Estoy muerto... Estoy roto... Me niego a decírselo pero las piernas están temblándome de dolor, ni siquiera todas las horas de practica conduciendo me habían lastimado tanto como esto. Sumándole el dolor en el trasero y el buen golpe que me termine dando en la cabeza con el techo del Ford. Lazzarini está satisfecho, yo también, el sexo ha sido muy bueno y finalmente he aceptado que no es solo eso lo que me gusta. No voy a decírselo todavía, no me dejará en paz si lo hago. Estiró las piernas metiéndolas en el arrugado pantalón, maldición, esta noche me veía espectacular con este traje. He tratado de limpiarme atrás con un pañuelo pero es imposible dejarlo completamente limpio. Tengo que sacarme sus restos de mi, es incomoda la sensación. —Tengo que ducharme. —le digo, tratando de acomodarme la camisa y que no se vea toda arrugada. Necesito cuidar mi imagen, no importa que sea gay. Él, quien también está hecho un desastre, me sonríe como imbecil moviendo la cabeza en direcció
Cada maldito vaso que me llevo a la boca, Lazzarini me lo arrebata entre risas y guiños de ojo. No le quedó claro que voy a embriagarme y me importa poco que sea la fiesta de ese niño, si hay alcohol significa que esto también es para adultos. ¿Qué pretende? Estamos solos, alejados de su familia, niños, periodistas y todos los mequetrefes que se atreven a vernos. —Joder. Quiero beber, esto no tiene sentido. —Fausto se ríe. —Estoy cuidando cuerpo, necesitas estar limpio para competir. —ruedo los ojos. —Hay personas que se encargan de mi cuerpo, doctores, Leila y el equipo. Déjame. —me sirvo otra copa pero es lo mismo, me la quita y se la bebe de golpe. —Maldita sea, Lazz. Me gusta beber, el alcohol y yo somos amigos íntimos, puedo con esto. —No. Es una orden. —Ordénale a tu abuela. Me resisto pidiendo una botella de escocés, se lo que hago y este cabrón no estará ordenándome todo el tiempo solo porque follamos o lo que sea, estoy aquí con él eso debería de bastarle. S
Lazzarini está ahí, mirándome como si estuviera sacándome el alma con su mirada fantasma. Lleva la mirada hasta Aleksen, a quien termino de acomodarle la ropa y golpe la mejilla con la palma. —>>>Fausto es mi patrocinador, alguien importante. No digas nada estupido o menciones a nuestra familia. ¿Bien? —>>>¿Qué relación tienes con él? —ruedo los ojos. Paso de la pregunta. Regreso mi atención a Fausto quien no parece agradado con no entender lo que hemos hablado en un idioma que no entiende. —¿Todo bien con tus padres? —le pregunto con calma.—¿Tú estás bien? —coge mi mentón con el índice para checarme. —Sí, sí, Alek necesitaba refrescarse. No me importa si te molesta el atrevimiento. —aclaró antes que se haga un malentendido. —Lo siento, Kasper tuvo que acompañarme unos segundos. —pasa un brazo por mis hombros. —Es así. —el tono de voz es más cortante. —Kasper tiene libertad de hacer en mi casa lo que desee. —agrega como si alguien le hubiera preguntado. —Este patrocinio del q
En la mañana despierto con el brazo de Lazzarini enroscado a mi cintura y su cabeza metida en mi cuello haciendo que su cabello se roce contra mi mejilla. ¿Por qué demonios le gusta dormir de esta forma? No estoy quejándome por completo de esto sino que todo el sexo que tenemos hace que mi cuerpo pierda energías y tenerlo encima también resulta agotador aunque no me incomoda. ¿Por qué no me incomoda? Hemos dormido varías veces en la misma cama pero esta vez a diferencia de otras no estoy incómodo o deseoso por levantarme e irme. Todavía tengo sueño así que lo dejaré estar unos minutos más o seguramente todo lo que resta de la mañana asumiendo que es temprano. Muevo un brazo dejándolo sobre su hombro y con la mano acaricio su cabello. Cerrando los ojos para poder dormir un poco más, ni siquiera después de una carrera estoy tan cansado como después de tener sexo con este tipo. Hoy me permitiré descansar pero mañana debo regresar a las prácticas. —¡Tío Fausto! ¡Tío Fausto! Una vo
Joder. Kasper... ¡¿Acaso eres el gay del año?! Maldición. Este cambio radical en mi vida está afectando mi capacidad de pensar y analizar las situaciones que me involucran. Esto no es algo que debería estar haciendo, no por tener sexo gay y que me guste hombre tengo que hacer estas cosas.Dije que me iría pero... Ese cabrón. ¡¿Qué demonios me ha hecho?! No puedo solo dejarlo, quiero estar con él y eso no es normal. Se fuerte Kasper, has pasado por peores cosas y esto es nada en comparación a todo lo que has vivido. Se fuerte y supéralo, quedamos en que superarías esto y lo mejor es aceptar todo el paquete que viene con esa oscura verdad. Más bien colorida, a lo gay. —¿Puedes llevarme al baño? Ignóralo. Es solo una piedra en el camino. No tienes que mover un solo músculo y pensara que estás muerto.—Señor... quiero ir al baño... —joder, me está tocando la pierna. —Me haré en los pantalones y mamá estará enojada...¿Cree que me importa su madre? Se baja el pantalón de golpe.
