Foster Lewis Salí de allí lleno de una profunda tristeza, porque en ese momento debí ser más cerebral y menos impulsivo, no me sorprendería que la madre de Callia haya propiciado esa situación, ella me odiaba y solo conspirando entre su hija y yo para que nos peleáramos y desconfiáramos el uno del otro podía separarnos. —¡Vieja miserable! ¿Cómo pudo hacerle esto a su propia hija, a su nieto? Es que ni siquiera los animales tratan de esa manera a sus crías —expresé en voz alta mientras caminaba al auto. Su madre era la única que estaba cerca de Callia y que pudo haberle dado a tomar esos medicamentos sin que sospechara porque confiaba en ella. Sé que ella no estaba, sé que ahora amaba a Harley, pero no podía dejar de afectarme lo ocurrido en el pasado, porque de haber tenido la astucia de sospechar esa verdad a tiempo, hubiese sido la diferencia entre la vida o la muerte de la mujer que amé y que siempre iba a guardar en mi corazón. Los recuerdos de lo que le hice ese día, cuando
Foster Lewis —¡Foster mi amor! —exclamó y yo fruncí el ceño acercándome lentamente. La recorrí de pies a cabeza, su aspecto era muy parecido al de Callia, pero antes de poder observarla bien, ella se lanzó a mis brazos. La sostuve, mientras ella lloraba en mis brazos, sin embargo, tocarla no me produjo ninguna sensación de afecto o deseo en mí, al contrario, sentí unas inmensas ganas de alejarla de mi lado.—¿Qué haces aquí? ¿Cómo entraste? —pregunté con sospecha, mientras la observaba con atención.—Esta es mi casa… yo tenía una llave —respondió con tranquilidad, pero su voz no se parecía a la de la antigua Callia.—¿Por qué apareces ahora? —interrogué sin dejar de verla y observando el diario encima del desayunador, al parecer había estado leyéndolo.Ella se alejó, y me miró directamente a los ojos. Sus lágrimas se habían secado, y su expresión era mezcla de tristeza y preocupación.—Foster, perdí la memoria, ha sido apenas unos días que la he recuperado —dijo mientras tomaba aire
Harley Smith Las palabras de Foster me dejaron sorprendida, por breves instantes no supe qué hacer ni qué responder, pese a ello, una parte de mí me decía que quizás no estuviera equivocado.—No lo sé, ¿Por qué lo crees? —interrogué con preocupación.—Porque son muchas coincidencias, tus recuerdos olvidados, el sitio donde te encontraron, la marca de tu rostro —me explicó.—Pero si fuese así, la madre de Callia me hubiese reconocido —insistí, porque me costaba creer que una madre no pudiera darse cuenta de quién era su propia hija. Además, por los acontecimientos ocurridos cuando la vi, ella y yo no tuvimos ningún vínculo especial, todo lo contrario había algo que me hacía repelerla.—No te fíes de eso, porque lamentablemente, ella no es una madre como todas, es una mujer interesada que no le importa hacer lo que sea con tal de salirse con la suya —expresó.Yo me quedé mirándolo con asombro, sorprendida por sus palabras. Porque en ese momento mi mente parecía estar procesando la idea
Foster LewisObservaba la escena sin poder evitar sentirme nervioso, yo no me había comportado con ella de la mejor manera posible, la había hecho sufrir, había sido un patán ¿Qué pasaría cuando ella recordara todo de nuevo? La vez que fue a la oficina y la humillé, mientras tenía sex0 con otra.En ese momento, después de recibir el abrazo de su familia, mi mujer se giró hacia mí con una sonrisa, fue inevitable ver su expresión amorosa en su rostro y esa sonrisa capaz de llenar de calidez mi corazón.—¿Qué ocurre? ¿No estás contento de que yo sea tu Callia y tu Harley? Ya no tendrás que escoger entre ninguna de las dos, la tienes aquí juntas —se señaló—, tu pasado, tu presente y futuro —preguntó con timidez.Yo la atraje a mí por la cintura y le di un suave beso en la frente, mientras suspiraba de manera profunda.—Claro que me alegro… pero tengo miedo —pronuncié con sinceridad.Ella se apartó un poco de mí mirándome con una mezcla de incredulidad y curiosidad.—¿De qué tienes miedo?
