El último año por fin había llegado y yo no cabía de la emoción; solo un año más y podría dejar todo atrás y comenzar otra vez en la universidad; solo quería un nuevo comienzo, y no porque mi vida fuera mala; en realidad si comparábamos mi situación con otras, sin duda yo saldría ganando, pero había algo malo en todo eso, todo era una farsa.
Me coloqué el uniforme y me dirigí al comedor, el desayuno ya estaba servido como siempre, pero me pareció extraño ver que Brandon ya estaba sentado en la mesa desayunando; eso rara vez pasaba, mi hermano solía dormir hasta tarde y siempre terminaba llegando tarde.
- Hola niño – dije sonriendo
- Hoy no, Lía; es muy temprano y anoche llegue muy tarde
- Quien te manda a salir un día antes de comenzar clases - dije viendo a mi hermano sufrir con una resaca que sin duda se merecía
Lo dejé en paz para que ambos desayunáramos con normalidad y luego nos dirigimos a la academia; hoy sería mi último primer día; era importante para mí, pese a la carga que tendría que soportar; este era mi territorio y era feliz dentro de él.
La academia Westvine era una de las más importantes, elitistas y estrictas del país; aquí todo se regía por los contactos, las amistades y los grupos sociales, todo en esta escuela era realmente agobiante.
Me encamine a mi taquilla, mientras que todos a mi alrededor me observaban; cualquier persona se sentiría incomoda, pero a mí me encantaba la atención, al final, yo era la chica perfecta e inalcanzable, con una familia de cuento, las mejores calificaciones; siempre tenía lo que deseaba y por así decirlo era un hermoso ángel en esta escuela.
- ¡¡Lía!! - escuché gritar a Blaire y sentí como se lanzaba encima mío y me abrazaba
- Blaire suéltame - dije riendo
- No te vi todo el verano así que no me molestes - dijo apretando más su agarre
- Yo también te extrañé - dije sonriendo y apartándola para cerrar mi taquilla
- ¿Y qué tal tu verano? ¿Algún chico nuevo en la lista?
- Cállate Blaire - dije riendo y comprobando que nadie pudiera escuchara - bueno la verdad es que si
- Ya sabía yo que no perderías el tiempo
- Solo es diversión Blaire, nada serio
- Lo se lo sé, aunque aún tengo la esperanza de que sientes cabeza
- Quizá algún día - dije mientras jalaba a Blaire hacia el salón
- Sentémonos atrás, por favor - comenzó a suplicar Blaire
- Aunque te sientes al final de la clase igual te preguntaran, da igual
- Pero estando atrás podré ocultarme mejor
- Claro que no, terminaras conversando o durmiendo y te meterás en problemas como siempre; además es el último año y debo tener calificaciones perfectas para ingresar a la carrera que quiero y eso significa estar más adelante
- Lía - dijo Blaire en suplica
- Si nos sentamos más adelante prometo que iremos a la fiesta de Corvan – dije sonriendo con astucia
- ¡¡Si!! - grito Blaire emocionada - Esta bien pero no iremos muy adelante, solo lo necesario
- Ya - dije riendo y sentándome en mi lugar mientras veía a Blaire maldecirme en voz baja; siempre era lo mismo con ella; nunca prestaba atención, se dormía o terminaba conversando con alguien y cuando llegaban los exámenes me tenía corriendo de un lado a otro porque estaba a punto de reprobar.
Ahora no tenía otra opción más que ir a la fiesta de los chicos; la verdad era que los adoraba, pero realmente hubiera preferido quedarme en casa esta vez; algo dentro de mí me decía que no debía de ir a esa fiesta. Salí de mis pensamientos cuando note que ya todos mis compañeros estaban en el salón y me levante apenas vi a la señorita Krenscky entrar; espere a que saludara a todo el salón y me acerque a su escritorio a hablar con ella
- Lía querida, buenos días, ¿qué tal tu verano?
- Hermoso, señorita Krenscky, termine de leer todos los textos que me recomendó
- Eso es fantástico, espero tengas tiempo para discutir conmigo tus opiniones sobre los clásicos
- Claro que si señorita, cuando usted guste
Me despedí cordialmente y me dirigí nuevamente a mi asiento, bajo el escrutinio de todos los estudiantes; todos me observaban y no era para menos; todos los maestros siempre se encargaban de recordarle al alumnado que yo era la alumna modelo y la mayoría en la academia sabia a la perfección con quienes debían estar para lograr sus metas después de terminar el último año; nuestras vidas ya estaban planeadas, solo debíamos dar la talla y seguir el plan ya trazado.
