Piero
Podría haberme negado a llevarla a comer, por supuesto, pero lo último que quiero es que mi hermana se siga enfadando, y Nina es una buena amiga de la familia, además yo necesito meter algo en mi estómago antes de caer desmayado de hambre.
Bajamos al restaurante del hotel, y no me sorprendo cuando Nina solo pide una ensalada ligera, y agua con gas, siempre ha comido como un pajarito, es su truco para mantener su delgada figura. Yo, por el contrario, pido un rissotto y un bistec, y no siento ni pizca de vergüenza cuando veo como Nina mira con horror la cantidad de comida que colocan en mi lado de la mesa.
- No sabía que estuvieras en Roma.- repito yo nuevamente, pues aunque le hice esta pregunta indirecta hace un rato, ella aún no ha respondido- de hecho, estaba seguro de que ningún conocido mio sabía que me encontraba aquí.
- Querido, has estado bastante desconectado.
NinaNo voy a fingir que el grito apasianado del nombre de Aba no me dolió. Reaccioné de la mejor forma posible, traté de mostrarme tranquila, pero por dentro hervía de rencor hacia simplona que había conseguido colarse en la vida de Piero.Aún así, una vez pasado el momento, creo que mi reacción fue bastante buena, y durante los días siguientes he sacado buen provecho del sentimiento de culpa que asola al pobre Piero.He aprovechado para arrastrarlo hacia múltiples eventos benéficos, y he tratado de hacer que moderara la cantidad de bebida. Y mientras, me he dedicado a pasearme delante de él, con imposibles conjuntos de ropa de diseño que sé que han llamado su atención, porque en más de una ocasión lo he pillado mirándome el culo, o las piernas, pero en estos días he evitado cualquier acercamiento, y sé que eso lo est
AbaEs sábado por la mañana, pero yo vuelvo a estar en el despacho. Por algún motivo, esta mañana necesitaba trabajar, y liberar mi mente de pensamientos indeseados. Como los que recorren mi cuerpo cuando me duermo, y soy capaz de recrear en mis sueños cada caricia de Piero, cada vez que su lengua y la mia se han abrazado en un juego en el que ninguno de los dos perdía, cada embestida contra mi feminidad, cada vez que me he retorcido de placer entre sus expertos brazos. Y lo peor, no es que mi cerebro no descanse, y se dedique a recuperar recuerdos que debería esforzarse en borrar, lo peor, es que mi cuerpo traidor se estremece, y noto como la humedad invade mi sexo cuando me despierto jadeante.He intentado liberarme del fantasma de Piero por todos los medios, con duchas frías, con largas tardes de meditación, con compras impulsivas de ropa que no me puedo permitir, con noches de autocomplace
AbaMe despierto una eternidad después, y miro a mi alrededor sin saber donde me encuentro. Lo primero que cruza mi mente, es que la habitación en la que estoy, no se parece en absoluto a ninguna que haya en el estudio, y me asusto.Luego, cuando ya he despertado totalmente, me doy cuenta de que donde estoy es una aséptica habitación de hospital, y que los molestos pitidos que hay a mi alrededor son varias máquinas.Por un momento no recuerdo en absoluto lo que ha ocurrido, pero a medida que los minutos pasan, empiezan a llegar a mi mente imágenes de Piero follandose a Nina en plena calle, y de como esa abominable imagen me ha llevado al estado en el que ahora me encuentro. Aunque si soy sincera, tengo que reconocer que llevo varias semanas sin dormir bien, y alimentándome de bollos de la pastelería, y de precocinados que había en el fondo del congelador de mi casa.Presiono el b
PieroTres días después de que todos los medios periodísticos nacionales, y algunos internacionales publiquen las fotografías en las que Nina y yo damos rienda a nuestra pasión en plena vía publica, volvemos a Milán.Por primera vez, desde hace muchos años, vuelvo un poco temeroso por la reacción que mi familia tendrá al escándalo. Sé que no les gusta que seamos objeto de crítica por parte de la prensa, y lo comprendo perfectamente, pues nuestros negocios están muy ligados a la tradición, y al buen hacer que durante generaciones se ha practicado en mi familia, por eso, los escándalos suelen saldarse con importantes pérdidas para nosotros.Cuando me bajo del coche, pienso que ta vez sería mejor volver en otro momento, y de hecho estoy a punto de abrir la puerta del coche de nue
NinaEstoy muy nerviosa, Piero me ha llamado para avisarme de que está de camino, y no sé que explicación voy a darle sobre el falso compromiso del que ya he hablado a toda mi familia. Por teléfono no ha mencionado el motivo de su visita, pero él acaba de regresar a su casa familiar, y viene casi directamente a visitarme, estoy bastante segura de que quiere hablar del supuesto compromiso. En ningún momento hemos hablado de que fuéramos novios, y mucho menos de la posibilidad de casarnos, pero si no llego a decirle a mi padre que estábamos comprometidos después de la publicación de las fotografías en las que Piero me folla en plena calle, mi padre me mata a mi, y después mata a Piero.No sé que voy a contarle, pero lo que tengo claro es que necesito distraerlo. Me contemplo en el espejo y sé que eso no va a ocurrir si aparezco así vestida ante él
AbaHoy tengo mi primera revisión ginecológica, y estoy entre nerviosa y emocionada, aunque ya pude ver al bebé en el monitor, y la doctora me aseguró que todo estaba bien, y que mi embarazo estaba progresando adecuadamente, hoy me harán más pruebas, para asegurarse de que todo sigue bien.Mientras espero, sentada en la consulta de la ginecóloga, observo al resto de personas que están sentadas allí, a mi lado. Muchas son mujeres en diferentes estados de gestación, y la mayoría de ellas, van a compañadas por sus novios y maridos. Cuando las miro, y veo como sus parejas le aprietan la mano con afecto, y como comparten sonrisas nerviosas, siento una punzada de dolor en mi corazón.Durante los últimos días, he considerado la opción de comunicarle a Piero mi embarazo, de hecho, sé que mi
AbaSalimos del parking, y Marcos me lleva a una cafetería cercana, a pocos metros del hospital. A pesar de que está llena de gente, encontramos. Una mesa vacía en el fondo del local, y él insiste en que me siente, mientras pide nuestras bebidas.Poco rato después, vuelve con un par de tazas humeantes, se sienta a mi lado, y me pide que le explique porqué estaba dentro de mi coche, llorando.- Mira, no quiero que pienses que me gusta llamar la atención o algo así, porque es justo lo que menos me gusta en el mundo, a pesar de que las dossituaciones en las que has visto indiquen lo contrario.- No creo que te guste llamar la atención, simplemente has tenido un mal día, y estabas desahogándote en el coche, pero eso no implica que buscaras llamar la atención.
Cinco meses despuésNinaEstoy sentada en una elegante boutique de Milán, he venido para elegir mi vestido de novia, junto a mi futura suegra, la señora Cardoglia, y junto a mi madre. Nada más llegar nos han llevado a una zona privada, con asientos de terciopelo blanco, y mesitas doradas de estilo barroco. La encargada de la tienda viene cargada de revistas, y tras ella, un ejército de dependientas nos traen champán, maniquíes, y cientos de accesorios que comienzan a colocar en los informes maniquíes.La encargada choca su copa con la que me acaba de entregar una de las dependientas, y me da la enhorabuena por mi futuro enlace. Yo pongo mi mejor sonrisa, y le doy las gracias.- ¿Tiene alguna idea de la clase de vestido que quiere llevar, signorina Minaccia?- Si, me gustaría lucir un vestido de estilo princesa, con escote palabra de honor