Eran las siete de la tarde, Madilyn había regresado ya a su casa y estaba dando vueltas de un lugar para otro, estaba nerviosa, en cualquier momento entraría Alan por la puerta e iba a contarle lo suyo con Jussie, sonrió con ironía, ella y Jussie ¿quién lo diría? Sintió mariposas en el estómago, por primera vez se había enamorado, o eso creía, y se sentía estupendo. Pensaba en todas las cosas que haría desde aquel momento con aquel hombre que había conseguido conquistarla.Escuchó que se abría la puerta y se detuvo con la mirada fija en ella. Alan apareció por ella con su equipaje, la vio mientras cerraba la puerta por detrás.—Al menos te encuentro en casa, nos abandonaste sin ninguna explicación ¿pero sabes qué? No discutiré al respecto porque pasé el mejor fin de semana de toda mi vida, te libraste— dijo mientras caminaba hacia su cuarto.—Tengo que contarte algo.Él se detuvo, soltó un suspiro y se dio la vuelta para verla.—No me digas, Jussie te dijo que yo le hablé de tu secret
Jussie llegó a su apartamento, pensando en su conversación con Marcos, habían hablado como personas civilizadas, no se habían gritado, aunque eso no significara que se hubieran tratado bien. ¿Cómo se le ocurría pedirle que se alejara de Madilyn? Él era el infeliz que la tenía acorralada, la obligaba a casarse con él por el favor que le había hecho, él no podía ser su hermano, ni hablar.Abrió la puerta con la tarjeta y la cerró de nuevo, pero cuando llegó en el salón, se sorprendió al ver a alguien sentado en su sofá, era Lady y llevaba puesto su albornoz. Cuando le vio, se puso en pie con una seductora sonrisa.—Hola cariño.—¿Qué demonios haces aquí?—Todavía tengo la llave ¿recuerdas? Deseo que se te haya acabado el enojo porque he venido a recordarte los viejos tiempos—soltó las cuerdas del albornoz y dejó ver tras él su cuerpo desnudo. — ¿Qué me dices, lo revivimos?Se acercó lentamente a él aprovechando su silencio y su mirada sobre ella. Tomó la parte baja de su camisa, pero in
Madilyn se despertó temprano. Se dio una ducha, se puso unos vaqueros y una blusa. Se recogió el cabello dejando unos mechones sueltos en la frente, y se maquilló. Cogió su bolsita con cuerda, guardó su celular dentro, el cheque y algo de dinero.Salió al salón, Alan también acababa de salir de su cuarto y estaba cambiado.—¿Arreglada a esta hora?—Saldré a desayunar con Jussie. —tenía el rostro iluminado.—¿Y qué pasa con Marcos?—Iré a buscarlo cuando termine de desayunar.Escucharon la bocina de un auto fuera de la casa.—¿Es él?—Algo parecido.Los dos caminaron hacia la puerta para ver, abrieron ésta y frente a ellos se encontraba un Mercedes con un conductor uniformado.—¿Qué es esto? —preguntó Alan maravillado.—¿Es que no lo ves? Solo es un auto, ha venido por mí—dijo emocionada. De pronto la expresión de Alan cambió.—¿Te subirás en él?—Por supuesto, ¿por qué no?—No sé. Sabes que me alegro por ti, es la primera vez que me siento orgulloso de ti…—¡Alan!—No te lo negaré y l
Después del desayuno la acompañó hacia el ascensor.—Llámame por cualquier cosa que te diga ese tipo ¿de acuerdo? —se despedía él.—Descuida, así será. Pero confiemos en que todo será sencillo, él no puede obligarme mientras tenga todo el dinero.Él la tomó por la cintura y volvió a besarla desesperadamente, ya no podía esperar el momento en que fuera solo suya.—Regresa pronto conmigo.—No podrá ser si no me dejas ir.Él tuvo que soltarla a regañadientes y ella se metió en el ascensor, le dio al botón de la última planta. Mientras se cerraba la puerta le sonrió.—Ah, se me olvidaba—dijo ella—Te amo.Logró a ver su sonrisa cuando se cerró el ascensor.Ella estaba feliz, si hubiera sabido antes que el amor podía dejarle a uno así, haría tiempo que se habría enamorado. Salió del edificio y aun así no lograba borrarse la sonrisa de enamorada de los labios, cualquiera pensaría que estaba loca. El conductor seguía esperándola, le abrió la puerta trasera cuando ella estuvo cerca.
