Itzae lo observaba impasible, su respiración se volvió errática, se obligó a calmarse, por una parte deseaba confesarle que un destello de un pasado con él, había llegado a su mente, sin embargo, no quiso hacerlo, quería averiguar por sí misma la verdad, quería saber si ella era Macarena ¿Por qué Julián la la alejó de su familia? Tal vez estaba un tanto loca, mas no deseaba juzgar al hombre sin antes conocer sus razones.
Cerró los ojos tratando de contener sus lágrimas, mientras veía a Valentino llorando encima de su vientre con profundo remordimiento “¿Qué iba a hacer?”, pensó, sería capaz de perdonarle todo sus desplantes, ofensas, como el mismo le confesó e incluso haberla condenado a ser asesinada por unas criminales. No era fácil, trató de desconectar sus sentimientos de sus caricias, sin embargo, no fue posible.
—¡Lo siento mi amor! —exclamaba acariciándole con delicadeza las cicatrices con la yema de los dedos, sin dejar de llorar
Macarena se sentía desolada, no podía continuar viviendo con esa angustia en su pecho, intentó dormir, no obstante, al cerrar los ojos, eran constantes los recuerdos, fueron abriéndose paso en su mente como piezas de rompecabezas, las cuales poco a poco, se fue armando en su mente, cada palabra, cada acción ejecutada por Valentino en su contra perforaba más su alma.Sentía una especie de nubla cubriendo sus sentidos, es como si todo lo vivido fuese mentira, reconocía su equivocación por haberle ocultado la verdad, por intentar vengarse, hacerle daño destruyendo a su empresa, esconderle el acoso de su hermano, pero era demasiado difícil aceptar, que la persona a quien tanto amabas te causara semejante daño.Por mucho amor que sintiera, los recuerdos seguían allí latentes, atormentando su ser, le hubiese gustado hacer todo tan distinto, perdi&oacu
Valentino estaba sorprendido del atrevimiento de Macarena, ella no era así, parecía otra persona, pero a decir verdad le agradaba esa faceta atrevida de ella, porque siempre se cohibía, soltó una carcajada cuando lo besó y lo tiró a la cama.—¡Diablos Rena! No es que me queje de esto, sin embargo, no puedo evitar preguntarte ¿Qué sucede? ¿Vas a contarme tu sueño? ¿Quién carajos es Julián? —preguntó, sintiéndose un poco impotente ante el misterio y actitud de la chica.—Valentino, deja de preguntar y hagamos a Meliena —exigió.—¿Sabías que estás un poco loca? —inquirió, no obstante, enseguida se giró dejándola debajo de su cuerpo.No obstante, antes de poder abandonarse a esa pasión que los consum&iacu
Macarena se quedó viéndolo aún con su mano extendida producto del manotazo que le propinó para evitar se tomara la pastilla, él tampoco apartaba la mirada de ella, daba la impresión de estar penetrando hasta en lo más profundo de su alma.—Lo siento no quise hacerte daño, solo quería evitar que te tomaras esa pastilla, porque ibas a hacerle daño a mi Meliena —expuso tomándole el brazo y acariciándoselo con suavidad.—Tú me la trajiste, querías me la tomara, porque deseabas evitar cualquier posibilidad de concebirla. Tal cual como lo hiciste en el sueño —declaró ella pensativa.—¿En el sueño ocurrió esto mismo? ¿Así como ahora? —preguntó con incredulidad.—Sí, aunque allí te portaste mucho peor,
