Pasó otra hora al menos hasta que Eric pudo sacar la cabeza de todos los documentos que Andrei tenía para él. Los negocios en Ucrania marchaban bien, pero ser un empresario, incluso medio legal, incluía una cantidad de protocolo exasperante. Por suerte Silas, otro de sus lugartenientes, tenía más que al día todos sus asuntos.
Por suerte Andrei tenía una pista fresca sobre Einar. Lo habían localizado cerca de Escocia, así que no tardarían mucho en encontrarlo. Pensó en las palabras de su mejor amigo. No, definitivamente no sabía lo que sentía por Skyler, lo único que sabía era que odiarla requería más esfuerzo de su parte que quererla.
Ya había anochecido hacía rato cuando por fin se encaminó hacia la habitación de Skyler. El doctor había sido categórico: necesitaba descansar, le había afectado muc
Dos paradas antes de Hamburgo, Skyler se bajó de aquel tren.Estaba en medio de la nada, en un pueblito en el que apenas si había una estación de autobuses, pero se subió en el primero que iba al este y no se preocupó ni de averiguar a dónde la llevaría. Tenía en el bolso poco más de nueve mil euros, era todo lo que había encontrado en la caja fuerte de Tormen, pero si se quedaba en Hamburgo o en Berlín sabía que no lograría sobrevivir mucho tiempo con eso.Necesitaba desaparecer, así que optó por la salida más penosa, pero la más segura: viajar. En autobús, en tren, hasta que aquel éxodo en el caimo la llevó a Varsovia. Era una ciudad lo bastante populosa como para poder perderse en ella, y el costo de la vida no era tan alto como para permitirle estirar el dinero que llevaba, al menos hasta que pudiera conseguir un trabajo. Rent&
El invierno por fin terminó, pero el inicio de la primavera se encontró a Skyler con una hermosa pancita de siete meses y más preocupada que nunca. El dinero que tenía no le alcanzaría durante mucho más tiempo, y la doctora le había prohibido hacer cualquier esfuerzo. Su bebé venía pequeño, muy pequeño para su edad, pero Skyler tenía confianza en su fuerza, no le quedaba otra cosa que la esperanza… pero por desgracia esa no generaba dinero ni comida.Skyler sabía que no podía permitirse llegar a la desesperación, pero estaba justo en el borde. Se tocó inconscientemente la marca que le había dejado la última vez que se había sentido así, la cicatriz de cuando había intentado abrirse la muñeca. Pensó en las palabras del hombre que quizás sin querer la había salvado ese día. Era su últi
Habían pasado días, semanas, y los meses se habían convertido en una tortura para Eric, al punto en que se había negado categóricamente a dejar morir a Tormen. El viejo cada día estaba peor, había dejado de caminar y en las últimas semanas había estado postrado en una cama. Ya se podía ver en su piel las marcas de las úlceras comenzando a salir.Sin embargo Eric prefería verlo agonizando día con día. Sabía que era una crueldad, pero ya había cometido tantas últimamente que al menos aquella le daba cierta satisfacción. Al menos lo distraía del hecho de que no lograba encontrar a Skyler.—No puedo entenderlo… —le dijo un día a Andrei, después de tres meses de búsqueda infructuosa—. Es como si se hubiera metido en un agujero y no hubiera sacado la cabeza. ¿Cómo pudo desaparecer?
Skyler pasó todo el trayecto intentando descansar. Media hora después de colgar al teléfono con Silas, Buros la subió al asiento trasero de una camioneta y la acomodó tanto como se podía mientras tomaban la carretera hacia Kiev. Hubiera preferido subirla a un vuelo comercial, pero con el embarazo avanzado ella no se podía subir a un avión, así que tendrían que pasar seis horas en carretera para llegar.—¿Él está en Kiev? —preguntó Skyler en un momento en que se detuvieron para comer algo.—No lo sé —admitió Buros con un gruñido—. Nadie sabe dónde radica el Hellhound, pero uno de sus lugartenientes está en Kiev y nos pidió que te lleváramos con él. Silas se encargará de lo que haya que hacer.Skyler suspiró con cansancio. Era evidente que no iba a poder verlo, fuera qu
Eric terminó de leer aquella carta y una amarga sensación le inundó la boca.Cada palabra era como un doloroso recordatorio de lo que le había pasado a Skyler. La leyó una y otra vez, hasta que sus ojos fueron a posarse en aquellas iniciales. La asociación le tomó una fracción de segundo, había pasado meses buscando su nombre en cada documento posible.«Skyler Jensen», recitó su cerebro como un rezo bien aprendido. «No puede ser».—No puede ser… —murmuró llevándose las manos a la cabeza con desesperación—. No… no puede ser.—¿Qué pasa, Eric? —preguntó Andrei, nervioso, y su amigo giró la tableta hacia él.—Lee esto —le ordenó. Andrei leyó rápidamente la nota y arrugó el entrecejo—. ¿Tú tambié
Eric cortó aquella llamada y no necesitaba más seguridad. La sospecha de quién era se había confirmado con aquella fotografía, y el hecho de que, de alguna forma ella hubiera logrado llegar hasta él sola, después de que la había buscado tanto, casi parecía cosa del destino… pero también lo hacía evaluar cada una de las cosas que habían pasado desde una perspectiva diferente.—Eric… —llevaba demasiado tiempo callado como para que Andrei no empezara a preocuparse.—Todo esto… yo lo orquesté sin saberlo —murmuró con un suspiro lleno de amargura—. El día que llegué a Hellmand Hall ella estaba en uno de los confesionarios de la iglesia… se abrió una muñeca delante de mí, y yo la detuve. Me recordó a mi madre, así que le dije que peleara, le dije que matara, le dije que hic
Tormen había tardado algunos segundos en enfocar la vista, pero finalmente había logrado comprender lo que tenía delante, y una sonrisa forzada se extendió por su rostro. —Tú sabes tan bien como yo lo que es eso… —gruñó sin disimular su satisfacción. —¡Dime la verdad, Tormen! ¿Quién es Skyler? ¡Dime la verdad de una maldit@ vez! —rugió Eric, y Andrei se apresuró a sostenerlo, porque muerto Tormen no le iba a dar ni una sola respuesta y por el camino que iban en eso acabarían. —Te diré la verdad, pero primero dime… ¿dónde está la dueña de esa pulsera? ¿Todavía está viva? Eric retrocedió con un gesto de asco. ¿Eso era lo que Tormen había esperado? ¿Qué matara a Skyler…? ¿Pero por qué…? —Está bien, sana y salva… ¡y protegida! —escupió para sacarlo de quicio—. ¡Ahora más que nunca! Tormen achicó los ojos, sospechando lo que había detrás de aquellas palabras, pero la mirada de Eric era impenetrable. —Ella no está bien —aseguró de re
Eric retrocedió. No podía sentir su cuerpo, no podía sentir ninguna conexión con la realidad porque aquellas palabras parecían haber hecho más daño en su cabeza que una simple bala.«Skyler es tu hermana».«Skyler es tu hermana».«Skyler es tu hermana».El mundo giraba demasiado rápido. Demasiado...«Skyler es tu hermana».«Skyler es tu hermana».«…tu hermana».Eric abría la boca buscando aire pero nada le llegaba.«…tu hermana».«…tu hermana».«…tu hermana».Andrei trataba de llevárselo de allí. Ni siquiera era consciente de que se estaba resistiendo hasta que tomó la pistola que su amigo siempre llevaba al cinturón y descargó los quince disparos del cartucho de la pist