El jet privado ha aterrizado en territorio coreano, la puerta del transporte se abre y deja percibir al alto hombre abotonar el saco de su elegante traje, siempre vistiendo lo mejor. Acompañado de Yvu quien le ha preparado una serie de itinerario para cubrir su real motivo de estar en Corea, los negocios que se propone concluir serán en demasía fructíferos para ese lado “legal” del jefe.
La pantalla y el rol hacia la sociedad en general es el mejor ocultamiento cuando se planea obligar a las ratas salir de su escondite, es así como el azabache sujeta la mano del barandal para comenzar a bajar por esa escalera corrediza del avión, Yva ya ha hecho previamente la serie de protocolos de seguridad para evitar inconvenientes y posibles ataques.
La pequeña base que han establecido en ese país los hace gozar de ciertas tranquilidades por la cantidad de grupos que están y siguen a Yakuza. Aliados que en esas situaciones suelen ser bastante generosos para quedar bien con el jefe .
– ¿Estas bien? – preguntó el castaño al mirar como Dai detenía la acción de bajar para recargarse ligeramente en el barandal de la escalera.
– Sí. – dando una profunda respiración, siguió con su camino ocultando la molestia en esa expresión fría e indiferente que le caracteriza.
Las heridas de las balas aún estaban frescas, por lo que su cuerpo de cierta forma está recuperándose por los días de reposos que el azabache se niega en otorgarse.
– Quiero terminar lo antes posible con esta m****a. – dijo cuando ambos hombres de apariencia resaltante tocaron al fin suelo del aeropuerto coreano.
Dirigiéndose a lo largo de los pasillos, pudo ver cómo la gente empezaba a llenar el sitio tras haber llegado de sus posibles destinos del exterior. El área privada y las miradas curiosas que robaban esos dos atractivos hombres seguían cada uno de sus pasos. El aire de superioridad y poder que emana el de ojos avellana llama la atención sin ocultar que su belleza era casi hipnótica, como un hechizo el cual es imposible ignorar su presencia y preguntarse, ¿Quién era tan varonil hombre? Para las personas quienes no saben del magnate, y ¿Por qué Dai Kang está en corea? Para esos hombres de negocios que reconocían la presencia de tan importante hombre en la economía Japonesa.
– Seong me ha confirmado estar esperándonos en la puerta. – metiendo nuevamente el celular al saco que viste. Dai asiente mientras ambos continúan su caminata a través del aeropuerto internacional de la capital surcoreana, ignorando las miradas descaras del público femenino quien no puede pasar por alto al azabache cumplir completamente con el estándar de belleza coreano.
Al entrar al último filtro para la puerta publica y salida más rápida del aeropuerto, Nakaruma lo detiene mientras ve a través de las puertas de cristal la prensa estarlo esperando.
– Tendrás que interactuar. – alzando la mirada de su dispositivo digital, Dai entiende a lo que se refiere su mano derecha. Odia la persistencia de la prensa Coreana, quizás sea una de las principales razones por las cuales se niega en visitar la tierra de nacimiento de su progenitora, cuando su visita es anunciada de manera pública.
– Kuso (m****a). – rodó los ojos y apretó el puente de nariz tratando de encontrar paciencia para dar paso a su papel de empresario y magnate sobresaliente en tierras extranjeras. Esa faceta de él era uno de las más cautivadoras, pues el atractivo hombre no solo pretendía ser interceptado por la ardua labor de su país. Sino también como un claro fetiche a la vista femenina.
– Recuerda que aquí eres Dai Kang. – burlándose levemente de su amigo, el castaño sabe que esas clases de interacciones forzadas eran un total agobio para Shinoda. Sin embargo, ese nombre usado a la luz del día era tomado por parte de su madre, quien le hacía evidente que más allá de gobernar el sector hotelero y tecnológico Japones, el hombre tenía esa mezcla de culturas haciendo mucho más atractivo pues de alguna forma tomó lo mejor de ambas culturas.
Dando una respiración profunda y cambiando su rostro a uno más calmado, el hombre salió de la privacidad del área para ser atacado con flashes y cámaras que apuntaban a cada uno de sus movimientos mientras los gritos de la prensa reclamaban su atención.
