La mujer que había sido golpeada estaba tumbada en el suelo, incapaz de pronunciar siquiera una frase completa, con el rostro retorcido por el dolor.

Natalie la miró y le dijo con una sonrisa: —La próxima vez no digas tonterías antes de tener las pruebas, de lo contrario igual te dan una paliza si te encuentras otra vez con una malhumorada como yo.

—Tú...

Una diseñadora que estaba a su lado se apresuró a ayudar a levantarse a ella y le dijo enfadada: —¡Diseñadora Silva, es cierto que no llegamos tan alto como tú, y que hemos hablado de tu plagio a la diseñadora Álvarez, pero no la debías haber pegado!

—Eso es. Nunca he visto una persona tan ineducada como tú, bárbara hasta el extremo, ¡que sólo resuelve los problemas peleándose!

—Vaya. ¿Lo hiciste pero no dejas que nadie lo diga?

—Pensaba que Jade ya era bastante asquerosa, ¡pero ahora me doy cuenta de que Natalie la supera!

Al oír sus reproches, Natalie hizo una mueca de desprecio.

Sus ojos fríos como el hielo miraban a los que la reg