Ethan Ella es el huracán que me deja en ruinas... Nosotros no somos hermanos, no podía ser, estas pruebas no me harán cambiar de opinión, la sorpresa de todo lo que me vino a revelar me puso fuera de combate. Ni siquiera pude elaborar algún argumento para calmarla y resolver esta desastrosa situación. Recordar el dolor y enojo que vi en sus ojos me hace querer saber quién demonios comenzó esto, porque todo iba bien al fin. No la perseguí, lo mejor era darle espacio, acorralarla podría darme solo más problemas. Llame a Loren para qué me dejará tranquilo por una hora, fui hasta el librero donde están las botellas, me serví un trago, y lo vacié de un solo sorbo, al siguiente le puse hielos y me lleve la bebida a mi escritorio. Una vez más levanté aquellos papeles para leer con detenimiento el resultado, varias veces lo releí, solo para ver que esa prueba de paternidad era positiva. Tome el sobre que ella me dio, en su interior solo venían peores noticias. Era la petición de divor
Sia Miserable era una palabra que no alcanzaba a cubrir como me sentía, devastación era todo lo que me rodeaba. ¿Cómo podía Lloyd tener esa convicción de que no éramos hermanos? Esto me hacía sentir vulnerable, porque al ver mi realidad no tengo a nadie, mi padre, prefería a su hijo y ese hombre del que me enamore, bajo muchas razones, estaba prohibido. ¿Qué hago con este sentimiento? De solo pensarlo me siento enferma, respirar es doloroso, no decían que de amor nadie muere. Por qué demonios dolía tanto. … Por la mañana ya se habían agotado las lágrimas, un baño largo y perderme en el espacio sin dejar que ningún pensamiento circulara, fue lo que haría de ahora en adelante, en lo que aprendo a lidiar con esto. Me tiré en la cama con un antifaz de gel para bajar la hinchazón de mis ojos, no quiero dejar pasar otro momento sin reclamar lo que me pertenece. Tan solo cerciorarme que ya no estaba tan mal mi semblante, elegí un conjunto de falda y blusa, tacones y lentes grandes neg
Sia Le pido que no se me acerque y el cumple al menos con esa simple petición; sin embargo, no me deja sacarlo de mi mente, desde el primer día, se ha ocupado de que la casa está abastecida, ya tocaba que fuéramos a comprar los víveres. A mi puerta llegan desde el desayuno, la comida y la cena, quién más sino él que sigue al pendiente de que siga respirando, intento sustituir este sentimiento por el antiguo odio que sentía por él. Pero ni siquiera puedo, los días pasaron y por fin Ross, me hace entrega de una tarjeta que está a mi nombre y tiene fondos, sé que ellos tienen mi pasaporte, ahora lo que me queda es sacar una copia, por extravío. La espera es un pesar, ojalá todo caminara más de prisa, el papeleo que Albert, está llevando a cabo, llevará tiempo, me advirtió. Estoy tentada a buscar una excusa que ni siquiera Angus pueda reusar, para poder salir de su radar, porque los últimos días al salir a caminar tengo esa sensación de estar siendo observada, solo que no he logr
Ethan Al ir a la que era mi habitación, reflexione sobre como seguimos con esta distancia, sin duda las circunstancias por las que estamos pasando no son las ideales; aun así, no me parece apropiado mantenerme alejado de ella. Eso se acababa en este mismo instante, era sábado y cualquier cosa era menos importante que reparar esta relación que ni bien empezada ya parecía estarse yendo a la ¡mierda! Sia seguía dormida, yo no podía, costumbres y un cerebro que no parece callarse nunca me lo impidieron. En el baño colecté todo, shampo, afeitadora, todo. Lo metí a una de las cestas decorativas que estaban en el baño y lo cambié al baño de Sia, que de ahora en adelante será nuestro. Ya no me moleste en cerrar la puerta, solo caminaba con sigilo para no interrumpir su sueño y me corriera a patadas, planeaba que para cuando ella despertara todas mis cosas estuvieran ordenadas y en su nuevo lugar. Era la recámara principal por lo que el armario era enorme y las cosas de Sia no llenaban ni
