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Escalera al Infierno

Drai durante el mes siguiente estuvo atento a los movimientos de los Agentes que fueron traídos por Rodríguez para comenzar a introducir los cambios que el Tribunal aprobó como parte de convertir Gorgona en un centro de purga por los crímenes cometidos. Esta información la pasaba a Stevenson en cada uno de los encuentros que tenían en las sesiones de preparación para el examen de validación y la Prueba Nacional, así fue como se dio cuenta que el hombre, aunque no podía ayudarlos a todos, si procuraba que el grupo de los más jóvenes no fuera hostigado o maltratado de alguna manera.

De igual manera, debido a que los Agentes eran los maestros en las diferentes áreas que presentarían, al ser retirados de sus cargos y remplazados con los hombres de Rodríguez, las guías de trabajo que enviaba el Instituto de Servicio Nacional no eran direccionadas, los nuevos guardianes entorpecían el horario de repasos colocando actividades como el aseo y la cocina, aquellos que no las alcanzaban a realizar eran torturados con golpes y quitándoles la comida por uno o más días.

Fue cuando Daniel asignó a Drai a dar las tutorías, el Agente sabía de sus promedios en Balzac School International, por más que en el último año no tuvo las mejores notas por la situación con Terrera, era el más indicado para realizarlas, aunque Rodríguez quiso negarse, la visita sorpresa de la encargada por parte del Ministerio de Defensa en el área de Centros Penales, para explicar cómo se llevarían a cabo las pruebas hizo que el Director de Gorgona aceptara las condiciones a regañadientes y se le olvidó el asunto de Bosé como profesor.

Ese día la mujer llegó justo cuando estaban haciendo la reorganización de los sectores de la cárcel y uniendo en una sola área a los antiguos servidores de Terrera.

Aunque no pudo ver a quienes se evaluarían, Melissa Mercedo si dejó en claro que mientras fueran estudiantes especiales, estaban protegidos por el Ministerio, y eso significaba que cualquier irregularidad sería juzgada por el Ministro y no por el Tribunal, la cínica sonrisa del hombre fue suficiente para la funcionaria, cuya visita era para comprobar las sospechas sobre los malos tratos que recibían los jóvenes que se vieron reclutados por grupos subversivos, se dedicaban al sicariato o, como en el caso de Bosé, eran parte del narcotráfico. La mujer se marchó con una idea clara en la cabeza, ahora debía buscar quien la ayudaría a realizarla, mientras que Rodríguez y el Tribunal continuaran con la idea de que la situación de Gorgona no sería revisada.

El Director y Stevenson se mantuvieron en silencio procesando lo que escucharon, el mayor le pidió al castaño quedarse para revisar los que conformaban el grupo que dentro de quince días presentarían las evaluaciones, una prueba con la que se terminaría el suplicio de aguantar al Ministerio metiendo las narices donde la justicia era la única que reinaba.

Daniel asintió, tras varias disertaciones sobre lo solicitado por Melissa, al final llegaron a la conclusión de que asistirían el domingo 5 de junio al Centro de Capacitación donde se presentarían las pruebas, los acompañarían él por estar a cargo del proceso desde el comienzo, y el Director, los Agentes comisionados de la protección y la evaluación quedarían a escogencia del Instituto y el ministerio, esto para que corroboraran que siempre el Tribunal había tenido buenas intenciones con los jóvenes.

Stevenson se levantó informando su deseo de conocer la distribución de las mujeres en el sector de mayor peligrosidad, Hernán Rodríguez sonrió deteniéndolo, el Agente menor vio como un sobre le era extendido, uno que al abrir supo que su tiempo de gracia había concluido.

—Los resultados serán dados el mismo día, a partir del lunes 6 de junio, esos miserables hijos de puta serán tratados como lo que son.

—¿Cuándo tendré que marcharme de Gorgona?

—Stevenson, usted saldrá ese domingo para no regresar, no hay necesidad de empalme —lo detuvo el Director anticipándose a la pregunta del castaño—, porque su cargo será abolido, recuerde esto es una PRISIÓN, no un centro vacacional.

Daniel salió sin dar replica, la prioridad era saber cómo mover las fichas en esos quince días, de no hacerlo, Drai no duraría más de un mes entre torturas y vejaciones de todo tipo, había investigado la relación de Rodríguez con los Bosé, y la ofensa de ser tratado como estafador por parte de Leone, era lo que cobraría con creces en el cuerpo y la mente de su hijo.

Miró la hora, los jóvenes no iban a ser cambiados de celdas, así que prefirió ocupar ese tiempo en lo importante, se dirigió a su oficina donde se encerró permaneciendo ahí hasta la hora de la cena.

