—¿Cuántos años han pasado?—Aproximadamente 7 años desde que nos vimos por última vez —dijo Steve mirando a Taylor con tristeza—, cuando salí de la clínica psiquiátrica ya te habías ido, tu madre me dijo que te fuiste al Reino de los hombres lobos con tu novio.Taylor miró hacia otro lado, ver a Steve era rememorar una vida que parecía demasiado lejana. Su villa venía a su mente como un golpe bajo en el estómago, algo que arrojó a su interior como todo lo malo.De pronto se sintió avergonzada de no haberse preguntado por Steve todos esos años. Si bien su padre era el traidor que acabó con su villa, Steve intentó detenerlo, había intentado salvar a su madre oponiéndose a su padre. Después vio cómo el señor Alan masacro a todos y quedó muy traumatizado.Él también lo perdió todo aquel fatídico día.Miró nuevamente a Steve.—¿Qué tal si empezamos contando todo lo que nos pasó desde entonces? —dijo Steve sabiendo que Taylor no tenía una puta idea de cómo seguir la conversación—, me gustar
Bael no podía creer que Liam de verdad le diera tanta importancia al idiota ese de la universidad. Tampoco le importaba los problemas que Noel pudiera tener con su familia porque su padre no le hablaba desde que decidió quedarse en el Reino por Odette renunciando a su puesto de beta. El idiota creía ciertamente que Bael realmente era su amigo porque habían estudiado la misma carrera de derecho de hombres lobo, que su departamento estuviera al frente del suyo causando que Noel lo visitara todo el tiempo, que habían asistido a las mismas clases y tenían el mismo grupo de amigos.Bael apenas lo toleraba, sólo era un bicho que parecía estar alegre todo el tiempo y lo seguía como un perrito. Todo el tiempo ignoraba lo que decía y lo miraba con odio.Pero Noel parecía no darse cuenta en lo absoluto.—Lo llamé varias veces —dijo Noel tomándose su cerveza—, pero otra vez no me contesta, el señor Víctor, ya sabes el papá de Theo. Dice que debo darle más tiempo. ¡Pero ya pasó un año!, extraño h
Bael caminaba detrás de Noel que seguía dando vueltas como un animal perdido por el bosque.—Te juro que los duendes estaban por aquí —Noel miró hacia otra dirección—, ¿O acaso era por ahí?—¿Y si usas tu olfato para rastrearlos? —preguntó Bael ya algo harto del frío y la nieve—. ¿Cómo el hombre lobo que eres?Noel procedió a transformarse en su lobo y empezó a rastrear a los duendes. Bael puso los ojos en blanco y siguió al lobo de Noel.Se adentraron más al bosque y Bael se perdió en sus emociones y sensaciones. Era como estar algo drogado por la magia espesa y limpia que emanaba todo el lugar. Había conocido bosques mágicos antes, los seres como él se alimentaban y residían en lugares así. Pero ese bosque tenía algo especial, como si la magia le diera la bienvenida y quisiera abrazarlo.Mientras que la magia del Reino aumentaba su poder de hombre lobo, esta te reconfortaba. Ahora podía entender mejor el lamento de Noel, a él también le costaría despegarse de este lugar.—¡Aja! —Noe
Gabriela masticaba un pedazo de caramelo en forma de gusano, últimamente había adoptado la forma de comer de un niño. Se le antojaban los dulces que solía comer cuando era más pequeña. —¿Me estás escuchando? —Bael le pasó la mano por la cara—, te estoy contando la historia más graciosa de como perdí un dedo y te lo estás perdiendo.—No me siento bien —dijo mirando a su gemelo—, lo siento Bael, es que desde ayer me siento débil, creo que es tiempo de decirle a Jose del embarazo, necesito ir a un doctor.Bael le tocó la frente y empezó a revisarla.—Vamos al hospital a buscar a mi tío Jeremy —dijo alarmado—, tienen que verte ahora mismo.Gabriela intentó ponerse de pie, pero casi se cae. Bael la cargo con delicadeza. Salieron del departamento de Bael para volar directamente al hospital. Conocían el camino hacia el consultorio de Jeremy de memoria así que les fue rápido llegar ahí.El celular de Gabriela sonaba una y otra vez.—Debe sentir algo por la conexión —hablo Gabriela—, Jose deb
