— ¿Cuándo podré regresar a mi apartamento? —indagó Lucía al llegar a la casa de la playa en la que se estaba quedando desde hace unos días.— ¿No te gusta? —Henry preguntó al estacionar la SUV en la cochera, la miró con atención.Las mejillas de la joven se sonrojaron.—Sí, claro que me gusta —respondió mirándolo con ternura—. No me lo tomes a mal, como una persona mal agradecida, pero extraño mi departamento, además ya casi se me acaba el permiso y tengo que volver a mi trabajo. Necesito retomar mi vida —Mordió su labio inferior.—Lo sé y lo comprendo —expresó—. Estoy haciendo un par de adecuaciones en el apartamento —manifestó—, dame un par de días —solicitó—, no he podido acabarlas.—Seré paciente, solo con una condición. —Colocó su mano sobre la de él.— ¿Qué cosa? —preguntó con curiosidad.—Quédate conmigo —solicitó suspirando profundo.—Trato hecho —Henry esbozó una sonrisa. — ¿Deseas dormir en la sala o en la habitación de huéspedes? —bromeó.—Deseo despertar entre tus brazos —
—Sobre mi cadáver —William respondió sin titubear—, escúchame bien. —Colocó ambas manos sobre su afligido rostro—. Ellas no saben que tengo informantes, y no solo eso, sino que también estoy preparado para pelear la custodia. Ivy lleva mis apellidos, además de contar con el testimonio importante de Lucía, la doctora que te atendió, una testigo valiosa y no solo eso, cuento con más apoyo confía en mí —refirió.Camila se puso de pie, se acercó a él y lo abrazó.—Tampoco voy a darme por vencida, tengo que demostrar de una vez por todas, que esa mujer miente.—Así se habla —Will expresó—, no van a poder con nosotros. Desde que desapareciste, tomé cartas en el asunto, te aseguro que no van a tener el camino fácil.—Vamos con los niños —Camila dijo más tranquila—. Por cierto, Natasha llamó por teléfono, parece que la está pasando muy bien en aquel crucero, que le regalaste, dice que ya hizo un par de amigas.Will sonrió.—Me alegra mucho, que haya aceptado el viaje —comentó y ladeó los labi
Varios besos en los labios hicieron que Henry despertara sintiendo una extraña y cálida agitación en su pecho, de inmediato sus manos atraparon la estrecha cintura de Lucía, acercándo su cuerpo más al de él.— ¿Te gustó dormir con mi compañía? —indagó la chica.Henry abrió con lentitud sus ojos y dirigió su mirada hacia la dulzura de su rostro, ladeó los labios sonriente.—No solo me gustó, sino qué tu presencia me hace sentir que estoy en un hogar —expresó sin dejar de mirarla.La chica mordió su labio inferior y suspiró y se quedó pensativa.— ¿Qué ocurre? indagó él.—Hace tanto tiempo que vivo sola, que no me había puesto a pensar en lo que se siente estar en un hogar. Estar entre tus brazos me hace sentir protegida, me traen calma —confesó, recargando su rostro sobre su pecho.Los gruesos dedos de Henry, acariciaron por debajo del pijama su acremada piel, deslizándose en pequeños círculos sobre su dorso, disfrutando de su tersura.—Y eso que aún no hacemos el amor —manifestó con
Lucía acomodó su bolso en su consultorio, se dirigió a abrir las persianas y sonrió al sentir que ingresaba la luz del sol. Tomó asiento sobre su silla de cuero y recargó su cabeza sobre el respaldo, aún podía sentir los fuertes latidos de su corazón, ante lo ocurrido con Henry.—Estoy completamente hechizada ante tus encantos —refirió—, debiste lanzarme alguna clase de embrujo, porque no soy una mujer que cede con facilidad, pero cuando estoy frente a ti todo cambia. — Suspiró profundo.—Perdón que la interrumpa, doctora. —La asistente la interrumpió—, pero la busca un agente.Se puso de pie al escucharla, sabía que no podía ser Henry, por lo que se le hizo extraño, que la fueran a buscar.—Buenos días, doctora. Soy el agente George Zwan, nos conocimos en la estación, hace unos días —indicó—. Vine porque la he estado buscando, y nadie me ha sabido dar razón de usted.La joven tomó asiento.—Estaba muy ofuscada, no me podía sentir tranquila, después del ataque por lo que decidí tomarm