Si algo era reconocido el magnate Japones era por su disposición e ingenio, una capa bien jugada por la persona quien maneja sus relaciones públicas en cada país el cual mantenía contratos. El hombre mestizo era realmente un misterio y encanto con esa personalidad diplomática, inteligente y fría.
Acercándose a los medios, para tomar un par de preguntas y evidenciar la llegada al país. Dai tenía intenciones de hacer saber a los Chikushoume (hijos de puta) de Kobe que él estaba empezando la caza.
Quien, como buen cazador, estaba por controlar su habita.
– Dai-ssi, díganos, ¿es cierto los rumores de crear una alianza estratégica con compañías coreanas? – preguntó una entrevistadora quien se sonrojó al darse cuenta que ha logrado captar la atención de tan alto hombre.
– Es por eso que estoy aquí, no es ningún secreto para ustedes que este país es también parte de mí y quiera impulsar su crecimiento económico. – haciendo referencia a su muy conocida historia familiar entre uno de los empresarios más importantes de Japon y el romance con su madre, una mujer coreana.
– ¿Cuánto tiempo planea quedarse? –
– El tiempo que sea necesario para conseguir lo que persigo. – con un coreano fluido, y sus excelentes dotes de indiferencia. Dai sabe que ese ligero mensaje ha sido enviado para el desgraciado que intentó matarlo. El jefe del grupo Yamaguchi está en su mira.
El auto se trasladaba en las amplias carreteras de Seul, la diversidad de autos pasa a un costado dándole una visión panorámica de la capital. Las camionetas blindadas correr atrás de él confirman el excelente servicio de seguridad que uno de sus socios le ha proporcionado.
– ¿Por qué carajo tengo que reunirme con esos imbéciles? Pensé que iríamos directamente a buscar rastros de Kunio. – el castaño le mira.
– Debes de reunirte y cumplir tus deberes sociales con la elite coreana. Se han esmerado tanto en tenerte aquí que lamerte los zapatos con estúpidas reuniones como estás, creen te harán mejorar tu oferta. –
El mundo de los negocios suele ser un mundo de total apariencias, donde las relaciones entre personas importantes se hacen con él fin de generar más ganancias, acumulando sus fortunas en cantidades exponenciales.
– Supongo que no tengo otra alternativa para evitar a esos idiotas. – miró el azabache a su amigo mientras este negaba.
Porque al fin de cuenta, la sociedad pensaba que esos eran los motivos reales de tener como residente a tal hombre de renombre en su país, Japon. Los medios anunciando su llegada cubriendo en totalidad la nota para informar a todos los residentes de un suceso casi histórico por la evidente incomodidad histórica entre ambas naciones.
– De igual forma, no lo tomes mal. Podrás degustar platillos en uno de los restaurantes de mayor prestigio del país. –
Las reuniones de ese tipo primero resultaban ser nada formales, donde las apariencias y logros se ponían sobre la mesa para tratar de convencer al contrario de la decisión ser tomada con inteligencia. Después de esa cita en apariencia “informal” llegaban las reales negociones donde los beneficios netos dejaban a todos sedientos y satisfechos.
– Luces emocionado. – Yva sonrió ligeramente ante el comentario de Dai
– Tu madre me ha dicho que la gastronomía más sofistica de Asia es la corea. – levantó los hombros. – Y como un fiel catador de exquisiteces, le creo. – continuó .
– Mi madre solo lo dice por alardear a su país, tiene un nacionalismo un tanto enfermo. – el de ojos grises sonrió airado por la declaración de su mejor amigo.
– Te recuerdo que también es el tuyo. – provocó .
– No me explico como es que has desarrollado ese hobby ridículo sobre la comida y su sabor. – cambio el tema.
– Me ayuda a liberar la tensión, así que ¡Urusai! (cállate). – gritó . – Y déjame disfrutar de mis momentos. –
Lo cierto es que Unnie-Kang, como pedía que fuese llamada la madre de Dai, es una mujer energética y alegre. Muy a pesar de entender el mundo al que su familia está metida. La mujer pálida de grandes ojos y labios gruesos es positiva y siempre trata de aligerar la gran carga y peligro que rodea constantemente a su hijo.
