No todos tienen el privilegio de crecer en una familia amorosa, algunos crecen en las calles siendo criminales, otros, crecen desarrollando rasgos paternales o maternales, incluso caracteres parecidos o distintos. Yo, me he dado cuenta de la realidad del mundo. Un mundo oscuro salvaje y egoísta, en el cual los débiles son devorados y los fuertes sus amos.
Vivir creyendo que el mundo es un lugar perfecto con historias literarias llenas de romance, es un grave error. Nada de éste mundo se asemeja a los cuentos de hadas que a muchos de nosotros nos leyeron durante nuestra infancia. Todo lo contrario, es un mundo hecho para personas fuertes, valientes y sobrevivientes, yo no soy así, no soy de mármol, pero tampoco de piedra, no lloro por todo, pero igual lloro.
Personas como yo, perdemos la fe con facilidad. No está en mis planes adaptarme al cambio porque lo odio. No es común que una joven de diecisiete años oculte tantas heridas en el corazón, cualquier chica a esta edad estaría viviendo un amor extraordinario o tramando interminables planes para su futuro, pero yo, yo sólo vivía el día a día sin esperanzas de algo mejor.
Las pesadillas que rondaban mi cabeza cada noche, no fueron comparación con aquella treta horrible que el destino me había dado como regalo este año.
Quizás sólo se trataba de hacerse fuerte, quizás solo se trataba de aparentar estar viva, pero yo no me sentía fuerte, es más, no estaba segura de querer estar viva.
A partir de aquí era yo contra el mundo, cargando un corazón lleno de emociones y dividido entre dos dudas. Olvidar y pretender que todo fue una fantasía, o alejarme de todo lo que conocía.
No estaba segura de nada en ese momento, lo único seguro en mi vida es que nada fue lo que parecía.
Me encuentro jugando al escondite con mamá, me gusta jugar con ella, es muy divertido pasar tiempo a su lado. No como papá, él siempre está molesto, no sonríe nunca, solo pocas veces… muy pocas.Antes de escucharla terminar de contar corro a paso veloz hacia su habitación. Mis pies pequeños aún se esfuerzan por mantenerse firmes, pero logro llegar al armario sin caerme. El armario de mamá es muy grande casi como una habitación. En ella: hay múltiples vestidos, muchos que hacen ver a mamá muy bien. También cuenta con un espejo al final del pasillo en el cual logro verme reflejada desde aqui. Mis pequeños ojos pasean con inocencia por todo el lugar, y me sorprendo al ver la cantidad de cajones que contiene la cómoda situada junto a mí. Casi nunca entro aquí, mamá y yo siempre jugamos en el jardín, nunca adentro de casa.Me concentro en encontrar el escondite perfecto, y la esquina de la puerta parece ser la elección correcta ya que mamá al abrirla no podrá verme. Sonrió con entusiasmo a
Las horas de aburrimiento masivo con este señor horrendo y calvo se han vuelto agotadoras. No ha parado de hablar sobre los campos biológicos de la botánica, la zoología y la medicina. Ya me tiene harta con tanta palabrería. Mis parpados se han vuelto un problema puesto que lucho con ellos con cada segundo transcurrido.Me levanto decidida a dejar la clase ignorando los llamados del profesor. Si me fuera de casa no tendría que lidiar con esto. No es como si me molestara estudiar, pero odio que todos me señalen como la chica rara. No encajo aquí, de hecho no encajaré nunca en ningún lado, eso lo tengo bastante claro.Me encamino hasta las gradas de la cancha de baloncesto, y una vez allí me coloco los auriculares aumentando el volumen de mi ipod a su máxima capacidad. They Dont Know About Us se escucha en mi reproductor, y río con ironía ante lo absurdo que resulta el escuchar canciones de amor cuando no entiendo de que va tal sentimiento.¿El amor? El amor no es más que un sentimiento
"Brittany, esta noche te vas a Londres" Esas palabras se repiten en mi cabeza una y otra vez. Permanezco inmóvil sintiendo la garganta seca y sin saber qué decir ¿Irme a Londres? ¿Ahora qué se le metió a la cabeza? ¿Será algo relacionado con su trabajo? No suele llevarme a sus viajes de negocios, pero de nuevo esa espina de dolor se clava en mi pecho "Brittany, esta noche te vas a Londres" “¿Te vas?" eso quiere decir que no ira conmigo.―¿Viajar? ¿Para qué?―No son vacaciones Britt ―se mantiene serio―. Te vas a un internado.Sólo basta esa aclaración para entender a qué se refería, mentiría si dijera que eso no se sintió como un balde de agua ¿Pretende deshacerse de mí?―¿A un internado? ¿Por qué?, ya yo tengo un instituto papá ―exclamo entre dientes.―No señorita ―responde levantándose de su asiento―. En eso te equivocas, ayer cuando la directora me llamó no solo me informo de tus faltas, también me comunicó de tu expulsión del Hope Place School.Maldita vieja loca.¡Grandioso! Me v