Macarena observó la expresión de ansiedad en el rostro del hombre, no pudo evitar que su mente fuera invadida por esas imágenes, donde fue atacada vilmente por el grupo de mujeres, un atisbo de desesperación se abrió paso en su interior, debió tranquilizarse diciéndose “Basta Macarena, no te atormentes, fue solo un sueño”. Dicho eso se dio cuenta de que Valentino seguía mirándola con curiosidad, esperando su repuesta, la chica suspiró y comenzó a hablar con voz temblorosa. —Me asesinaron a puñaladas el mismo día cuando me trasladaron a una de las cárceles más peligrosas del país —declaró con un deje de tristeza. El rostro de consternación del hombre no se hizo esperar. Quedó tan sorprendido, que se levantó y comenzó a caminar de un extremo a otro de la habitación, mientras expresaba diversas frases con horror. —¡Por Dios! Eso no puede ser ¡¿Qué locura?! ¿Por qué estabas en la cárcel
Valentino observó a Gian Piero, aparentando indiferencia, no sabía a qué venía la actitud de su hermano, pero estaba equivocado si pensaba que iba a poderlo manipular, jamás iba a renunciar a Macarena, nunca interpondría la cosmética ante ella.—Para información de todos, desde hace mucho tiempo presenté mi renuncia a la dirección de la cosmética, la puse en la mesa del presidente de empresas Pagliuca, solo debe aceptarla y surtirá efecto en el mismo momento.» Por otra parte, ninguno de ustedes, tiene la autoridad para mandarme a cortar mi vínculo con Macarena Mendoza, porque como se los indiqué con anterioridad, se trata de mi vida privada. Aunque no tenga por qué darles explicaciones, lo haré solo para mi satisfacción, como no lo sabían, se los anuncio, ella no es cualquier mujer o relación fortu
Macarena estaba sorprendida, pese a haberlo planificado todo, desde el mismo momento cuando lo vio entrar al restaurante, solo pretendía probarlo, no obstante, jamás se imaginó esa vena posesiva de Valentino, porque nunca antes se presentó la oportunidad de verlo bajo esa óptica.No obstante, no sabía cómo sentirse respecto a eso, por una parte la hacía sentir importante, porque demostraba cuánto era su interés por ella, aunque por otra, era cierto, que ese tono y esa expresión corporal agresiva, también le causaba un poco de molestia, pues siempre había detestado ser objeto de miradas curiosas de la gente, como consecuencia, de escándalos públicos, sin embargo, este sentimiento, fue quien terminó dominando, pues en ese momento estaba tan cabreada por la actitud de Valentino, que se creía capaz de gritar y hacer un espectáculo el doble de
Macarena lo alejó de su cuerpo y se levantó del sofá, sin mostrar ninguna expresión, otra vez se estaba comportando de forma fría y él no pudo evitar preocuparse. La tomó del brazo y la sentó en su regazo.—Mi amor, no me gusta esa actitud de chica fría, quiero a la versión ardiente de ti, sé que mi forma de comportarme fue errada, te avergoncé, pero me sentí celoso, no pude evitarlo —. Se justificó mientras le daba pequeños besos en sus hombros, provocándole erizamiento en su piel.» Te amo tanto, jamás podría vivir sin ti —le tomó el mentón y la besó.Aunque se sentía nervioso, porque ella no respondía a sus besos, no obstante, segundos después, sintió alivio al verla girarse, colocar sus manos en el cuello, atraerlo hacia
Macarena empezó a temblar ante la presencia del hombre, un gemido de lamento salió de su boca, se giró y se abrazó de Valentino, aferrándose a su cuerpo, como si se tratara de un salvavidas arrojado en medio del tormentoso mar para salvarla.El hombre se dio cuenta de la tensión en su novia, la sostuvo con fuerza, acercándola más a él para protegerla, sin dejar de mirar a su hermano con profundo desagrado.—¡Hazme el favor y cierra tu maldita boca! ¿O acaso andas buscando otro puño de mi parte, para poder uniformizar tu rostro? Porque de buen gusto te hago el favor de dártelo —espetó sin poder ocultar el enfado.—No sé por qué te molestas, aunque si lo pienso bien, lo entiendo, “la verdad duele”, pero no estoy mintiendo, mis palabras son ciertas. Además, todos quienes estamos