Él levanta sus ojos y se queda anonadado. ¡Es preciosa! Isis está vestida con un hermoso conjunto de pantalón amarillo, muy entallado a su cuerpo que acentúa su belleza natural. Su corazón se acelera, y su amigo pugna por salir de su entrepierna. Es realmente hermosa su Luna, y tiene esa aura de niña buena e inocente que hace que sienta que quiere protegerla toda su vida.
Su lobo Mat ronronea en su pecho, haciendo que su excitación sea mayor. Se acomoda detrás del buró para esconder su erección y para sentir que algo lo retiene para no reclamarla allí mismo. Su instinto animal se incrementa. Respira profundamente tratando de controlarse, pero Mat se la pone difícil, él está muy emocionado y excitado con su mitad.—Veo que, en realidad, te sientes mucho mejor. Sí, pasa por favor. ¿Qué puedo hacer por ti? —pregunta sin dejar de mirar a IsisEl campo de entrenamiento quedó sumido en un silencio sepulcral después de la visita y mensaje de la madre Luna. Los miembros de la manada permanecieron inmóviles, sus miradas alternando entre el lugar donde había desaparecido el imponente lobo negro de Jacking y el punto donde la voz de la Diosa Luna había resonado momentos antes.La incredulidad de los miembros de la manada se mezclaba con una alegría que parecía brotar desde lo más profundo de sus almas, una emoción tan intensa que casi podía palparse en el aire. ¡La Luna de la manada “La Maat Ra” había aparecido al fin! El momento que habían esperado durante generaciones finalmente se materializaba ante sus ojos.Ya eran la manada más poderosa del mundo, su dominio se extendía por territorios vastos y su supremacía era indiscutible, y eso que su Alfa estaba incompleto, funci
El doctor Ahá, después de acomodar cuidadosamente a Teka en su cama y asegurarse de que su esposa estaba estable, guió a los tres lobos atormentados hacia el salón, donde continuaron su reveladora conversación.—¿Y tú, Bennu? —preguntó el doctor, dirigiendo su mirada curiosa hacia el celta que había permanecido callado—. ¿También encontraste a tu mitad?—Creo que sí —respondió Bennu con una mezcla de timidez y satisfacción en su voz—. Aunque me parece que mi suerte ha sido mejor que la de ustedes, chicos.Amet y Horacio se giraron bruscamente hacia el jefe de seguridad de la manada. El siempre reservado celta los observaba con una sonrisa apenas contenida, mientras su pecho vibraba de felicidad y sus ojos comenzaban a teñirse de un rojo intenso, señal inequívoca de que Ben, su lobo interior, luchab
El Alfa respira profundamente tratando de controlar a su lobo. Sabe que su amenaza la tiene que tomar en serio, mientras siente la mirada anhelante de Isis posada en él.—Para empezar, no tengo esposa. Tampoco novia —comienza a hablar calmadamente, mirándola fijamente con una sonrisa.Isis lo mira algo incrédula, pero él continúa sin prestarle atención a su mirada. De que ella se quede depende que su plan para que su lobo la rechace pueda llevarse a cabo. Por ello, sigue hablando con gran seriedad.—Yo fui el que provocó tu accidente, así que estaré encantado de ayudarte en tu recuperación. Si dormir conmigo te hace sentir mejor, lo haré y te doy mi palabra de que te respetaré como hasta ahora —lo dice mirándola fijamente a los ojos, notando cómo un brillo de alegría se asoma a ellos. Y sigue, sin darle tiempo a respo
Bennu asiente con los ojos rojos, lo cual le avisa que su lobo Ben está luchando por quitarle el control y correr a reclamar a su compañera destinada. Escucha la historia de su celta con atención. Le cuenta que hace aproximadamente tres años ella le había saltado encima en medio del bosque, y le dijo que era su mitad, pero como el Alfa no había encontrado su Luna, no le hizo caso.—¡Y yo también encontré la mía! —grita visiblemente molesto Horacio—. ¿Te acuerdas aquella vez en Brasil, la hermosura que me cayó encima en aquel club, decía que yo era su mitad? Pues al parecer sí lo soy. Mi lobo Hor me lo dijo, pero me pasó lo mismo que a Bennu, no le creí y la dejé allá.—Y al parecer, la mía está en París —habla Amet acongojado—. Hace siete años, cuando estábamos e
