—¿Tu hijo? —El rostro le cambió —Pero toda la noche llamaba mamá y papá a tus padres.
Le sonreí —Así les dice porque escucha que así les digo yo.
—Vamos Steven, tenemos que volver —Dice Albert desde la camioneta.
—Tengo que irme, gracias —Dijo dándome una pequeña sonrisa. Asentí y cerré la puerta en cuanto él se dio la vuelta.
—Katherine, Trey quiere que tú seas quien le lea su cuento el día de hoy —Dijo mi madre asomándose por las escaleras.
—En seguida voy —Me quité los zapatos y me los cambié por las pantuflas. Fui hacia el cuarto color azul con rojo que había pintado yo misma hace años.
—¿Qué cuento quieres hoy Trey?
—¿Quiénes eran los señores de hoy mami?
—Eran mi jefe y su hijo —Dije sentándome a su lado mientras comenzaba a acariciarle el cabello. Lo vi en su pequeña pijama color amarilla que le había comprado recién y a él le había encantado.
***
Estos últimos días a pesar de que n
Negué con la cabeza, la preocupación que sentí en el momento me desbalanceó completamente. Una presión me dio en el pecho. Volteé con Steven y supuse que mi cara decía todo. —¿Qué sucede? —Dijo bajándose de la barda. —Tengo que ir al hospital, Trey estuvo convulsionando —Dije caminando deprisa hacia el auto. —Espera yo te acompaño. —No, estoy bien. Perdón por no poderte irte a dejar —Dije entrando al auto. —Yo iré contigo, mira cómo te pusiste, no está bien que manejes —Me tendió la mano para que le diera las llaves, lo pensé un segundo y se las dí, mi cabeza comenzó a dar vueltas. Mi niño estaba mal y yo no estaba para él. Durante el camino me la pasé callada, solo le indicaba cómo llegar, cuando por fin llegamos corrí hacia pediatría. —¿Cómo está? —Pregunté a mi papá apenas lo vi. —Necesitan tu firma para autorizar el suministro de fármacos. Fui hasta donde estaba el doctor, firmé dando mi consentimien
Al día siguiente comenzamos a trabajar desde muy temprano, dormí lo suficiente para aguantar la jornada así que no me preocupé. Cada vez que veía como rodaban las escenas sentía la necesidad de sentarme y comer palomitas o algo así. Me emocionaba ver a los actores en escena. —¿Comerás con nosotros Katherine? —Félix preguntó mientras iba a mi lado con un par de micrófonos. —No —Dije de mala gana. —¿Y ahora que tienes? —Pregúntale a tu amiguito —Dije viéndolo de lejos, Steven estaba agachado ajustando unas cosas, él ni enterado que lo estaba fulminando con la mirada. —Achis ¿ahora de que me perdí? —¿Estás lista? —Liana llegó avisando para irnos a comer. —Sí —Le sonreí. —Hola —Félix sonrió ampliamente. —Hey hola…¿Félix cierto? —Sí, soy yo, mucho gusto, no había tenido el honor de presentarme —La saludó de mano, fue ese tipo de saludo nervioso y a la vez que también te arranca el brazo. Quise reírme en el mo
El aire pegaba en mi rostro, íbamos sobre un barco que nos llevaría a una isla, donde según Félix se podría practicar surf e incluso daban clases para principiantes, al parecer la única nueva en esto era yo. Después de un recorrido de aproximadamente 25 minutos llegamos, seguido nos subimos a una camioneta muy parecida a la de los safaris y nos llevaron hasta el lugar junto con un montón de turistas. —¿Oye que te sucede? —Steven llegó a mi lado mientras iba hacia la orilla del mar, las olas eran lo suficientemente altas para aterrar a cualquiera, a lo lejos podía ver a varias personas intentando entrar en ellas pero fracasaban y otras tantas realmente lo hacían bien. —Nada ¿por qué? —No has hablado mucho. —Todo está bien —Le sonreí Pusimos nuestras cosas en una mesa, a lo lejos vi a Félix con Liana haciendo fila para tomar sus respectivas tablas de surf. Steven Me crucé de brazos cuando vi que Ka
KatherineMe vi por última vez en el espejo, traía un vestido color plata con mangas a los hombros, ajustado al cuerpo y me llegaba a media pierna. Opté por unos tacones negros que hicieran juego con la bolsa. El maquillaje no era cargado, pero sí me aseguré de poner bastante rímel y hacerme el delineado de gato bien marcado. Unas ondulaciones en mi cabello para que se viera natural y un labial color entre rojo y marrón que hacía juego con mi cabello.— Que bárbara mujer, eres todo un boom —Liana se levantó de la cama diciéndome que me veía bonita, pero a su lado yo era una zarigüeya. Ella sí que estaba guapísima, todo le quedaba bien por su tipo de cuerpo, si bien se lo propusiera podría ser modelo también. Ella decidió el cabello lacio con un vestido de tirantes descubierto de la espalda, ajustado color rojo con unos
