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Capítulo94 Esperar a que alguien haga el ridículo
El presidente de la asociación tenía preparado un discurso bastante extenso, pero sin el teleprónter, ¿qué podía decir?

Aunque pudiera improvisar algunas frases, estaba rodeado de socios clave y tendría que agradecer a numerosas empresas. ¿Cómo iba a recordar todos esos nombres?

En Grupo Blanco…

Hace unos días, el presidente del Grupo Blanco había visitado personalmente al presidente de la asociación, rogándole por una segunda oportunidad. Al final, accedió, pero ahora resultaba evidente que el Grupo Blanco había cometido un grave error.

Una tarea tan sencilla, y ni siquiera pudieron cumplirla.

El presidente, atrapado entre la incomodidad y la ira, se puso rojo. En ese momento, Adriana habló con serenidad desde su lugar:

—Jefe, por favor, acompáñeme al podio para dar su discurso.

El presidente sintió una mezcla de confusión y un rastro de pánico, pero la sonrisa firme de Adriana lo convenció de seguirla.

Al llegar al podio, vio que sobre la mesa estaba su discurso completo.

Los ojos de
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