El primer capítulo de hoy. Pobres de Fabricio y Viggo ¿Cuál será la verdad?
Confusión, terror, furia, un sinfín de emociones lo habían inundado. Realmente no lograba entender o no quería entender lo que ella estaba diciendo.Lara insinuaba que él…que Fabricio…No eso no podía ser así, estaba confundido ella no podía pensar eso de él. No es que le importara si realmente fuera esa su realidad, pero no lo era y no sabía por qué consideraba que sí. Eran muy confusas todas las ideas que venían a su cabeza.El hombre la miró fijo, directo a los ojos. Intentaba descubrir la broma, que ella riera o dijera algo que le diera a entender que ella no hablaba en serio, pero la actitud de la hermosa niña frente a él le decía todo lo contrario._ ¡Lara! _ dijo intentando contener su temperamento, pero ella se sintió molesta porque no le había dicho de alguna manera cariñosa como pequeña, ángel o preciosa.Ella lo miró un poquito resentida por la manera de decirle y el tono de su voz que ya no era suave y melodioso sino un tanto molesto._ ¿Qué estas intentando decir? ¿A qué t
Fabricio había decidido que era hora de dejar la soltería y por fin conquistar el corazón de su pervertida pecosa. Una sonrisa malévola se dibujó en su rostro mientras caminaba con la niña colgando de su hombro pensando en que tan duro sería el castigo que él le daría y, en ese momento, una hermosa sonrisa se dibujó en su rostro, parece que ella será esa noche devorada por completoAdriano había observado intrigado y divertido toda la interacción entre esta pareja. Tras ver a Viggo llevar a su hermana al otro salón decidió buscar a Fabricio para poder consultar con él lo que estaba ocurriendo entre esos dos y se encontró con el rubio cargando a la colorada y llevándola hacia el área de las habitaciones.“Parece que esta noche muchas cosas nuevas se están cocinando” Pensó risueño y con una pícara sonrisa volvió junto a su amada esposa. Estaba seguro de que esos dos habían por fin dado el primer paso. Él había visto como con el paso de los años, los hombres fríos que decían no soportar a
En un pequeño salón del Hotel, cerca del principal una pareja se encontraba en el lugar hablando de manera animada. El hombre, con cabellos rojos como el fuego, reía de manera estruendosa mientras que la joven tenía los brazos cruzados y se veía realmente muy molesta por las burlas de las que estaba siendo efecto._ Viggo…no entiendo ¿Cuál es el chiste? Quiero que me lo cuentes para poder reír juntos _ decía ella cada vez más molesta por la evidente burla de la que estaba siendo objeto._ ¡Mi hermosa Lara! _ dijo él un poco más calmado _ ¿Has escuchado hablar de la maniobra de Heimlich? _ preguntó burlón.Ella estaba ahora más molesta aún, ¿este hombre me trata de tonta?_ Claro que sí, la sé hacer a la perfección _ contestó ella con orgullo _ y ¿eso que tiene que ver? _ agregó intentando entender a este desvergonzado que le acariciaba la espalda mientras olía su cabello. De momentos se perdía en la formidable sensación que esos actos traían a su cuerpo._ Bueno mi pequeña… _ dijo Vig
_ Mi niña, al fin te encuentro _ dijo Baltasar acercándose a la pareja y en ese momento a ella le venía bien la interrupción, tenía que pensar muy bien cada paso debido al vuelco increíble que todo había dado.Ella intentó ponerse de pie, estaba muy avergonzada por la manera en que había sido sorprendida por su padre, pero en cuanto quiso hacerlo, los fuertes brazos del hombre la sostuvieron._ Tío…mi novia y yo solo estábamos entendiéndonos un poco _ dijo de repente el apuesto hombre con una tranquilidad y una seguridad increíble. Era completamente apático y desinteresado, como si lo que acabara de decir no fuera nada importante o no tuviera nada que ver con ellos.Tanto padre como hija fruncieron el ceño de inmediato ¿Cuándo es que las cosas entre ellos habían escalado hasta ese lugar? Se preguntó el hombre. Mientras que ella pensaba ¿en qué momento me pidió que fuera su novia?_ ¡Oh! Veo que se están entendiendo muy bien _ dijo Laureano que había escuchado todo junto con su esposa.
