"La oferta es genial, es solo que... no quiero irme de este lugar".

Después de que ella dijo eso, Eugene entendió. Curvó sus labios en una sonrisa. "Nunca planeé pedirte que te fueras".

Ella lo miró confundida. Él continuó: “Tenemos una sucursal aquí. No tienes que irte a ninguna parte. Puedes trabajar aquí”.

Él la miró profundamente con una sonrisa en los ojos. "¿Qué te parece? ¿Aún me vas a rechazar?”,

Los tres pasaron casi medio día en el parque de atracciones. Si Sharon no hubiera dicho que era hora de irse, el pequeño aún habría seguido jugando.

Eugene se encargó de enviarlos de vuelta a su apartamento.

Esta vez, Sharon llevaba a su hijo de la mano mientras se despedían de Eugene al lado del coche.

“Gracias por tomarte el tiempo de divertirte con mi hijo y conmigo. Te invitaré a comer la próxima vez si tengo la oportunidad”. Sharon sonrió y habló con el hombre frente a ella.

Eugene se metió las manos en los bolsillos. La chaqueta de su traje colgaba de su brazo mientras es