Capítulo 3
Dante
Llego a la oficina como todos los días después de los problemas en mi casa y sé que más de una persona me mira en todo a este lugar; a saber que dirá la prensa esta mañana de mí. Tal vez como siempre dirán que me vieron salir de un bar con otra mujer distinta y luego de un hotel y me pregunto si esas personas no tienen vida propia.
Subo hasta el último piso y al hacerlo, veo como la secretaria de mi padre me está esperando, lo que significa que este quiere verme en cuanto llegue. Así que sin perder el tiempo me dirijo a su oficina para ver que necesita de mí.
– Buenos días, padre ¿Querías verme? – pregunto entrando y sentándome justo frente a él.
– Si quería verte, hijo. Quería sabes como te fue esta mañana al llegar a casa y también quiero hablarte de un negocio que tengo entre manos.
– Ya sabes perfectamente como me fue está mañana papá, lo que no sabes es que a partir de hoy ya no viviré más ahí. Al fin tengo mi ático listo y me iré a vivir ahí con nana Isabel aunque ella no quiere todavía. No la dejaré sola en esa casa con ese par de locas y tú deberías irte también.
– A mí me parece perfecto que hagas eso, esa mujer se merece el cielo por ser tan buena y si tu decisión es irte te ayudaré. Ya veré como me libro de tu madre cuando llegue a casa.
– Aún no entiendo como sigues casado con ella, aunque sea mi madre debo admitir que es un verdadero grano en el culo. A veces quisiera ni siquiera haber nacido de ella, es como si de verdad sintiera que mi madre es otra.
– Será por costumbre supongo, me acostumbré a ella y ahora ya ni siquiera tomo lucha con sus cosas. Me aburro de solo escucharla y por eso me encierro en el despacho que afortunadamente es a prueba de ruido.
– Admiro tu temple papá, yo no sé si lo tendría, pero ahora dime cuál es ese negocio del que me hablaste hace un momento.
– Bueno verás, como sabes estamos por lanzar nuestra nueva línea de autos al mercado y necesitamos promociones para ellos. Sin embargo, no pienso renovar contrato con nuestra antigua agencia publicitaria.
– ¿Es por qué la última campaña no funciono como esperabas? Recuerdo que la campaña de los argentinos ganaron a las nuestras en todo el mercado. Hay que reconocer que tuvieron un excelente publicista.
– Pues es exactamente eso lo que quiero ahora para nosotros. En dos días viajaremos a Polonia, conseguí una cita con el publicista responsable de esa maravillosa campaña para los argentinos y le envié una muestra de nuestro producto para que hiciera una presentación previa para ver que tan bueno pude ser.
– ¿Estás hablando en serio? - pregunto sorprendido – ¿No decían que el creador de dichas campañas prefería mantener su identidad en el anonimato? Sé por muchas fuentes que también se ha encargado de ser publicista de los mexicanos y más de un empresario italiano.
– Así es, pero eso del anonimato era hasta hace poco. Pues resulta ser que esa persona es hijo de un gran amigo mío ¿Recuerdas a Antonio Taylor?
– Sí claro, es el dueño de la empresa publicitaria que ha hecho maravillas en los últimos ocho años. Aun así, lo que no sabía era que tuviera un hijo, nunca se les ha visto juntos.
– Pues él no tiene un hijo, sino una hija. La persona detrás de esos trabajos tan exitosos es una mujer a la que no le gusta estar en el lente público. Hace años la conocí cuando apenas eras una niña pequeña con solo nueve y después de eso no volví a saber de ella. Me imagino que ya es toda una mujer y seguramente tiene hasta familia e hijos.
– ¡Pues vaya! Me sorprende lo que me dices papá, aunque sea hombre o sea mujer aquí lo importante es que hace muy bien su trabajo. A ver si nos sorprende con una de sus creaciones y tengo el placer de saber como luce físicamente.