Ethan Teníamos el domingo completo, ella y yo no hemos disfrutado una cita apropiada, que mejor que empezar con una para ir enmendando los tropiezos de este matrimonio. No le dije lo que planeaba, principalmente porque ella se reusaría; así que, por la mañana, nos prepare un desayuno, como cualquier otro día y le pedí que me ayudará a ver qué cosas necesitábamos para luego ir a realizar las compras. Esa sería mi excusa para sacarla de casa. Tome la camioneta y en cuanto nos alejamos de la zona, ella me miraba con frecuencia, sin decir nada, hasta que su curiosidad no pudo más. —Espero que no estemos perdidos, porque no veo por ningún lado las tiendas. —¡Oh, no! Descuida, solo haremos algo antes de las compras. Al pasar Brooklyn ella parecía ansiosa, —tranquila, ya sé que no es un barrio muy cool, pero te aseguro que tiene cosas buenas. En el estacionamiento era más que obvio a dónde la había traído, porque se podían ver los juegos mecánicos, y además la extensa playa que teníam
Ethan Esto era una tragedia, ahora, cómo le decía a Sia, que su padre enfrentaba la misma enfermedad que le arrebato a su madre cuando era pequeña. Cuanto antes mejor o eso pensé, le envié un mensaje pidiéndole que tan pronto como se desocupará viniera a mi oficina. Yo por el momento tenía que realizar algunas entrevistas, solo tres candidatos pasaron los filtros. Loren me acompaño, para que me diera su opinión, ella también trabajaría con el asistente, lo lógico era que tuviera oportunidad de expresarse y ambos concordáramos. Cualquiera de los aspirantes al puesto podía ser adecuado, su experiencia y estudios estaba al mismo nivel para los tres, les cuestionamos sobre algunas actividades y sobre como enfrentarían ciertas situaciones. Con ello nos decidimos con el que nos pareció era más avispado, pues nos dio más de una solución. Así que Matt sería mi asistente, solo faltaría que recursos humanos se hiciera cargo de todo el papeleo. De regreso a mi oficina, me sobresalté porqu
Sia Entre los miles de estudios que existen sobre el cáncer, me enfoque en la alimentación y todo lo que los pacientes que han padecido esta enfermedad y se recuperaron hicieron, todo era de utilidad, no descartaría nada. Realice compras en línea de suplementos que ayudarían, planifique no un menú, sino, alimentos que él debería dejar de consumir, harinas, azúcar, carne roja, entre otros. Todo lo dejé preparado para ir de visita al siguiente día, así que tan solo despertar, me aliste y le pedí a Ethan que me llevará a la casa de Angus. Cuando nos vio llegar le dedico una mirada de regaño a Ethan, —¡buenos días! —saludamos. Era extraño, había muchas cosas que quería decirle, pero también me reprendí, debía comportarme normal, su enfermedad no podía hacerse de dominio público o podía haber pánico, bajada en el valor de las acciones y que los del consejo hicieran cosas impulsivas. —¿Podemos acompañarte a desayunar? —le pedí. —Por supuesto, tomen asiento. —No tardo en llamar a la a
Ethan Entre todo lo que pasaba, se me ocurrió que debía sacar a Sia de esto, aunque fuero solo por algunas horas, ahora que sabía más de las particularidades de sus gustos, recordé que había mencionado la comida de cierto restaurante, al cual le pedía a Alan, realizará una reservación y se encargará de organizar una velada romántica. Solo fue necesario aclararle ciertos puntos y lo que deseaba lograr, con ello se puso manos a la obra, solo me quedaba a mí mandarle un mensaje invitándola a cenar. Un día antes le había mostrado todo lo que encontramos contra Rostford, ella no podía creer a los extremos que había llegado, todo por meterse en nuestra relación, para ambos era absurdo, porque lo nuestro pendía de un hilo desde un principio, ya que los cimientos de esta unión fueron forjados por terceros y no por nuestra convicción. Esperaba que la sorpresa fuera agradable para Sia, solo que desde un inicio el sorprendido fui yo, Alan no me había comentado que traslado a mi esposa a casa