Narra Layla
—Si es que definitivamente Ximena no pudo ser más idiota —hago aquel comentario en voz alta en mi oficina, sintiéndome orgullosa de haber dado con las personas que estaban robando—, ¿Cómo no se dio cuenta de lo que estaba ocurriendo bajo sus propias narices? ¿Cómo es posible que haya alguien que confíe en el trabajo de esa incompetente? —bufo al moverme de un lado a otro, a la vez de que niego con la cabeza—, ni siquiera me quiero imaginar el desastre que estará haciendo con mis negocios; esto tendrá que agradecérmelo después, pues gracias a mí, logrará conservar su trabajo cuando vuelva a su antigua vida.
Tomo aquel fino saco que me había comprado el día anterior, cuando salí a comprar algunos muebles para hacer de aquel departamento, un sitio decente para salir. Me sorprendía el grado de tran
Narra XimenaNi siquiera había vuelto a dormir bien, simplemente me había enfocado en la idea de aprender todo lo relacionado al negocio de la familia; no quería volver a ser el ridículo en una próxima reunión, así que había reunido un sin número de libros de contaduría, los cuales ahora leía durante las noches, cuando me sentía segura en la habitación de Layla.Layla no había vuelto a comunicarse conmigo, ni siquiera quería tomar mis llamadas ni responder mis mensajes, lo que me tenía un tanto preocupada, no comprendía su silencio, ¿acaso todo marchaba bien por allá y no quería decírmelo? O ¿solo se molestó conmigo por algo y ahora no quería hablarme?Niego con la cabeza mientras cierro un nuevo libro que dejo sobre el escritorio, todo era tan raro y confuso que casi sentí
Narra LaylaTodo estaba sucio, desordenado y la ropa limpia se me estaba acabando, me negaba rotundamente ponerme a limpiar, si lo hacía, estropearía mis manos, y la manicura justo ahora era un lujo que no me podía dar.Me había gastado el dinero en amueblar a mi gusto este lugar, para sentirme un poco en casa, aún no me habían pagado el primer salario, así que ni siquiera podía darme el lujo de pagarle a alguien para que hiciera la limpieza.Llevo mis manos hasta mi cabeza al cerrar la puerta tras de mí, pues poco a poco comenzaba a sentir como la frustración se apoderaba de mí, al darme cuenta de que en realidad esta vida no era fácil, era la cosa más difícil que me había tocado hacer, pero, tampoco quería renunciar a ella de un día para el otro porque si no, me vería como una persona débil, me vería como
Abro los ojos de forma sobresaltada, a la vez de que intento levantarme, acción que un par de manos me lo impiden, las cuales vuelven a acomodarme sobre una mullida cama. Parpadeo en varias ocasiones, tratando de acostumbrarme a la luz blanca en el techo, sin comprender exactamente qué es lo que pasó. Lo último que recordaba, era aquel fuerte dolor en mi pecho, acompañado de la imposibilidad de respirar con libertad, después de ello, todo se había vuelto muy confuso. Muevo una mano, hasta llevarla a mi nariz, donde siento aquellas incómodas manguerillas que llevan oxígeno hasta mis pulmones, lo que se sentía como una fría corriente que recorre todo mi cuerpo, dándome también calidez. —Ximena —escucho su voz a mi lado, muevo mi rostro, encontrándome con la mirada cargada de preocupación por parte de Kyle, quien estira una mano para acariciar mi mejilla con suavidad—, ¿Cómo te sientes, bonita? —Me duele mucho el pecho —respondo con voz rasposa, contenie