– Eso espero hijo, esa muchacha se ha ganado el respeto de muchos sin usar el apellido de su padre estando en el anonimato y si su propuesta me gusta estoy dispuesto a firmar contrato por cinco años con ellos.
– Me parece perfecto papá ¿Cuándo obtendremos la propuesta para preparar las cosas del viaje?
– Mañana a primera hora obtendremos la primera parte de la presentación y ya después lo demás una vez estemos en Polonia.
– Bueno si no hay nada más de que hablar me retiro a mi oficina para ponerme a trabajar. Así mi mente estará la suficientemente ocupada y deja de pensar en cosas desagradables.
– Está bien, hijo. Si sucede algo yo te llamo.
Saulo Santos veía a su único hijo salir de su oficina, ignorando en realidad todo lo que estaba por suceder en su vida después de muchos años. Este no podía decirle a su hijo lo que había descubierto recientemente y esperaba profundamente que el daño causado años atrás pudiera revertirse. Odiaba profundamente ver como su hijo se destruía día tras día y tenía que hacer algo urgente para que de una buena vez por todas esta historia tuviera un final feliz como debió ser desde el principio.
– Espero que seas lo suficientemente fuerte hijo mío, lo que estás por descubrir cambiara tu vida para siempre. Solamente espero que esto no termine en una tragedia porque te advertí que te ibas a arrepentir, de hecho todos lo hicimos.
...
Ya pasado los días estipulados para la cita en Polonia, Dante se encontraba de camino con su padre en un vuelo de dos horas y media. Sin embargo, una visita no deseada también se había colado en el jet de la familia y por tratar de zafarse de ellas ya iban bastante tarde.
– Repíteme por qué están ellas aquí y porque no puedo tirarlas de una patada del jet – dijo Dante apretando los dientes mientras hablaba con su padre.
– Tu madre amenazo a mi secretaria con despedirla si no le decíamos para donde íbamos. La pobre no le quedó más remedio que hablar y por eso están aquí. Además, creeme que no me faltan ganas de tirarlas a mí también.
– Esto es increíble, solamente porque estoy a más de doscientos metros de altura no me lanzo yo del jet. No veo ninguna necesidad de que mi madre y Lisandra estén aquí, estoy harto de esta situación.
– Yo estoy igual que tú, si pudiera saltar hace rato me lanzaría sin dudarlo.
– Si saben que yo puedo escucharlos a los dos ¿Verdad? – pregunto nana Isabel desde su asiento.
– Por supuesto que lo sabemos, pero como eres la mejor nana del mundo no dirás nada - digo con una sonrisa mientras mi nana niega con la cabeza y mi padre le sonríe como adolescente.
Siempre he pensado que ellos hacen una excelente pareja, pero jamás los he visto en nada raro. Solamente me he fijado en la manera en la que nana se sonroja cuando están cerca, pero le sucede esto con normalidad hasta conmigo cuando la trato con mucho amor. Únicamente que desde hace unos años su manera de tratarme ya no es la misma y extraño mucho cuando me quería más.
– ¡Hey, ustedes ahí! ¿Qué tanto cuchichean con esa mujer que nosotras no podemos saber? – pregunto mi supuesta madre y toda la tranquilidad desapareció haciendo que la molestia volviera.
– Le comentaba a mi nana las ganas inmensas que tengo de lanzarme de este jet sin paracaídas solamente para evitar tu presencia y la de tu perro faldero – digo como si nada ganándome un pellizco discreto de la nana en reprimenda por mis crudas palabras.
– ¿Cómo te atreves a decirme esas cosas? Yo soy tu madre – dijo esta volviéndose una furia.
– Si claro, una madre no intenta manipular ni mucho menos quiere gobernar mi vida imponiéndome cosas que son ridículas. Ya no soy el mismo imbécil que hacía tu voluntad, así que sí no te gusta bien puedes ser tú la que te lances del avión. Además, si fueras de verdad mi madre me hubieses criado tú y me hubieras dado amor. Hasta las hienas son más protectoras y amorosas con sus cachorros que lo que tú lo fuiste conmigo, lo único que me diste fueron migajas de tu presencia.