William frunció el ceño y rechazó la idea al instante.—No es verdad, la conozco desde la preparatoria, siempre la he visto como a una hermana, no podría verla de otra manera.—Tú no, pero ella, a ti sí —respondió—, me di cuenta la forma en la que te mira, además de que no le caigo bien.Se aclaró la garganta y la abrazó.—Hace un tiempo tuve una relación con una de sus primas —explicó—, no fue nada serio, al principio se molestó, pero con el paso del tiempo se relajó y lo entendió.—Estaba celosa —refirió—, eso es lo que creo. Ojalá se dé una oportunidad con un hombre que la ame, porque tú ya estás apartado. —Se acercó para besarlo.—Ojalá que Marc sea ese hombre —mencionó Will—, se me hace un gran sujeto, que ha sufrido mucho, merece ser feliz.—Concuerdo contigo, espero que den con el asesino de su hija y cierre ese ciclo, para que pueda enfocarse en algo que le llene ese gran vacío.William la sujetó por la cintura y volvió a besarla.***—Katy —gritó su madre. — ¿Dónde estás? —in
Al medio día.Henry ingresó a su apartamento sosteniendo una caja en sus manos, con las pertenencias que tenía de Stacy de su antigua casa. Su piel se estremeció al encontrar las alianzas que usaban dentro de una bolsa.Las sostuvo entre la palma de su mano, sintiendo un fuerte estremecimiento, su mirada se ensombreció y la culpa volvió a emerger, era algo de lo que aún no se podía liberar. Su corazón sintió una fuerte punzada al percibir aquellos fríos anillos.«Pasas demasiado tiempo fuera de casa, tu trabajo está acabando con nuestro matrimonio», aquellas palabras que recordó, martillaron su sien con fuerza, golpeando hondo su pecho. Se llevó las manos a su rostro.—Perdóname —expresó pasando saliva con dificultad—. Debí escucharte y tomarte en cuenta, pero anhelaba tanto que me ascendieran, que no te escuché. Creí que las cosas mejorarían cuando lo obtuviera y la realidad es que nada cambió.«¿Acaso ya no me amas?», otro fuerte golpe atacó su estabilidad. Al revivir aquellos duro
Lucía salió del hospital y se dirigió a un restaurante cercano para comer. Un par de veces volteó hacia atrás, era algo que no podía evitar, luego del ataque, se sentía insegura, al andar sola. Tomó asiento cerca de la ventana y sacó su móvil, para distraerse. Se dio cuenta que sentía la necesidad de escribirle a Henry, por lo que no esperó más y lo hizo. —Salí a despejarme un poco, ¿qué tal tu día? Sus dedos golpearon la mesa con impaciencia, debido a que no obtenía respuesta. Hasta que se acercó un mesero para tomar su orden. —Una hamburguesa, con papas fritas —solicitó—, y una soda —indicó. En cuanto le llevaron la soda, bebió un par de tragos. Tomó su móvil esperando respuesta de Henry. —Doctora Lucía, ¿cómo está? Una voz masculina, hizo que elevara su rostro para ver de quién se trataba. —Detective… George —expresó, ladeando una sonrisa. — ¡Qué sorpresa! —exclamó. —Lo mismo digo yo, ¿puedo acompañarla a comer? —Sí, claro —respondió con amabilidad. — ¿Suele venir a este
William bebió un poco de agua para pasar el nudo en su garganta.—No te puedo mentir —Will se sentó y la abrazó, deseando poder evitarle todo sufrimiento, pero era inevitable—, Kate desea que la tomen en cuenta como tu mamá.La pequeña separó los labios en una gran O.—No, yo no la quiero como mi mamá. —Presionó una línea en una línea, haciendo un gran puchero.—Lo sabemos, cariño. Por eso es necesario que ellos lo corroboren, por eso es que van a averiguar, necesitan saber que estás bien —Will explicó—. Ellos van a verificar que te encuentres bien cuidada, y que seas muy querida.El pecho de Ivy dolió, era inevitable no sentirse preocupada.— ¿No me va alejar de ustedes, verdad? Camila se acercó a ella y ambos la abrazaron.—No, nunca lo vamos a permitir —mencionó con determinación—. Vamos a luchar con todas nuestras fuerzas para que sepan que te amamos y que eres lo más importante para nosotros.— ¿A quién tengo que decirle que no quiero a Kate?William tomó otro sorbo de agua y c