Valentino estaba sorprendido del atrevimiento de Macarena, ella no era así, parecía otra persona, pero a decir verdad le agradaba esa faceta atrevida de ella, porque siempre se cohibía, soltó una carcajada cuando lo besó y lo tiró a la cama.
—¡Diablos Rena! No es que me queje de esto, sin embargo, no puedo evitar preguntarte ¿Qué sucede? ¿Vas a contarme tu sueño? ¿Quién carajos es Julián? —preguntó, sintiéndose un poco impotente ante el misterio y actitud de la chica.
—Valentino, deja de preguntar y hagamos a Meliena —exigió.
—¿Sabías que estás un poco loca? —inquirió, no obstante, enseguida se giró dejándola debajo de su cuerpo.
No obstante, antes de poder abandonarse a esa pasión que los consum&iacu
Macarena se quedó viéndolo aún con su mano extendida producto del manotazo que le propinó para evitar se tomara la pastilla, él tampoco apartaba la mirada de ella, daba la impresión de estar penetrando hasta en lo más profundo de su alma.—Lo siento no quise hacerte daño, solo quería evitar que te tomaras esa pastilla, porque ibas a hacerle daño a mi Meliena —expuso tomándole el brazo y acariciándoselo con suavidad.—Tú me la trajiste, querías me la tomara, porque deseabas evitar cualquier posibilidad de concebirla. Tal cual como lo hiciste en el sueño —declaró ella pensativa.—¿En el sueño ocurrió esto mismo? ¿Así como ahora? —preguntó con incredulidad.—Sí, aunque allí te portaste mucho peor,
Macarena observó la expresión de ansiedad en el rostro del hombre, no pudo evitar que su mente fuera invadida por esas imágenes, donde fue atacada vilmente por el grupo de mujeres, un atisbo de desesperación se abrió paso en su interior, debió tranquilizarse diciéndose “Basta Macarena, no te atormentes, fue solo un sueño”. Dicho eso se dio cuenta de que Valentino seguía mirándola con curiosidad, esperando su repuesta, la chica suspiró y comenzó a hablar con voz temblorosa. —Me asesinaron a puñaladas el mismo día cuando me trasladaron a una de las cárceles más peligrosas del país —declaró con un deje de tristeza. El rostro de consternación del hombre no se hizo esperar. Quedó tan sorprendido, que se levantó y comenzó a caminar de un extremo a otro de la habitación, mientras expresaba diversas frases con horror. —¡Por Dios! Eso no puede ser ¡¿Qué locura?! ¿Por qué estabas en la cárcel
Valentino observó a Gian Piero, aparentando indiferencia, no sabía a qué venía la actitud de su hermano, pero estaba equivocado si pensaba que iba a poderlo manipular, jamás iba a renunciar a Macarena, nunca interpondría la cosmética ante ella.—Para información de todos, desde hace mucho tiempo presenté mi renuncia a la dirección de la cosmética, la puse en la mesa del presidente de empresas Pagliuca, solo debe aceptarla y surtirá efecto en el mismo momento.» Por otra parte, ninguno de ustedes, tiene la autoridad para mandarme a cortar mi vínculo con Macarena Mendoza, porque como se los indiqué con anterioridad, se trata de mi vida privada. Aunque no tenga por qué darles explicaciones, lo haré solo para mi satisfacción, como no lo sabían, se los anuncio, ella no es cualquier mujer o relación fortu
Macarena estaba sorprendida, pese a haberlo planificado todo, desde el mismo momento cuando lo vio entrar al restaurante, solo pretendía probarlo, no obstante, jamás se imaginó esa vena posesiva de Valentino, porque nunca antes se presentó la oportunidad de verlo bajo esa óptica.No obstante, no sabía cómo sentirse respecto a eso, por una parte la hacía sentir importante, porque demostraba cuánto era su interés por ella, aunque por otra, era cierto, que ese tono y esa expresión corporal agresiva, también le causaba un poco de molestia, pues siempre había detestado ser objeto de miradas curiosas de la gente, como consecuencia, de escándalos públicos, sin embargo, este sentimiento, fue quien terminó dominando, pues en ese momento estaba tan cabreada por la actitud de Valentino, que se creía capaz de gritar y hacer un espectáculo el doble de
