Isabella.
Despierto en los brazos de Derek. Su respiración se siente muy tranquila, y se aferra a mi cuerpo como si no quisiera soltarme nunca. Un nudo se instala en mi garganta, y cierro mis ojos. Me acosté con él por dinero.
Vendí mi cuerpo.
Me siento sucia, y trato de no llorar. Me convertí en lo que Rosalie quería.
Una puta.
El dolor entre mis piernas palpita, y debo admitir que estoy muy adolorida. Siento que desgarró algo en mí, pero a la vez estoy complacida. Derek fue dulce conmigo. No me puedo quejar, pero ahora sólo deseo irme.
Trato de apartar sus brazos de mi cintura, pero él se niega.
—¿Dónde vas, preciosa? —Su voz ronca provoca escalofríos en mi piel.
—Es hora de irme.
—¿Tan pronto?
—Sí.
Me posiciona debajo de él en la cama, y estoy sin aliento. Su cabello está alborota
Isabella.Despierto con un dolor fuerte en el estómago.Me retuerzo en la cama, y no aguanto más. Las lágrimas están cayendo de mis ojos, y sollozo. Me pongo de pie con dificultad, y busco las pastillas que me recetaron meses atrás para controlar el dolor en mi estómago. Las busco dentro de las gavetas, pero no están. ¿Qué haré?Caigo De rodillas, sintiéndome que moriré aquí mismo. El dolor es insoportable. Todo lo que hago es llorar, y pedir ayuda, pero nadie viene. Siento que moriré de dolor, y cierro mis ojos.***Rosalie.Escucho como Isabella llora, y pide ayuda. Quizás está sintiendo dolor nuevamente, pero todo lo que hago es sonreír, y encogerme de hombros. Por mi esa pobre tonta puede morirse.—¡Rosalie! —grita, y ruedo mis ojos fastidiada.Entro al asqueroso cuarto que le presté, y me acerco. Está ahí en
Derek.No puedo borrar la sonrisa de mi rostro. Ella accedió venir conmigo, y todo lo que quiero es besarla, y sostenerla. Es preciosa, y su dulce olor está en cada parte de mí. No suelto su mano en ningún momento cuando ingresamos al departamento, y cierro la puerta con llave.—¿Dónde estamos? —pregunta tímidamente, y con los ojos bien abiertos.—Es mi departamento, aquí tendremos más privacidad —Le digo —. En mi casa no la tenemos. Kelly entra y sale de mi habitación cuando quiere. Es muy curiosa.Me dedica una pequeña sonrisa.—Ella es adorable.Este departamento la compré hace un año, pero jamás lo usé hasta ahora. Isabella mira nuestro entorno bastante sorprendida. Puedo notar por sus reacciones que jamás ha estado en lugares tan lujosos.—Es muy bonito.—Lo compré hace un año.—¿Aquí vienes con otras chicas?
Derek.Despertar a su lado es la sensación más reconfortante del mundo.Admito que no he dormido toda la noche. Lo único que he hecho fue contemplarla, y preguntarme qué oculta realmente. No puedo olvidar esa expresión de dolor en su rostro. Ella ha dicho que no significa nada, pero miente.Isabella está mintiéndome.La idea de ella con otro hombre me vuelve loco. Espero que acepte pronto mi propuesta. Quiero tratarla como a una reina, darle lo que ella se merece.Acaricio cada detalle de su cuerpo, y soy compensado cuando suspira. Esta mujer está calando hondo, y esa idea me aterra. No volveré a ser el mismo si ella me aleja.Mi celular empieza a vibrar en la mesita de luz, y ruedo los ojos fastidiado cuando noto que se trata de Javier. ¿Qué quiere ahora?—¿No crees que es muy temprano para molestar? —bufo.—Mierda, lo siento, pe
Derek.Despierto por la calidez que desprende su cuerpo, y la abrazo con fuerza. Definitivamente estoy acostumbrándome a esto, y es una mala señal.Sus largas pestañas rubias acarician sus mejillas, y su rostro se ve pálido bajo las luces que entran por la ventana. Esta mujer es un ángel, y me niego a dejarla ir pronto.Me dejó claro que firmó un contrato, pero no estará en ese bar de mala muerte por mucho tiempo.—¿Isabella? —susurro intentando despertarla.Nada.Parece agotada, y decido dejarla dormir un poco más mientras me doy una ducha. Cuando termino de bañarme, me dirijo al comedor para desayunar. Kelly ya está en la mesa comiendo sus cereales.—Buenos días, señor Derek.—Buenos días, María. Sírveme una taza de café por favor.—Cómo usted diga, señor.María se retira, y miro a Kelly con una s
