Erior.
Ni una hora, ni una bendita hora pasó cuando ya Mia se había marchado con ese tipo a no sé dónde. Collow dijo que tenía que dejarla ser y un montón de mierda más que no me calmó para nada, al final terminé en casa bebiendo ron y cantando a todo pulmón para sacar la ira de mí.
Y ahora tengo una maldita jaqueca que me está matando y Mark me mira como si tuviera una tercera cabeza, estamos en la cafetería del instituto, comiendo.
—Deberías dejar de pensar en Mia de vez en cuando, sabes... —dice tragando una papa de su ensalada— se ve de aquí al otro lado del mundo que no puedes sacártela de la cabeza casi es como si tuvieras una obsesi&o
Mia.Un día lluvioso para una despedida dolorosa, más cliché no pudo ser este viernes por la mañana.Tome todas mis cosas y las metí a la maleta, Vicky sonreía con la mirada llena de lágrimas retenidas. Ella no quería que me fuera y yo tampoco, pero era algo que debía hacer por mi bien. Ya solo faltaban dos hombres por encarcelar para poder caminar con libertad absoluta por las calles.Y con sinceridad no quería que esos dos me encontraran y me hicieran quien sabe que cosas como venganza. Cambie de número de teléfono, mi nombre seguía siendo el mismo solo que con otro apellido y mi ropa... Mi adorada forma de vestir iba a cambiar un poco, debía solo mientras las cosas se s
Erior.— ¡No puedo creerlo! —caigo de bruces al suelo en lo que escucho el grito de Sully.Abro los ojos mirando en todas las direcciones, no reconozco las cosas al principio pero sí luego de unos minutos. Recuerdo que hace poco llegamos al nuevo apartamento que debemos compartir la parejita feliz y yo, arrugo la nariz y escucho el estruendo de algo caer, entonces suspiro y me dirijo a ver lo que sea que estén haciendo.Saco la cabeza y el aroma a quemado llega hasta mis fosas nasales. Las alarmas en mi cerebro se activan y apresurado voy a la cocina hasta encontrar la escena de un par de melosos sobre el mesón, teniendo sexo sin control. Mientras nuestro almuerzo se quema.&mdas
Mia. —Erior... —Susurro. Sube por sobre mi pecho dejando besos húmedos regados, causando que cada vello se erice. No puedo más, estoy por caer rendida luego de esa última sesión. Penetró tan fuerte, tan hondo que casi no tengo energía ni para mantener los ojos abiertos. Fue un sube y baja, un juego al azar de nuestros cuerpos mezclándose bajo las sabanas de seda que cubren su cama y... — ¡Señorita Mía! —grita. El libro choca contra el pedazo de madera, abro los ojos y los suyos me observan con ira. —Erior...—Susurro con debilidad casi en un gemido. Las risas estallan y despabilo, ¡Mierda, estoy en clases! Miro alrededor con la vergüenza latente, los demás nos observan al profesor y a mí con diversión así que supongo hice algo estúpido de nuevo y voy a ser castigada por ello. — ¿Debo recordarle cada vez que aquí se viene a aprender y no a dormir?, sino me equivoco para eso tiene casa... —Dice, dándome la espalda y dejando que por primera vez respire. Cassandra y su gemela Cass
Mia.Una, dos, tres veces golpeo la cabeza contra la pared.Vicky ya se ha ido con sus compañeros del equipo de natación y solo quedo yo, lamentando mi posición y el dolor de cabeza que me acaba de dar.¿Quién en su sano juicio abraza de esa forma al profesor de matemáticas? Peor aún, ¿Quien en su sano juicio va en búsqueda del cuaderno prohibido y termina dando consejos que ve en los memes del facebook? Porque bien estuvo el momento y la frase pero no creo que a Erior, digo, digo... Al profesor cuando se le pase todo el mal de sufrimiento que tiene no le va a agradar en nada que su alumna lo consuele.—Vaya bocota que tengo.
Erior.Nada más llegar a casa y noto que Aurora no perdió tiempo. Recogió todas sus cosas y se largó sin ninguna explicación ¿Tanto mal le causé? No lo creo.Camino en dirección a la cocina y en el transcurso cierro todas las cortinas posibles, no quiero que nadie vea mi estado tan lamentable. Saco lo necesario para hacer un emparedado y lo hago, doy un primer y único bocado y ya no quiero más, me siento mal y ni hambre tengo.Guardo todo y apago el teléfono. No quiero verlo, aún no he borrado las fotos que tengo con Aurora.Pienso en qué manera distraerme mientras dejo caer mi peso muerto sobre el sofá, por suerte recuer
Mia.Subo y bajo como si tuviera una maestría en ello, miro su cara en el espejo y tiene los ojos cerrados con la boca entreabierta. Me gusta sentir el poder que tengo sobre él, me gusta mirar como lo hacemos y siento el calor recorrer mi cuerpo.Tomo su mano y meto uno de sus dedos en mi boca. Abre los ojos para observar el espectáculo, chupo, lamo y paso mi lengua por el lado donde tiene la huella para volver a chupar esta vez metiendo por completo su dedo hasta llegar a pocos centímetros de la garganta. Suelta un gemido y apresuro el contorneo de mis caderas, me levanto un poco y me dejo caer para sentirlo profundo y cuando lo hago no puedo más y me corro.—Mia... —susurra.
Erior.—Me lo está poniendo difícil, enserio lo está haciendo. —Digo, Mark ríe abriendo la maletera del auto. Sully me mira con cara de ¿Enserio te crees tú mentira?—Venga hombre, sabes muy bien que las hormonas en las chicas de su edad están por los aires. No le hagas mucho caso —Deja los balones en el maletero y cierra.No sé en qué momento llegue a sentir que podía confiar en mi hermano mayor, quien resulta ser profesor de educación física y su novia, la psicóloga. Pero ya les dije todo, omitiendo la parte donde pase casi toda la tarde masturbándome sobre sofá con tantas ganas que a la noche ya había caído dormido y apenas p
Mia.Ese neandertal cree que puede llamarme cuando quiera y meterme en su cama, pues no. Lo nuestro ya fue y en el pasado se quedó, ni loca vuelvo con un rastrero tan miserable que le gusta hablar de las mujeres con sus amigos luego de que las engaña con otra. Porque sí, eso fue lo que hizo conmigo cuando empezó a ver que se quedaría con el puesto de líder de las Águilas.Prefirió perder una mujer sencilla pero fiel, por un puesto que solo le durara hasta el año entrante cuando se gradué. Por suerte todo eso paso ayer y hoy es un nuevo día para empezar de cero, la lluvia cubre desde muy temprano las calles y aceras, las personas corren de un lugar a otro con sus paraguas o poncheras y yo, bueno yo corro en dirección al instituto para no