4/ LA LLAMADA

Aunque estaba en mi casa y en mi cama, me desperté algo sobresaltada por culpa de una pesadilla, abri los ojos por un momento, mirando todo lo que había a mi alrededor, como si quisiera estar segura de que era mi dormitorio. Me levanté de la cama, me fui de mi habitación hasta el cuarto de baño, al entrar preparé el agua de la ducha, ya que necesitaba que estuviera más caliente que fría ya que necesitaba relajarme, metiendome dentro de la ducha cuando me quite el pijama. Después de ducharme, me tape el cuerpo con una toalla volviendo a mi dormitorio para vestirse, escuchando a los pocos segundos el sonido de mi móvil,fijandome por la pequeña pantalla de que quien me estaba llamando eran mis amigas Loren y Alice

— Holy, ¿que tal Noelia con el tío bueno? cuéntanos, Loren está escuchando aquí a mi lado — me dijo mi amiga

— Todo bien chicas, nos emborrachamos, me levanté esta mañana con una fuerte resaca — respondí

— Pero cuéntanos algo más, ¿te llevó a la cama? el hombre estaba muy bueno — me dijeron mientras se reían

— Algo creo que hubo, ya me conocéis, cuando bebo no se que hago estoy perdida, pero ahora me preocupa si o no uso condón, ya sabéis las dos que yo no tomo nada — les dije

— Bah, no te preocupes, estos tíos van para ligarse a una mujer, ellos ya saben que si no quieren problemas tienen que protegerse — me dijo Alice

— ¿Qué tal fue en la cama?¿la tenía grande o era como la de los pajaritos, pequeña y cantada? —- me preguntaron riendo las tres

— No me acuerdo la verdad, solo se que nos casamos en las Vegas, y quería que me quedara con él, pero he salido de la suite corriendo, no se tías, me gusta, pero no deseo estar con nadie ahora mismo — comente

— ¿Casada has dicho?¿con ese tipo? Noelia, ¿aún estás borracha? — me preguntaron

— Si, habéis escuchado bien, nos casamos y para que me lo crea, me ha enseñado el certificado de matrimonio, creía que todo era una broma, pero ahora no se que debo hacer — les dije

—- Noelia ¿te dijo su nombre? tal vez buscando en internet nos salga su nombre y así podemos verlo — me dijo Loren

— Se llama Cristofer Watson, me dio una tarjeta privada suya, es un CEO importante, cuando lei la tarjeta que me dio, me quede atonita, es el CEO de una de las empresas más importantes de Nueva York, además que debe de ser millonario, ya que me ofreció un contrato matrimonial y diez millones cuando se cumpliera — les respondí

— Tia, ¿lo has buscado por internet? joder que suerte tienes, es uno de los solteros mas deseables del pais y no es millonario, es mas que eso — me dijeron mis amigas

— Buenos nos vemos y seguimos hablando, necesito un chute de café, aún no he tomado nada, lo único que recuerdo es habernos bebido toda una botella de champán en la cama de la suite anoche, y las tripas me suenan — les comente riéndonos

— Esta bien, te llamamos para quedar, hoy descansa zorra, que estarás cansada después de tanto jaajja — me dijeron mis dos amigas

UN MES DESPUES

Todo a partir de esa noche, iba de maravilla, yo segui buscando trabajo, pero me decían que no tenía experiencia o que no era adecuada para el puesto. Muchas veces cogi la tarjeta que Cristofer me dio, pero no deseaba volver a ver a mi, lo que él llamaba, mi marido aunque lo que sí sabía que no había pedido el divorcio, o sea que aun seguía casada con el hombre más deseado por las mujeres de Nueva York. Una mañana estaba tranquilamente durmiendo en mi cama, cuando de pronto, me desperté sobresaltada al escuchar el sonido de mi móvil ya que no esperaba que me llamara nadie y más a esas horas tan tempranas, primero mire la pequeña pantalla para ver quién llamaba, pero al no conocer el número de quien me llamaba, enseguida conteste

— Si ¿quien es? — pregunte medio dormida

— ¿Señorita Gomez? — me pregunto

— Si soy yo ¿quien es usted? — volví a preguntar algo confusa, pensando que sería un mandado de Cristofer

— Me llamo Albert Luna, soy el comisario de la novena, tengo que rogarle que venga a la comisaría, sus padres han tenido un accidente de coche y siento decirle que ninguno de los dos ha sobrevivido — me dijo cayendo mi teléfono al suelo

— ¿Señorita? ¿sigue usted ahí, se encuentra bien? — me preguntó el comisario

— Si estoy aquí, perdón se me ha caído el teléfono al suelo, señor comisario ¿dónde están mis padres? — pregunte muy nerviosa

— Están en la morgue de la comisaría norte, si lo desea le mandaré un patrulla para que la recoja en su casa y la traiga a la comisaria —- me dijo el hombre

— Se lo agradeceria ya que no dispongo de vehículo — le comente

—- Ahora mismo la recogen y señorita, le doy mis condolencias — me dijo el hombre terminando los dos la llamada

Me levanté enseguida de la cama, cogi algo de mi ropa de mi armario para vestirme, me fui al cuarto de baño para asearme un poco, cogiendo luego mi bolso y las llaves de mi casa. Ya en la entrada al abrir la puerta, pude darme cuenta de que un coche patrulla ya estaba esperándome en la calle.

. Cuando llegamos a comisaría, se acercó a mí un hombre mayor muy serio, de pelo blanco vestido de uniforme de policía

— ¿Señorita Gomez? — pregunto

— Si soy yo ¿dónde están mis padres? — pregunte nerviosa

— Por favor acompáñeme, necesitamos que identifique los cadáveres por eso la hemos hecho venir — me dijo

El hombre me hizo acompañarle hasta una sala, cuando corrieron las cortinas y quitaron las sábanas a los cuerpos que habían acostados sobre una mesa de metal, creo que perdí por un momento el conocimiento, ya que me desperté en una camilla, estando una enfermera a mi lado

— ¿Qué me ha pasado? — pregunte

— Se ha desvanecido, es lo que suele pasar en estos casos, sobre todo cuando son los padres, pero espero que ya se encuentre bien — me dijo la enfermera

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