Por su parte, Drai observaba la llegada de las mujeres a la sección de Alta Seguridad. Ignoraba por completo que en La Gorgona existía una cárcel de mujeres, creía que sólo los hombres eran enviados a ese destierro.

La reorganización consistía en unirlos por edad y por crímenes, así podrían dar mejor rendimiento en las funciones que debían cumplir en la Isla.

Escuchó la orden de salir de las celdas, las puertas se abrieron a excepción de las del grupo que se quedaría en ese lugar, los Agentes entregaron las celdas de las mujeres que entraban con miedo por estar mezcladas con hombres, una mala idea porque muchos las miraban como presas. En momentos así pensaba que el abuso de poder era propio de cobardes, él pudo ser tachado de “acosador” en el colegio, pero nunca se metió con los grados menores o con personas que no se pudieran defender.

De repente los gritos de alguien reprendiendo a uno de los Agentes en lo que le recordaba que a quien llevaba era una del grupo especial del Ministerio, le hicieron asomarse por la rejilla al pasillo, por más penumbra que hubiese, esa cabellera negra y el porte de diva lo reconocería donde fuera, allí estaba su mejor amiga, su primer beso, su primer revolcón, su hermana de otra madre, Patricia “Patty” Pearson. Gracias a Dios estaba viva.

Drai limpió las indiscretas lágrimas que resbalaban por su rostro, después del asalto en la bodega donde perdió la vida Tomás Nereida y su novio, uno de los hermanos de Rafael Wilson, no supo que sucedió con Patricia, ella desapareció sin más, eso lo dejó preocupado porque sabía que su familia fue perseguida por algunos de los sicarios de La Víbora, en la Fiscalía supo que los habían cazado y subido un vídeo donde se mostraba como los juzgaron y fusilaron.

Drai suspiró dejando ver una sonrisa por la tranquilidad de saber de la pelinegra, sólo le faltaba conocer la suerte de Zanzíbar, y la culpa le sería más llevadera dentro de Gorgona, o mejor dicho, por el tiempo de vida que le quedaba una vez presentara la evaluación porque era claro que Hernán Rodríguez le cobraría el problema que tuvo con su padre cuando quiso meterse en los negocios con Terrera.

A la hora de la cena la distribución de las mesas de mujeres y hombres guardaba una separación vigilada por los guardias, así que el recuentro de los amigos se limitó a un asentimiento con la cabeza y una subida de ceja, eso les permitió pasar desapercibidos por los Agentes que no sabían de la relación que mantuvieron en el colegio; sin embargo, en la sesión de estudios las cosas cambiaron, mientras los otros jóvenes hacían las guías, Drai comprobó que su amiga desempeñaba el mismo rol de tutor con las chicas.

También supo que Patricia estaría un año más en Gorgona y esperaba sobrevivirlo, el crimen del que se le acusó fue tan estúpido, que cuando ella le comentó su condena de dos años fue por haber sugerido el seguimiento del padre de Olar con el fin de corroborar su vínculo con el caso de Terrera, Drai no se decidía si burlarse o llorar, parecía ser que la Justicia del país no comprendía que ellos se metieron en un grupo de Juventudes por la Sociedad, igual a tantos que tenían los partidos políticos del país, y resultaron envueltos en una situación donde la prioridad era mantenerse vivos ellos y proteger a sus familias.

No negaba los crímenes que por ignorancia ayudaron a cometer, pero casos como el de Patty o el de otros chicos que estaban con ellos, eran tan estúpidos como sus condenas.

A partir de esa noche los gritos comenzaron en las celdas de los mayores, dos pisos arriba de los que ocupaban los más jóvenes, y con estos, el tormento que la conciencia y la mente de Drai le proporcionaban.

Durante meses logró evadir las pesadillas, incluso controlarlas a pesar de las torturas que los hombres de Rodríguez infringían en sus rondas de madrugada, pero esa noche las cosas se veían diferentes.

Reconoció la voz de la mujer que pedía clemencia, difícil no hacerlo cuando era la moza de Terrera, esa mujer era una imbécil que disfrutaba de humillar y se aprovechó de muchos con los negocios “extra” que manejaba fuera de la política. No obstante Drai a nadie le deseaba lo que, por los chillidos, presumía estaba sucediendo.

El platinado pensó en tapar la ventanilla para mantener en silencio su espacio, pero el miedo a ser regañado por no dejarse ver, pondría en riesgo su vida. Tendría que aguantar los lamentos, eran mejores que las pesadillas que surgieron después de que su padre fue capturado y enviado sin un juicio justo a esa misma isla, la única prueba era que su nombre aparecía en los documentos que inculpaban a Terrera.

Sueños que durante meses lo atormentaron por la presencia de ese maldito en la Casa Bosé, la casa de sus antepasados que ese demente declaró como "su" cuartel y refugio.

