Inicio / Romance / TE AMO COMO ERES / 2/ BORRACHA Y EN LAS VEGAS
2/ BORRACHA Y EN LAS VEGAS

Cuando el buenorro del camarero nos preguntó qué queríamos beber, decidimos las amigas, empezar a beber con algo suave, ya que enseguida el alcohol se nos subía a la cabeza y empezábamos a hacer tonterías. Así que decididas pedimos tres cosmopolitans, pero al dar el primer sorbo, enseguida notamos que tenía demasiado alcohol y aunque estaba muy buena la bebida, nos quedamos las tres mirando al camarero, viendo una pícara sonrisa en sus labios mientras nos miraba él a nosotras

— Chicas ¿os habeis fijado como nos mira ese grupito de hombres? — nos preguntó Loren, que era la más alegre de las tres

— Buenos si que estan, pero creo que son algo mayores para nosotras — le dije

— Tu siempre igual, nena, despierta o te quedarás para monja, ya me gustaría pasar una sola noche con uno de ellos — me respondió mi amiga

— ¿Hacemos una apuesta chicas? pago los gastos de esta noche si Noelia se acerca a ese grupo y le pide a uno de ellos salir a bailar ¿qué os parece? ..-- dijo Alice, haciendonos reir a Lore y a mi

— Naaa, paso, ir vosotras, sois las mas descaradas, ya sabéis que yo no soy como vosotras y no me gustan los ligues de una noche  — les dije

— Pues creo que hay uno de ellos que no aparta su mirada de ti, ¿qué me dice Noe?¿te atreverías a pedirle que baile contigo? — pregunto Lore

— Chicas sabéis bien, que no me gusta ser tan descarada como vosotras, anda Alice, ve tu — le comente

— No, venga mueve ese culo lindo que tienes vergonzosa — me dijeron mis amigas, quitándome de las manos mi copa,  dándome un fuerte empujón para que me acercara a aquellos hombres

Me fui acercando poco a poco, mientras veía que mis amigas no apartaban su mirada de mi riendo hasta doblar sus cuerpos. Conforme me iba acercando al grupito de hombres, había uno de ellos que tenía unos preciosos ojos verdes mirandome fijamente, haciendome sentir lo roja que ya tenía mis mejillas por la vergüenza que estaba a punto de pasar

— Hoola, me llamo Noelia, ¿te gustaría salir a bailar conmigo a la pista? — le dije tartamudeando

— Lo estoy deseando Noelia, os he visto entrar en el club y no he podido evitarlo, enseguida me he fijado en ti, por cierto me llamo Cristofer — me dijo, viendo como los otros hombres se reían, dándome aún mas verguenza

Cristofer dejó encima de la mesita su copa, poniendo su mano en el bajo de mi espalda, guiándome hasta donde estaba la pista de baile, cuando llegamos, rodeo mi cuerpo con sus brazos, pegando mi cuerpo al suyo todo lo que podía, mientras yo rodeaba su cuello con mis manos La música era lenta, así que una corriente me recorrió el cuerpo, cuando empecé a sentir sus calidos labios sobre mi cuello, hombros, mis labios, mientras que una de sus manos empezó a acariciar la piel de mi espalda, haciendo que todo mi cuerpo se erizara con aquella sensación. Tan pegados teníamos nuestros cuerpos, que empecé a sentir como su virilidad iba creciendo cada vez más bajo mi vientre

— ¿Eres de Nueva York? — pregunte, intentando tener alguna conversación, ya que sentia como tenia mojada mi entrepierna

— Nací en Kansas, pero me traslade aquí por mi trabajo ¿y tu eres de aquí?¿En qué trabajas? — pregunto

— Si soy y vivo en Nueva York, pero no, no trabajo, estoy buscando un empleo que me guste, tengo la licenciatura en empresariales, pero es muy dificil encontrar aquí un buen trabajo — le comente

— Oye, a lo mejor te puedo ayudar, pero ahora quiero seguir bailando contigo, me gusta tu perfume y tu sensual forma de mover tu cuerpo — me dijo, volviendo a notar como se ponían mis mejillas rojas de vergüenza

Poco después nos sentamos en los sillones, pidiendo Cristofer un whisky doble para él y un chupito de vodka para mí, Así estuvimos casi toda la noche, sintiendo cada vez más, que el alcohol me estaba haciendo demasiado efecto. Recuerdo que casi no podía mantenerme de pie y Cristofer me cogió echándome a su hombro, entrando en un vehículo demasiado grande imaginando que aquel vehículo sería una limusina, después subimos a una especie de avioneta que despegó nada subir, mientras Cristofer, me besaba,intentaba quitarme la ropa, aunque yo tambien consegui quitarle parte de la suya, pero cuando ya nos falta poco para estar desnudos, el avión aterrizó, bajamos los dos del avión, entre risas, mientras nos bebíamos entre los dos la botella de whisky que llevaba él en sus manos.subiendo seguidamente a otro coche que tenía chofer Mientras el chofer del coche conducía, miramos las luces de unos grandes casinos, también como la gente que había en sus calles iban y venían con cierta rapidez, riendonos Cristofer y yo de ellos, Bajamos del coche, entrando en una especie de local, donde por dentro, tenían cortinas blancas, asientos y recuerdo malamente que había muchas flores y en una especie de altar, estaba un hombre parecido a Elvis Presley, llevando en su mano un libro, mirándonos mientras nos acercabamos a el

— ¿Os vais a casar? — nos preguntó Elvis, mientras yo no dejaba de reír, pensando que aquello sería una loca broma

— Noelia, ¿quieres casarte conmigoooo, soy un buen hombre y ya ves que estoy muy bien?¿nos casamos? — me pregunto borracho Cristofer, mientras nos reiamos

— Hagámoslo porque no, total mañana no recordaremos nada — le dije riendo

— Esta bien, vamos allá, decidme vuestros nombres primero --- nos dijo Elvis

— Yo creo que me llamo Cristofer — dijo riendonos los dos

— Yo Maria Antonieta jajaj – le dije- viendo lo serio que se puso Cristofer

— Esta bien, que nadie se enfade conmigo, mi nombre es Noelia — termine por decir

—- Cristofer, ¿quieres a Noelia como tu esposa, prometiendo serle fiel siempre? — pregunto Elvis

—- Zi y zi prometo querella, ¿que te parece nena? — me dijo él

— Está bien, ahora vamos con la señorita, Noelia ¿quieres a Cristofer como tu legítimo esposo y prometes serle fiel siempre? — me pregunto Elvis

— Creo que tambien, — le dije mirando a mi futuro marido

— Pues por el derecho que me ha concedido el estado de Nevada, os declaro marido y mujer, besa a la novia — nos dijo

Christopher rodeo mi cintura con su brazo, comiéndonos los dos nuestras bocas hasta que nos faltó el aire

— Un momento pareja, ¿los anillos?¿no los lleváis? — os pregunto

— A esta mujer, le comprare el anillo más bonito y más caro que hay cuando regresemos a casa — le respondió mi esposo

Sigue leyendo en Buenovela
Escanea el código para descargar la APP

Capítulos relacionados

Último capítulo

Escanea el código para leer en la APP