Camila echó para atrás su cabeza, y colocó una de sus torneadas piernas sobre los hombros de él. Jadeó al sentir la forma en la que William atendía su petición. Sujetando su espesa cabellera entre sus dedos.—No te detengas —suplicó agitada.Las grandes manos de él, presionaron sobre sus caderas, disfrutando del sabor salado de su femineidad, cada gemir de Camila emitía, lo hacía desearla ver que explorara. La respiración de ella se entrecortó, y dio varios gimoteos, al sentir como su cuerpo sucumbía, inclinó su mirada y sonrió al sentir los brazos de él cobijándola con su calor. Ancló sus manos sobre su cuello, al tiempo que él la sostuvo para llevarla hacia el estudio, en donde cerró la puerta y puso el pestillo.En cuanto ingresaron y Camila se puso de pie, lo empujó hacia el sillón en donde se subió a horcajadas y comenzó a balancear sus caderas de manera lenta, disfrutando de aquella invasión, que los hacía una sola carne.—Te quiero solo para mí —expresó acercando sus labios a
Eran las 4:30 am de la madrugada, cuando Lucía escuchó ruidos en el interior de la casa, abrió los ojos de golpe, sintiendo su corazón agitado. de inmediato se puso de pie y se colocó una bata.Tomó un jarrón que había en la mesa de la noche y se abrazó del objeto. Abrió la puerta con lentitud, y asomó lo más despacio que pudo la cabeza, sus glóbulos oculares, buscaron de donde provenía aquel ruido. Al percibir que se trataba de la cocina, se movilizó hacia allá, su corazón se agitó al escuchar el sonido de algunos trastes chocando sobre la mesa, de pronto el ruido de un tazón caerse al suelo, la hizo sobresaltarse, por lo que encendió la luz.— ¿Quién anda ahí? —preguntó, alzando la jarra—, vengo armada —expresó—, más vale que salga de aquí. Ladeó los labios y resoplo aliviada, al darse cuenta de la presencia de un gato comiéndose las sobras que había dejado de la noche anterior. Miró la ventana abierta y las cortina moviéndose por el aire.—Vaya que eres un pequeño ladronzuelo, m
—Esperamos su respuesta —mencionó Guillermo.William elevó la cabeza con orgullo, disfrutó ver en la mirada de Kate, terror.«Espera a que llegue la cereza del pastel», pensó para sí mismo, sin dejar de ver a la cara a su ex esposa.— ¿Fue usted o personal del hospital, quién la notificó sobre el supuesto aborto de la señoraCamila García? —el abogado volvió a preguntar.—Mi cliente se encuentra bien —el abogado se puso de pie.—Abogado, se le olvida que aplazamos esta reunión por un par de días, por la situación de su cliente, si estamos aquí, es porque se nos informó que la señora, se encontraba en condiciones de declarar —el juez refirió—, que responda la pregunta —ordenó.Kate se llevó las manos a la cabeza.—No lo recuerdo con claridad —mintió—, estoy confundida —expresó agitada.—Señor juez, viendo el estado de salud de la señora, me gustaría expresar la preocupación de su padre y la señora Camila, quien la a cuidado como a su propia hija —Guillermo puntualizó—, al imaginar que l
—Lo único que te puedo decir es que estoy intentando tomar la mejor decisión para ti —expresó—. Deseo que seas feliz y que estés bien —mencionó. Ivy parpadeó liberando un par de lágrimas. —Quiero vivir con mis papás, ellos son muy buenos conmigo —contestó limpiando sus ojos—. Mi papá no sabía cocinar y tuvo que aprender, cuando mi mamá se perdió, incluso dejó de ir a trabajar para cuidarme y estar a mi lado —pronunció con dificultad—, él me enseñó a nadar y también a andar en bici. Cuida de los tres. El juez volvió a tomar nota. —Te aseguro que haré lo mejor para ti, de eso puedes estar segura. —Se puso de pie y salió de la oficina con la niña. La azulada mirada de Ivy buscó con desesperación a su papá, en cuanto sus ojos hicieron contacto con los de él corrió a sus brazos y comenzó a llorar. —Tengo miedo, no quiero que me separen de ti, ni de mamá. —Se aferró con fuerza a sus brazos. —Tranquila, cariño. —William de inmediato la alzó y la abrazó. — ¿Por qué piensas que eso puede