Marcos regresó de su cuarto ya cambiado y con una carpetilla en la mano que llamó la atención de Madilyn, sin embargo, no hizo ninguna pregunta al respecto. En la trayectoria al auto del Marcos, ella evitó mirarle al conductor que la trajo, estaba segura de que Marcos lo reconocería y aquello terminaría mal.Se subieron los dos al Pourche y se aseguraron con el cinturón.—¿Crees que nos tome mucho tiempo? —preguntó ella.—¿Por qué? ¿Tienes mucha prisa? —preguntó mientras ponía el motor en marcha.—Le dije a mi tía que luego pasaría a verla.—Tu tía, no sabía que la visitaras, casi nunca hablas de ella.La verdad es que no se creía el cuento, quería salir corriendo a los brazos de Jessie. ¿Desde cuándo se había vuelto tan mentirosa? ¿Le parecía tan tonto como para creerse semejante cuento? Sonó el móvil de Madilyn en su bolso y ella lo sacó para ver de qué se trataba, le había llegado un mensaje. Lo miró y se trataba de Jussie. Marcos la miró.—¿Quién es, tu tía? —ella guardó el móvil
Madilyn deslizó su espalda por la pared hasta quedarse sentada en el suelo. Ya no pudo evitarlo y las lágrimas comenzaron a brotar de sus ojos. Tomó la carpetilla y lo abrió sacando de él el documento del que le había hablado Marcos. No pudo controlarlo y se puso a llorar desconsoladamente. Lloraba porque después de esto ya no podía seguir con Jussie. No podía permitir que por culpa suya él perdiera todo lo que su padre le había dejado, y si por casualidad no firmara significaría que sí estaba jugando con ella, que no la quería lo suficiente y Marcos habría acabado ganando. Pero estaba segura de que lo que habían vivido no había podido ser falso.Conocía el odio que abarcaba Marcos hacia su medio hermano y era capaz de cualquier cosa para destrozarle la vida, ella no podía permitir que se saliera con la suya, solo tenía que rendirse y asumir lo evidente, que ella no estaba destinada a ser feliz.No tenía sentido seguir luchando, aunque eso no quitara que pasaría el resto de su vida su
Marcos la hizo bajarse del auto, había aparcado en un amplio patio, frente a una no muy grande, pero preciosa casa. Madilyn notó que, en la esquina, entre los macizos y matas de flores había una mujer de edad avanzada trabajando las plantas.—Cariño, has vuelto—sonreía la mujer. La vio y dejó lo que estaba haciendo. Se quitó los guantes y se acercó a ellos.—Mamá, te dije que dejaras ese trabajo para otros—le regañaba Marcos.—¿Y qué hago yo, aburrirme en esta enorme casa? —tenía una sonrisa y no apartaba su mirada de Madilyn quien se había sorprendido al escuchar que era su madre. —¿Quién es esta preciosa chica?—¿Recuerdas que te dije que pronto me iba a casar? Te presento a mi prometida, se llama Madilyn. Saluda a mi madre—casi le ordena a la chica.—Buenas tardes señora—saludó educadamente.—Me preguntaba cuándo me presentarías a tu misteriosa prometida, confieso que tenía mis dudas en si sería cierto o no.—Mamá.—¿Qué? Hace meses que hablamos de eso y no me la presentas hasta ah
Llamaron a la puerta del apartamento de Jussie, tuvieron que insistir hasta que al fin se abrió la puerta. Jussie los miró confuso ¿qué hacían los dos allí?—Pensamos que te estabas suicidando—dijo Aron entrando en el apartamento y observando en los alrededores por si encontraba algo sospechoso.—Se lo has contado.—¿Intentabas todavía llamarla? —preguntó Shane al notar que llevaba el móvil en la mano. Cerró la puerta y lo siguió dentro del apartamento.—Justo terminaba de hablar con Alan, quería saber si Madilyn seguía conmigo. Su tía estaba esperándola, habían quedado en que ella la buscaría.—¿Y qué le has dicho? —preguntó Aron quien había tomado asiento. Jussie se frotó la frente, hacía eso siempre que estaba frustrado.—¿Qué iba a decirle? Está Marcos, y es la verdad.Aron y Shane se miraron de inmediato. Shane alcanzó a Jussie quien estaba apoyado contra la pared.—Hay algo que queremos mostrarte—dijo mostrándole el móvil de Madilyn. Jussie lo miró con el ceño confuso.—¿Qué es