Aunque estaba en mi casa y en mi cama, me desperté algo sobresaltada por culpa de una pesadilla, abri los ojos por un momento, mirando todo lo que había a mi alrededor, como si quisiera estar segura de que era mi dormitorio. Me levanté de la cama, me fui de mi habitación hasta el cuarto de baño, al entrar preparé el agua de la ducha, ya que necesitaba que estuviera más caliente que fría ya que necesitaba relajarme, metiendome dentro de la ducha cuando me quite el pijama. Después de ducharme, me tape el cuerpo con una toalla volviendo a mi dormitorio para vestirse, escuchando a los pocos segundos el sonido de mi móvil,fijandome por la pequeña pantalla de que quien me estaba llamando eran mis amigas Loren y Alice
— Holy, ¿que tal Noelia con el tío bueno? cuéntanos, Loren está escuchando aquí a mi lado — me dijo mi amiga
— Todo bien chicas, nos emborrachamos, me levanté esta mañana con una fuerte resaca — respondí
— Pero cuéntanos algo más, ¿te llevó a la cama? el hombre estaba muy bueno — me dijeron mientras se reían
— Algo creo que hubo, ya me conocéis, cuando bebo no se que hago estoy perdida, pero ahora me preocupa si o no uso condón, ya sabéis las dos que yo no tomo nada — les dije
— Bah, no te preocupes, estos tíos van para ligarse a una mujer, ellos ya saben que si no quieren problemas tienen que protegerse — me dijo Alice
— ¿Qué tal fue en la cama?¿la tenía grande o era como la de los pajaritos, pequeña y cantada? —- me preguntaron riendo las tres
— No me acuerdo la verdad, solo se que nos casamos en las Vegas, y quería que me quedara con él, pero he salido de la suite corriendo, no se tías, me gusta, pero no deseo estar con nadie ahora mismo — comente
— ¿Casada has dicho?¿con ese tipo? Noelia, ¿aún estás borracha? — me preguntaron
— Si, habéis escuchado bien, nos casamos y para que me lo crea, me ha enseñado el certificado de matrimonio, creía que todo era una broma, pero ahora no se que debo hacer — les dije
—- Noelia ¿te dijo su nombre? tal vez buscando en internet nos salga su nombre y así podemos verlo — me dijo Loren
— Se llama Cristofer Watson, me dio una tarjeta privada suya, es un CEO importante, cuando lei la tarjeta que me dio, me quede atonita, es el CEO de una de las empresas más importantes de Nueva York, además que debe de ser millonario, ya que me ofreció un contrato matrimonial y diez millones cuando se cumpliera — les respondí
— Tia, ¿lo has buscado por internet? joder que suerte tienes, es uno de los solteros mas deseables del pais y no es millonario, es mas que eso — me dijeron mis amigas
— Buenos nos vemos y seguimos hablando, necesito un chute de café, aún no he tomado nada, lo único que recuerdo es habernos bebido toda una botella de champán en la cama de la suite anoche, y las tripas me suenan — les comente riéndonos
— Esta bien, te llamamos para quedar, hoy descansa zorra, que estarás cansada después de tanto jaajja — me dijeron mis dos amigas
UN MES DESPUES
Todo a partir de esa noche, iba de maravilla, yo segui buscando trabajo, pero me decían que no tenía experiencia o que no era adecuada para el puesto. Muchas veces cogi la tarjeta que Cristofer me dio, pero no deseaba volver a ver a mi, lo que él llamaba, mi marido aunque lo que sí sabía que no había pedido el divorcio, o sea que aun seguía casada con el hombre más deseado por las mujeres de Nueva York. Una mañana estaba tranquilamente durmiendo en mi cama, cuando de pronto, me desperté sobresaltada al escuchar el sonido de mi móvil ya que no esperaba que me llamara nadie y más a esas horas tan tempranas, primero mire la pequeña pantalla para ver quién llamaba, pero al no conocer el número de quien me llamaba, enseguida conteste
— Si ¿quien es? — pregunte medio dormida
— ¿Señorita Gomez? — me pregunto
— Si soy yo ¿quien es usted? — volví a preguntar algo confusa, pensando que sería un mandado de Cristofer
— Me llamo Albert Luna, soy el comisario de la novena, tengo que rogarle que venga a la comisaría, sus padres han tenido un accidente de coche y siento decirle que ninguno de los dos ha sobrevivido — me dijo cayendo mi teléfono al suelo
— ¿Señorita? ¿sigue usted ahí, se encuentra bien? — me preguntó el comisario
— Si estoy aquí, perdón se me ha caído el teléfono al suelo, señor comisario ¿dónde están mis padres? — pregunte muy nerviosa
— Están en la morgue de la comisaría norte, si lo desea le mandaré un patrulla para que la recoja en su casa y la traiga a la comisaria —- me dijo el hombre
— Se lo agradeceria ya que no dispongo de vehículo — le comente
—- Ahora mismo la recogen y señorita, le doy mis condolencias — me dijo el hombre terminando los dos la llamada
Me levanté enseguida de la cama, cogi algo de mi ropa de mi armario para vestirme, me fui al cuarto de baño para asearme un poco, cogiendo luego mi bolso y las llaves de mi casa. Ya en la entrada al abrir la puerta, pude darme cuenta de que un coche patrulla ya estaba esperándome en la calle.