La puerta se abre, me inclino sobre mis antebrazos y observo sin ninguna expresión al hombre de ojos oscuros y aspecto duro que aún no dice nada. ―Si vienes a apresurarme te informo que ya hice las malditas maletas. ―Cuida tu boca Brittany, no empieces. Vine a buscarte, el vuelo sale en dos horas y hay que llegar al aeropuerto antes. ―Bien, ya bajo ―me levanto con lentitud. Quizás el irritarlo se convierta en algo divertido durante el camino. Cierra la puerta con fuerza sacándome una sonrisa. Suspiro y salgo de la habitación cargando mi mochila y mis dos maletas a cada lado. Al llegar a planta escucho a mi padre, que permanece de espalda hablando por teléfono. ―Sí, ya estamos saliendo para el aeropuerto, bien… Tranquilo mi hija no dará dolores de cabeza…, de acuerdo… adiós ―cuelga volviéndose. ―¿Lista? ―¿Tengo otra opción? ―pregunto arqueando la ceja. ―No, no la tienes y la ironía no es procedente de una señorita ―ruedo mis ojos al escuchar eso. Su ceño se frunce al observar
Mi padre le da las gracias por última vez y vuelve a pedirle disculpas por la hora antes de salir de allí. Una vez fuera mis ojos buscan a la tal Emily, quien creo se encuentra sentada frente al escritorio que hace media hora se encontraba vacío ¿Acaso esta gente no duerme?―El director me dijo que te pidiera mi horario y mi uniforme ―me acerco tratando de sonar lo más educada posible.―Por supuesto ―ella se levanta dándole una rápida mirada a mi padre quien permanece un poco alejado tecleando en su celular, vuelve su atención a mí y sonríe antes de irse al estante de gabinetes cerca de una de las plantas enormes al final del pasillo.Mientras se toma su tiempo la observo sin expresión alguna. Alta, con cabello negro muy corto, viste una falta ajustada color carmín que llega más abajo de sus rodillas, su camisa blanca por otro lado se ciñe a su cuerpo con suavidad.―Por la llave de tu habitación no te preocupes, los únicos que tienen esas llaves son miembros autorizados, ya que no se
¡Diablos! "Ahora tu profesor" Esas palabras se repiten en mi cabeza una y otra vez. No es posible que de todas las posibilidades existentes, hubiera sido atrapada precisamente por un profesor. Nada de lo que planee está resultando como esperaba. El ambiente se siente pesado y no estoy segura del porqué, quizás se deba a la sensación de hace un momento. Mentiría si dijera que todo en él no me intimida, pero es algo que no estoy dispuesta a reconocer. Por el momento es imposible que me sienta de esta manera cuando lo acabo de conocer. Su acercamiento me pone nerviosa, el tenerlo tan cerca me está nublando la mente, esto verdaderamente se está volviendo algo molesto. Sus ojos verdes siguen clavados en mi rostro buscando una respuesta ante su presentación ¿Qué se supone que diga? no tenía ni idea de su posición. ―Solo quería explorar, acabo de llegar y no conocía las instalaciones ―me separo un poco recogiendo la mochila que hasta hace unos minutos seguía en el suelo. ―¿A esta hora? ―
―¡Chicos! ―grita Alice aturdiendo a media cafetería―. Ella es Brittany, nueva en el instituto y mi nueva compañera de habitación ―continua tomándome del brazo, y presentándome sin disimulo. ―Britt, ellos son James, Eddie, Evan y Azenet. Los tres chicos me saludan, abriéndome espacio entre ellos permitiéndome sentarme. Lo hago entre el rubio y el castaño a quienes reconocí como James y Eddie. James es el típico rubio británico; con ojos pequeños y verdes, cabello lacio y labios rosados que se estiran con cierta sonrisa arrogante, muy diferente al chico de mi derecha. Eddie, quien conserva cierto aspecto frió. Su piel pálida realza el azul de sus ojos que me miran con curiosidad, y su cabello color chocolate permanece peinado de un lado. Frente a mí, un chico de aspecto sereno y de desinterés, con piel un poco bronceada cubierta de tatuajes y ojos grises muy grandes, que confirmo como la perfecta combinación para su cabello corto y negro azabache. Tres chicos muy atractivos si, y muy d
Salto de la ducha un tanto frustrada, me visto con prisa y culmino sujetando mi cabello en una coleta alta, antes de caminar a toda prisa hacia la cafetería. Como era de esperarse, la misma permanece vacía a excepción del personal, el cual organiza y asea algunas de las mesas. El frígido clima de invierno está comenzando a hacer acto de presencia en Londres, lo que me lleva a pensar en lo diferente de Miami. De estar allá posiblemente me encontraría sobre las gradas de siempre, perdiendo el tiempo, e inventando una nueva manera de llamar la atención de papá. Froto un poco mis manos buscando calor y luego me coloco mis auriculares perdiéndome por un instante sobre las finas notas de un piano que le da entrada a la elegante voz de John legend. Uno de mis cantantes favoritos. Su voz tan delicada y suave siempre logra sosegar mi angustia. Las horas pasaron y con ella los estudiantes comenzaron a llegar, entre ellos los chicos en compañía del par de rubias que supieron dar conmigo rápidam