– Para ser igual a mí. – dio un paso mas cerca a él. – Te falta mucho. Solo eres un simple banquero. – Dai sonrió ligeramente mientras la burla y altanería rodeó sus palabras
– Pide perdón. – volvió a decir. Mientras el rostro rojo, por la evidente humillación hizo al hombre soltar a la pequeña chica.
Todos los presenten en el lugar murmuran sobre lo que él hombre debía hacer, su ego contra su fortuna. Ambos conceptos estaban en la balanza pues nadie es lo suficientemente estúpido para provocar a un hombre de la influencia y poder de Dai Kang.
Saben que, si Kang lo desea, puede desfalcar cualquier empresa bien posicionada con solo chasquear los dedos. El hermoso hombre no solo es un importante magnate asiático, sino su influencia también es internacional.
– No me disculparé con esas perras estúpidas. – escupió sus palabras como si fuese lo más obvio. – No están a mi nivel, ni quiera merecen mi respeto. – miró al joven chico quien levantó la ceja divertida por la actitud del viejo.
– Nunca dije que fuera para ellas. – Dai acomodó su traje, viendo a ambas chicas aun en el suelo, sus ojos avellana provocaron un escalofrió en la miel de la rubia.
Jisso tenía razón, el hombre misterioso posee una belleza casi irreal. Era la primera vez que pensaba así de un hombre, nunca se sintió atraída por las cosas materiales, aun cuando su vida no estuviese rodeada de lujos y tampoco las aceptó cuando otros hombres la ofrecían. Jamás sintió agradecimiento o gratitud. Pero justamente en ese momento donde fueron fracciones de segundo, sus miradas chocaron, la rubia sintió perder el aliento y sentir su corazón acelerarse por la adrenalina y peligrosidad que sus instintos le advertían sobre él.
Se sentía tan pequeña, no solo físicamente, sino también el poder en personalidad y carácter del hombre pálido de pequeño y perfecto perfil.
Era la primera vez que Mi-suk se sentía agradecida y atraída por el peligro que irradia ese hombre en particular.
– Pídeme perdón. – confirmó las sospechas. – Has arruinado mi reunión. – enumeró. – Y me has hecho presenciar este tipo de situación que evidencia su poco intelecto. – le miró desde abajo al ser mas alto.
– Como alguien superior a tu nivel. – se atrevió a ver como el publico estaba rígido y sentir de igual manera que el hombre frente a él esta prácticamente sudando. – Arrodíllate y pídeme perdón, de lo contrario. No querrás perderlo todo, ¿o sí? . – se tomó un momento recordando sus palabras.
– Has arruinado mi estadía en este lugar, y yo, no soy un hombre paciente. –
Miró el suelo dejándole claro que está esperando su acción, el hombre calvó miró a su alrededor tratando de pedir apoyo y dejar esa locura olvidada, pero los magnates quienes presenciaban la escena lo ignoraron. Nadie se metería con Kang, no eran estúpidos.
– Al parecer no hay apoyo moral. – se burló cuando recorrió la mirada a las mesas y los comensales evitaron el contacto visual.
Mirando nuevamente a la chica, la rubia parecía nerviosa al morder sus esponjosos labios rosados.
– Perdóname Dai Kang . – rompió la intensa mirada hacia la femenina para ver al obeso hombre arrodillado frente a él.
La chica pudo respirar unos segundos al sentir retirar la mirada del alto. Le quemaba, sin mencionar que estaba lo suficientemente confundida para analizar lo que estaba pasando frente a ella y principalmente, lo que ha sentido por ese significativo momento.
Pues si bien el hombre no se ha disculpado con ellas, es obvio que su humillación ha sido peor. Y todo por ese Dai Kang, como lo ha escuchado ser nombrado por los comensales. Él, de alguna forma ha dado su merecido a esa persona, quizás no de manera convencional, pero si con venganza.
– ¡Mi-suk!. – el llamado de su amiga logró sacarla de sus pensamientos mientras el hombre frente a él veía indiferente a la persona de traje ancho
Los murmullos alrededor comenzaron cuando el alto se dio la vuelta ignorando los comentarios sobre la acción que ha dejado un sinfín de cuestionamientos sobre porque lo ha hecho. Lee Hyun, el hombre quien ha protagonizado la escena nunca esperó que un hombre de la influencia del pálido fuese el mismo que enjuiciara su propia vergüenza.
Pero aquella humillación era mínima si eso implicaba mantener su imperio y dinero.