— ¡Un médico! —el juez exclamó..Momentos después, se acercó el médico para auxiliar a Kate, quien fue trasladada a un consultorio.Tuvo que darse un receso nuevamente, hasta esperar saber la situación de Kate, por lo que la pareja se movió hacia la cafetería. Varias lágrimas rodaron por las mejillas de Camila, al exhalar, sintió que le quitaban una gran carga de encima, después de escuchar aquella confesión de Kate. —Aún sigo sin creer que esa mujer se delatara en un arranque de desesperación, mi nombre quedará limpio —dijo y lo miró a los ojos, reflejándose en su azulada mirada.William colocó sus grandes manos sobre sus mejillas, y depositó un cálido beso sobre sus dulces labios.—Solo era cuestión de tiempo, tenía que aclararse la situación —afirmó con seguridad.Jonh se acercó hacia la pareja, William se puso de pie sujetando la mano de Camila y lo observó con frialdad. Camila por su parte, no pudo evitar que su presencia la intimadara, se abrazó a Will y le sostuvo la mirada, i
Camila y William se abrazaron, festejando aquella victoria, al fin podrían tener una vida plena como familia.—Sabía que se haría justicia, Ivy no puede tener otra madre que no seas tú. Eres la mejor. —Will colocó ambas manos sobre sus mejillas y se perdió en su hermosa mirada color marrón.En cuanto a usted, señora Kate Miller —la miró con seriedad—, quiero que esté en terapia o en tratamiento psiquiátrico, es evidente que no está bien emocionalmente y necesita apoyo —mencionó golpeando con su mazo—. Deseo hablar con usted —se dirigió al abogado de la señora Miller. Al finalizar el juicio. Kate salió completamente enfurecida del lugar.William entrelazó los dedos de Camila y caminaron en compañía de Guillermo y Tiana, hacia la calle.—Muchas gracias por haber hecho todo lo posible para que Ivy se quedara con nosotros —refirió William.Guillermo sonrió.—El mérito fue todo tuyo, fuiste tú quien no descansó hasta encontrar a aquel hombre. Además la verdad no se puede ocultar, Camila
Todo ocurrió en cuestión de breves segundos, que las personas que estaban a las afueras del lugar, gritaron asustados, completamente sorprendidos por los sucesos, de inmediato corrieron, intentando alejarse del lugar; las personas más cercanas se tiraron al suelo, intentando protegerse, llenos de terror.Camila estaba de rodillas, sosteniendo el inerte cuerpo del hombre al que tanto amaba. Con el dorso de una de sus ensangrentadas manos, limpió sus ojos, los cuales estaban repletos de lágrimas, entonces observó como su Kate seguía apuntándoles.— ¡Voy a acabar contigo! —gritó sollozando—, vas a pagar por haber hecho que le disparara al hombre que amo —bramó. Justo cuando estaba por volver a disparar, varios impactos provenientes de la seguridad de Will, la hicieron soltar el arma y caer al suelo, instantáneamente.En cuanto Kate cayó, Guillermo se puso de pie y corrió hacia ellos, sacó su móvil de su bolsillo con urgencia.—Necesitamos una ambulancia —refirió en cuanto le respondie
Los paramédicos se pusieron de pie, sabiendo que ya no podían hacer nada por él, Camila se soltó del agarre de Guillermos y se acercó hacia el cuerpo de su novio.—Prometo que cuidaré de nuestros hijos —manifestó con un nudo en la garganta. Tomó una de sus aún tibias manos y depositó un beso lleno de amor—. Gracias por haber creído en mí y por haberme regalado grandes momentos a tu lado. Sé que empezamos odiándonos, pero bastó con conocernos para enamorarnos. Te juro que nunca dejaré de amarte.Henry estacionó su motocicleta a unos pasos de la corte, se acercó corriendo hacia donde estaban los paramédicos.— ¡William! —exclamó con angustia y se acercó a pasos agigantados a él, su respiración se agitó con fuerza al ver a Camila abrazándolo, además de que sostenía una de sus manos.— ¡Hagan algo! —gritó a los paramédicos que estaban guardando el maletín que llevaban.—No… hay nada que hacer —pronunció con dificultad Guillermo, y limpió sus lágrimas.Henry se llevó las manos a la cabeza