Drai odió esos días, el encierro, el miedo a salir por ser atosigado por alguno de los hombres que allí se encontraban, en especial por el hermano de la mujer que ahora gritaba, temía que Fernando Gonejie fuera capturado y llevado a La Gorgona, eso sería un sueño cumplido para ese desquiciado, además que haría realidad las palabras que pronunciaba cuando lo arrinconaba en alguno de los pasillos de la mansión. Todavía mantenía presente la mirada lasciva, el hedor de su boca cuando se le acercaba siempre burlándose y amenazándolo que pronto sería su amante más preciado.

Un miedo tonto, dirían muchos, pero Drai lo había visto abusar de varias de sus compañeras, la última la asesinó a golpes mientras le decía que era una zorra por no estar al pendiente de sus cosas. La imagen de ella resbalando por la pared donde la sangre dejaba el rastro de su cráneo roto, aún se aparecía recordándole que ese tipo le tenía una sentencia marcada.

Bosé se arropó lo mejor que pudo y tapó su cabeza, debía esperar, pensar en algo distinto, cuando los lamentos acabaron ya iba a amanecer, fue el instante en que sus ojos se cerraron permitiéndole descansar al menos media hora antes de la reunión con Stevenson, la fecha de los exámenes sería ese fin de semana, y por coincidencia, el día de su cumpleaños número veinte.

Cuando Drai despertó ya había pasado la hora del desayuno, corrió a bañarse, las risas de varios hombres y la pregunta clara de «¿Dónde se encontraba Bosé», le hicieron moverse con cautela, fue cuando escuchó el llanto de su amiga, era Patricia la que suplicaba que la dejaran en paz.

Un gemido proveniente de un golpe lo obligó a entrar sin medir las consecuencias, su rabia se desbordó olvidándose de su condición de reo, su amiga tenía la ropa rasgada, moretones en todo el cuerpo y el llanto se unía con el líquido carmín que le brotaba por la nariz y la boca.

Dos hombres trataron de detenerlo, pero fue más rápido y tal como le enseñaron, utilizó la fuerza de ellos para atacarlos, los golpes fueron certeros, dejándolos inconscientes en el frío piso del baño. Se volteó para ver que el tercero sostenía a Patricia del cuello y se burlaba por la perra que acababan de violar.

El ojigris lo observó fúrico, cogió una de las escobas del lugar de aseo donde permanecían en el baño, y rompió el palo para aproximarse siseándole al hombre que con cuidado soltara a la muchacha. El guardia vio como la punta del madero se clavó en su brazo con rapidez, obligándolo a soltar a su presa, de allí en adelante Drai siguió golpeándolo en diferentes partes del cuerpo sin molestarse por las suplicas que emitía y menos cuando le pareció escuchar que algo se rompía en la espalda de ese tipo. Teniéndolo en el piso alzó el palo para golpearlo en la cabeza, fue cuando la voz de Patricia llamó su atención.

En ese instante lo notó, tanto la sangre entre sus piernas como la que salía de su abdomen por el puñal que ella trataba de mantener quieto, ¿Qué diablos le iban a hacer? ¿No les bastó con abusar de ella?

La cargó con delicadeza y corrió, ya nada le importaba, debía salvarla.

Stevenson regresó de la reunión con Mercedo, tomó los demás documentos de las tutorías y se encaminó a la biblioteca, al abrir la puerta el grupo lucía inquieto, buscó a Pearson y a Bosé, encontrándose con la sonrisa cínica de Connor.

—Me alegra que llegarás, tus tutores tuvieron un problemita hoy, una está en la enfermería y el otro siendo corregido por el Director.

Stevenson le devolvió la expresión de sorna, como si poco le importara se dirigió a los demás estudiantes entregándoles el último material que debían leer y tener en cuenta para la presentación del examen en el Centro de Capacitación de la Fiscalía, las reglas y las consecuencias de infringirlas.

Por orden de lista fue llamándolos y haciéndoles firmar lo que ante la ley confirmaba que se daban por enterados, cuando todos estuvieron listos, los llevó personalmente al sector donde estaban sus celdas, por esos dos días sólo tendrían permitido ir a las duchas, y a tomar sus alimentos, luego regresarían a las celdas. En el mismo orden que entregó las instrucciones los aseguró en el lugar. De ahí se marchó a la enfermería, tenía ganas de buscar a Drai, pero no era el momento, si llegaba donde él sin noticias de Patricia, lo golpearía importándole poco quedar de por vida en prisión.

La enfermera lo vio llegar hasta donde la muchacha dormía, el resumen de la enfermera le puso en contexto, la habían violado, golpeado y por pocos milímetros no pudieron dañar su órgano reproductor dejándola estéril de por vida.