– ¿Estas bien? – la pelirroja hablaba a la chica quien aun estaba en el suelo
La de ojos miel parecía estar ensimismada en los comentarios de alrededor mientras sus compañeros de trabajo ayudaban a ambas a levantarse, el show ha terminado y parece que la última mirada de advertencia hacia el gerente ha dejado claro que nada de allí ha pasado. El hombre de elegante traje salía por las amplias puertas del restaurante acompañado de un castaño quien parece alejar a los interesados en hablarle.
– Yo… - sacudió el uniforme. – Necesito.... – la rubia no sabe lo que pasa y como es que ha nacido esa extraña necesidad de mirar los intensos ojos avellana una vez más.
La sensación de adrenalina cuando el hombre la observó, era realmente algo que quizás nunca volvería a experimentar, al menos de manera tan intensa y ridícula, solo un par de ojos ha bastado para provocar miedo y emoción. – Enseguida regreso. – ignorando los discretos llamados de su mejor amiga.
La bajita esperaba que no fuera tarde para agradecerle al hombre.
– Disculpe. – alzó el brazo tratando de llamar la atención del alto, mientras parecía que el contrario espera por el auto. Dándole la espalda, a pesar de su llamado, el azabache no volteó. Incluso parecía que no tenía ni la más remota intensión de escuchar de quien provenía el llamado
Un castaño se interpusiera en su camino, evitando que los dos metros de distancia pudiesen ser acortadas y mirar directamente al magnate.
– No puede acercarse – la detuvo mientras la bajita frunció el ceño.
– Oh, yo lo siento. Solo quiero hablar con él. – señaló con un dedo al hombre de espalda. Nakaruma dobló ligeramente el cuello para confirma que hablaba de Dai.
– Eso no será posible, por favor dese la vuelta y retírese.
– Solo necesito decirle una cosa, es más, una palabra y luego me voy. – juntando sus planos en suplica. El castaño levantó la ceja pareciéndole totalmente tierna las facciones de esa chica de cabellera trigo. Pero eso solo eran pensamientos, para un asesino entrenado como él, el despliegue de emociones tan abiertamente no era permitido, al menos que se quiera evidenciar que cosas eran importantes o no.
– No, ahora regrese. – sin mostrar la mínima de expresión en su rostro.
La bajita no iba a rendirse tan fácil, al menos no cuando solo quiere devolver el gesto. Su abuela la educó lo suficientemente bien para saber en que momentos era necesario decir las “palabras mágicas” .
– Pss. – brincó sosteniéndose del brazo recto del castaño quien le impedía avanzar. – Pss. – volvió a llamar mientras el castaño la retenía tratando de esquivar sus movimientos rápidos. Para ser muy pequeña, la chica parecía tener habilidades de una lagartija escurridiza.
– Oppa. – gritó ligeramente mientras vio como el hombre levantó el rostro del dispositivo para voltear lentamente y mirar cómo es que su mejor amigo parecía crear una barrera en contra de esa chica.
“Cordero”. Sus pensamientos rápidamente la reconocieron, “La bonita oveja en aprietos”. Para un hombre de difícil impresionar, era la primera vez que consideraba a una mujer hermosa. Pues la chica a pesar de ser mucho más pequeña que él, poseía facciones encantadoras y que, para un hombre de poca fé, resulta irresistible no querer corromper.
Mirando de izquierda a derecha, se sentía lo bastante curioso acerca de la chica quien parecía sonreírle de manera cálida cuando pareció conseguir su objetivo, ella levantaba su mano en un informal saludo. Era de las pocas impresiones que él recordaría de alguien, pues la chica parecía no tener ni la remota idea que en su clase social ese comportamiento solo es visto como grotesco.
– Oppa. – la rubia dio una inclinación cuando el azabache estuvo cerca.
Mirando con ceja alzada a su compañero castaño, Yva no tenía nada que explicar porque incluso para él era confuso la actitud de la chica.
– Soy Kim Mi-suk. – volvió a dar otra inclinación, mostrando su respeto mientras se presentaba con el hombre.
– Yo solo quería agradecer por lo que hizo por mi compañera y por mí. – le miró mientras esos ojos color miel parecían brillar.
La chica tenía valor, o era lo suficientemente estúpida para no darse cuenta la clase de hombre al cual está tentando.
– No te confundas. – rompiendo el incomodo silencio del cual estuvieron sumergidos por minutos. Ha analizado a la chica frente a él confirmando su actitud parlanchina y energética.
Un polo totalmente opuesto. “Me gusta”, pensó cuando la vio fruncir el ceño en señal de confusión. Algo demasiado tierno incluso para derretir al más frio corazón.
– No lo hice por tu compañera, y mucho menos por ti. – dio un paso hacia la chica, evidenciando la gran diferencia de alturas al querer intimidarla.