. Cuando llegamos a comisaría, se acercó a mí un hombre mayor muy serio, de pelo blanco vestido de uniforme de policía
— ¿Señorita Gomez? — pregunto
— Si soy yo ¿dónde están mis padres? — pregunte nerviosa
— Por favor acompáñeme, necesitamos que identifique los cadáveres por eso la hemos hecho venir — me dijo
El hombre me hizo acompañarle hasta una sala, cuando corrieron las cortinas y quitaron las sábanas a los cuerpos que habían acostados sobre una mesa de metal, creo que perdí por un momento el conocimiento, ya que me desperté en una camilla, estando una enfermera a mi lado
— ¿Qué me ha pasado? — pregunte
— Se ha desvanecido, es lo que suele pasar en estos casos, sobre todo cuando son los padres, pero espero que ya se encuentre bien — me dijo la enfermera
En el funeral de mis padres, estuvieron mis dos amigas y sus padres, así como algunos conocidos del barrio donde vivíamos, yo estaba completamente destrozada, aunque sabía que ahora tendría que ser yo la que cogiera fuerzas y tratar de vivir, aunque más que vivir era sobrevivir, Mis padres me dejaron solamente el piso que encima era de alquiler, ya que dinero no tenían porque vivíamos solo de la pensión de mi padre y no nos quedaba ni para ahorrar nada mas, solo comer, recibos y el alquiler. Mis amigas quisieron ayudarme, pero más o menos estaban en la misma situación que yo cuando vivían mis padres. Busque desesperadamente trabajo, pero siempre me encontraba con alguna excusa, mientras los gastos y el alquiler se iban acumulando, hasta que un dia que regrese a mi casa después de recorrer casi toda la ciudad buscando trabajo, me encontré con el dueño de mi casa, que me estaba esperando en la puerta— Hola señor William, ¿cómo está? – pregunte— Hola Noelia, lo siento niña, pero te trai
Iba a girarme para ir a la zona de los ascensores, pero por un momento me quede inmovil, ya que no sabía exactamente en qué planta debía de bajarme, me quede mirando otra vez a la recepcionista, sonriendome ella mientras nos mirábamos— ¿Qué se le ofrece ahora señora? — me pregunto, haciendo que me sintiera más mayor de lo que en realidad era— Perdone, pero no se ha que planta tengo que ir – le dije algo avergonzada— Oh si, perdón, es la planta treinta, cuando salga del ascensor, vaya a su izquierda, allí verá a la asistente del señor Watson — me dijoLe di las gracias, me acerque hasta los ascensores apretando el botón de la planta treinta, cuando paro y baje, segui las indicaciones que me dio la recepcionista acercandome a una mesa donde había una mujer muy elegante y diría que de la misma edad de Cristofer, mirando su portátil— Buenos días, el señor Cristofer Watson, me está esperando en su despacho — le dije— Lo siento, pero las entrevistas con el señor Watson ya terminaron , v
Nos bajamos hasta el garaje del edificio en ascensor, pero yo intente dentro estar bastante alejada de Cristofer, dándome cuenta cuando lo miraba de la sonrisa que tenía en sus labios, como si supiera que aun estaba avergonzada. Salimos del ascensor, cogiendo mi mano Cristofer hasta que llegamos a una preciosa limusina, donde el chofer ya nos estaba esperando con la puerta abierta— Jose, te presento a mi esposa, si yo no necesito la limusina, llevala a donde ella te diga — dijo Cristofer— Si señor, como usted diga, señora encantado de conocerla — me dijo el chofer— Gracias Jose — respondióSubimos los dos, cerrando la puerta el chofer, sentadose seguidamente en el asiento del conductor arrancó el vehículo marchandonos de aquel lugar— Acercate a mi, no voy a morderte — me dijo Cristofer— Na, aqui estoy bien, gracias — respondíPero el, me cogio del brazo poniendome a su lado, rodeando mis hombros con su brazo, cogiendo mi barbilla con su mano para que lo mirara— Noelia eres mi muj
Me quedé de pie enfrente de la cama donde estaba sentado Cristofer mirando aquel dormitorio, sintiendo unos pequeños escalofríos por todo mi cuerpo.— Anda ven princesa — me dijo cogiendo mis manos sentandome a su lado—- Te prometo que nada ha de faltarte, ademas esto sera como una especie de contrato entre tu y yo, si cuando se cumpla quieres divorciarte y marcharte, yo no te lo impediré, te daré tu dinero y si lo deseas quedaremos como amigos solamente — me dijo— De acuerdo, dime que debo hacer entonces, — respondí— Solo ser mi mujer, sobre todo cuando tengamos que estar juntos en cualquier evento o reuniones, y no seas tan vergonzosa, no hay parte de tu cuerpo que no haya visto, — me dijo haciendo que me sonrojara por la vergüenza— Esta bien, hare lo que me pides, pero _____ me calle por un momento— ¿Que quieres? — pregunto Cristofer— Que por ahora si tenemos que dormir juntos, sea solo eso dormir — respondí— Noelia eres mi esposa, me gustaria que cumplieras esa parte — me d