—¿Por qué tanto interés en ella? —el cuestionamiento lo hizo la mujer mientras cambiaba la bolsa de suero y aplicaba la dosis de antibiótico—. Esa será su vida en este hueco ahora que Rodríguez dirige la prisión, pronto la veras disfrutándolo y pidiendo más a sus propios agresores.

Stevenson llegó a Gorgona para cuando se dio la fuga masiva de presos hace quince años, vio los cambios con los ministros que pasaron y como cada uno de ellos trató de hacer cumplir las normas básicas sin preocuparse realmente de las condiciones de la penitenciaría, hasta que llegó Carlos Serbio y quiso hacer un verdadero sitio de rehabilitación e reincorporación a la cárcel, pero se encontraba con la indolencia de personas como la que tenía ante sí, se cuestionaba si en algún instante quienes eran los buenos de la historia pensaron que su nuevo orden sería regocijarse con el sufrimiento de quien luchaba por vivir.

—Los egresados de Balzac nos protegemos entre nosotros —la mujer sonrió, en ese instante recordó que Daniel pertenecía a una de las familias adineradas del país.

Stevenson anunció que volvería poco antes de la cena para que la chica firmara los documentos que le permitían presentar los exámenes, la enfermera con el gesto le dijo más de lo que pudo expresar con palabras.

—Rodríguez no perderá la oportunidad de deshacerse de Mercedo y el Ministerio —señaló el agente a Patricia—, considero que esto fue un error dentro de sus planes, como puedes apreciar, creo que no se dieron cuenta de que "se les fue la mano".

—Te sugiero ir por el otro chico, según entendí tuvo una explosión de ira, y casi mata al odioso de Elein Orjuela —recién en ese instante Daniel se fijó en la camilla donde se encontraba su compañero de trabajo, Drai debió tener demasiada rabia para poder dejarlo en ese estado—. Seis costillas rotas, un fractura cerrada de cráneo, y por poco lo deja parapléjico.

Stevenson se despidió para dirigirse al despacho del Director de Gorgona, no podía dejar testigos de la infamia, así que era predecible que estuviese en la sala de castigos cuya única entrada era por su oficina.

Abrió la puerta encontrándose con un Bosé atado a una silla mientras era golpeado por Rodríguez quien preguntaba a gritos cómo logró atacar a los Agentes, la cabeza rubia cayó hacía adelante comenzando a toser un poco, Daniel vio las gotas de sangre en la camisa del uniforme de preso.

—Se lo he repetido, a veces tengo problemas con manejar mi ira.

—¿Crees que soy estúpido? —Hernán lucía desesperado, Bosé demostró que sus hombres no eran invencibles y eso significaba una posible rebelión en el penal—. Una sola oportunidad para decirme la verdad o te muelo a golpes.

Fue el momento de intervenir de Stevenson, se aproximó preguntando con una risa desconcertante porque tenían a Bosé ahí. Rodríguez fue rápido explicando la razón, una amañada que en ninguna parte nombraba lo ocurrido con Pearson.

—Lo cierto es que si él no puede presentar los exámenes, tendrá que esperar un año más, y el trato será diferente porque Mercedo podrá solicitar visitas.

—Ya entendí el punto —Rodríguez ordenó que fuese liberado y llevado a la enfermería.

Al estar a solas con Stevenson, Hernán terminó de escuchar las recomendaciones para el domingo, y lo que le sucedió a la chica Pearson, como el Agente lo suponía los agresores se extralimitaron, y por su culpa casi comete un error. Pasaron unos veinte minutos hablando del traslado a la capital, irían en un avión de la Fuerza Aérea, acotó el Director de Gorgona, la seguridad estaría en sus manos.

Daniel observó al mayor pasar los dedos por la frente, el cansancio de la golpiza parecía haberle llegado de repente, fueron exiguos segundos, pero los suficientes para notar que había mucho más de fondo en ese comportamiento.

—No me importan los demás, ni siquiera la chica Pearson —pronunció Rodríguez tratando de incitar a Stevenson a un enfrentamiento, algo en él le molestaba al punto de no dejarle confiar en como actuaba, al estar con el castaño Hernán se sentía en una partida de ajedrez, así que continuó con más odio en la voz—, pero Bosé tiene una deuda conmigo que cobraré con sangre, te aseguro que lo mantendré vivo hasta el día antes de cumplir su condena.

—Yo me voy el domingo de Gorgona, así que no es mi problema que le pase al muchachito.

El hombre dio media vuelta y se retiró a buscar los documentos para que Drai y Patricia los firmaran, lo único bueno de salir de la prisión es que esa charada podría darla por terminada, una vez hablara con los jóvenes, iría a su cuarto, necesitaba dormir para lo que el domingo sucedería.

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