Veo como mi madre quiere seguir la discusión conmigo, pero su perrito faldero evita que pueda decir cualquier otra cosa. A mala hora tomé tanto aquella noche y terminé acostándome con ella. Ni siquiera recuerdo como sucedió todo porque lo último que viene a mi mente es que estaba sufriendo por la traición de la mujer que tanto amaba.
Ya habíamos llegado a Polonia y para la reunión solamente faltaba unos minutos debido al retraso. Por lo que obviamente no nos daba tiempo de dejar a las mujeres en el hotel, sin embargo, aunque no soy partidario de llevarme a mi madre conmigo a una reunión de negocios tan importante. En esta ocasión y viendo que por su culpa tenemos el tiempo encima, no nos quedaba de otra más que hacerlo.
Hoy no era precisamente mi mejor día para discutir, puesto que amanecí sintiéndome algo mal y decaído aunque no se note mucho. Solamente esperaba que todo marchara bien en la reunión y tengamos ese contrato lo antes posible con esta agencia.
Las grandes y elegantes puestas de aquella empresa fueron abiertas para nosotros y una trabajada del lugar se encargó de recibirnos. La cual de inmediato nos guio directamente hacia donde ya nos estaban esperando y un hombre entrado en edad y de pelo rubio nos recibió con una sonrisa.
Al parecer era el presidente de la empresa por su elegancia y conocimiento de todo. Sin embargo, lo que si me llamó la atención fue el hecho de no ver a su supuesta hija en esta reunión. Se suponía que ella iba a ser la cara del magnífico proyecto que nos fue entregado, pero lejos de eso no había ni rastro de ella y me pregunto por qué.
De más esta decir que la campaña era sumamente magnífica y afortunadamente mi madre junto con Lisandra mantuvieron la boca cerrada en todo momento. No podíamos correr el riesgo de que lo echaran todo a perder con sus tonterías y si querían seguir gastando a manos llenas sería mejor que se mantuvieran en completo silencio.
Una vez el contrato estuvo cerrado y firmado por ambas partes, Antonio Taylor me parecía un hombre de negocios intachable. No por nada se ha mantenido en el lugar en el que esta por tantos años y espero que siga siendo así por mucho tiempo.
– Ha sido un placer hacer negocios contigo Antonio, espero que esta sociedad por cinco años nos traiga muchos lucros a todos – dijo mi padre.
– Lo mismo espero Saulo, no es por nada, pero he de admitir que esperaba algún día poder trabajar con tus autos. Así que el que me hayas contactado fue una grata sorpresa después de tantos años de conocernos.
– Bueno ya vez amigo mío, las vueltas que da la vida. Tenía entendido que tu hija era quien estaría frente a este proyecto, que ella sería la cara representante después de salir del anonimato.
– Así es y lo será, pero el día de hoy tuvo un pequeño percance justo antes de que ustedes llegaran. Su deber como madre está primero y llamaron de la escuela para decir que las niñas estaban sintiéndose algo mal.
– ¡A vaya! ¿Su hija es casada? – pregunto mi madre y de inmediato la miré con mala cara para que volviera a cerrar la boca.
– Madre, no creo que esa sea una pregunta necesaria en este momento o algo de nuestra incumbencia.
– No te preocupes muchacho, tu madre no hizo ninguna pregunta que no se pueda responder. Mi hija no está casada, señora, lo estuvo. Sin embargo, un desgraciado le destrozó el corazón y la dejo sola esperando a sus bebés cuando más lo necesitaba. El muy miserable jamás apareció después de humillarla como lo hizo y ni siquiera sabe de la existencia de sus dos maravillosas hijas. Ese tipo solamente debe de dar gracias de que no conozco su rostro o de lo contrario no sé de lo que hubiese sido capaz si mi hija perdía a las bebés por culpa de lo que le hicieron. Una de ellas estuvo a punto de morir cuando nació y fue muy angustiante.
