Oh, I love it and I hate it at the same time… Oh, I love it and I hate it at the…—¡Basta! —Me sobresalté ante el grito de mi esposo—. Llevas toda una hora sentada murmurando lo mismo una y otra vez, ¿acaso no te sabes la maldita canción?Abrí mis ojos sorprendida.—No recordaba dónde había escuchado esas palabras, pensé que Emilia las había dicho. —Me levanté del mueble y me senté frente a su escritorio—. ¿Sabes el nombre?—¿Si te
—Antes no tenías esa cicatriz en tu cuello y es reciente, ¿Qué sucedió?Me preparaba para responder a la observación de Lena cuando de repente un ensordecedor ruido resonó en el aire. Las ventanas a nuestro alrededor estallaron en pedazos, y antes de que pudiera reaccionar, ambas fuimos arrojadas al suelo. Un cuerpo grande y sólido me protegió instintivamente, y reconocí a Lyonya que me cubría. Del mismo modo, Stepan protegía a Lena.El caos reinaba en el restaurante mientras la gente gritaba y corría en todas direcciones. Minutos después escuché la voz de Pasha en una radio—Amenaza eliminada, lastimosamente ninguno quedo vivo. ¡Joder! —se silenció la línea por unos segundos y habló—. Por el amor que le tienen a su puta vida, díganme que ambas se encuentran bien. Lyonya me miró y asentí para tranquilizarlo. No había sufrido ningún daño en el ataque. Luego, se volvió hacia Lena y suspiró al comprobar que ella también estaba ilesa.—Ambas están bien.—Perfecto, esperen unos minutos
POV DARKO ROMANOV —¿Qué quieres, Vladik? —Revisé por última vez mi Glock y la guardé en la pretina de mi pantalón, agarré otras dos más y las coloqué en mi chaqueta.—No tienes por qué ir, déjame a mí —negué levemente—. Maldición, cualquier cosa podría salir mal en esa reunión con Hernández.—Lo sé, viejo, ahora déjame hacer mi trabajo —pasé junto a él, pero me detuvo con su mano.—Mi deber es protegerte de ti mismo.—Tengo todo bajo control —inhalé profundo, tratando de mantener la calma.Vladik se cruzó de brazos, evidentemente preocupado.—El cartel de Hernández es extremadamente peligroso, y el hecho de que estén furiosos porque decidiste dejar de comprar su cocaína lo hace aún peor. No creo que quieran hablar.—Dime algo que no sepa. —Pedí, mirándolo fijamente—. Tengo todo bajo control, pero si algo me llega a suceder, te encargarás de mi esposa y de mis hermanos. —Frunció su ceño molesto, pero aun así asintió—. Escúchame bien, mi esposa no conocerá a otro hombre; si eso sucede.
El sol del atardecer bañaba el patio trasero de la mansión con una luz dorada y cálida mientras me preparaba para otra sesión de entrenamiento. Lena, con un atuendo deportivo ajustado y guantes de boxeo, me miró fijamente.—Esta vez, vamos a trabajar en algunas técnicas de combate cuerpo a cuerpo —anunció con seriedad—. Es importante que sepas cómo defenderte si alguna vez te encuentras en una situación peligrosa y es muy probable que lo estarás.Asentí con determinación, aunque tenía una chispa de nerviosismo en mí. La semana pasada estuvimos practicando tiro y era muy buena. Tuve lecciones de cómo desarmar y armar una pistola. Me explicó las partes de una pistola y cómo funcionaban juntas. Escuché atentamente, mientras tomaba notas.Practicaba regularmente, desmontando y volviendo a armar una pistola con rapidez y precisión. Lena me supervisaba y me daba consejos constantemente. Con los días, me volví hábil en esta tarea.Nos colocamos en una posición de combate, con los puños en al