Macarena lo alejó de su cuerpo y se levantó del sofá, sin mostrar ninguna expresión, otra vez se estaba comportando de forma fría y él no pudo evitar preocuparse. La tomó del brazo y la sentó en su regazo.—Mi amor, no me gusta esa actitud de chica fría, quiero a la versión ardiente de ti, sé que mi forma de comportarme fue errada, te avergoncé, pero me sentí celoso, no pude evitarlo —. Se justificó mientras le daba pequeños besos en sus hombros, provocándole erizamiento en su piel.» Te amo tanto, jamás podría vivir sin ti —le tomó el mentón y la besó.Aunque se sentía nervioso, porque ella no respondía a sus besos, no obstante, segundos después, sintió alivio al verla girarse, colocar sus manos en el cuello, atraerlo hacia
Macarena empezó a temblar ante la presencia del hombre, un gemido de lamento salió de su boca, se giró y se abrazó de Valentino, aferrándose a su cuerpo, como si se tratara de un salvavidas arrojado en medio del tormentoso mar para salvarla.El hombre se dio cuenta de la tensión en su novia, la sostuvo con fuerza, acercándola más a él para protegerla, sin dejar de mirar a su hermano con profundo desagrado.—¡Hazme el favor y cierra tu maldita boca! ¿O acaso andas buscando otro puño de mi parte, para poder uniformizar tu rostro? Porque de buen gusto te hago el favor de dártelo —espetó sin poder ocultar el enfado.—No sé por qué te molestas, aunque si lo pienso bien, lo entiendo, “la verdad duele”, pero no estoy mintiendo, mis palabras son ciertas. Además, todos quienes estamos
Matías estaba acostado con Perla, la abrazaba, oliendo el fragante olor de su cabello, le parecía un sueño tenerla así a su lado, estaba feliz, sobre todo porque habían pasado tres días desde el momento cuando la ayudó a huir y se la llevó con él. Se habían ido al apartamento de La Candelaria, para su buena suerte, nadie había ido a buscarlos, a pesar de la negativa de Meredith por temor a las represalias de Jacques Fleury. Tuvo un enfrentamiento con ella, cuando los vio llegar, no pudo evitar recordar lo sucedido. “—¿Qué diablos hace ella aquí? ¿Acaso te volviste loco? ¿Quieres ponernos en peligro a nosotras? Hay que ver mijo, ¡Eres un bruto! Este es el primer lugar donde el padre de esta niña va a venir, si estuviese Macarena aquí, ni siquiera los dejaría entrar —expresó furiosa. —¡Ya basta Meredith! No tienes autoridad para hacerme ningún tipo de reclamo, te lo recuerdo porque al parecer lo has olvidado, soy el
Matías se despertó sintiendo un intenso dolor de cabeza, tenía la impresión de que en cualquier momento le estallaría. Se dio cuenta de que era conducido en un vehículo con una especie de cajón, por la cual dedujo se trataba de una furgoneta. No podía visualizar bien, porque estaba completamente en la penumbra, ni siquiera un rayito de luz se filtraba por alguna rendij4, al parecer las habían sellado con intención, para evitar el paso de la claridad.Su cuerpo bamboleaba de un lugar a otro, haciéndolo golpear con las paredes de metal del vehículo, sin poder hacer nada para evitar hacerse daño, porque estaba atado de pies y manos. No podía sostenerse para equilibrarse bien, por lo cual prefirió mantenerse en el suelo, en la posición más cómoda para tratar de protegerse y no seguir golpeándose.De repente, no pudo evitar centrar sus pensamientos en Perla, su rostro de angustia, sus ojos húmedos, su expresión de miedo, de solo recordarla era inevit