– ¡Vaya! Es muy triste escuchar eso, sobre todo la parte en dónde su hija es madre soltera – alegó Lisandra hipócritamente.
No sé por qué escuchar aquellas palabras me recordaron a Vanessa, aquella mujer infeliz que me engaño de la peor manera y estaba embarazada ¿Qué habrá sido de ella? Nunca me lo había preguntado tan a fondo como ahora.
Un par de risas traviesas se escucharon desde la entrada y al voltear veo dos cabecitas naranjas asomarse por la puerta de la sala. Además, todos han fijado su atención en las dos pequeñas que se han colado rápidamente dentro del lugar, corriendo despavoridas hasta donde está el señor Antonio. Al parecer estas son sus dos nietas, esas dos pequeñas que se suponen están enfermas.
Miro curiosamente a aquellas dos pequeñas y me llama mucho la atención sus cabellos naranjas y sus ojos azules. Era impresionante como eran iguales a los míos y mi cabello también tenía el mismo color. Al parecer el padre de estas niñas tenía características similares a las mías por esas dos pequeñas partes y hay que ver como es de chiquito el mundo.
Veo como todos están pendientes a las niñas y mi nana tiene una extraña expresión que no pude describir porque era muy rara. Era como si hubiese visto a un fantasma o algo parecido y mi padre se puso inquieto además de tenso.
– ¿Qué hacen aquí mis dos pequeñas zanahorias? – pregunto su abuelo y ambas lo abrasaron.
– Vinimos a escondernos de mamá – dijo la que estaba a su derecha en lo que ella pensó era un susurro.
– Nos quiere llevar al médico a qué nos pinchen porque dicen que estamos enferma. No dejes que lo haga abuelito – dijo la de su lado izquierdo de igual manera.
No pude evitar sonreír ante sus palabras y se ve que son unas niñas muy elocuentes. Se ve de lejos que ambas son cómplices en todo al ser gemelas y sin una no existe la otra. No obstante, cuando ambas niñas ponen sus ojos en mí, estos brillan de inmediato y algo raro se me mete en el cuerpo.
– ¡Mira Valentina! – exclama la de la derecha y me apunta – Ese señor tiene el cabello y los ojos iguales a los nuestros.
– Es verdad – dijo la que se llama Valentina – ¿Será él Violeta?
– ¿Seré yo? – pregunto por inercia al ver que ambas me están mirando insistentemente.
– ¡Si, tú! ¿Tú eres nuestro papá verdad? – preguntaron ambas y sentí mi corazón en la garganta.
Un salto en mi corazón me hizo estremecer todo el cuerpo al escuchar como esas pequeñas de nombres tan hermosos me preguntaban si yo era su papá. Que por un momento y sin saber por qué estuve tentado a decirles que sí, aun así, de un momento a otro una voz que jamás había olvidado se escuchó en toda la sala, evitando que cualquiera palabra saliera de mi boca. Era impresionante que esto estuviera pasando justo ahora y después de tantos años.
– Aquí están ustedes dos. Las he estado buscando par de traviesas y perdonen la interrupción – dijo entrando en la sala y de inmediato sentí mi pulso débil.
Me levanto de inmediato de mi asiento y me doy la vuelta sin pensar, encontrándome después de tantos años con ella. No puede ser que el destino sea tan miserable y me esté poniendo en esta situación después de tanto tiempo.
– ¡Tú! – dice al mirarme bien y creo que esto es una pesadilla de la cual quiero despertar.
