—Lo único que te puedo decir es que estoy intentando tomar la mejor decisión para ti —expresó—. Deseo que seas feliz y que estés bien —mencionó. Ivy parpadeó liberando un par de lágrimas. —Quiero vivir con mis papás, ellos son muy buenos conmigo —contestó limpiando sus ojos—. Mi papá no sabía cocinar y tuvo que aprender, cuando mi mamá se perdió, incluso dejó de ir a trabajar para cuidarme y estar a mi lado —pronunció con dificultad—, él me enseñó a nadar y también a andar en bici. Cuida de los tres. El juez volvió a tomar nota. —Te aseguro que haré lo mejor para ti, de eso puedes estar segura. —Se puso de pie y salió de la oficina con la niña. La azulada mirada de Ivy buscó con desesperación a su papá, en cuanto sus ojos hicieron contacto con los de él corrió a sus brazos y comenzó a llorar. —Tengo miedo, no quiero que me separen de ti, ni de mamá. —Se aferró con fuerza a sus brazos. —Tranquila, cariño. —William de inmediato la alzó y la abrazó. — ¿Por qué piensas que eso puede
— ¡Un médico! —el juez exclamó..Momentos después, se acercó el médico para auxiliar a Kate, quien fue trasladada a un consultorio.Tuvo que darse un receso nuevamente, hasta esperar saber la situación de Kate, por lo que la pareja se movió hacia la cafetería. Varias lágrimas rodaron por las mejillas de Camila, al exhalar, sintió que le quitaban una gran carga de encima, después de escuchar aquella confesión de Kate. —Aún sigo sin creer que esa mujer se delatara en un arranque de desesperación, mi nombre quedará limpio —dijo y lo miró a los ojos, reflejándose en su azulada mirada.William colocó sus grandes manos sobre sus mejillas, y depositó un cálido beso sobre sus dulces labios.—Solo era cuestión de tiempo, tenía que aclararse la situación —afirmó con seguridad.Jonh se acercó hacia la pareja, William se puso de pie sujetando la mano de Camila y lo observó con frialdad. Camila por su parte, no pudo evitar que su presencia la intimadara, se abrazó a Will y le sostuvo la mirada, i
Camila y William se abrazaron, festejando aquella victoria, al fin podrían tener una vida plena como familia.—Sabía que se haría justicia, Ivy no puede tener otra madre que no seas tú. Eres la mejor. —Will colocó ambas manos sobre sus mejillas y se perdió en su hermosa mirada color marrón.En cuanto a usted, señora Kate Miller —la miró con seriedad—, quiero que esté en terapia o en tratamiento psiquiátrico, es evidente que no está bien emocionalmente y necesita apoyo —mencionó golpeando con su mazo—. Deseo hablar con usted —se dirigió al abogado de la señora Miller. Al finalizar el juicio. Kate salió completamente enfurecida del lugar.William entrelazó los dedos de Camila y caminaron en compañía de Guillermo y Tiana, hacia la calle.—Muchas gracias por haber hecho todo lo posible para que Ivy se quedara con nosotros —refirió William.Guillermo sonrió.—El mérito fue todo tuyo, fuiste tú quien no descansó hasta encontrar a aquel hombre. Además la verdad no se puede ocultar, Camila
Todo ocurrió en cuestión de breves segundos, que las personas que estaban a las afueras del lugar, gritaron asustados, completamente sorprendidos por los sucesos, de inmediato corrieron, intentando alejarse del lugar; las personas más cercanas se tiraron al suelo, intentando protegerse, llenos de terror.Camila estaba de rodillas, sosteniendo el inerte cuerpo del hombre al que tanto amaba. Con el dorso de una de sus ensangrentadas manos, limpió sus ojos, los cuales estaban repletos de lágrimas, entonces observó como su Kate seguía apuntándoles.— ¡Voy a acabar contigo! —gritó sollozando—, vas a pagar por haber hecho que le disparara al hombre que amo —bramó. Justo cuando estaba por volver a disparar, varios impactos provenientes de la seguridad de Will, la hicieron soltar el arma y caer al suelo, instantáneamente.En cuanto Kate cayó, Guillermo se puso de pie y corrió hacia ellos, sacó su móvil de su bolsillo con urgencia.—Necesitamos una ambulancia —refirió en cuanto le respondie
