3/ YA EN MI CASA

Nos marchamos de aquel local, abrazados mientras seguiamos riendo y bebiendo el champagne que aquel Elvis nos regaló, estuvimos andando un buen rato entrando en uno de los casinos, ya que deseábamos que siguiera la noche. Jugamos una o dos horas en la ruleta, pero no tuvimos suerte, marchandonos hacia la calle donde estaba el coche esperándonos, el chofer con la puerta abierta. Entramos en el vehículo y me quedé mientras miraba las luces que se encendían y se apagaban de los casinos y las luces de neón de los clubs nocturnos, hasta que volvimos a llegar al aeropuerto más borrachos que cuando bajamos. Lo siguiente que paso, lo tengo nublado, solo me acuerdo de que llegamos a una suite, comiéndonos los dos, nuestras bocas, quitandonos la ropa deprisa, tirandome Cristofer a la cama, riendo y bebiendo champagne, 

                    

ACTUALMENTE

—- ¿Qué te parece si te quedas a vivir conmigo? yo necesito una esposa y tu seguramente un trabajo ¿que me dices Noelia? — me pregunto Cristofer muy serio

— ¿Estás loco? además tienes que conseguir el divorcio, estabamos los dos demasiados borrachos y no sabiamos que haciamos, soy demasiado joven para estar casada con un hombre de tu edad, ademas que para mi eres un completo desconocido, aunque hubiéramos pasado la noche juntos — le dije

— Ya no soy desconocido para ti, creo que anoche lo pasastes muy bien, los gritos de placer que te saque, no fue un mal sueño, sucedió en realidad, mira te voy a dar mi tarjeta, eres mi mujer Noelia aunque no te guste, pero te daré un tiempo para que lo decidas — me dijo mientras cogía su cartera, dándome una tarjeta que me dejó inerte, al leer su nombre y saber quien era

—Por favor deja que me vaya, mis padres estarán preocupados porque anoche no regrese a mi casa — comente

— Noelia, se mi esposa, no te faltará de nada, además si quieres puedo hacer un contrato matrimonial de un año y te daré diez millones cuando finalice, creo que es una buena oferta la que te estoy ofreciendo 

— No, lo siento pero no puedo, adiós Cristofer — le dije acercandome a la puerta de la suite

Después de marcharme de aquella suite, baje en el ascensor hasta el hall, me acerque a donde estaba recepción para que me pidieran un taxi, aunque no pudo la muchacha pedirlo ya que se acercó a donde yo me encontraba un hombre vestido con un traje muy caro y una gorra en su mano

— Señorita Gomez, el señor Watson me ha pedido que la lleve a su casa, por favor acompáñeme — me dijo el hombre

—- No hace falta, dele las gracias de mi parte a su jefe, pero vivo aquí al lado, adiós — le dije marchándome hacia la calle

Aunque le menti al pobre chofer, ya que mi casa estaba bastante lejos, demasiado ruborizada estaba ya sabiendo que me había acostado con un hombre desconocido para mi, como para permitir que el chofer de ese hombre me mirara como si yo fuera una fulana que acaba de dejar la suite de su jefe, no, eso no podía permitirlo. Estuve andando un buen rato hasta que vi, como un taxi se iba acercando a mí, levanté enseguida la mano parando, cuando ya lo tenia a mi lado, subí al vehículo dándole al conductor la dirección de la casa de mis padres, cogiendo varias veces aire para conseguir tranquilizarme un poco, ya que seguía estando muy nerviosa

 El conductor paró su coche en la calle, cerca de la puerta de mi casa, antes de bajar le pagué al conductor, baje del coche acercandome seguidamente a la puerta, abri despacio la puerta intentando no hacer ningun ruido, ya que si estaban mis padres durmiendo no quería despertarlos para que no vieran a la hora que llegaba su niña, como ellos me decían. Conseguí llegar a mi dormitorio, quitarme la ropa, cuando empecé a escuchar a mi madre llamándome desde la cocina. Me puse rápidamente el pijama, acercandome después hasta la cocina, viendo a mi madre como estaba haciendo el café.

— Lo habéis pasado muy bien, supongo, por las horas en que tu regresas a casa, ¿no, Noelia? — preguntó muy seria

— Mami,mamuchi, solo ha sido esta noche, sabes que no soy de las que se van todos los días a divertirse — respondió, rodeando los hombros de mi madre con mis brazos, dándole un beso en la mejilla

— Anda zalamera, supongo que estarás muerta de sueño, vete a dormir ya me encargare de tu padre, si pregunta por ti — me dijo mi madre

— Gracias mami, eres la mejor — le dije, dándole un beso cuando me marchaba de la cocina

Me fui a mi dormitorio, pero me era casi imposible dormir, solo pensaba en ese guapo hombre, en Cristofer, en su perfecto cuerpo, su preciosa sonrisa y esos ojos de color verde que me volvian loca, pero lo que esa noche sucedio, no llegaba a acordarme de casi nada, lo tenia todo nublado, pero si el me dijo que me hizo gritar varias veces, supongo que seria cierto, aunque sentia como me molestaba mi entrepierna, no le di ninguna importancia, aunque si que necesitaba una buena y caliente ducha, pero eso lo haria cuando me levantara de la cama, ya que no queria cruzarme con mi padre, era muy distinto a mi madre, el si que hacia muchas preguntas y sabia que primero tenia que descansar y conseguir que el dolor de cabeza que tenia se calmara

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