Sharon no esperaba que él la despidiera tan rápido. Originalmente planeaba preguntar el nombre de la persona, pero no tendría sentido para ella continuar con el asunto si ya había sido despedida.

Además, ella había renunciado a su trabajo, así que de todos modos no podría escuchar las cosas que la gente diría sobre ella.

“¿No estás enojada?”. El hombre la miró, sintiéndose un poco divertido.

“Nunca estuve enojada”. Sharon miró hacia otro lado, sin ser honesta.

Simon miró fijamente su perfil hermoso por un momento, sus ojos se oscurecieron inconscientemente, y luego levantó la mano para cepillar el cabello alrededor de sus orejas hacia atrás. Él dijo en voz baja: “Deberías llevar a tu hijo al apartamento primero, iré después de celebrar el cumpleaños de Penelope”.

Sharon le apartó la mano. “Está bien, puedes celebrar con Penelope. Deberías pasar la noche aquí y no perturbar mi tiempo de calidad de madre e hijo”. Ella abrió la puerta y se metió en el coche.

Al ver su mirada un poco