Piero
Tres días después de que todos los medios periodísticos nacionales, y algunos internacionales publiquen las fotografías en las que Nina y yo damos rienda a nuestra pasión en plena vía publica, volvemos a Milán.
Por primera vez, desde hace muchos años, vuelvo un poco temeroso por la reacción que mi familia tendrá al escándalo. Sé que no les gusta que seamos objeto de crítica por parte de la prensa, y lo comprendo perfectamente, pues nuestros negocios están muy ligados a la tradición, y al buen hacer que durante generaciones se ha practicado en mi familia, por eso, los escándalos suelen saldarse con importantes pérdidas para nosotros.
Cuando me bajo del coche, pienso que ta vez sería mejor volver en otro momento, y de hecho estoy a punto de abrir la puerta del coche de nue
NinaEstoy muy nerviosa, Piero me ha llamado para avisarme de que está de camino, y no sé que explicación voy a darle sobre el falso compromiso del que ya he hablado a toda mi familia. Por teléfono no ha mencionado el motivo de su visita, pero él acaba de regresar a su casa familiar, y viene casi directamente a visitarme, estoy bastante segura de que quiere hablar del supuesto compromiso. En ningún momento hemos hablado de que fuéramos novios, y mucho menos de la posibilidad de casarnos, pero si no llego a decirle a mi padre que estábamos comprometidos después de la publicación de las fotografías en las que Piero me folla en plena calle, mi padre me mata a mi, y después mata a Piero.No sé que voy a contarle, pero lo que tengo claro es que necesito distraerlo. Me contemplo en el espejo y sé que eso no va a ocurrir si aparezco así vestida ante él
AbaHoy tengo mi primera revisión ginecológica, y estoy entre nerviosa y emocionada, aunque ya pude ver al bebé en el monitor, y la doctora me aseguró que todo estaba bien, y que mi embarazo estaba progresando adecuadamente, hoy me harán más pruebas, para asegurarse de que todo sigue bien.Mientras espero, sentada en la consulta de la ginecóloga, observo al resto de personas que están sentadas allí, a mi lado. Muchas son mujeres en diferentes estados de gestación, y la mayoría de ellas, van a compañadas por sus novios y maridos. Cuando las miro, y veo como sus parejas le aprietan la mano con afecto, y como comparten sonrisas nerviosas, siento una punzada de dolor en mi corazón.Durante los últimos días, he considerado la opción de comunicarle a Piero mi embarazo, de hecho, sé que mi
AbaSalimos del parking, y Marcos me lleva a una cafetería cercana, a pocos metros del hospital. A pesar de que está llena de gente, encontramos. Una mesa vacía en el fondo del local, y él insiste en que me siente, mientras pide nuestras bebidas.Poco rato después, vuelve con un par de tazas humeantes, se sienta a mi lado, y me pide que le explique porqué estaba dentro de mi coche, llorando.- Mira, no quiero que pienses que me gusta llamar la atención o algo así, porque es justo lo que menos me gusta en el mundo, a pesar de que las dossituaciones en las que has visto indiquen lo contrario.- No creo que te guste llamar la atención, simplemente has tenido un mal día, y estabas desahogándote en el coche, pero eso no implica que buscaras llamar la atención.
Cinco meses despuésNinaEstoy sentada en una elegante boutique de Milán, he venido para elegir mi vestido de novia, junto a mi futura suegra, la señora Cardoglia, y junto a mi madre. Nada más llegar nos han llevado a una zona privada, con asientos de terciopelo blanco, y mesitas doradas de estilo barroco. La encargada de la tienda viene cargada de revistas, y tras ella, un ejército de dependientas nos traen champán, maniquíes, y cientos de accesorios que comienzan a colocar en los informes maniquíes.La encargada choca su copa con la que me acaba de entregar una de las dependientas, y me da la enhorabuena por mi futuro enlace. Yo pongo mi mejor sonrisa, y le doy las gracias.- ¿Tiene alguna idea de la clase de vestido que quiere llevar, signorina Minaccia?- Si, me gustaría lucir un vestido de estilo princesa, con escote palabra de honor
PieroHa pasado una semana desde el día del incendio, y creo que es la peor semana que he pasado en toda mi vida, he trabajado hasta la madrugada todos los días, he respondido a tantas llamadas que siento como la cabeza late descontrolada.En los últimos días, mi joven secretaria, que sustituye a la anterior que actualmente se encuentra de baja médica, apenas se ha atrevido a levantar la mirada del suelo, y eso hace que me sienta un jefe inepto, al que sus empleados temen, y del que seguramente hablen mal a sus espaldas. Pero actualmente, de lo único que puedo preocuparme es de la debacle que ha supuesto la pérdida del mejor hotel que poseíamos en nuestra familia.El incendio ha ocupado las portadas de todos los periódicos nacionales, y se ha comentado en los principales programas de noticias durante varios días. Han tardado tres días en extinguirlo completamente, y ha sup
NinaDespués de la noche en el sillón, siento una quemazón en la parte trasera de mi cuerpo. Normalmente no hubiera dejado que un hombre me penetrara el ano, pero las cosas estaban demasiado tensas con Piero como para negarme. Ahora esa incómoda sensación me hace estar irascible, y no tengo demasiadas ganas de hablar con nadie. Aunque creo que no me va a quedar más remedio, pues me encamino a la oficina de Piero, de nuevo.Después de la intensa noche que vivimos ayer, él, que es todo un caballero, me acompañó hasta mi hotel, el cual había reservado para ambos, y me dijo que no podía quedarse. Me dio un beso breve en la mejilla, y se giró sin mirar atrás.Yo me acosté, y me quedé dormida casi en el mismo instante en que mi cabeza tocó la almahoda, pues me sentía satisfecha con el desarrollo que había tenido la noche. A
AbaSon las seis de la tarde del jueves, y estoy nerviosa, porque sé que Marcos está a punto de llegar. Me envió un mensaje al salir de trabajar, hace como media hora, y me dijo que pasaría por el supermercado antes de venir, así que no creo que tarde ya mucho.Me levanto del sillón con dificultad, y me sujeto mi gran vientre con las manos, el pequeño que llevo dentro ha crecido tanto en los últimos meses, que apenas puedo verme la puntera de los zapatos, y mucho menos ¡abrochármelos!Desde hace unos días me noto muy pesada, y comienza a costarme hacer cosas básicas que antes llevaba a cabo sin dificultad, pero la ginecóloga dice que es habitual en el último trimestre del embarazo. Desde que he decidido seguir las instrucciones de reposo que me dió la doctora, me encuentro mucho mejor, y la anemia
BeaSalgo de la ducha, envuelta en una enorme toalla, y escucho como el móvil suena en la habitación. Me acerco corriendo, pero al llegar veo a que acaban de colgar, que el número que me ha contactado es desconocido. Y decido no devolver la llamada hasta más tarde, hasta que veo un mensaje entrante en la pantalla de mi teléfono, de ese mismo número:- Beatrice, por favor, indíqueme cuando puedo localizarla, soy el abogado de su hermano, y hay un tema que me gustaría discutir con usted.Al ver el mensaje, me alarmo, y llamo instantáneamente al número que ha quedado grabado en mi terminal. El hombre, que tiene una voz profunda, y suena cansado, responde a los tres tonos:- Beatrice, me alegro de se haya puesto en contacto conmigo tan pronto.- Por supuesto, su mensaje sonaba importante, por favor, coménteme en qu