Capítulo 5
Dante
Siento como si el mundo se me estuviera cayendo encima, como si el pecho me lo estuviesen apretando con una prensa hasta dejarme sin aliento.
Ni siquiera sabía por donde empezar a hablar cuando vi a Vanessa después de tantos años y el que descubriera así que tenía dos hijas no estaba siendo nada divertido. Sentí un nudo en mi garganta cuando la vi tomar a las niñas y salir despavorida para ocultarlas de mí, el cual no me dejaba llevar aire hasta mis pulmones correctamente.
Tenía dos hijas, dos hijas a las que no vi nacer y mucho menos vi crecer en todos estos años. Dos hijas que son iguales a mí en casi toda la parte física del rostro y no sabía ni siquiera por donde empezar a hablar. Tampoco cabía dentro de mi pecho el dolor que comenzaba a creer rápidamente al saber que por mi culpa una de las dos casi se muere al nacer y yo no estuve ahí.
Cuando Vanessa salió de la sala de juntas, podía sentir como a mi alrededor las personas hablaban cosas sin sentido y yo solo podía escuchar un zumbido en mis oídos. Aún trataba de digerir lo ocurrido hace unos segundos en este lugar, cuando de un momento a otro vi la mirada seria del señor Antonio sobre mí y supe que nada había sido producto de mi imaginación. Así que sin decir nada, salí corriendo de la sala de juntas siguiendo el mismo camino que había tomado ella hasta que una mujer me dijo con exactitud cuál era su oficina.
No hay que ser experto para saber que entré como un torbellino a esa oficina y lo que pensé reclamar como mío me fue arrebatado de las manos en cuestión de segundo. Vanessa se encargó de refrescarme muy bien la memoria y dijo con exactitud cada una de mis palabras, las mismas que ahora me estaban matando.
No había que ser un experto o un adivino para saber que Vanessa me odiaba desde lo más profundo de su ser y que cada palabra que me dijo estaban cargadas de un profundo dolor ¿Qué demonios sucedió exactamente aquel día que la encontré? Recuerdo perfectamente cuando entré en aquella habitación del hotel y la vi a ella desnuda con aquel tipo a su lado. En ese momento me había llenado de ira al verla durmiendo desnuda plácidamente en los brazos de aquel infeliz y había dicho cosas que hasta el día de hoy no me pesaban en lo absoluto.
Siento la puerta abriéndose detrás de mí y lejos de creer que era Vanessa veo como su padre es quien está parado justo en frente a mí en este momento.
Ninguno de los dos dijo nada por un rato, pero no hacía falta porque era más que obvia la situación que estaba ocurrido aquí. Yo era el infeliz que se había casado con su hija y el que la había dejado sola criando a dos niñas. Por mi culpa paso un embarazo difícil y casi pierde a una de las bebés en el parto.
– Ni siquiera te voy a amenazar o voy a decirte que te mataré por haber dañado a mi hija y no creas que es por falta de ganas porque de verdad tengo ganas de acabar contigo en este instante. Simplemente no lo hago porque creo que ahora es cuando vas a comenzar a pagar por todas las lágrimas que ella ha derramado día y noche por tu culpa. Ahora comenzarás a pagar cada noche y día que no viste crecer a mis nietas. Es increíble como las niñas sin saber la verdad te preguntaron si tú eras su padre ¿La sangre es algo que nos llama a todos verdad? Pude darme cuenta desde el primer instante en el que pusiste tus ojos en ellas que el corazón te latió con fuerza y algo dentro de ti te lo gritaba con una voz tan fuerte que era imposible de ignorar.
Una carpeta negra fue dejada en mis manos por parte del señor Antonio y mirando el brillo de dicha carpeta solo pude atinar a preguntar qué era. Ni siquiera sabía que decir o como actuar ante esta situación que se me presentaba entre las manos.
– Se supone que no debería de entregarte esto, pero digamos que quiero que termines de revolcarte en el lodo en el que ahora te hundes. En esa carpeta encontrarás exámenes de toxicología de hace ocho años y ahí dice claramente el nombre de la droga que usaron en mi hija para que tú creyeras que ella te había engañado. La persona que hizo esto ni siquiera le importo su embarazo y afortunadamente a las bebés no les sucedió nada. Solamente fue el susto cuando Valentina nació.