En ese momento no supe que decir, vacilé un poco con sus palabras, quería creer que estaba de broma, pero dentro de mi sabía que no era así, yo no podía decirle lo mismo ya que si en algún momento cuando éramos niños llegó a gustarme, nunca pasó de un enamoramiento de chavales y con el tiempo se me pasó, me sobresaturé con su confesión y me di cuenta que lo que menos quería había sucedido, meter la pata hasta el fondo. Unas ganas inmensas de querer vomitar vinieron a mí, salí corriendo al baño y comencé a vomitar, escuché que detrás de mi me hablaban, sentí que alguien agarraba mi cabello. —Tranquila, estoy aquí —Escuché la voz de Liana. —Ya vámonos — Le dije apenas terminé de vomitar, el piso comenzó a darme vueltas. Ella asintió, se veía que también ya estaba pasadita de copas. Antes de salir volví con Trey. —Ya nos vamos, lo siento. —Me agarró de la mano, supe que sabía que mi disculpa no era por irme, sino por no poder corresponderle de la forma q
—Oye ¿porque no me has hablado en todas estas 2 horas? —Steven se puso a un lado mío mientras esperábamos nuestro turno para subirnos a la banana. —Porque no tengo nada que decirte. —Tenemos que hablar. —Te escucho —Dije quitándome el short y la blusa quedándome en traje de baño, los dejé en la arena mientras veía que Liana y Félix hacían lo mismo. —¿Qué fue eso de ayer en la noche? —Refréscame la memoria. —Ahora no me digas que estabas borracha y no te acuerdas. —Claro que no, si lo recuerdo. —¿Y entonces? —Roncas demasiado, necesitas consultar, eso ya no es normal. —Te digo enserio… Además ¿qué te pasa? yo no ronco. Reí por un momento —Pues no se Steven, ¿Qué quieres que te diga? ¿Qué tú también me gustas? Pues sí, podrías gustarle a cualquier chica y eso no significa nada —Intenté escucharme de la manera más discreta posible, sabía que Félix y Liana estaban en todo menos en misa. —Adel
Steven —Les separaremos el lugar —Dije mientras Katherine y Liana terminaban de guardar sus cosas en las maletas. Félix y yo ya íbamos rumbo al autobús, salíamos en una hora y casi todos ya estábamos listos. —¿Y qué tal tu noche con Liana? —Divertida… no sé qué hacer hombre, no sé si yo no soy lo suficientemente claro o ella simplemente ignora mis indirectas. —Creo que eres lo suficientemente claro, al menos Kath y yo nos hemos dado cuenta de tu poca sutileza. El resopló y subimos las maletas a la parte de abajo del camión. Pasaron los minutos y Liana subió al bus. —Te he guardado asiento Liana —Dijo Thomas, uno de los actores principales que hacía la serie con ella. Félix arrugó la frente —Gracias, pero ya he quedado de irme con Félix —Ella le sonrió y Thomas solo volteo hacia nosotros. Katherine subió seguido de ella y me di cuenta que para desplazarse se agarraba de los asientos y daba pequeñ
Tres días habían pasado desde aquello en casa de Steven. Al día siguiente y con la cabeza fría le mandé un mensaje diciéndole que nos viéramos, que ahora sí escucharía su explicación, pero no obtuve respuesta. En el trabajo todo seguía igual, Steven estaba ahí siempre pero no me hablaba y yo por la dignidad que me quedaba al haber ignorado mi mensaje decidí no hablarle tampoco. Liana en todo momento estuvo al tanto pues el día de la fiesta cuando llegué a casa le marqué para contarle lo que había sucedido. Ella me dijo que investigaría con Félix cual era el estatus de la situación con Steven, pero como siempre Félix se rehusaba a darle información pues sabía que ella me diría. —Tengo boletos para ir a ver el juego de Beisbol esta tarde —Dijo Liana mostrándome los boletos. —¿Es enserio? —Levanté las cejas, gracias a la pasión de mi padre por el beisbol yo también había desarrollado un cierto amor por el deporte. No tanto como mi padre, pero si iba mucho