Cosa que ha conseguido ya que la rubia dio un paso atrás mientras vio él se deleitó al ver el movimiento de su cuello pasar dificultosamente.
– Yo creí que… - la incomodidad estaba en su rostro mientras sostenía uno de sus brazos y lo acariciaba de arriba a abajo. Sus pálidas mejillas se han tornado de carmesí mientras muerde su esponjoso labio inferior en clara señal de nerviosismo.
– No soy el príncipe que se ha creado en su cabeza. – mirando la placa que revelaba el nombre de esa chica, de nuevo la atacó con duras palabras.
– Soy el villano, señorita Kim. – se acercó a la chica inclinando su cuerpo para estar a la altura de la oreja femenina. – Y los villanos no pensamos en las damiselas en peligro. – le susurró para alejarse rápidamente de ella y darse la vuelta sin ni siquiera mirarla. El auto ya estaba en su espera.
– Investiga todo sobre ella. –
Nakaruma levantó la ceja, extrañado por la petición del jefe, al parecer nunca terminaría de conocer a su mejor amigo. Era claro que el pelinegro tenía las facetas más extremistas, pero no imaginó que esa chica que proyectaba “inocencia” en todo sentido, pudiese llamar la atención del magnate a tal grado de intervenir por ella cuando toda persona ajena a él, le resultaba indiferente.
Sabe que Dai no hablaría de lo que ha pasado en ese lugar, pero sus acciones y peticiones solo han confirmado que una de las razones por el cual se expuso de esa manera es esa hermosa chica, en todos los sentidos, una belleza que él podía describir como demasiado pura para alguien que, ya se ha bañado de sangre ajena. Sin embargo, no dijo nada y tampoco juzgaría las acciones del jefe, ocultando su sonrisa de medio lado, quizás esa pálida rubia puede brindarle un poco de brillo a la tan solitaria vida de su amigo.
A pesar de la acción misma ser un poco egoísta. Dai no era un hombre simple o del todo común pues toda persona quien se envolviera con él prácticamente se encadenaría a una vida donde la sangre puede olerse y la muerte anticiparse, pero, incluso el monstruo más temible también tiene derecho de conocer el amor.
La vida está dividida entre los cobardes y determinados. Las elecciones podían dar paso a oportunidades excepciones o grandes fracasos.
La gotera sobre el techo era el único sonido que hace eco en esa habitación oscura y vacía, siendo un solo foco iluminar levemente el espacioso. Cuatro hombres enfundados en armas de calibre estaba esparcidos en esquina de esa habitación donde el reo, está siendo interrogado por la máxima justicia del jefe.Una lección que nadie quisiese ver, pero era un perfecto ejemplo de la determinación y rudeza del líder de la organización criminal. Dando una calada al cigarrillo que mantiene entre sus manos cubiertas de sangre, el azabache ve como su presa se retuerce en la silla que lo sujeta con grandes y resistentes cadenas de metal.– No lo voy a repetir por tercera vez, Lee. – sacando el cigarrillo de sus finos labios.El fornido hombre miró sobre su propia posición los rostros de asombro de los guardias quienes se mantenían en silencio y totalmente rígidos mi
Dong-min Dai Shinoda se mantenía en silencio observando la plenitud de la ciudad. Los autos correr y sus pensamientos fluir, como el hecho del porque ahora parece ir a buscar a esa chica de ojos miel e identidad atrayente. Como un maldito acosador, siendo incluso consciente de que esto significaba ser egoísta con una persona que es totalmente la dirección contraria a él. Pero aun así, ¿Por qué se negaba a si mismo dar la orden para olvidar que la ha conocido? Quizás vio algo más en esos intensos ojos– Deja de pensar tanto. – Yva le miró de reojo.Parecía que el azabache lidiaba con una pelea moral interna. Ir o simplemente ignorar, pues a pesar de que fuera un hombre sin escrúpulos o con poca empatía hacia la vida. Creía en la justicia, justicia que él regia cuando era necesario proteger su territorio. Y en esos casos, ni siquiera era una elecció
La noche transcurría, en su mayoría con tranquilidad. A excepción del publico femenino quien no dejaba de murmurar y enviar miradas coquetas a los dos sujetos quienes degustaban tazas de café americano. La joven mesera no dejaba de moverse entre el pequeño local, él trabajo a esa particular hora de la noche parecía potencializarse logrando que sus pies no pudiesen descansar un momento. Y estaba bien, de esa manera su mente se distraída de la extraña sensación correrle por la espalda. Era como si cierta mirada avellana no tuviese intensiones en parar de observarla y sus mejillas sonrojadas se activarán de manera inmediata. Era ridículo, pues aun cuando el hermoso hombre azabache no hubiese dicho o hecho nada, su corazón se agitaba y parecía que los intensos orbes que le pertenecían acariciaban profundamente su alma. Como si de un inquisidor se tratase. Cielo o infierno, alago o tormento. Era complicado intuirlo cuando las emociones son confusas. – Deja de mira