Por la noche, Andreu dijo de ir a cenar a un lujoso restaurante, aunque Christopher no estuvo para nada de acuerdo, su abuela lo convención marchando él y yo al dormitorio para vestirnos, Nada más entrar me quede sentada en la cama, ya que suponía que la única ropa que tenía era la que llevaba puesta, pero Cristofer me sorprendió al abrir la puerta de un gran vestidor que había en el dormitorio enseñándome toda la ropa que me había comprado ese día, sin que yo lo supiera— ¿Qué te parece la ropa?, ¿te gusta? espero haber acertado con tus gustos — me dijo, mientras yo miraba y tocaba la suavidad que tenía cada prenda— Todo es precioso, ¿cómo lo has hecho? no me he dado cuenta de que me habías comprado toda esta ropa — le dije acorralandome el, entre la puerta y su cuerpo, acariciando mi mejilla y la unión de mis pechos— Quería darte una sorpresa, por eso no te he dicho nada, tengo una amiga en una tienda de alto diseño y ella ha elegido la ropa más elegante que tenía para ti, ¿has vi
Una vez que ya estaba vestida, me quise ir al cuarto de baño para peinarme y pintarme un poco la cara, pero mi esposo me cogio del brazo con su mano inmovilizandome— ¿A dónde crees que vas? — pregunto— Al cuarto de baño, para terminar de arreglarme — respondí— Ven aqui Noelia, quiero que me quites la ropa y me ayudes a ponerme el traje — me dijo fijandome en el gran bulto de ya tenía en su entrepiernaMe acerqué a él, quitando botón por botón de la camisa, fijandome en su duro y marcado abdomen, pasando mis manos por él, mientras me mordía el labio con deseo de lamer y morder. — ¿Te gusta lo que ves? — pregunto sonriendo— Si, tu piel es suave como la de un bebe — le dije mirando sus preciosos ojos verdesDespués de quitarle la camisa, desabroche el cinturón de su pantalón, quitándoselo Cristofer tirándolo por el suelo, baje la cremallera, cayendo enseguida sus pantalones al suelo, Me quedé mirando a Cristofer viendo la sonrisa de sus labios— ¿A qué esperas? no te va a morder —
Subimos a los vehículos los cuatro, viendo que mi esposo estaba muy serio ya que yo me marchaba en el coche con Andreu, pero aunque yo confiaba en él, no confiaba tanto en esa Ana, pero me imagine que no iba a pasar nada entre esa mujer y mi marido en el coche, aunque si que me preguntaba qué sucedió para que los dos se separaran, Así que aprovechando que iba con su hermano sola, me decidi a preguntarle a el.— Andreu, ¿te puedo hacer una pregunta sobre Cristofer y esa Ana? — le comente— Estuvieron comprometidos, pero a unos días de casarse, mi hermano me pillo con ella en la cama, ¿era eso lo que querías saber?, la verdad es que le hice a mi hermano un favor, si no ahora sería el tio mas cornudo de Nueva York — me dijo— Parece que ella aun siente algo por mi esposo, se la ve muy zalamera con el —- respondi— Lo que estás viendo Noelia, es el deseo del dinero de los Watson y la posición de la familia, solamente eso, ¿tu no buscas lo mismo de mi hermano, no? — me pregunto—- No, no s
Me fui nada más entrar en casa al dormitorio, aunque antes me quite los zapatos ya que me dolían los pies y las escaleras que tenía que subir no me iban a ayudar mucho si llevaba los zapatos puestos. Nada más entrar en el dormitorio, le di un portazo a la puerta para cerrarla ya que estaba muy ofendida por la insinuación que me hizo mi esposo.Cuando me iba a quitar el vestido, escuche abrirse la puerta, entrando mi esposo con un vaso de whisky en su mano, sentándose en el sillón que había—- ¿Qué quieres ahora?¿seguir ofendiendo?me voy a dormir, y te agradeceria que tú durmieras en otro dormitorio — le dije— No voy a irme de aquí a ningún sitio, eres mi esposa y quiero verte con la lencería que te he regalado — me dijo mientras le daba un sorbo al vaso— Esta bien, no te vas, vale, me iré yo entonces — le dije acercandome a la puerta, pero me cogió del brazo sentandome encima de él, mirándonos los dos— Lo siento Noelia, no debi de decirte eso, creo que me he pasado un poco contigo