De regreso al hotel, Enzo permaneció callado mientras revisaba en su móvil quién era realmente aquel rubio. Apareció un artículo sobre él y lo que hacía, no se veía involucrado en nada malo y confirmó de la feria para la recaudación. No pudo evitar sentirse algo frustrado por no encontrar nada ilegal para estar en contra de ese tal Erick Basset. Incluso parecía ser muy querido entre las personas por sus actos de bondad."No es como si fuera un héroe", pensó Enzo apagando el móvil.Por otra parte, Celine había estado mirándolo disimuladamente, notando su semblante serio. No sabía a qué se debía su actitud algo distante, desde que se había subido en el auto no había hecho más que ignorar su presencia como si ella no existiera. ¿Acaso era bipolar? Se preguntó la joven, sin entender lo cambiante que era el humor de Enzo.Suspiró resignada, era tan difícil comprenderlo. Bajó la vista a su regazo, reparando en la invitación que le había entregado Erick. Una sonrisa genuina se deslizó por su
Al día siguiente, Enzo se levantó temprano para hacer ejercicio y drenar sus emociones. Se sentía culpable de haber lastimado a Celine con sus palabras, al punto de no poder conciliar el sueño solo pensando en lo afligida que debió sentirse anoche para llorar de esa manera tan desconsolada. Había escuchado su llanto y, aunque deseó abrir la puerta y entrar, no fue capaz de hacerlo. Mucho menos cuando ella le había pedido tiempo, decidió darle su espacio.Bajó del elevador caminando por el pasillo en dirección a la suite. No se quedarían mucho tiempo allí, apenas lograra firmar el acuerdo de negocios con el señor Johnson, volverían a Nueva York. Mientras tanto, disfrutaría al máximo sus días en la ciudad, o al menos eso fue lo que había creído, pero lo había estropeado todo.Resopló frustrado.Introduciendo la tarjeta en la ranura de la puerta, giró la manija para abrir, pero esta cedió antes, mostrando a Celine. Sus ojos la inspeccionaron de pies a cabeza, e intuyó que iba a salir al
Rebuscó en el bolsillo de su vaquero sacando el móvil y marcando el número de Enzo. Sin embargo, la llamada fue directa al buzón.Suspiró. "Quizás está ocupado", intuyó la joven. Aunque no pudo evitar pensar que tal vez no quería atender su llamada. De repente, recordó la tarjeta de contacto que le había entregado Erick y rebuscó en su bolsa para recurrir por ayuda. Quizás estaba abusando de su confianza, pero no tenía otra opción, pronto comenzaría a llover. (...)Enzo había recibido una llamada del señor Johnson hace horas, pidiéndole que se reuniera con él lo antes posible para firmar el contrato. Ansioso por cerrar el acuerdo, decidió dirigirse a la mansión ubicada en una de las residencias más costosas de la ciudad. No le costó llegar al lugar por su cuenta, esta vez le había permitido descansar al chófer, conduciendo él mismo.Mientras estaba conversando con la familia del señor Harry, disfrutando de un agradable día, su móvil vibró en el bolsillo de su pantalón. Al ver que er
Sus ojos lo observaban expectantes, Enzo necesitaba averiguar por qué Erick estaba allí en el mismo hotel en el que se estaba hospedando. A pesar de que tenía un presentimiento sobre la razón, también esperaba que sus sospechas fueran infundadas. En tanto, Erick guardó las manos en los bolsillos de su pantalón, luciendo relajado.—No ha sido coincidencia, de hecho he traído a una amiga que se hospeda en este lugar —respondió después de unos minutos de silencio—. Bueno, me despido, que tengas un buen día.Se alejó de Enzo, dejándolo con un mal sabor en la boca. Había algo en aquel rubio que no le generaba confianza. Quizás lo estaba juzgando mal, pero cada vez que lo veía sentía que ocultaba su verdadera personalidad tras una fachada de amabilidad fingida.Decidió subir a la suite en el ascensor, dejando atrás sus pensamientos. Mientras tanto, Celine buscaba en su maleta algo de ropa limpia para vestirse después de haberse mojado bajo la lluvia unos minutos antes, cuando Erick fue a re