– Dong-Min Kang. – se presentó mientras extendía su larga y pálida mano a la más bajita.La cual, ha aceptado mientras una gran sonrisa parece brillar con mayor intensidad en ese momento que les pertenece a los dos.– Mi-suk Kim. – imitó la rubia.– La más hermosa. –Las mejillas de la contraría se encendieron tras escuchar al hombre decir el significado de su nombre. Una extraña manía que parecía poseer el alto es mirar directamente a los ojos, como si quisiese anticipar cualquier movimiento a través de estos. Sin embargo, para alguien tímida como la rubia le hacía saber cómo actuar, pues antes de que pudiera pensar sobre su comportamiento, ella se ha mostrado de la forma como es. Sin filtros o mascaras que le pudiesen ayudar para no quedar mal frente al masculino.– ¿Como es que lo sabe? –<
Ha pasado un par de días desde que Shinoda trata de encontrar pistas sobre la persona cuyo perfil coreano de alguna clase de sospecha. En su mesa esta toda una serie regada de personas de la alta sociedad que puedan ser posibles candidatos. Sin embargo, ha sido un trabajo en excesiva cansado pues parece, todos tiene algo el cual ocultar, pero ninguno tan peligro como para especular que es el hombre a quien buscan.Esa mañana, Dai despertó con un intenso dolor en la cabeza, la noche anterior ha bebido a tal grado de no recordar como es que ha llegado a su cama y verse totalmente desnudo.– Que mierda. – dice cuando se incorpora y deja caer sus pies sobre el respaldo de la cama.Los rayos de sol son apenas perceptibles entre los grandes cristales del edificio que ha rentado en su estadía indefinida en Corea. Lleva un par de días desde que ha tenido que desplazarse de un lugar a otro en busca de estar cerca de su objet
La noche empieza ha caer sobre el imponente Seúl, las luces de hogares y edificios empiezan a brillar y con ello anunciar la vida nocturna para los amantes de la adrenalina y copas de más.– No puedo creer que ha escogido algo como esto. – la rubia miró el vestido rojo que parece ser de seda. Es precioso, pero totalmente muy alejado a su estilo.– Pensándolo bien, sí puedo esperar algo como esto, de ella. – examinó con detalle lo que según Jisso la haría ver como un referente de diosa.El vestido es de corte corazón con finos tirantes en la parte superior, parecer ser tan a la medida que ella no duda que el vestido le ajuste cada curva del cuerpo.– Al menos no es tan corto. – quiso ver el lado positivo. Aunque no lo hay y por supuesto ella jamás eligiese por iniciativa propia un atuendo tan llamativo. “Disfrutalo”. Rodo los ojos
– Si la deseas puedo dar la orden para que la preparen para ti. – Dai acarició sus labios con el pulgar de mano derecha dejando recargar el resto de su peso sobre el sillón de cuero. El sonido del vaso con licor evidencia lo penetrante de su mirada, el jefe está pensando en que hacer con esa linda chica que parece ser una constante coincidencia.PiensaUn poco grotesco y nada ético.Así es la clase de lugar, quizás la linda chica de mejillas pálidas no sepa donde se ha metido y hasta qué punto pueda llegar a lamentarlo, porque en el festival de carne, es él, el más hambriento.– No, yo mismo iré por mi pequeño cordero. –No era sorpresa para ninguno de esos hombres quienes le rodean reconocer la verdadera identidad de Dai Shinoda, Choe es uno de ellos, como parte de aliados en la mafia japonesa, ese club solo eran puntos de reunio
Cuentan que el diablo una vez se enamoró, y no supo qué demonios hacer con estás mariposas en su estómago. Cuentan que la miraba con ojos de ángel, y que al tocar su piel se quemaba de pasión, cuentan que Satanás conoció su propio infierno, en la boca de una mujer cuyos besos lo hacían un simple mortal, cuentan que el diablo ya no es tan diablo, y se le puede mirar caminando junto con ella con ojos de amor.– No puedo dejarla, por favor. Debemos ayudarla – con ojos llorosos, Dai reconoció dentro de los ojos suplicantes de Mi-suk, su propio infierno.El azabache entendía que la chica ejercía, sin siquiera quererlo, un poder mayor que lo arrastraba a ser menos monstruo. – Yva, busca a su amiga. – apretó lo puños para mirar a su amigo quien con el rostro igual de extrañado por la petición quiso encontrar alguna clase de broma o plan ocult