Los paramédicos se pusieron de pie, sabiendo que ya no podían hacer nada por él, Camila se soltó del agarre de Guillermos y se acercó hacia el cuerpo de su novio.—Prometo que cuidaré de nuestros hijos —manifestó con un nudo en la garganta. Tomó una de sus aún tibias manos y depositó un beso lleno de amor—. Gracias por haber creído en mí y por haberme regalado grandes momentos a tu lado. Sé que empezamos odiándonos, pero bastó con conocernos para enamorarnos. Te juro que nunca dejaré de amarte.Henry estacionó su motocicleta a unos pasos de la corte, se acercó corriendo hacia donde estaban los paramédicos.— ¡William! —exclamó con angustia y se acercó a pasos agigantados a él, su respiración se agitó con fuerza al ver a Camila abrazándolo, además de que sostenía una de sus manos.— ¡Hagan algo! —gritó a los paramédicos que estaban guardando el maletín que llevaban.—No… hay nada que hacer —pronunció con dificultad Guillermo, y limpió sus lágrimas.Henry se llevó las manos a la cabeza
Camila corrió detrás de la camilla que trasladaba al quirófano a Willian, intentó comprender lo que la paramédico le explicaba al especialista que la recibió, pero no lo logró, nada de lo que decían llegaba a su cabeza con claridad. Era como si cada una de las palabras estuvieran distorsionadas y no lograra conectarse con su significado.Durante el viaje, William presentó complicaciones, por un momento llegó a creer que esta vez, sí lo perdería para siempre; sin embargo, él no se daba por vencido y seguía luchando por vivir. De eso estaba segura, no deseaba irse aún, anhelaba al igual que ella una vida juntos.Sacudió su rostro al sentir unas manos sobre sus hombros, al parpadear liberó varias lágrimas que le hicieron poder distinguir a una enfermera frente a ella.—Tiene que esperar aquí —expresó la mujer observando las grandes manchas que tenía debido a la sangre que cubría su ropa, sus manos y su rostro. — ¿Está usted herida? —preguntó escudriñándola con su mirada. — ¿Necesita aten
En ese momento en el que William se encontraba debatiéndose entre la vida y la muerte, luchando por aferrarse para no irse, comenzó a sentir una inmensa paz, que no podía explicar, ya nada le dolía, y de pronto, todo dejó de preocuparle. Al distinguir que estaba rodeado de la calidez de una luz, comenzó a dar algunos pasos, siguiendo el camino que comenzaba a vislumbrarse.— ¡Paro cardiaco! —la enfermera gritó.—Desfibrilador —solicitó el médico. — ¡Despejen!William observó por segunda vez, su cuerpo desde otro punto en el que estaba, logró distinguir como los médicos se esforzaban por salvarle la vida. De pronto una dulce voz atravesó su sistema auditivo, provocando que se estremeciera su endeble ser.«¡Por favor, no te lo lleves!», la forma con tanta agonía en la que escuchaba la voz de Camila, le dolió en lo más profundo de su ser.—Mi amor —pronunció, lleno de agitación. Su cansado corazón, se agitó, dando fuertes latidos, entonces percibió como sentía que sus pulmones se llenaba
Tiempo después Camila, regresó a la sala de espera, en donde observó sentados a Guillermo y a Tiana, se acercó a ellos, notando que sus ropas estaban igual de manchadas que las de ella.— ¿Dónde estabas? —Tiana preguntó.—Fuí a la capilla. —Suspiró profundo e hizo una mueca—. Con todo esto no le he avisado a Marc lo ocurrido, está con mi pequeño Will —manifestó sin pensarlo.— ¿Por fin le eligieron un nombre? —Guillermo dibujó una escueta sonrisa.Camila sonrió.—No, pero después de lo sucedido deseo que lleve el nombre de su papá.—En tu lugar, haría lo mismo —expresó Tiana y colocó su manos sobre la de Camila—. Por Marc no te preocupes, le llamamos hace unos minutos, para avisarle. Él se va a hacer cargo de bebé Will —sonrió.—Gracias —respondió ella—, también debo marcarle a Lucía, para pedirle que lleve a Ivy con Marc, quiero que mis hijos estén juntos.—En cuanto tengamos noticias de Will, me iré a ayudarle a Marc —Tiana agregó.—Te lo agradezco mucho —Camila recargó la espalda s