Me concentro en escuchar a Rasey, Devoni me muestra las estadísticas que debo dominar en las siguientes horas. Sin embargo, no solo se trata de dominar la pista y superar mi velocidad, con la carrera cerca hay otros aspectos que debo tomar en consideración. —En el viaje a Imola, la resistencia cardiovascular es buena e incluso movimientos de acción rápida. Con la carrera en puerta es mejor preparar una rutina de ejercicios y comenzar tu dieta para no tomar riesgos, esta es una carrera profesional de 306 kilómetros, la fuerza que experimentarás es mayor a una de 200 kilómetros. —Ejericios de cuello, brazos, hombros, piernas y tren superior. No estoy hablando de formar más músculos sino de lograr más resistencia, te has preparado antes de esto pero ahora como tu equipo trataremos de ayudarte a incluso superarte a ti mismo. —De eso estoy hablando, confío en ustedes. —miro al flacucho, no confío tanto en él. —En ti no tanto, pero estoy dándote el beneficio de la duda. —este resopla. L
El cambio de corazón que Kasper ha tenido sigue pareciéndome un hecho irreal. Para él, como lo ha dicho, no ha sido una confesión sino algo que me quería hacer saber. Para mí ha sido mucho más que unas simples palabras. Una confesión. Finalmente, después de tanto acepto que estoy por lo menos entrando en su cabeza y si no es mucho pedir, en su corazón. No pensé que esto pasaría, por lo menos no de esa forma tan repentina. Tampoco estoy quejándome, lo he deseado por parte de Kasper desde hace mucho tiempo pero esta vez si me ha cogido desprevenido. Sorprendido pero halagado. No entiendo sus movimientos, pienso que está alejándome pero poco a poco el mismo va acercándose. Pensé que no quería volver a verme, estaba imaginando muchas cosas para poder acercarme a él y ahora. No puedo esperar un segundo más para verlo y esperar que me sorprenda, de alguna manera sé que lo hará. Estoy muy metido en esto, enamorado hasta la médula de él y solo tengo que restringirme para no decirle lo much
Mi cuerpo, todo mi ser gay se mueve por si solo. No importa tanto, reunirme con Aleksen no ha ido bien y lo que menos quiero es seguir estresándome con esto. Quiero esto y no, no me avergüenzo en lo absoluto. Soy gay, eso no hace la diferencia de quien soy y tampoco pone en duda lo que puedo lograr en la pista. Le tomo por la cintura, pegándolo a mi cuerpo pero sin ser agresivo. Meto la lengua en su boca, profundizando el beso tanto como deseo. Un beso que alargó hasta que la falta de aire nos obliga a separarnos. Me alejo de él, liberándolo de golpe, su mirada fantasma me atraviesa. Pervertido como siempre. Lo he tomado por sorpresa, pero esto no es nada en comparación a las cosas que martirizan mi cabeza desde que lo conozco. —Tengo hambre. —digo ante su silencio. —Ya he comenzado con dieta previo a la carrera, vitaminas, proteínas y suplementos, prepara algo en base a eso. —Bien, tratare de arreglármelas. —sonríe. Me pasa de largo para abrirme la puerta. Ruedo los ojos, no soy