Capítulo 4VanessaEsta mañana me había levantado como todos los días a hacer mi nueva rutina diaria y todavía no me acostumbraba a tener que ir diariamente a la empresa. Ni tampoco a ser recibida tan bien por todos sus trabajadores, incluyendo a la chica que ahora es mi secretaria. Para el día de hoy, tendría mi primera presentación en vivo con unos nuevos inversionistas. Los cuales estaban por lanzar al mercado su nueva línea de autos y para colmo eran italianos ¿Qué posibilidades había de que el destino fuera a traicionarme?Ya era media mañana cuando recibí una llamada de la escuela de las niñas, en donde me avisaban que ambas tenían un poco de fiebre y no se sentían muy bien. Así que sin perder más el tiempo, salí de inmediato y le dejé dicho a mi secretaria que le informara a mi padre de lo sucedido. Para mí era mucho más importante la salud de mis niñas que cualquier otra cosa o inversionista, ya me encargaría después de pedir disculpas si llegara a ser necesario.Al llegar a l
Capítulo 5DanteSiento como si el mundo se me estuviera cayendo encima, como si el pecho me lo estuviesen apretando con una prensa hasta dejarme sin aliento. Ni siquiera sabía por donde empezar a hablar cuando vi a Vanessa después de tantos años y el que descubriera así que tenía dos hijas no estaba siendo nada divertido. Sentí un nudo en mi garganta cuando la vi tomar a las niñas y salir despavorida para ocultarlas de mí, el cual no me dejaba llevar aire hasta mis pulmones correctamente. Tenía dos hijas, dos hijas a las que no vi nacer y mucho menos vi crecer en todos estos años. Dos hijas que son iguales a mí en casi toda la parte física del rostro y no sabía ni siquiera por donde empezar a hablar. Tampoco cabía dentro de mi pecho el dolor que comenzaba a creer rápidamente al saber que por mi culpa una de las dos casi se muere al nacer y yo no estuve ahí.Cuando Vanessa salió de la sala de juntas, podía sentir como a mi alrededor las personas hablaban cosas sin sentido y yo solo p
Capítulo 6Polonia (nueve años atrás)VaneCamino por los pasillos de la empresa de mi padre como todas las tardes cuando llegó de la escuela y al estar frente a su oficina soy recibida por Grisel, quien es su secretaria desde hace cinco añ– Buenas tardes Vane, tu padre te está esperando como siemp– Gracias por apartar este hueco para mí todos los días, alguien tiene que hacer que se alimente bien y cuando yo ya no este tú serás la responsable de esto Gris– Para mí será un placer, me va a gustar el escucharlo pelear y decir que lo tratan como si fuera un niño chiqui– Entonces será muy divertidLuego de intercambiar un par de palabras y risas con Grisel, entro a la oficina de mi padre. Quien está detrás de su escritorio y ni siquiera se ha dado cuenta de mi presencia o al menos esos quiere hacerme creer. Él siempre me nota aunque sea de lejos y le gusta hacer estas cosas porque sabe que lo voy a regaña– Es tiempo de descansar, señor Taylor. El almuerzo se enfría y sabes que no me g
Capítulo 7DanteMe encontraba encerado en la habitación del hotel que había reservado desde Sicilia y miraba los papeles que tenía en mis manos una y otra vez. No podía creer lo que aquí decía por qué eso significaría que le hice daño a Vanessa, la única mujer que fue capaz de cambiar mi mundo en un abrir y cerrar de ojos desde el primer momento en que la vi. Estampo el vaso de cristal contra la pared y este se deshace en mil pedazos ¿Cómo podría ser esto posible si yo la vi con mis propios ojos? ¿Quién en su sano juicio la drogaría solamente para separarnos y hacernos daño? Esto tenía que ser un error y estaban jugando conmigo. Querían hacerme sentir mal y culpable por lo que le hice.Mi teléfono comienza a sonar de un momento a otro y sin dejar que de un segundo timbre descuelgo la llamada de inmediato. Sabía quién era la persona que me estaba llamando y lejos de ser algún miembro de mi familia se trataba de Bruno, mi abogado de confianza y mi amigo de toda la vida.– ¿Dime qué ave
