—¡Estamos congelándonos hace una hora aquí! —exclamó Lana mirándolos llegar—. ¡Para que dicen que vendrán todos a la misma hora si no van a llegar temprano!
—No seas tan gruñona hoy Lana —Zatch intentó calmarla—. ¡Hoy es noche buena!, ¡Campana sobre campana y sobre campana una, asómate a la ventana...!
—Si vuelves a cantar esa canción, voy a apuñalarte —Ricardo sacó su navaja y lo apunto.
—No sean melodramáticos —sonrió Taylor—. Su familia le preparó algo por su cumpleaños y nos retrasamos.
—¿Qué haces aquí?Gabriela estaba mirando el agua de la pileta con malestar, no sabía si estaba furiosa o triste.—¿Estás bien?Jose estaba a una distancia prudente, pero necesitaba abrazarla.—Supongo que si —Gabriela levantó su vista del agua y lo encaró—. Ya te habías ido cuando fui a buscarte al despacho de mi tío Oliver.—Liam me sacó de ahí —Jose la miró anhelante—. He estado esperando por verte, estás muy hermosa hoy.&mdash
¿Feliz Navidad?Jaime tocaba el piano con concentración la sonata número 14 de Beethoven, pero la verdad era que las únicas que disfrutaban de la triste melodía eran Lauren y Liana, la primera contemplaba a su marido totalmente enamorada y la segunda mira a su padre con admiración, además de que Liana había heredado el gusto de su padre por la música clásica.Pero los demás estaban totalmente aburridos con la melancólica melodía. Catrina miraba su chocolate queriendo irse de ahí . Alan y Alex estaban sentados uno al lado del otro apunto de dormirse. Liam lamentaba haberle hecho caso a Leia y bajar rápido de su nueva habitación. Estefan y Joon estaban conversando algo alejados de todos, Bael estaba
Este libro es la tercera parte de Alfa King, estara narrado por la segunda generacion, principalmente por Liam, Bael, Gabriela y todos los hijos del escuadron real. Muchas gracias por llegar aqui, espero que disfrutes leyendo. *** Repasaba los últimos apuntes de mi clase de biología, hoy habría examen y no podía arriesgarme a tener una calificación baja. No por nada estaba tomando clases extra en verano para adelantarme, si no iba a sacar calificaciones excelentes —¿No puedes despegarte de tus libros un momento? —Cristina me miraba fastidiada—. Inclusive en las horas de almuerzo en la escuela te la pasas leyendo. —Cristina —su padre la miró reprendiéndola—. ¿Y tú no puedes despegarte de esa actit
—¡Agáchate!Una bola de fuego bola por encima de su cabeza rozando con su cabello. Gabriela sintió como la parte superior de su cabello estaba un poco quemado.—¡Papa! —grito histérico—. ¡Lo has hecho a propósito!—¡Claro que lo hice a propósito! —su padre se acercó molesto—. Se supone que eres la guardiana de Liam y debes protegerlo.—¿Para qué mierda quiero proteger al idiota de Liam? —gruño Gabriela.—¡Oye! —grito Liam—. ¡Yo seré tu rey!—Es cierto —hablo Estefan—. Si nos
El avanzaba a gran velocidad como un desquiciado, me sentía como si estuviéramos en una carrera de autos o como si huyéramos de la policía, mi corazón estaba muy acelerado y me aguantaba el miedo que empezaba a paralizarla. ¿Bajarían vivos del auto?... y si lo hacían... ¿Qué haría con ella? Después de varios minutos, paró en lo que parecía un acantilado algo empinado y claramente peligroso. El bajo del auto sin decirle nada y ella bajó junto a él feliz de dejar de estar en movimiento. El empezó a gritar como desquiciado pateando piedras al azar, ella simplemente se quedó paralizada por su errático comportamiento, él se arrodilló sujetando su cabello y gritando cada vez más fuerte, pero que ahora parecían gritos de dolor. Ella gritó espantada a
La chica con grandes alas, que Liam llamó Odette se acerca a a Leia instintivamente. —¿Está herida de algún modo? —la tomó de la mano—. Recién me enteré de todo y Bael preguntó si te había herido de algún modo... —Estoy bien —hablo Leia algo abrumada. —Esconde tus alas —bufo Liam—. ¡No te das cuenta que la asustas a..., ahora que me doy cuenta, ¿No pregunte tu nombre verdad? Liam estaba sonrojado. —Me llamo Leia. —¿Por qué no la llevaste junto a Bael al hospital? —Odette le preguntó. —Sabes como se pone mi tío Alan —habló Liam—. La última vez que causamos problemas, mi tío Jaime hizo que expulsaran de la isla a tr
Ella se equilibró de nuevo y se apartó de él con un manotazo, él la miró divertido. —¿Leia verdad? —¡Yo no te hice nada! —ella volvió a retroceder. —No... —¡Tú eres el loco que me beso! —le interrumpió. —Eso es lo que... —¡¿Has venido a secuestrarme de nuevo?! —¡No te voy a secuestrar! —él la calló—. Yo… —suspiro y peino su cabello con las manos frustrado—. Yo he venido a disculparme y darte una explicación. —¿Ah? —ella se detuvo—. ¿No quieres hacerme daño? —Por supuesto que no —él puso sus manos en su bolsillo—. Yo no qu
—¿Me dices que la puta de Deniska se imaginó que tú le sonreíste? Theo estaba recostado en su cama mirando al techo, intentando tener paciencia mientras Gabriela caminaba por su habitación, echándole en cara cosas que jamás sucedieron. —Yo le sonrió a todo el mundo Gabriela. —¡¿Osea que coqueteas con todas maldito idiota?! —le tiró una almohada— ¡Terminamos! —ella gritó histérica—. ¡No puedo seguir con alguien que le sonríe a cualquier estúpida que se le atraviesa! Ella caminó hacia la puerta, pero Theo se levantó rápidamente, la sujetó del brazo y la lanzó a la cama posicionándose encima de ella. Él la beso a la fuerza, sujetándola fuerte de los brazos para que no lo golpeara, ella cedió después de unos minutos, cuando él cedió sus manos, Gabriela enr