Toda la mañana fue como cualquier otra; al ser el primer día, solo repasamos el último tema visto el año anterior y antes de que pudiera notarlo ya estábamos en el receso; salí con Blaire al patio y dirigí mi mirada comprobando todo a mi alrededor; la academia estaba muy bien estructurada y se dividía en algunos grandes grupos; por un lado los eruditos, que eran bastante amables a mi parecer y los más solicitados por el resto de alumnos; por otro lado, los deportistas, chicos y chicas que se destacaban de forma sorprendente, luego estaban los chicos de la tecnología; cualquiera diría que eran frikis inadaptados pero la realidad era completamente distinta, eran muy guapos y realmente inteligentes, con un futuro brillante si sabían elegir sus caminos y a las personas en ellos y por último, el grupo considerado por la mayoría como escoria de la academia Westvine; ellos eran los típicos chicos malos por decirlo así, aunque para mí solo eran niños tontos haciéndose los rebeldes y desperdiciando sus vidas; eran irresponsables y no sentían interés por nada que no fuera salir de fiesta o provocar problemas, pero lo peor era que nunca los expulsarían de la academia; sería un escándalo y era exactamente lo que no debía suceder; aquí todo debía ser perfecto e impecable.
Esos eran los grupos más importantes de la academia, aunque la verdad era que aquí todos veían por sus propios intereses; no había muchas amistades verdaderas; solo había alianzas estratégicas, contactos que nos serían útiles una vez egresáramos de la academia.
Iba a contestarle a Blaire, pero entonces sonó la campana que indicaba el final del receso y nos dirigimos nuevamente al salón a continuar la jornada académica. Las clases solo duraban hasta la una de la tarde ya que era nuestro último año y la mayoría llevaba clases extracurriculares fuera de la academia; yo llevaba latín como curso electivo, además tocaba el piano casi todos los días y tenía Ballet una o dos veces por semana; el resto de tiempo libre era dedicado para mis estudios o algún evento social del que tenía que formar parte según mi madre.
Terminaron las clases y estaba exhausta de solo pensar todo lo que me esperaba al llegar a casa, de verdad era agotador complacer a mis padres; un día podían querer que aprendiera equitación y al siguiente me exigían que fuera experta en el tema; su exigencia era incomparable y yo nunca los decepcionaba. Ambas subimos al auto y saludamos a Percy alegremente; mientras él conducía, Blaire no dejaba de recordarme que teníamos que salir esa noche a la fiesta de Corvan y que estaría en mi casa a las siete para arreglarnos y salir, la adoraba, pero entre mis padres y ella, acabarían conmigo.
Sus padres habían tratado por años que Blaire tocara algún instrumento; pero hasta el momento, todos habían sido terribles y nadie podía negar que Blaire no tenía talento para la música; inclusive podría decirse que llegaba a ser doloroso escucharla destrozar la música cada vez que intentaba tocar algún instrumento.
Percy condujo hasta casa y entre apresurada a mi habitación para cambiarme antes de que llegara mi maestra; cuando termine de retocarme baje y espere en el salón pacientemente leyendo hasta que llego mi maestra de música
Me senté frente al piano del salón y comencé a tocar poco a poco, dejando que la música me embriagará y dejándome llevar por la melodía, sintiendo las notas en cada fibra de mi ser; la música era un escape, cuando tocaba, me sentía libre y sentía que era yo misma; cuando acabe la pieza solo suspire y mire a mi maestra. Ella me felicito y me dio unas cuantas partituras para que practicara mientras ella se acomodaba en un sillón y me observaba tocar; así pasamos dos horas hasta que se levantó nuevamente y se acercó a mi
Cuando la maestra se marchó subí las escaleras de prisa y tomé mi celular para llamar a Corvan; ya que eran casi las cuatro de la tarde y Blaire me asesinaría si no tenía todo listo para cuando llegara
Las fiestas de Corvan no tenían comparación y sin duda eran las más esperadas del año; pero era muy difícil ser invitado y eso era lo que más me fascinaba; debías de ser amigo cercano de Corvan o hacer algo que realmente lo sorprendiera para poder asistir y casi nadie lo lograba. Había ido a algunas fiestas suyas en el verano y realmente me encantaban; la música era asombrosa, el ambiente era espectacular y podía dejarme ir sin miedo a nada, ya que ningún estudiante de Westvine asistía a estas fiestas y era muy improbable que eso pasará.- ¡Lía! – gritó Blaire - quieres ayudarme, por favor; no sé qué usar esta noche – dijo sacándome de mis pensamientos- Ponte lo que sea, te verás hermosa con cualquier cosa – le dije regresando la mirada a mi celular- ¡No! - me grito Blaire - Debo verme más que
