Mia.
Una, dos, tres veces golpeo la cabeza contra la pared.
Vicky ya se ha ido con sus compañeros del equipo de natación y solo quedo yo, lamentando mi posición y el dolor de cabeza que me acaba de dar.
¿Quién en su sano juicio abraza de esa forma al profesor de matemáticas? Peor aún, ¿Quien en su sano juicio va en búsqueda del cuaderno prohibido y termina dando consejos que ve en los memes del facebook? Porque bien estuvo el momento y la frase pero no creo que a Erior, digo, digo... Al profesor cuando se le pase todo el mal de sufrimiento que tiene no le va a agradar en nada que su alumna lo consuele.
—Vaya bocota que tengo.
Doy un respingón cuando veo el chichón que me he creado en mitad de la frente y suspiro. Debería de estar en casa preparando la cena pero se me ha ido el tiempo volando con este problema, como el profe vea lo que escribí segurito soy expulsada sin derecho a defenderme.
—Niña, ¿ya vas a salir?
La conserje se para en medio del baño con los brazos en jarra, está cansada y ojerosa, parece que quiere irse ya mismo y yo soy un estorbo por no dejarla realizar su trabajo para que pueda retirarse.
—Sí, sí, haga lo suyo.
Salgo tan rápido como puedo, por suerte la residencia donde me hospedo hace un buen tiempo no está tan lejos. Para cuando son las seis de la tarde ya estoy pisando el pórtico. Abro y subo las escaleras con agilidad, llego a mi piso y creo estar en la gloria al final podre darme un baño caliente y una buena masturbada para calmar los nervios.
Entro y dejo caer todo. Luego lo arreglo, por el momento solo quiero matar la tensión y deshacerme del maldito dolor de cabeza. Dejo que la tina se llene y aplico el jabón líquido con olor a uva sobre el agua, me quito la ropa y observo a la chica dentro del espejo.
—Qué asco... —Digo, al ver mi reflejo.
El cabello negro corto cae por sobre mis hombros con salvajismo, mi rostro se ve brilloso por el sudor y la pintura de labios se ha regado un poco, quizás en algún momento limpie el sudor con una manga o qué sé yo. Por suerte mis pechos están firmes y duros, muy duros; de tan solo imaginar lo que se aproxima.
Entro al agua tibia y me dejo caer. Cierro los ojos, recordando el rostro de Erior por la mañana, ese que tenía una expresión aburrida al verme despertar en su clase. Procedo a meter la mano en el agua y a frotar con lentitud, me gusta sentir que es él quien practica conmigo usando una falsa inocencia.
Acelero un poco cuando comienzo a sentir que sube la temperatura hasta mis senos, tomo uno de ellos con mi mano libre y lo masajeo. Empiezo a sentir el calor expandirse y entonces sale el primer jadeo, muevo más rápido los dedos alrededor del clítoris y hundo uno, sintiendo que necesito más y más...
"—Quiero morder esos pezones —susurra a centímetros, mientras sigue jugando con sus dedos dentro de mí— Pasarte mi lengua entera por todo el cuerpo y hacer que te humedezcas más —gimo porque hunde un dedo más y con fuerza penetra, luego va descendiendo y nuevamente sube con fuerza —Córrete para mí, Mia"
No puedo contenerlo ni un minuto más y me corro. Suspiro y abro con lentitud los ojos, el techo se un tanto borroso, relamo mis labios resecos y siento un alivio y pesadez a la vez. Las piernas me tiemblan y siento cierto hormigueo en el vientre que hace que suelte una pequeña risa.
Si el profesor supiera tan siquiera que deseo que me lo haga con fuerza contra el escritorio, estoy segura que estaría expulsada y con posible cita para el psicólogo.
Un momento... ¡Maldición el cuaderno!
Erior.Nada más llegar a casa y noto que Aurora no perdió tiempo. Recogió todas sus cosas y se largó sin ninguna explicación ¿Tanto mal le causé? No lo creo.Camino en dirección a la cocina y en el transcurso cierro todas las cortinas posibles, no quiero que nadie vea mi estado tan lamentable. Saco lo necesario para hacer un emparedado y lo hago, doy un primer y único bocado y ya no quiero más, me siento mal y ni hambre tengo.Guardo todo y apago el teléfono. No quiero verlo, aún no he borrado las fotos que tengo con Aurora.Pienso en qué manera distraerme mientras dejo caer mi peso muerto sobre el sofá, por suerte recuer
Mia.Subo y bajo como si tuviera una maestría en ello, miro su cara en el espejo y tiene los ojos cerrados con la boca entreabierta. Me gusta sentir el poder que tengo sobre él, me gusta mirar como lo hacemos y siento el calor recorrer mi cuerpo.Tomo su mano y meto uno de sus dedos en mi boca. Abre los ojos para observar el espectáculo, chupo, lamo y paso mi lengua por el lado donde tiene la huella para volver a chupar esta vez metiendo por completo su dedo hasta llegar a pocos centímetros de la garganta. Suelta un gemido y apresuro el contorneo de mis caderas, me levanto un poco y me dejo caer para sentirlo profundo y cuando lo hago no puedo más y me corro.—Mia... —susurra.