Isabella.Despierto sin ganas. Mis ojos se posan en el pequeño calendario, y suspiro cansada. Hoy es mi cumpleaños número diecinueve. Un día más para mí. Un día dónde aborrezco mi existencia, y mis ganas de desaparecer aumentan. Además, debo ir al médico, y no tengo ganas.Todavía recuerdo al imbécil que Rosalie me presentó ayer. ¿En serio quería acostarse conmigo? Espero no volver a verlo. Eso jamás sucederá. Yo sólo quiero estar con Derek de esa manera.Hoy será la última vez que dormiré aquí. Seguiré trabajando en el bar hasta que el contrato termine, pero pasaré mis noches en el departamento de Derek. Sonrío ante esa idea, y miro la llave que sostengo en mis manos.Él me ha dado las llaves de su departamento a sólo días de haberme conocido. ¿Quién hace eso? La imagen de la sonrisa de Derek no se borra de mi mente, y me levanto de la cama un poco más animada.Decido darme un
Isabella.Mi día ha mejorado considerablemente gracias a Derek. Siento que estoy aprovechándome de él. Me ha comprado un iPhone, y ahora me hará el amor. ¿Qué está pasando realmente entre nosotros?, ¿esto es sólo sexo? Lo dudo.Me concentro en sus caricias, su lengua lamiendo mi cuello, y su mano bajando lentamente el cierre de mi falda. Estoy contra la puerta, gimiendo suavemente. Mis pechos ahora están expuestos, y puedo ver la admiración en sus ojos.—Eres preciosa —jadea —. Realmente eres preciosa.—Derek...Se pone de rodillas, y pone una de mis piernas sobre su hombro. Mi rostro está rojo, y el sudor recorre mi piel. Sé lo que hará, y no lo detengo en ningún momento. Enredo mis dedos en su sedoso cabello, y tiro con fuerza cuando empieza a chupar mi clítoris. Mi cabeza golpea la puerta, y gimo en voz alta.—Eres una droga para mí —Me mira por un breve segu
Isabella.Las lágrimas no quieren detenerse. Yo sabía que él reaccionaría así, lo sabía.Rosalie tenía razón.Nadie quiere a una mujer enferma.Derek resultó ser un estúpido que me ilusionó, y rompió mi corazón de la peor manera. ¿Qué más podía esperar? Estoy destinada a sufrir en esta miserable vida. Le dejé el celular, junto a sus llaves a la recepcionista del edificio. No quiero nada de él.Por estas mismas razones no quise ilusionarme, aunque es demasiado tarde.Yo estoy enamorada de ese hombre.No he salido de la habitación del bar. Decidí volver con Rosalie. Por más que odie admitirlo, sólo la tengo a ella en ésta vida. El espectáculo empezará dentro de unas horas, y debo estar lista. No soluciono nada llorando. Derek no volverá, y debo vivir con eso.***Derek.No he podido o
Isabella.No sé cuánto tiempo más durará esto. Bryan me inspira asco, y sólo quiero huir de él.—Tengo mucho dinero, propiedades en varias partes del mundo —dice él —. Podría convertirte en la reina del mundo, preciosa.Lo único que ha hecho estos últimos minutos fue presumir su maldito dinero. ¿Realmente cree que me impresiona? Sólo es un idiota creído, y desagradable. ¿Cómo Rosalie puede relacionarse con tipos así? Aunque no me sorprende. Ella es sólo una arpía interesada.—Me alegro por ti, Bryan —sonrío falsamente.Me tenso cuando su mano acaricia mi pierna desnuda.—¿Cuál es tu precio, hermosa? Dime, te daré lo que sea.Intento ponerme de pie, pero se niega a dejarme ir.—Realmente aprecio que esté interesado en mí, pero ya le he dicho mi respuesta.Puedo ver sus ojos oscurecerse, y trata de tocarme nuevamente