Horas más tarde, ambos se sentaron en el sofá, manteniendo una distancia prudente entre ellos. La joven tenía las manos apoyadas en sus piernas, intentando cubrir un poco su piel expuesta. No había tenido tiempo de cambiarse y, aunque se sentía incómoda, decidió concentrar su atención en cualquier rincón de la sala evitando el contacto visual con Enzo.Él rascaba su cuello nerviosamente, sin saber muy bien cómo comenzar la conversación. Era consciente de la disculpa que le debía, por lo que decidió expresar sus sentimientos sinceramente.—Siento mucho mis palabras, no era mi intención tratarte de esa manera. Estaba enojado y a veces no suelo cuidar mis palabras —confesó arrepentido.Celine percibió el esfuerzo que Enzo estaba haciendo para reconciliarse con ella y se dio cuenta de que había creído durante todo ese tiempo que su enfado se debía a lo sucedido la noche anterior. Se sintió un poco mal por él, sabiendo lo orgulloso que podía resultar a veces su esposo, según había comentad
La feria rebosaba de vida y color. Los puestos de comida emanaban deliciosos aromas de churros, algodón de azúcar y palomitas de maíz, llenando el aire con una tentadora fragancia. Los juegos de feria estaban abarrotados de niños riendo y correteando de un lado a otro, ansiosos por probar sus habilidades y ganar premios. La energía contagiosa y la alegría en cada rincón eran palpables.Celine recorrió el lugar con la mirada, esbozando una sonrisa al observar a una pequeña niña compartir su galleta con lo que parecía ser su hermano mayor. No debía tener más de ocho años, pero se percibía lo protector que era con la niña, sin despegarse de su lado.—Son tan tiernos —murmuró para sí misma.Mirando en dirección a donde se encontraba la vista de Celine, Enzo observó la escena con compasión. Saber que la vida de cada uno de esos niños dependía de alguien más que les diera un hogar estrujaba su corazón. Era consciente de que no todos tendrían la misma fortuna y las esperanzas de pertenecer a
—Ya vuelvo —se alejó en dirección al escenario, tomó el micrófono que le ofrecía el hombre y comenzó a hablar con entusiasmo—. Espero que todos estén disfrutando, hoy es un día importante para ayudar a quienes más lo necesitan. Así que agradezco que estén aquí.Los presentes escuchaban atentamente sus palabras, algunos asintiendo con la cabeza y otros aplaudiendo ocasionalmente. Algunos niños se acercaron curiosos para escuchar lo que decía el rubio, mientras otros continuaban disfrutando de las actividades de la feria.En ese momento, el sol empezó a descender en el horizonte, arrojando una luz dorada sobre el lugar y creando una atmósfera mágica. La feria seguía llena de actividad y alegría, con Erick en el escenario inspirando a la comunidad a unirse en un acto de solidaridad y generosidad. El evento había logrado unir a todos en un acto de nobleza, demostrando que juntos podían marcar la diferencia en el mundo.(...)Minutos después, Celine recibió un mensaje de Enzo que la alerta
El vuelo había despegado temprano, sin mayores contratiempos, durante el aterrizaje no hubo ninguna complicación de importancia y antes de que se dieran cuenta, ya habían llegado a casa sanos y salvos. Enzo se sintió aliviado de haber mantenido el control en el viaje, a pesar del terror que le provocaba estar en las alturas, encerrado en un avión. En esta ocasión, logró mantener la calma, siendo capaz de permanecer tranquilo durante el resto del vuelo. Quizás se debió a la presencia de su compañera de viaje, quien le transmitió seguridad y completa paz, lo cual contribuyó a calmar sus nervios y a hacerle sentir más relajado.George había ido por ellos al aeropuerto. Iba conduciendo hacia la residencia cuando recibió una llamada del señor Emir. Nervioso, miró por el espejo retrovisor a la pareja, sentados uno al lado del otro. Enzo estaba concentrado mirando la pantalla de su laptop, mientras Celine observaba por la ventanilla con la vista perdida."¿Tan mal la habrán pasado?" Se pregu