Erior.—Me lo está poniendo difícil, enserio lo está haciendo. —Digo, Mark ríe abriendo la maletera del auto. Sully me mira con cara de ¿Enserio te crees tú mentira?—Venga hombre, sabes muy bien que las hormonas en las chicas de su edad están por los aires. No le hagas mucho caso —Deja los balones en el maletero y cierra.No sé en qué momento llegue a sentir que podía confiar en mi hermano mayor, quien resulta ser profesor de educación física y su novia, la psicóloga. Pero ya les dije todo, omitiendo la parte donde pase casi toda la tarde masturbándome sobre sofá con tantas ganas que a la noche ya había caído dormido y apenas p
Mia.Ese neandertal cree que puede llamarme cuando quiera y meterme en su cama, pues no. Lo nuestro ya fue y en el pasado se quedó, ni loca vuelvo con un rastrero tan miserable que le gusta hablar de las mujeres con sus amigos luego de que las engaña con otra. Porque sí, eso fue lo que hizo conmigo cuando empezó a ver que se quedaría con el puesto de líder de las Águilas.Prefirió perder una mujer sencilla pero fiel, por un puesto que solo le durara hasta el año entrante cuando se gradué. Por suerte todo eso paso ayer y hoy es un nuevo día para empezar de cero, la lluvia cubre desde muy temprano las calles y aceras, las personas corren de un lugar a otro con sus paraguas o poncheras y yo, bueno yo corro en dirección al instituto para no
Erior.No puede ser. ¿Cómo pude cometer semejante error? ¡Ahora si me voy a la cárcel!Ambos nos miramos con preocupación. Mia toma sus cosas de la mesa, se arregla y hago lo mismo. Un silencio pesado nos invade de pronto, se siente una tensión tan fuerte que es difícil de ignorar.Giro con pesar y la miro, tiene la cabeza agachada y sus mejillas de un color rojo muy bonito.A pesar de que es una chica muy linda no tenía excusa alguna para propasarme. Aunque si ella quería... ¡No! Simplemente no debí, es menor de edad y recíen termino con mi novia hace unos días, lo que menos debería de hacer es buscar otra persona con la c
Mia.No pensé que Erior se libraría de mí con esas excusas baratas. Bueno en realidad nunca pensé que llegaríamos a algo y tampoco es que lo dejara hablar pero ya esa farsa y el teatro de "todo fue un error" no me cae en gracia.Todos los amigos de papá dijeron lo mismo cuando la policía los agarro, alegaron que yo decía mentiras y que estaban cometiendo un grave error al inculparlos con un hombre que vendía pornografía infantil a pedófilos. Pero ya está, ya fue y no quería que los recuerdos volvieran de esta manera.Tomo asiento a mitad del patio trasero, donde hay grama y flores de colores muy llamativas y bonitas.La psic&oac
Erior."¡Has algo! ¡No te quedes parado viendo como se destruye Mia!"Fueron palabras fuertes para provenir de Mark quien siempre se toma las cosas como un juego, a excepción de su relación con Sully eso si lo toma serio si no quiere que le corte los huevos.Mia observa por la ventana el local repleto de personas y se enmudece, no quiere entrar y no la voy a obligar. Aunque, es mejor si no ganamos más atención de la que se debe siendo un profesor y ella, una alumna. Creo que la atraeríamos por completo.—Conozco un lugar menos concurrido y con pasteles muy sabroso, pero está un poco lejos ¿aceptas? —indago mientras espero que el auto frente a nosotros se apresure a quitarse.
Mia.—No puedo creerlo, ni siquiera eres bonita. —La chica pecosa que parece ser prima de Erior y desea que le rompa la nariz sigue hablando mientras arregla la mesa y coloca un jarrón con una rosa dentro.—Tú no te vez buena gente pero estas atendiendo al público, ya ves, que rara la vida.Me mira y sus ojos se tornan rojos, se está enojando mucho. Pero da igual, estuve callada el tiempo suficiente para que se diera cuenta que no es mi culpa estar aquí sino de su sexy primo.—Escucha mosca muerta, Erior tiene novia y se llama Aurora. Tu solo serás la de los tiempos libres para pasar el rato que te quede claro. —Respiro hondo. ¿Deberí