Ella lloró aún más fuerte cuando vio la foto. Por casualidad, ella envió la foto y la persona que la recibió fue Sharon.

Sharon estaba preparando la cena para su hijo. Después de cenar con él, ella estaba de muy buen humor.

Más tarde, por la noche, ella lo bañó. Para terminar la noche, ella le leyó un libro sobre los misterios del universo antes de que él se durmiera obedientemente.

Sharon miró el reloj de la pared. Era casi medianoche y Simon, quien dijo que vendría al apartamento esa noche, nunca apareció.

De hecho, ella no creía en las palabras de los hombres.

Ella estaba a punto de tomar una ducha y descansar cuando su celular emitió un sonido notificándole de un nuevo mensaje. Cogió su celular y lo encendió. En un instante, ella se quedó completamente conmocionada.

Sharon estaba de pie, pero después de ver el mensaje en su celular, se sintió mareada por un momento. Ella no pudo evitar colapsar en la cama.

De repente ella recordó que su hijo estaba durmiendo. Ella estiró el