La camioneta entró a una sección en apariencia privada, la monotonía de los autos se dejaba atrás para entrar a una sección muy diferente que han exteriorizado de Seul. El área privada contenía grandes extensiones de jardín y su bello diseño deja en apariencia una gran imaginación de las fuentes expulsar agua y arboles tornarse en formas características.
Atravesando un alto portón de rejillas negras, no cualquier persona podía ingresar a donde se supone ellos llegarían, mientras el auto avanzaba podían percatarse del edificio al cual está destinado su viaje, detallando con cuidado la construcción con cierto parecido al de una mansión de estilo victoriano.
El cielo empezaba a oscurecer cubriéndose de tonalidades anaranjadas como fondo y el restaurante iluminar su interior con luces cálidas.
– No es horrendo como pensé que sería. – Shinoda levantó la ceja.
– Te sorprende tan poco. – fue su comentario respuesta ante el edificio en apariencia sofisticado y elegante.
– Te recuerdo que mis estándares son normales y no tan intensos como los tuyo, de hecho, el edificio es bastante aceptable. No creí que en este país tuvieran esta clase de construcciones –
No era ningún misterio que para DongMin Dai Kang, nada le pareciese intrigante o lo suficientemente interesante para posar su vista por más de tres minutos. Ese edificio era tan común a su parecer, en cualquier sección de Japón lo podían encontrar. Nakaruma solo estaba exagerando.
– Culpas a tu madre de nacionalista y tu actitud es igual. – se burló al entender que tal vez, el lugar no fuera tan sorprendente como se lo ha dado a entender.
En Japón lo edificios suelen ser todo un espectáculo visual gracias a creativos arquitectos. Pero lo que tenía que reconocer eran las atractivas vistas de área verde. En la ciudad, principalmente en Tokio, todo era pavimento, luces y automóviles.
– Como sea, quiero salir lo antes posible de esta m****a. – abrochando el botón de su saco y saliendo de la camioneta brindada. El chofer dio una inclinación hacia el alto azabache quien miraba la línea de empleados formarse frente a él como clara señal de respeto y bienvenida.
– Recibimiento coreano, realmente te quieren con ellos. – Yva se colocó a su lado hablando en Japones, de esa manera no sabrían que estaba de alguna forma insinuando el show estar perfectamente montado para alagar al magnate.
– Es un honor recibirlo en nuestro restaurante Dai-ssi. – habló el gerente del lugar.
– Esperamos que el servicio de nuestro prestigioso restaurante cumpla con sus expectativas. – levantando la ceja en forma retadora.
–También lo espero gerente Kuan. – miró la placa sujeta al saco del masculino. – De lo contrario sabe que una maldita reseña mía puede destruir este lugar, ¿cierto? – el rostro del contrario se tornó pálido ante la advertencia del azabache. – Si usted me promete calidad, lo mínimo que espero es eso. – pasando a su lado sin oportunidad de que hablara, se dirigió a la puerta seguido de su mano derecha quien quería reír por la reciente escena.
Dai puede ser realmente un dolor en el culo para personas en teoría normales, cuando se lo propone. El lado desafiante e indiferente que posee de sus dos vidas es en esencia parte de él.
Mirando hacia frente, ignorando las reverencias de las personas. Las empleadas no perdieron oportunidad de observar al atractivo hombre caminar ni siquiera prestándoles atención. Entre sus pensamientos podían confirmar que todo lo que se ha dicho del hombre durante el transcurso del día es cierto.
El hombre es realmente un adonis físicamente.
Si en televisión lo han visto y les ha parecido hermoso, en presencia y estando tan cerca para percibir su masculina fragancia ha demostrado lo imponente y elegante que es su actitud.
Durante el anuncio de una llegada misteriosa al restaurante, todos los empleados se preguntaban quién podría ser lo suficientemente importante para tener la tensión de los gerentes en esa situación. Todo el lugar estuvo en constante movimiento mientras trataban de mantener el orden y organizar a su personal y dejar la mejor de las impresiones.
Los empleados no sabían más de lo que altos mandos comentaban, así que los rumores en ese día se intensificaban desde personas de la elite coreana, empresarios extranjeros o incluso hasta la visita del presidente. Claro que ellos estaban acostumbrados a las visitas importantes pues ese restaurante solo podía ser costeado por personas de alto grado adquisitivo. Sin embargo, todo el misterio que rodea al importante comensal se evidenció cuando un hombre alto, piel pálida como la porcelana misma, labios rosados naturalmente y cabello azabache entró por las puertas corredizas del lugar y los gerentes caminaban atrás de él dirigiéndolo a la sección que ha sido particularmente asignada a él y sus visitantes.