Cuando Liam la llamó para decirle que tenían una gran sorpresa se emocionó mucho, salió disparada de la escuela al palacio olvidándose que esa tarde tenía que ir a la mansión de la manada francesa.Entró corriendo al palacio, estaba tan emocionada que no podía controlarse. Había soñado por mucho tiempo que le pidieran entrar a dentro del escuadrón del príncipe heredero, desde que era una niña pequeña. Siempre había visto con añoranza como sus primos mayores eran héroes sin poder hacer mucho por ayudar por su edad. Se había esforzado mucho, estudió hasta el cansancio y siguió un riguroso entrenamiento para ser útil para su futuro puesto.Cuando llegó a la puerta de la sala donde la familia real solía juntarse, se alisó la falda del uniforme al escuchar las voces del escuadrón mayor adentro.¿Se lo dirían todos juntos?No quería parecer nerviosa enfrente de su padre, así que adoptó tener mucha serenidad.Cuando entro algo la descoloco.Casi toda la familia estaba ahí, incluso sus herman
Auguste siempre se había considerado como un hombre totalmente seguro de sí mismo. Siempre se jacto de saber controlar su temperamento a lado de sus amigos y compañeros. Los hombres lobos habían evolucionado los últimos 50 años, en especial en los círculos más altos. Sin embargo, la naturaleza siempre estaba ahí y Auguste siempre se había burlado cuando alguien se comportaba como un animal descontrolado.En ese momento la vida empezaba a pasarle factura.Primero se extrañó de que su pequeña y escurridiza mate no llegará a la hora. Liana llegaba puntual en cada encuentro que tenían, solo había pasado una semana desde que empezaron a reunirse y Auguste fue algo idiota al pensar que Liana para la semana estaría rendida a sus pies.Su mate resultó ser toda una ninja ágil, evitando que Auguste rebasara cualquier límite de su relación. Derrumbaba cualquier puente que pudiera conectarlos y cerró los pasadizos secretos para colarse en sus sentimientos.El alfa francés cada vez estaba más intr
—A veces en la competición hay muchas disputas y malas mañas —dijo Gerard mirándola a los ojos—, pero tú concéntrate en las pruebas y no le prestes atención a las provocaciones.—¿Tú me estás diciendo que no me meta en problemas? —Taylor alzó una ceja—. ¿Enserio?Gerard le pasó un brazo por los hombros.—En otras circunstancias te diría que le cortes la cabeza a cualquiera que te moleste, pero como habrás notado, aquí todos te odian por ser la pareja de un hombre lobo poderoso. Quieren verte caer y harán cualquier cosa para hacerlo —Gerard le lanzó una sonrisa maligna—, no le des la oportunidad de salirse con la suya.Taylor tenía ganas de abrazarlo, en cambio le lanzó un golpe suave en el estómago.—Está bien, intentaré ignorarlos —asintió Taylor bufando—, pero no prometo nada.—Si lo haces, que no te vean —explicó Gerard—, tienes que ser discreta.—¡Atención a todos! —un hombre habló por un altavoz—, ¡Estamos a punto de celebrar la prestigiosa Cacería de la Plata Eterna!Los partici
—¡Ahí está la meta! —grito Steve sin dejar de correr y arrastrar a Taylor—. ¡Ya vamos a llegar!—¡Nos están persiguiendo! —Taylor intentaba disparar su ballesta con una mano—. ¡Déjame luchar para enseñarles a quien carajos se atreven a disparar!—¡Están disparando a todos lados para llegar a la meta impulsiva de mierda! —Steve luchaba con Taylor para que esta no dejara de correr—. ¡Estaremos a salvo al final!Taylor sabía que Steve tenía razón, ella no estaba ahí para matar a otros cazadores, se supone que estaba ahí para pasar las pruebas.Llegaron a la meta donde había algunos cazadores mayores esperándolos con bebidas y ayuda médica. Taylor y Steve fueron los primeros en llegar.—¡Felicidades! —dijo una cazadora con voz chillona—. ¡Son los ganadores de la primera prueba!Steve se dejó derrumbar muy agitado, Taylor hizo lo mismo.Llegaron a ellos con bebidas y revisando su estado de salud, poco después llegaron más concursantes mucho más masacrados que ellos.—Te lo dije —Steve seña