Foster Lewis La mujer sonrió con burla, y la rabia se agitó dentro de mí ¿Cómo podía ser tan calculadora? —Le hice una pregunta señora, ¡Respóndala! —exigí con irritación.—Solo la responderé si desisten de denunciarme —declaró, mirándome con atención, aguardando mi respuesta.A pesar de su actitud no estaba dispuesto a dejarme chantajear.—Entonces no la responda, no voy a dejar que quedes impune por todo lo que le hizo a Callia, de todas maneras no necesito de su declaración para saber que mi padre era inocente, y ya tengo suficiente pruebas para defender su causa —señalé con firmeza.Callia se acercó a mí y me susurró al oído.—¿Estás seguro? —yo asentí—, si tienes que dejarla ir para poder encontrar pruebas a favor de tu padre, yo lo acepto.Ante sus palabras negué con firmeza.—No las necesito… y si Britanny no firma, mejor para ti, porque ese acuerdo la beneficia es a ella, no a ti —sentencié y cuando la mujer escuchó eso, tomó el documento, la hoja y estampó su firma sin pedi
Callia Dimitrakis.Apenas vi esa mujer sentí que la sangre escapó de mi rostro, los recuerdos acudieron a mi mente como si alguien hubiese abierto una especie de compartimiento donde habían estado represados.Era ese mismo despacho, ella estaba inclinada sobre la mesa, con Foster por detrás saliendo y entrando de su cuerpo, mirándome con burla, el dolor que sentí me atravesó como el más filoso de los puñales, el aire me faltó, sentía que si me quedaba allí no respiraría, salí corriendo con las lágrimas brotando de mis ojos mientras Foster me pedía que me detuviera.—Callia por favor, mi amor ¡Detente!—¡No puedo! Lo siento —dije y corrí hasta el baño donde me encerré.Comencé a lavarme el rostro, tratando de ahogar mis pensamientos, pero no podía, estos eran recurrentes y dolorosos, dejé que las lágrimas rodaran por mis mejillas. Debía irme de allí, pensé, no podía regresar con él a su apartamento, o por lo menos no hasta tranquilizarme.Tomé mi celular con manos temblorosas y le mar
Foster LewisPasaron varios días de silencio entre Callia y yo. Le había hecho la prueba de ADN al niño y solo estábamos esperando que transcurriera el tiempo para buscar el resultado, solo deseaba que fuera negativo, porque con la única mujer que quería ser padre era con ella.Estaba preocupado por el bienestar de la mujer que amaba, pero entendía que necesitaba tiempo para procesar todo lo que había descubierto. Finalmente, recibí un mensaje de ella pidiéndome que la encontrara en un café cercano.Cuando llegué, la vi sentada en una mesa en la esquina. Su mirada estaba abatida, se veía triste, tenía unas profundas ojeras y los ojos rojos, se notaba que estaba sufriendo y eso me hizo sentir el peor hombre de todos.Al verme llegar, sus ojos se iluminaron, y a pesar de todo parecía más calmada que antes. Me acerqué a ella con cautela.—Callia, ¿Cómo estás?Ella suspiró y me miró directamente a los ojos. —Foster, no puedo cambiar lo que ha sucedido en el pasado, pero necesito saber la
Foster Lewis Entre a la oficina corriendo y allí estaba el abogado que junto a mi había estado llevando el caso de mi padre, apenas me vio, me entregó el documento, lo agarré con manos temblorosas, mientras él celebraba satisfecho. —¡Lo logramos! —exclamó—, tu padre fue declarado inocente, y el estado pagará una indemnización a sus herederos, y lo peor de todo, es que las pruebas que hemos encontrado, apuntan a que el padre de Britanny, tuvo involucrado en las pruebas inventadas para inculparlo. —Gracias por el trabajo, aunque si te soy sincero, lo menos que quiero es indemnización, solo deseo limpiar su nombre, que la gente sepa que Arthur Lewis fue un hombre honesto, responsable que nunca hizo nada al margen de la ley —expresé con tantos sentimientos encontrados. Por una parte estaba feliz porque aunque tarde la justicia, había llegado, pero tristeza porque había perdido a mi padre y a mi madre por culpa de esa injusticia. —Estoy de acuerdo contigo, Foster. Es hora de que todos