Ese día había concluido al fin. Ya Lara descansaba en casa, acostada boca arriba en su cama sopesando todos los acontecimientos de esa noche. Ahora que lo piensa llegó el momento en el que no vio más a Anastasia ¿Dónde se habrá metido esa niña? Se preguntó de repente, ella tenía que saber lo bobas y mal pensadas que habían sido con respecto a esos dos hombres. Ahora que lo piensa bien, la que siempre metió esas ideas en su cabeza era su amiga, ella estaba convencida de que había visto algo que no era y había terminado por convencerla también. En fin, solo fue una alucinación colectiva.Viggo por su parte se encontraba en su departamento, había vuelto a casa con la idea fija de volver a ver a su pequeño ángel al día siguiente. Estaba un poco divertido aun pensando en lo que esa niña traviesa se había metido a sí misma en la cabeza. Él jamás había estado desnudo en precensia de Fabricio, y ella y su cochina hermana ya los habían imaginado teniendo relaciones sexuales.Una idea de repent
En el hospital Adriano caminaba de un lado al otro. No podía entender cómo es que su esposa se había mantenido tan calmada en esa situación y sufriendo de ese dolor que él había escuchado que era insoportable.Ya con su anterior hijo ella había actuado de la misma manera, parecía que nada le pasaba, pero en realidad estaba sufriendo bastante. Quería entrar con ella y a la sala de partos y esperaba que le dieran el pase, mientras tanto los nervios los consumían.Por el pasillo del hospital caminaba un hombre apuesto y destacable. Su semblante de hielo congelaba a todos a su alrededor, a pesar de que despertaba las miradas de todas las féminas que trabajaban o no en el lugar. Pero él no las notaba, para él no significaban nada, solo una mujer ocupaba su mente y eso era desde la noche anterior._ Adriano _ fue el simple saludo que le dio al futuro y nervioso padre._ Viggo, gracias por venir ¿Quién te dijo? _ preguntó entrecerrando los ojos con perspicacia. Él no le había dicho nada, cóm
Honorato Holt era un hombre adusto. Frío, de semblante rígido. Tenía la férrea idea de que las manzanas y las peras no se mezclan. Su clasismo no había disminuido ni siquiera un poco. Su machismo tampoco. La única razón por la que dio un paso hacia atrás en el pasado fue para que el golpe final fuera muy fuerte.Para él solo los negocios importaban. Que el nombre, el prestigio y la cuenta bancaria crecieran era su misión en la vida y para lograrlo siempre debían relacionarse con personas de su mismo nivel.Ver la noche anterior a su nieto jugar con la joven Kovacs le molestó en gran medida. Si bien en cuanto a riquezas ellos eran iguales, las ideas de esa familia no iban de acuerdo a las propias y no quería seguir manchando su linaje emparentando con ellos.Baltasar Kovacs había corrompido a su único hijo varón. Por su culpa había sucumbido ante los encantos de una mujer, que si bien era una buena esposa, madre y trabajadora, solo había traído a su familia deshonra al no ser más que u
Aarón Miller acababa de abrir los ojos. La noche anterior había bebido un poco de más y un fuerte dolo de cabeza lo había invadido. Desde su divorcio su residencia permanente era la casa familiar, a pesar de poseer un departamento lujoso, él vivía ahí.Amalia era quien ocupaba ese departamento ya que ella no tenía en este momento un lugar propio. Su carrera de modelo recién estaba volviendo a surgir, por lo que el dinero no le sobraba.Como cada día bajó a desayunar tranquilo. Era fin de semana por lo que no iba a la empresa ese día. Solo controlaba el correo, por si había algún asunto urgente, pero nada del otro mundo.Mientras bebía su café, su padre se acerca a él sumamente feliz. Parecía un niño en el día de su cumpleaños._ Aarón… ¡hemos cerrado el negocio de nuestras vidas! _ dijo el hombre prácticamente saltando de felicidad._ Que bueno padre…de qué se trata el tan mentado negocio…_ no pudo seguir hablando porque un grito estruendoso lo sacó de foco._ Siii, ¡me caso con el ho