– Esto es imposible – dije volviendo a mirar lo que tenía entre las manos.
– Juzgalo tu mismo. Yo ya no tengo más que hacer aquí, puedes investigar o hacer lo que quieras con esa información.
Aprieto entre mis manos la carpeta negra porque si lo que este señor dice es verdad, juro por mi vida que el responsable de esto me las pagará. Me pagara con su vida el haberme engañado para que lastimara a mi esposa y a mí no me va a alcanzar la vida para arrepentirme de lo que hice.
– Todo lo que dice ahí es cien por ciento real, si quieres investigar no tengo ningún problema. Sin embargo, mantente alejado de ellas, no te mereces a ninguna de las tres. Así que ten presente que ni mi hija ni mis nietas están solas, ellas me tienen a mí y voy a protegerlas de quién sea. Yo si tengo los pantalones que tú no tuviste para defender lo que era tuyo. Averigua a cuantas cosas estuvo expuesta mi hija cuando se casó contigo y entonces sabrás quien es tu enemigo.
Salí de aquella oficina que tanto huele a Vanessa y en mi mente solo tenía una cosa presente, encontraría al culpable de todo esto si resultaba ser que esas pruebas eran reales. Necesitaba encontrar la verdad para hacerle pagar con creces al responsable de haberme engañado de esa manera.
Cuando por fin llegué al primer piso de aquella gran empresa, todo lo que antes parecía importarme para mí ahora solo era vacío y frío. Solamente quería obtener respuestas a todas las preguntas que se hacían en mi cabeza y quedándome de brazos cruzados no lo iba a conseguir.
– ¡Dante! – escucho que alguien dicen mi nombre y al voltear veo a mi padre acercándose – ¿A dónde crees que vas?
– Necesito verlas, necesito hablar con ella papá, son mis hijas – dije sin más y sentí mis ojos llenos de lágrimas.
– Me queda claro que son tus hijas no soy ciego, esas niñas tienen el color de tus ojos y además el pelo tan rojo como el de los Santos. Sin embargo, te recuerdo que perdiste todo tu derecho sobre ellas hace ocho años ¿Qué se supone que buscas ahora? Es más que obvio que no formas parte de sus vidas por la estupidez que cometiste y ni siquiera sabes donde viven.
Otro balde de agua fría cae encima de mí, debido a que hasta mi propio padre me echa en cara lo que es bastante obvio y no sé qué hacer. Es obvio que alejé de mi lado al amor de mi vida y ni siquiera la escuché cuando trató de defenderse cando sus lágrimas corrían por sus mejillas y me suplicaba que le creyera.
– ¡Maldita sea! – exclamo con frustración debido a la impotencia que siento y ni siquiera me importa el que las personas me miren – ¿Crees que no me doy cuenta de lo que está pasando? ¿Del maldito error que cometí?
– Dante hijo controlate. No vale la pena que te pongas así por esa mujer, recuerda claramente lo que te hizo. Que más da si esas mocosas soy tuyas o no, eso no borra el hecho de que ella te engañara – dijo mi madre y ahora más que nunca las dudas vuelven a mí, era más que claro que alguien me estaba mintiendo aquí.
Escuchar la voz de mi madre quien ha aparecido de quién sabe dónde me irrita y no puedo ni siquiera tolerar que me haya dicho aquello luego de ver a mis hijas ¿Cómo podía referirse así de su propia sangre luego de haberlas visto? Es por eso que para no discutir con ella y perder la cabeza diciéndole cuanto la detesto, salgo como alma que lleva el diablo directo hacia el auto que nos trajo. Necesitaba alejarme de todos para poder pensar con claridad y ordenar mis ideas.
Ahora mismo solo me importaba descubrir la verdad para ver de qué manera podría reparar el gran error que yo mismo cometí. Ya mi padre se las arreglaría luego para conseguir en que moverse por la ciudad, es lo bueno de tener una automotriz y tener empresas representadas por la marca en cada parte del mundo.