Narra KyleAcompañé a Ximena y sus “padres” hasta su casa, ella no había dejado de mirarme durante todo el camino, era como si con esa mirada, tratara de preguntarme qué era lo que había hablado con Layla, a lo que solo me limité a sonreírle y besar su cabeza, susurrándole que todo estaría bien.Probablemente había enloquecido, pero, sentía que me había enamorado, estaba profundamente enamorado de Ximena Sarillana, aquella chica divertida que siempre se preocupa por escucharme y que trata de ayudarme, esa chica que comparte miradas discretas conmigo y que me sonríe con complicidad… esa chica no había hecho otra cosa más que clavarse en mi mente y corazón desde el primer instante en que la miré bajar aquellas escaleras, momento en que me di cuenta de que aquella mujer, por más idéntica que fuese a Layla,
Narra XimenaPongo las dos cápsulas sobre la palma de mi mano y las observo. Aún me parecía increíble que, a mis cortos veintiocho años, tuviera que tomar algún tipo de tratamiento, joder, si siempre me había considerado una mujer tan sana y llena de vida, que ahora me costaba creer que mi corazón quisiera fallar.Pongo las dos cápsulas en mi lengua y las trago en seco, para luego llevar el vaso con agua hasta mis labios y quitarme así aquella incomodidad que permanece en mi garganta. Levanto la mirada y miro mi reflejo en el espejo, reflejo al que trato de sonreírle, a la vez de que me repito que todo irá bien. Kyle me dijo que ya lo había solucionado, que no debía de temer, aún así, me dolía pensar que, por influencias, estaba muy arriba de la lista de las personas que necesitan un órgano con la misma urgencia con la que yo lo
Los labios de Kyle se encontraban muy cerca de los míos, aquellos bellos ojos celestes se hallaban clavados en los míos, era como si aún me estuviese pidiendo la autorización, o si tan solo estuviese esperando algún atisbo de rechazo de mi parte, un rechazo que ya no iba a llegar, pues en realidad, mi cuerpo reaccionaba hacia aquel hombre de una forma peligrosa, a como nunca antes había reaccionado hacia nadie más, todo dentro de mí se alteraba por él, haciéndome temblar a la vez de que sentía que moría por dentro ante la necesidad de sentirlo contra mí.Cierro los ojos, rindiéndome por completo, terminando de acortar la distancia entre ambos para unir nuestros labios. Sus manos rodean mi cintura, mientras que yo envuelvo las mías en su cuello, dejando salir un lento suspiro al sentir la calidad y dulzura que me ofrecen aquellos labios. En ese instante me dejo llevar, me t
Narra Layla—¡Me aburro! —exclamo al girar en la silla de aquella enorme oficina.Ya había conseguido mi objetivo, había logrado el respeto de todos en esta puta oficina, todos me veían con horror y se dirigían a mí, solo cuando les era necesario. Las ventas habían subido considerablemente gracias a los nuevos retos que impuse, lo que llenó de satisfacción a los directivos, a los que, al parecer, les gustaba más esta nueva Ximena.Pero, esto no era suficiente para mí, a pesar de hacer las cosas mucho mejor que la chica esta, sentía que me faltaba más; el dinero se iba volando ni bien llegaba, por lo que, tenía que limitarme a muchas cosas hasta que llegara el pago otra vez.—Maldita sea, quiero volver a mi vida —insisto al resoplar con pesadez.Ocupaba ir al spa, arreglarme las uñas, elegir mis vestidos de
—Inhale —habla el médico al colocar su estetoscopio sobre mi corazón—, exhale.Aprieto la camilla con ambas manos, cerrando los ojos y realizando cada uno de los ejercicios que él me pide hacer, mientras que, por mi mente, no dejan de reproducirse las imágenes de mi conversación con la madre superiora, aquella mujer que se puso nerviosa desde le instante en que comencé a preguntarle acerca de mis padres.—Inhale —vuelve a pedir.Esa mujer me estaba ocultando algo, podía verlo en su mirada, ella sabía todo acerca de mi origen y por alguna extraña razón, quería mantenerlo en secreto. Un secreto que tarde o temprano, debía hacer que saliera a la luz.—Exhale.Hago una mueca al sentir un nuevo punzón a un costado de mi corazón, lo que me provoca hacer un movimiento brusco que pone en alerta al médico.&mdas