Entre los camareros curiosos ocultos en la sección de cocina, una chica de ojos miel y cabello color trigo se preguntaba quién podría ser el hombre que, según las empleadas resulta ser todo un enigma.
Una gran plantilla de empleados se empuja para mirar por sí mismo quien es el magnate, sin embargo, la de cabello trigo solo puedo negar divertida del cómo han estado actuando sus compañeros mientras ella pone sobre su bandeja el siguiente tiempo de los platillos a entregar
– Wow, ese hombre es realmente ardiente. – entrando por la parte trasera de la cocina.
Seok Jisso, la mejor amiga de la peli-trigo se acerca a ella con una sonrisa similar a la del gato en el país de las maravillas, como si hubiese visto alguna clase de obra majestuosa y su amiga no fuese lo suficientemente descarada para hacer notar que ha quedado flechada por el hombre que está en boca de todo el personal y comensales, incluso, hablando sobre el invitado misterioso.
– ¿Tú también eres parte del sequito hechizado? – se burló la pálida al notar como su mejor amiga simulaba un abanico con sus manos mientras pretendía bajar el calor de su cuerpo. Así de dramática y elocuente es su compañera de trabajo.
– ¿Tú también eres parte del sequito hechizado? – se burló la pálida al notar como su mejor amiga simulaba un abanico con sus manos mientras pretendía bajar el calor de su cuerpo. Así de dramática y elocuente es su compañera de trabajo.– Cariño, si lo hubieses visto, estoy segura que estarías tan dispuesta como yo en decirle sí a todo lo que pudiese pedirte. – la bonita chica de complexión pequeña solo negó divertida ante el descaro nada oculto en la mirada de la pelirroja.– ¿Recuérdame porque es que tú y yo somos mejores amigas?. –Mi-suk ni siquiera se ha tomado la molestia de mirar a través de la sección de empleados, como el resto de sus compañeros, quien es el hombre que parece tener encantado al personal femenino. No era una situación que le importase ya q
– Para ser igual a mí. – dio un paso mas cerca a él. – Te falta mucho. Solo eres un simple banquero. – Dai sonrió ligeramente mientras la burla y altanería rodeó sus palabras– Pide perdón. – volvió a decir. Mientras el rostro rojo, por la evidente humillación hizo al hombre soltar a la pequeña chica.Todos los presenten en el lugar murmuran sobre lo que él hombre debía hacer, su ego contra su fortuna. Ambos conceptos estaban en la balanza pues nadie es lo suficientemente estúpido para provocar a un hombre de la influencia y poder de Dai Kang.Saben que, si Kang lo desea, puede desfalcar cualquier empresa bien posicionada con solo chasquear los dedos. El hermoso hombre no solo es un importante magnate asiático, sino su influencia también es internacional.– No me disculparé con esas perras estúpida
La gotera sobre el techo era el único sonido que hace eco en esa habitación oscura y vacía, siendo un solo foco iluminar levemente el espacioso. Cuatro hombres enfundados en armas de calibre estaba esparcidos en esquina de esa habitación donde el reo, está siendo interrogado por la máxima justicia del jefe.Una lección que nadie quisiese ver, pero era un perfecto ejemplo de la determinación y rudeza del líder de la organización criminal. Dando una calada al cigarrillo que mantiene entre sus manos cubiertas de sangre, el azabache ve como su presa se retuerce en la silla que lo sujeta con grandes y resistentes cadenas de metal.– No lo voy a repetir por tercera vez, Lee. – sacando el cigarrillo de sus finos labios.El fornido hombre miró sobre su propia posición los rostros de asombro de los guardias quienes se mantenían en silencio y totalmente rígidos mi