Capítulo 6Polonia (nueve años atrás)VaneCamino por los pasillos de la empresa de mi padre como todas las tardes cuando llegó de la escuela y al estar frente a su oficina soy recibida por Grisel, quien es su secretaria desde hace cinco añ– Buenas tardes Vane, tu padre te está esperando como siemp– Gracias por apartar este hueco para mí todos los días, alguien tiene que hacer que se alimente bien y cuando yo ya no este tú serás la responsable de esto Gris– Para mí será un placer, me va a gustar el escucharlo pelear y decir que lo tratan como si fuera un niño chiqui– Entonces será muy divertidLuego de intercambiar un par de palabras y risas con Grisel, entro a la oficina de mi padre. Quien está detrás de su escritorio y ni siquiera se ha dado cuenta de mi presencia o al menos esos quiere hacerme creer. Él siempre me nota aunque sea de lejos y le gusta hacer estas cosas porque sabe que lo voy a regaña– Es tiempo de descansar, señor Taylor. El almuerzo se enfría y sabes que no me g
Capítulo 7DanteMe encontraba encerado en la habitación del hotel que había reservado desde Sicilia y miraba los papeles que tenía en mis manos una y otra vez. No podía creer lo que aquí decía por qué eso significaría que le hice daño a Vanessa, la única mujer que fue capaz de cambiar mi mundo en un abrir y cerrar de ojos desde el primer momento en que la vi. Estampo el vaso de cristal contra la pared y este se deshace en mil pedazos ¿Cómo podría ser esto posible si yo la vi con mis propios ojos? ¿Quién en su sano juicio la drogaría solamente para separarnos y hacernos daño? Esto tenía que ser un error y estaban jugando conmigo. Querían hacerme sentir mal y culpable por lo que le hice.Mi teléfono comienza a sonar de un momento a otro y sin dejar que de un segundo timbre descuelgo la llamada de inmediato. Sabía quién era la persona que me estaba llamando y lejos de ser algún miembro de mi familia se trataba de Bruno, mi abogado de confianza y mi amigo de toda la vida.– ¿Dime qué ave
Capítulo 8Vanessa Ya había caído la noche y me encontraba mirando por la ventana del despacho de mi padre sin saber como voy a enfrentar esto que se me viene encima. Sabía mejor que nadie que Dante no era un hombre de quedarse de brazos cruzados y de seguro ahora que sabe que las niñas son suyas va a tratar por todos los medios de estar cerca de ellas. Cosa que obviamente no pensaba permitir porque él nos alejó de su lado sin importarle absolutamente nada aquella noche. Además, era más que obvio que ahora su madre y Lisandra harían hasta lo imposible por volver a hacerme daño como en el pasado. Lástima que para ellas las cosas no serán tan sencillas como la última vez y yo se los dejaría claro.Nunca he sido mujer de tomar más alcohol del que debía y ahora me encontraba bebiendo en el despacho de mi padre que es el único lugar donde hay. Solamente podía observar las estrellas desde la ventana y las envidiaba un poco. Ellas estaban a cientos de kilómetros de aquí y no tenían problemas
Capítulo 9Dante Escucho a lo lejos la voz de mi padre y sus incansables golpes en la puerta, pero como estoy que ni siquiera puedo con mi alma únicamente me quedo sentado en la cama sin intenciones de moverme.Siento como todo a mi alrededor se mueve y ese sonido taladra mi cabeza, pero para cuando quiero levantarme para abrir y que dejen de hacerlo. Mi padre entra como un torbellino por la puerta y suspira aliviado en cuanto me ve, al parecer él había pensado que tal vez había terminado con mi vida. Algo que obviamente pensé y cuando vi la cara de Bruno supe que ambos habían pensado lo mismo, más que nada porque mi amigo escuchó toda mi frustración siendo tratada de calmar mientras destrozaba todo a mi paso.– Por dios que es todo este desastre – dice mi padre mientras mira a su alrededor – ¿Estás bien Dante? Apestas a alcohol.– Apesto más que a solo alcohol, apesto a cobardía y a infeliz miserable – digo con la m****a perdida mientras pienso en todo – Soy una basura de ser humano.
