Después de salir del hospital, Linda fue a un hotel.

Al entrar en la habitación, fue abrazada por un hombre, que también enterró la cabeza junto a su cuello y, tras olerla profundamente, le dijo con lujuria: —¡Linda, llevo mucho tiempo esperándote!

Linda lo apartó y dijo con indiferencia: —Jesús, no olvides lo que me prometiste.

Si no fuera para vengarse de Ricardo, no se habría acercado a él, y mucho menos se habría acostado con él.

Jesús Alejo le cogió la muñeca y se la acarició mientras le decía: —No te preocupes, te avisaré cuando encuentre la oportunidad, pero me siento triste al pensar que volveré a mandarte a la cama de Ricardo.

Linda se mofó, —Sólo es un trato entre nosotros, no me digas que estás enamorado de mí.

Jesús era sólo el secretario de Ricardo, su sueldo no le alcanzaba para mantenerse, si estaba con él, tendría que darle todo su dinero. No estaría con un hombre así.

—Es normal que me guste una belleza comprensiva como tú. ¿Qué te parece estar conmigo después de venga