Capítulo 8Vanessa Ya había caído la noche y me encontraba mirando por la ventana del despacho de mi padre sin saber como voy a enfrentar esto que se me viene encima. Sabía mejor que nadie que Dante no era un hombre de quedarse de brazos cruzados y de seguro ahora que sabe que las niñas son suyas va a tratar por todos los medios de estar cerca de ellas. Cosa que obviamente no pensaba permitir porque él nos alejó de su lado sin importarle absolutamente nada aquella noche. Además, era más que obvio que ahora su madre y Lisandra harían hasta lo imposible por volver a hacerme daño como en el pasado. Lástima que para ellas las cosas no serán tan sencillas como la última vez y yo se los dejaría claro.Nunca he sido mujer de tomar más alcohol del que debía y ahora me encontraba bebiendo en el despacho de mi padre que es el único lugar donde hay. Solamente podía observar las estrellas desde la ventana y las envidiaba un poco. Ellas estaban a cientos de kilómetros de aquí y no tenían problemas
Capítulo 9Dante Escucho a lo lejos la voz de mi padre y sus incansables golpes en la puerta, pero como estoy que ni siquiera puedo con mi alma únicamente me quedo sentado en la cama sin intenciones de moverme.Siento como todo a mi alrededor se mueve y ese sonido taladra mi cabeza, pero para cuando quiero levantarme para abrir y que dejen de hacerlo. Mi padre entra como un torbellino por la puerta y suspira aliviado en cuanto me ve, al parecer él había pensado que tal vez había terminado con mi vida. Algo que obviamente pensé y cuando vi la cara de Bruno supe que ambos habían pensado lo mismo, más que nada porque mi amigo escuchó toda mi frustración siendo tratada de calmar mientras destrozaba todo a mi paso.– Por dios que es todo este desastre – dice mi padre mientras mira a su alrededor – ¿Estás bien Dante? Apestas a alcohol.– Apesto más que a solo alcohol, apesto a cobardía y a infeliz miserable – digo con la m****a perdida mientras pienso en todo – Soy una basura de ser humano.
Capítulo 10Dante Sin duda las palabras de Vanessa estaban siendo como un puñal que se clavaba en mi piel una y otra vez, ya que recordaba que efectivamente esas palabras tan hirientes salieron de mi boca. Jamás debí de usarlas y mucho menos debí de desconfiar de ella, sin embargo, lo que no podía permitir ahora era que dijera que sea arrepentía de haberse casado conmigo porque eso significaría que se arrepiente de haber tenido a esas dos bellas niñas. Esas dos bellas niñas que también son mías.– No digas eso Vanessa, no lo hagas porque eso sería como decir que te estás arrepintiendo de nuestras hijas – le digo acercándome a ella y al hacerlo vuelve a voltearme la cara de una sola bofetada más fuerte que la anterior.– Nunca más vuelvas a decir la palabra nuestras o te juro que te mato, Dante y hablo en serio. Violeta y Valentina son solamente mías, son mis hijas porque tú jamás las quisiste desde que estuvieron en mi vientre. Así que no tienes ese maldito derecho para referirte a el
Capítulo 11 VanessaSabía perfectamente que Dante no se quedaría quieto. Ese hombre cuando se proponía algo podría ser un verdadero grano en el trasero y todo por su terquedad. Sin embargo, ni con todas sus palabras o esas lágrimas tan falsas que él muy miserable se atrevió a soltar, iba a conseguir que le dejara ver a mis hijas. Yo ya no soy la idiota que se enamoró perdidamente de él años atrás y mucho menos soy la que estaba dispuesta a dar la vida por estar a su lado.Siento la risa de mis hijas cinco minutos después de que él se haya ido de aquí y me pregunto si las habrá vuelto a ver en el camino. Afortunadamente al parecer no fue así, ya que de haberse dado el fatal incidente, de seguro Dante hubiese vuelto a mi oficina por más.En cuanto veo a mis niñas entrar acompañadas de Bea, de inmediato trato de cambiar mi carácter por ellas. Ya suficiente tuvieron ayer con verme en esa faceta totalmente fuera de control y no quiero que vuelvan a llorar como lo hicieron por mi culpa. No