Capítulo 10Dante Sin duda las palabras de Vanessa estaban siendo como un puñal que se clavaba en mi piel una y otra vez, ya que recordaba que efectivamente esas palabras tan hirientes salieron de mi boca. Jamás debí de usarlas y mucho menos debí de desconfiar de ella, sin embargo, lo que no podía permitir ahora era que dijera que sea arrepentía de haberse casado conmigo porque eso significaría que se arrepiente de haber tenido a esas dos bellas niñas. Esas dos bellas niñas que también son mías.– No digas eso Vanessa, no lo hagas porque eso sería como decir que te estás arrepintiendo de nuestras hijas – le digo acercándome a ella y al hacerlo vuelve a voltearme la cara de una sola bofetada más fuerte que la anterior.– Nunca más vuelvas a decir la palabra nuestras o te juro que te mato, Dante y hablo en serio. Violeta y Valentina son solamente mías, son mis hijas porque tú jamás las quisiste desde que estuvieron en mi vientre. Así que no tienes ese maldito derecho para referirte a el
Capítulo 11 VanessaSabía perfectamente que Dante no se quedaría quieto. Ese hombre cuando se proponía algo podría ser un verdadero grano en el trasero y todo por su terquedad. Sin embargo, ni con todas sus palabras o esas lágrimas tan falsas que él muy miserable se atrevió a soltar, iba a conseguir que le dejara ver a mis hijas. Yo ya no soy la idiota que se enamoró perdidamente de él años atrás y mucho menos soy la que estaba dispuesta a dar la vida por estar a su lado.Siento la risa de mis hijas cinco minutos después de que él se haya ido de aquí y me pregunto si las habrá vuelto a ver en el camino. Afortunadamente al parecer no fue así, ya que de haberse dado el fatal incidente, de seguro Dante hubiese vuelto a mi oficina por más.En cuanto veo a mis niñas entrar acompañadas de Bea, de inmediato trato de cambiar mi carácter por ellas. Ya suficiente tuvieron ayer con verme en esa faceta totalmente fuera de control y no quiero que vuelvan a llorar como lo hicieron por mi culpa. No
Capítulo 12Vanessa«Ocho años de atrás» Aeropuerto de Polonia– ¿Estás segura de que lo tienes todo cariño? – me pregunta mi padre por sexta vez y yo solo sonrío.– Que sí papá, no seas pesado. Ya lo tengo todo dentro del bolso y me sé de memoria la dirección del departamento, en cuanto llegue te llamo para que sepas que estoy bien. No dejaría que te volvieras loco al no saber de mí.– Está bien, tienes razón. Estoy siendo un poquito pesado y ya no te preguntaré más. Ahora mejor será que te vayas porque el avión te va a dejar y no quiero sonar como un padre sobre protector que atosiga a su hija todo el tiempo. Solo ten en cuenta que te voy a extrañar mucho.– Yo también te voy a extrañar y te amo mucho papá. Te prometo que te llamaré nada más poner un pie dentro de mi apartamento. Sabes que amo que sea sobre protector conmigo porque eso confirma que te importo.– Yo también te amo mucho mi princesa y sé que eres una guerrera y que sabrás valerte ti sola. Aun así si me necesitas, sin i
Capítulo 13 DanteMiro la lluvia a caer fuera del local en el que me encuentro y no sé si es normal aquí en Polonia que los días sean tan tristes y sombríos. Sin embargo, desde que la verdad me ha explotado en la cara todo me parece de color gris.Siento el sonido de la campanita de la puerta al ser abierta y otra vez volteo para ver si en esta ocasión es la persona a la que espero. Afortunadamente para mí en esta ocasión sí se trata de Bea, quién me mira diferente a esta mañana y me pregunto qué habrá sucedido ahora.– Hola, pensé que no vendrías y ya estaba nervioso – dije una vez la veo sentarse frente a mí.– Pues qué bueno que hayas pensado eso Dante porque créeme que estuve tentada a no venir. Sobre todo después de la visita de tu madre y de tu prometida a la empresa de mi mejor amiga. Es más, ni siquiera yo debería de estar aquí y mucho menos contarte todo lo que te diré hoy.– ¡¿Espera que?! – pregunto sorprendido por sus palabras – ¿De qué estás hablando, Bea? Que yo recuerde