El Alfa Supremo lo mira atentamente, puede percibir el nerviosismo del Alfa Amat. Es cierto que el protocolo decía que debían avisar su visita. Pero eso no quiere decir que él con su séquito pueda aparecer en cualquier manada del mundo de sorpresa, pero su presencia hoy era muy diferente.—¿Cómo estás, amigo mío? —lo saludó el Alfa Supremo familiarmente para bajar la tensión—. Lo que me trae hoy por aquí, creo que nos va a unir más que nunca.Terminó de hablar sonriente estrechándole su mano el Alfa Supremo, dejando muy intrigados a todos los que lo escucharon. El Alfa, al ver que no pretendía decir más, se inclinó.—Pues pasen a mi casa, mi Alfa —los invita cediéndoles el paso.Han sido muy buenos amigos desde que instaló su manada en este sitio. Lo ayudaron a hacerlo hace muchos años. Los encontraron en uno de sus viajes a Rumania cuando huían. Los invitaron a venir a vivir aquí, cediéndole una gran parte de su territorio. El Alfa Jacking conoce que este alfa trata por todos los med
El Alfa Amat se estruja las manos nerviosamente mientras visiblemente busca una manera de preguntar algo sin ofender al Alfa Supremo. Al fin suspira ruidosamente y se llena de valor para hablar. —Disculpe mi atrevimiento, mi Alfa —comienza a hablar nervioso Amat—. Tengo entendido que los súbditos de un Alfa no encuentran a su mitad hasta que el Alfa lo haga. Y usted todavía, que yo sepa, no lo ha hecho.—¡Ja, ja, ja...!, Alfa Amat —responde Jacking, tratando de sonar condescendiente con la ignorancia que le demuestra el Alfa—, mi manada La Maat Ra es la más antigua que existe en el mundo, como ya sabrá. También es la única manada que tiene un Celta tan poderoso y único en su clase, que posee casi el mismo poder sobre la manada que el Alfa, es decir yo —mira cómo Amat abre los ojos y los dirige a Bennu—. Por ese motivo, él puede encontrar a su mitad, aunque yo no lo haya hecho. Dice mirando cómo sus tres compañeros abren la boca para cerrarla de nuevo, ante la mirada que les da y l
Bennu sonríe al verla toda confundida. No le gusta mentir en su primera conversación con su alma gemela, pero tampoco puede ir contra las órdenes de su Alfa. Por ello respira profundo mientras avanza despacio acercándose a ella, al tiempo que le dice:—Poco a poco entenderás que mi manada es diferente. La Maat Ra es la manada más poderosa y diferente de todas —dice con orgullo.No será exactamente verdad esa historia que inventó el Alfa Supremo para no dar a conocer a su Luna, pero nadie se imagina lo diferentes que son de todos los demás hombres lobos del mundo.—No entiendo —repite ella, moviendo la cabeza negativamente.—¿Qué no entiendes? —la interroga a su vez Bennu, que quiere explicar todo de la manera más simple sin tener que engañarla.Por su parte, Neftis no deja de observarlo. No sabe por qué, pero hay algo intrigante en su mitad. También ha escuchado grandes historias de los intrigantes de la manada La Maat Ra, y aunque sus territorios colindan, por alguna razón desconocid
Mi nombre es Netfis, pero en el mundo de los humanos me llamo Marrí. Así me hice llamar mientras vivía en Francia. Tengo veintitrés años, soy alta, con melena negra ondulada. Mis ojos son negros. Mi cuerpo es atlético, porque hago mucho deporte y baile. Es la única forma que encontré para mantener a mi loba Lía tranquila y en forma.¡Me encanta diseñar ropa! Y soy muy buena en ello, herencia de mi abuela española.Hace más de cuatro años que mi padre me hizo volver. Tuve que dejarlo todo y regresar. Mi manada me necesitaba, según él. Pero yo sé que lo hizo para cuidarme. Sus enemigos todavía nos buscan. Por eso, cuando tenía cinco años, abandonamos todo y, después de rodar de un lado para otro escondiéndonos, nos encontramos con el Alfa Supremo, quien nos invitó a vivir en esta isla que, por cierto, me encanta. Aquí realmente soy libre. Pero extraño a mis amigos, por eso quería volver.Justo el año que regresé, me encontraba paseando por el bosque después de una acalorada discusión co