Dong-min Dai Shinoda se mantenía en silencio observando la plenitud de la ciudad. Los autos correr y sus pensamientos fluir, como el hecho del porque ahora parece ir a buscar a esa chica de ojos miel e identidad atrayente. Como un maldito acosador, siendo incluso consciente de que esto significaba ser egoísta con una persona que es totalmente la dirección contraria a él. Pero aun así, ¿Por qué se negaba a si mismo dar la orden para olvidar que la ha conocido? Quizás vio algo más en esos intensos ojos– Deja de pensar tanto. – Yva le miró de reojo.Parecía que el azabache lidiaba con una pelea moral interna. Ir o simplemente ignorar, pues a pesar de que fuera un hombre sin escrúpulos o con poca empatía hacia la vida. Creía en la justicia, justicia que él regia cuando era necesario proteger su territorio. Y en esos casos, ni siquiera era una elecció
La noche transcurría, en su mayoría con tranquilidad. A excepción del publico femenino quien no dejaba de murmurar y enviar miradas coquetas a los dos sujetos quienes degustaban tazas de café americano. La joven mesera no dejaba de moverse entre el pequeño local, él trabajo a esa particular hora de la noche parecía potencializarse logrando que sus pies no pudiesen descansar un momento. Y estaba bien, de esa manera su mente se distraída de la extraña sensación correrle por la espalda. Era como si cierta mirada avellana no tuviese intensiones en parar de observarla y sus mejillas sonrojadas se activarán de manera inmediata. Era ridículo, pues aun cuando el hermoso hombre azabache no hubiese dicho o hecho nada, su corazón se agitaba y parecía que los intensos orbes que le pertenecían acariciaban profundamente su alma. Como si de un inquisidor se tratase. Cielo o infierno, alago o tormento. Era complicado intuirlo cuando las emociones son confusas. – Deja de mira
– Dong-Min Kang. – se presentó mientras extendía su larga y pálida mano a la más bajita.La cual, ha aceptado mientras una gran sonrisa parece brillar con mayor intensidad en ese momento que les pertenece a los dos.– Mi-suk Kim. – imitó la rubia.– La más hermosa. –Las mejillas de la contraría se encendieron tras escuchar al hombre decir el significado de su nombre. Una extraña manía que parecía poseer el alto es mirar directamente a los ojos, como si quisiese anticipar cualquier movimiento a través de estos. Sin embargo, para alguien tímida como la rubia le hacía saber cómo actuar, pues antes de que pudiera pensar sobre su comportamiento, ella se ha mostrado de la forma como es. Sin filtros o mascaras que le pudiesen ayudar para no quedar mal frente al masculino.– ¿Como es que lo sabe? –<
Ha pasado un par de días desde que Shinoda trata de encontrar pistas sobre la persona cuyo perfil coreano de alguna clase de sospecha. En su mesa esta toda una serie regada de personas de la alta sociedad que puedan ser posibles candidatos. Sin embargo, ha sido un trabajo en excesiva cansado pues parece, todos tiene algo el cual ocultar, pero ninguno tan peligro como para especular que es el hombre a quien buscan.Esa mañana, Dai despertó con un intenso dolor en la cabeza, la noche anterior ha bebido a tal grado de no recordar como es que ha llegado a su cama y verse totalmente desnudo.– Que mierda. – dice cuando se incorpora y deja caer sus pies sobre el respaldo de la cama.Los rayos de sol son apenas perceptibles entre los grandes cristales del edificio que ha rentado en su estadía indefinida en Corea. Lleva un par de días desde que ha tenido que desplazarse de un lugar a otro en busca de estar cerca de su objet
La noche empieza ha caer sobre el imponente Seúl, las luces de hogares y edificios empiezan a brillar y con ello anunciar la vida nocturna para los amantes de la adrenalina y copas de más.– No puedo creer que ha escogido algo como esto. – la rubia miró el vestido rojo que parece ser de seda. Es precioso, pero totalmente muy alejado a su estilo.– Pensándolo bien, sí puedo esperar algo como esto, de ella. – examinó con detalle lo que según Jisso la haría ver como un referente de diosa.El vestido es de corte corazón con finos tirantes en la parte superior, parecer ser tan a la medida que ella no duda que el vestido le ajuste cada curva del cuerpo.– Al menos no es tan corto. – quiso ver el lado positivo. Aunque no lo hay y por supuesto ella jamás eligiese por iniciativa propia un atuendo tan llamativo. “Disfrutalo”. Rodo los ojos