Me levante adolorida, como si hubiera recibido muchos golpes; me palpitaba la cabeza y los rayos del sol que entraban por mis cortinas solo hacían que mi mal humor empeorase, pero había algo peor que la resaca física y esa era la resaca moral; ese preciso momento cuando te sientes hecha un desastre, pero entonces los recuerdos comienzan a llegar a tu cabeza y eso se siente mucho peor.Como había podido ser tan idiota, ¿cómo había podido besarlo? ¿Cómo había permitido que me besara? ¿Cómo había podido emborracharme de esa manera y romper la única regla que me había puesto a mí misma? Siempre había sido cuidadosa, mantenía las dos partes de mi vida separadas la una de la otra, siempre había sido más astuta que todos; tenía una reputación impecable y ahora todos mis esfuerzos se irían al diablo por un maldito error; pod&
Regresé a casa enfurecida, subí a mi habitación y simplemente azoté la puerta despertando a Blaire.Veo que te fue muy bien – dijo Blaire acomodándose y sentándose sobre la camaEs un idiota, él es tan… - dije y me tiré en la cama para gritar contra mi almohada¿Por lo menos aceptó no decir nada?Sí, pero quiere algo a cambio¿Qué quiere?Ni idea; el muy idiota me dijo que pensaría en algo y luego me informaría; ¿Quién se cree que es? – dije volviendo a colocar mi cara contra la almohadaPor lo menos no dirá nada, ya verás que pedirá alguna cosa tonta y todo esto terminará; solo tranquilízateEs que si hubieras estado ahí; él es tan frustrante; no sé qué rayos le pasa; lo odio – dije furiosaLo s
Hoy tenía que asistir a la academia y por primera vez no estaba para nada emocionada; no sabía que me depararía el día y no tenía ni idea como podría soportar a Aspen. Me vestí y me arreglé mientras escuchaba música y cuando estuve lista bajé de prisa y me senté en el comedor a desayunar.Parece que alguien amaneció de mal humor - dijo BrandonClaro que no querido; si yo soy un rayo de alegría- dije dándole la sonrisa más falsa que teníaYa Lía, tu problema no es conmigo; anda dime que pasaNada, solo problemas en la escuela¿Tu? La gran niña perfecta tiene problemas – preguntó con falsa sorpresaVete al diablo niño, no estoy de humor para soportarteDebe ser un gran problema para que estés así de furiosa; pareces a punto de explotar - dijo riendo
Me levante molesta; otro día más no había podido dormir bien, maldito Aspen; lo que me había dicho sí que me había afectado. Pero con qué derecho opinaba sobre mi vida, cuando él tiraba la suya por la borda, con qué derecho decía que lo que hacía no era vivir; yo era feliz, si era cierto que era difícil mantener tantos secretos, pero valía la pena; podía conservar ambas partes de mi vida intactas y podía ser perfecta; ¿No era eso lo que todos querían en esta vida? Ser perfectos y no cometer errores, tener un buen futuro; un buen destino y una buena vida. ¿Por qué para Aspen eso no era importante? ¿Qué diablos le pasaba a ese chico? Él podía tenerlo todo, su familia era adinerada y poderosa; él tenía un futuro brillante, por lo menos eso era lo que todos decían cuando éramos niños; aú
Me levante con las energías renovadas y con una meta clara en la cabeza; desentrañar los oscuros secretos que guardaba Aspen Cleventton y quizá con ello librarme de su compañía y volver a mi ansiada rutina y a mi vida perfecta.Me vestí y arregle, salí de mi cuarto sonriente encontrándome a un Brandon en pijama y mirándome como si yo estuviera loca¿Eres bipolar o qué? De verdad, me estas asustandoBuenos días querido hermanito, está bello el día no creesEstas loca Lía; ayer parecía que querías asesinar a alguien y hoy pareces una princesa de Disney a punto de cantar de la felicidad y atraer animales del bosqueQue gruñón eres Brandon, solo anímateEstás loca y además, te has dado cuenta que es muy temprano ¿verdad?A quien madruga Dios lo ayuda hermanito
Había olvidado lo hermoso que era el ballet, amaba bailar; hace mucho que no tomaba clases, pero mi madre había insistido o más bien, había impuesto su decisión; me encontraba en uno de los salones de mi casa, con la maestra Marizza, tendría cuatro horas de clase semanales y quizá tal vez bailaría alguna obra si mi desempeño era excelente.Plié en primera posición; ahora has un Arabesque – dijo la Maestra y se acercó a mí – mantente firmeAsí continuo la clase, entre Arabesques, grands battmente, Battement Dégagé, mientras que la maestra me gritaba una y otra vez que debía mantenerme firme, con una buena postura; realmente la presión era mucha pero ya estaba acostumbrada, además si no destacaba en el ballet mi madre se enfadaría y realmente no tenía ganas de tener más problemas.La clas
Me relajaba escuchando la música proveniente de los parlantes que estaban en el baño, dejaba que el olor a jazmín me invadiera mientras pensaba; esto realmente me encantaba, dejar de pensar y solo concentrarme en las sensaciones que sentía en cada parte de mi cuerpo, el calor abrasador de las velas, el olor profundo, la fluidez del agua contra mi piel y la música, que podía hacerte reír o llorar, la música que calmaba a un alma perturbada y hacia retumbar a un corazón estático.Mi mente viajaba por todas partes, mis pensamientos divagaban sin centrarse en ningún momento especifico, me sentía liviana, tranquila hasta que mi celular comenzó a sonarLía bella, ya estoy yendo a tu casa - escuche decir a Blaire al otro lado de la línea¿No es muy temprano?¿No has visto la hora? - y en ese momento fue que me percaté de que era